lunes, 11 de junio de 2018

SAN BERNABÉ APÓSTOL, PATRONO DE CHIPRE

«Buscad la paz con todos y la santidad, sin la cual nadie verá a Dios». (Hebreos 12, 14).

San Bernabé Apóstol
 
San Bernabé fue discípulo de Jesucristo y compañero de trabajos de San Pablo. Habiendo meditado estas palabras del Salvador: «Si quieres ser perfecto, vende lo que tienes y dáselo a los pobres», vendió lo que poseía y llevó el dinero obtenido a los Apóstoles. Predicó el Evangelio en Antioquía con San Pablo. Fue en seguida con el gran Apóstol a Seleucia, después a Salamina y a Pafos; y, después de haber evangelizado también a muchos otros pueblos, murió hacia el año 60.
 
MEDITACIÓN SOBRE LA SANTIDAD A LA CUAL DEBEMOS TENDER, CADA CUAL EN SU ESTADO
I. Como en este mundo no hay estado o vocación en el que no se pueda uno salvar, tampoco hay alguno en el que no sea posible condenarse, porque siempre tenemos libertad para ofender a Dios. No te fíes, pues, en la santidad de tu vocación, ni en el lugar en que habitas, ni en la posición que ocupas. Ni el lugar, ni el traje, ni la profesión son las que santifican al hombre; son las buenas obras que él hace; ellas solas le seguirán al otro mundo. «¿Cómo cumples las obligaciones que te impone el estado de vida en el que Dios te ha colocado? Se merecen elogios, no por haber habitado en Jerusalén, sino por haber vivido bien en ella». (San Jerónimo).
  
II. Vive conforme a tu estado. Una es la virtud del hombre de mundo, otra la del religioso. La vida del apóstol no es la del solitario. Estudia el espíritu de tu vocación y trata de conformarte a él. Si estás sometido a una regla, obsérvala; si no, cumple los mandamientos de Dios, consulta al director de tu conciencia y sigue sus consejos.
  
III. Imita a los santos que han ejercido la misma profesión que tú; toma entre ellos uno por patrono y modelo, invócalo y trata de imitarlo. No hay profesión que no tenga santos; compara su vida a la tuya, imita las virtudes de que te dan ejemplo. Ten siempre el corazón vuelto hacia el cielo al cual atraen, y al cual debes ir tú mismo, pues allí es donde está Dios, tu tesoro. «Que nuestro corazón esté allí donde nosotros queremos tener nuestro tesoro». (Tertuliano).
  
La santidad y la perseverancia en nuestra vocación. Orad por la conversión de los infieles.
  
ORACIÓN
Oh Dios, que nos alegráis por los méritos y la intercesión de vuestro apóstol San Bernabé, dignaos concedernos las gracias que os imploramos por su intermedio. Por J. C. N. S. Amén.

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