viernes, 9 de enero de 2015

SANTA MARCIANA DE CESAREA, VIRGEN Y MÁRTIR

Martirio de Santa Marciana de Cesarea
   
Santa Marciana, originaria de "Rusuccuru" (actualmente Tigzirt), en Mauritania Cesariense (Noroeste de Argelia), abandonó valientemente todas las ventajas que procura el mundo para ir a encerrarse en una celda en Cesarea y guardar intacta su virginidad, bajo la mirada de Dios.
  
Sin embargo, ella creyó que era su deber declarar la guerra a la idolatría que entonces reinaba en África. Un día, al atravesar la plaza pública, no pudo soportar ver expuesta una estatua de Diana y le rompió la cabeza.
  
La apresaron, y como rechazó ofrecerle al ídolo un sacrificio expiatorio, la golpearon con varas, y, después, la condenaron a morir en el anfiteatro, desgarrada por los dientes de las fieras. Cuando esperaba este último suplicio, la entregaron a los gladiadores para que violaran su castidad, pero Dios no permitió esta infamia.
  
En aquel tiempo, el jefe de la sinagoga, un tal Budario, quien instigó a los paganos para que apresaran a Marciana, asuzó a unos judíos para que, asomándose a la prisión, le reprocharan por su actuación y la obligaran a blasfemar contra Cristo. Y ella, en nombre del Señor, anunció que la casa de Budario sería arrasada con fuego y que no quedaría piedra sobre piedra.
  
Al llegarse la fecha del suplicio, Marciana fue expuesta primero a un león que no le hizo daño alguno; después, un toro se lanzó sobre ella y le hundió los cuernos en el pecho, con lo que cayó de bruces sobre el suelo, casi sin sentido. Por último, un leopardo la destrozó y en este tormento expiró. Justo en ese instante, cayó fuego del Cielo sobre la casa de Budario, destruyéndola enteramente y dando muerte al blasfemo y a los suyos; y cuantas veces intentaban reedificar la casa, otras tantas se arruinaba.
  
Los manuscritos de las Actas no están de acuerdo sobre la fecha del martirio, 9 de enero, 9 ó 12 de julio. César Baronio, en sus notas al Martirologio Romano, estima que el 12 de julio marca una traslación de reliquias y el 9 de enero, el aniversario del martirio. El 12 de julio el Martirologio menciona una santa Marciana, virgen y mártir, en Toledo. Baronio piensa que se trata de santa Marciana de Mauritania, venerada en Toledo, lugar donde se trasladaron sus reliquias. En el Breviario Mozárabe se encuentra un bello himno en su honor:
  
Sacræ triúmphum mártyris.
Célebret vox Ecclésiæ:
Cámæna sit cúnctis una
Martiánæ in laudem vírginis.
    
Quæ, passiónis prǽmium,
Dum tendit adipísci:
Ultro ad palǽstram glóriæ
Audet prompta concúrrere.
    
Hæc namque adstántem dæmonis
Cérnens adlisit effígiem;
Sub cujus larga perpétim
Fluébat unda gréssibus.
   
Mox flagris cæsa tráhitur
Celsa ad Prætóris átria:
Atque ille lúdis állicit,
Prostérnit membra Vírginis,
   
Quam prædo pudicítiæ,
Dum inter umbras séquitur,
Oblectáta extémplo coélitus
Seclúditur macéria.
   
Vincta deínde stípite
Pro vana voce inclúditur;
Sed poenas fert blasphémia,
Ruínas, et incéndia.
    
Emissa namque béstiis,
Leo præcúrrit pércitus;
Adoratúrus véniens,
Non consumptúrus Vírginem.
   
Taurus dehinc prosíliens
Formá et mugítu horríbili
Sulcábat ejus téneras
Papíllas, ictu vúlnerans.
   
At fera pernix cúrpore
Et maculóso tégmine
Letáli dente ad últimum
Membra Puéllæ lániat.
    
Post hos triúmphos ánima
Vinclis elápsa córporis,
Plaudens petit ad líbera
Summi Poli fastígia.
    
Deo Patri sit glória,
Ejúsque soli Fílio,
Sancto simul Paráclito
In sempitérna sǽcula.
Amen.
 
ORACIÓN (Del común de las Santas Vírgenes y Mártires)
Suplicámoste, Señor, nos alcance el perdón de nuestros pecados la intercesión de la bienaventurada virgen y mártir Marciana, que tanto te agradó, así por el mérito de su castidad, como por la ostentación que hizo su constancia de tu infinito poder. Por J. C. N. S. Amén.

2 comentarios:

  1. Don Balbino Gómez-Chacón y Díaz-Alejo, estudioso sobre la Liturgia Hispánica y miembro de la Hermandad de Caballeros Mozárabes de Toledo, tradujo el himno de la siguiente manera:

    En este triunfo de la santa Mártir
    Alza su voz la Iglesia jubilosa:
    Un poema resuena en homenaje
    De la virgen Marciana.

    Están ya preparados los tormentos
    Para dar el martirio a la doncella,
    Mas ella se dispone a presentarse
    En más alta palestra.

    Derriba, simplemente con mirarle,
    Un ídolo satánico asentado
    Sobre una fuente de la que manaba
    Larga corriente de caudal templado.

    La trasladan después, a latigazos,
    Hasta la acrópolis donde el pretor era;
    Como por juego choca contra ella,
    La tira al suelo y la pisotea.

    El pregonero se recrea infame,
    Poniendo a la subasta su belleza,
    Cuando quiere procaz avergonzarla,
    Un seto milagroso protege su pureza.

    Atada al poste, en vano pretendían,
    Simulando su voz, fingir que cede,
    Pero aquella blasfemia se castiga:
    El incendio y la ruina se suceden.

    Es expuesta a las fieras, al instante
    Un león se le acerca, la olfatea,
    Lame sus pies y vuelve a sus cubiles:
    No vino a devorarla.

    Viene después un toro, sus mugidos
    Refuerzan lo terrible de su aspecto,
    Embiste y con sus astas afiladas
    Rasga su blanco seno.

    Se aproxima por fin un leopardo
    Rápidamente, con su piel manchada,
    Que lacera sus miembros y devora
    El sacro cuerpo de la virgen santa.

    Tras estos triunfos, su alma liberada,
    Suelta ya de ataduras terrenales,
    Vuela entre nubes, entre aplausos vuela,
    Buscando las moradas celestiales.

    De Dios Padre es la gloria y de su Hijo,
    El Redentor del mundo, en compañía
    Del Espíritu Santo que promete
    El reino de la luz y la alegría.
    Amén.

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