miércoles, 3 de agosto de 2011

SAN PEDRO JULIÁN EYMARD, APÓSTOL DE JESÚS SACRAMENTADO

"Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor". (San Juan 15, 10)
 
San Pedro Julián Eymard
  
San Pedro Julián nació cerca de Grenoble, en Francia, el año 1811. Recorrió varios caminos hasta encontrar su vocación definitiva, pero siempre, en todas las etapas de su vida, se empleó a fondo, sin desviaciones.
  
Quizá la fortaleza de su carácter la recibió de la formación cristiana y austera que le dio su madre. Desde muy niño acompañaba a su madre, a la iglesia, muy de mañana, para asistir a la Misa y comulgar.
  
Eymard realizó también, hasta los 18 años, un duro trabajo con su padre en una prensa de aceite. Pero no olvidaba la piedad. Las horas libres las pasaba en el templo. Y de este modo surgió en él la vocación religiosa.
  
Su padre se oponía rotundamente. Pero Pedro Julián no cejaba en su empeño. Estudiaba latín a escondidas, en los ratos libres, y de este modo se preparaba lo mejor posible para cuando llegara el momento oportuno.
 
Por fin intervino el sacerdote Guibert, futuro cardenal y arzobispo de París, y su padre cedió. Julián entró en el noviciado de los Oblatos de Marsella. Pero la dura disciplina le debilitó y hubo de dejarlo.
   
Estuvo después en el seminario de Grenoble, donde fue ordenado sacerdote. Trabajó cinco años en varias parroquias, y luego ingresó en los Padres Maristas de Marsella, donde desempeñó diversas tareas.
  
Insignia de los Padres Maristas, congregación en la que San Pedro Julián Eymard colaboró durante algunos años
   
Desde que, de niño, acompañaba a su madre a la iglesia, se distinguió por su ardiente amor al Santísimo Sacramento. Sentía hacia él una atracción irresistible, un vivo deseo de contrarrestar las tristes secuelas que había dejado el jansenismo, siempre prontas a rebrotar.
  
El jansenismo, con su rigorismo exagerado en la piedad, alejaba a muchas almas de los Sacramentos (en especial el de la Eucaristía) so pretexto de una "mejor preparación" para recibirlos
  
De aquí nació el deseo de fundar una congregación dedicada exclusivamente al culto eucarístico. Dejó la Congregación de los Maristas y fundó la Congregación del Santísimo Sacramento. Sus miembros, llamados vulgarmente Sacramentinos, se dedican a adorar al Señor en la Eucaristía, día y noche, como carisma principal de su apostolado.
   
Fundó además la Congregación de Religiosas Siervas del Santísimo Sacramento. También organizó la archicofradía del Santísimo Sacramento, que se estableció en muchas parroquias. Promovió por todo el mundo, y con todos los medios a su alcance, el culto a la Eucaristía. Este era su mensaje: "Sólo en la vuelta a Cristo Sacramentado está la salvación".
   
En una de sus correrías apostólicas conoció Eymard a la señorita Tamisier. Ingresó Tamisier en la Congregación de las Siervas del Santísimo Sacramento. Luego recorrió diversos países, como viajera del Santísimo Sacramento y como organizadora de los Congresos Eucarísticos, que se siguen celebrando con notable provecho. El primero fue en Lille en 1881.
  
Tenía también San Pedro Julián una tierna devoción a la Virgen María. En una ocasión terminaba así su predicación: "Honremos a María con el título de Nuestra Señora del Santísimo Sacramento". Y desde entonces María es invocada con este título, que sus Hijos propagan por doquier.
  
San Pedro Julián Eymard honraba a la Santísima Virgen con el título de "Nuestra Señora del Santísimo Sacramento", y a Ella consagró la orden religiosa que había fundado.
  
San Pedro Julián murió el 1 de agosto de 1868. Muy pronto se extendió su devoción. El Papa Juan XXIII lo canonizó el año 1962.
  
ORACIÓN
Te rogamos, Señor, que nos proteja la intercesión y nos informe la piedad de San Pedro Julián, que fue eximio amante del sagrado Misterio del Altar. Por J. C. N. S. Amén.

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