viernes, 9 de noviembre de 2018

ORACIÓN FERVIENTE DE SANTA TERESA FRENTE LAS ACTUALES NECESIDADES DE LA IGLESIA

  
Padre Santo, que estáis en los cielos, no sois Vos desagradecido, para que piense yo dejaréis de hacer lo que os suplicamos, para honra de vuestro Hijo. No por nosotros, Señor, que no lo merecemos, sino por la Sangre de vuestro Hijo y sus merecimientos, y de su Madre gloriosa, y de tantos mártires y santos como han muerto por Vos.
  
¡Oh Padre Eterno! Mirad que no son de olvidar tantos azotes e injurias y tan gravísimos tormentos. Pues, Creador mío, ¿cómo pueden sufrir unas entrañas tan amorosas como las vuestras que lo que se hizo con tan ardiente amor de vuestro Hijo, y por más contentaros a Vos, que mandaste nos amase, sea tenido en tan poco, como hoy día tienen esos herejes al Santísimo Sacramento, que le quitan sus posadas, deshaciendo las iglesias?
 
Estáse ardiendo el mundo, quieren tornar a sentenciar a Cristo, como dicen, pues le levantan mil testimonios: quieren poner su Iglesia por el suelo: desechos los templos, perdidas tantas almas, los Sacramentos quitados.
 
Pues, ¿qué es esto, mi Señor y mi Dios? O dad fin al mundo, o poned remedio en tan gravísimos males, que no hay corazón que los sufra, aún de los que somos ruines.
 
Os suplico, pues, Padre Eterno que no lo sufráis ya Vos, atajad este fuego, Señor, que si queréis, podéis; algún medio ha de haber, Señor mío: póngalo Vuestra Majestad.
  
Mirad, Dios mío, mis deseos, y las lágrimas con que esto os suplico: y olvidad mis obras, por quien Vos sois, y habed lástima de tantas almas como se pierden y favoreced vuestra Iglesia. No permitáis ya más daños en la Cristiandad, Señor; dad ya luz a estas tinieblas. Ya Señor, ya Señor, haced que sosiegue este mar. No ande siempre en tanta tempestad esta nave de la Iglesia, y salvadnos, Señor mío, que perecemos. Amén.

Oración entresacada del Camino de Perfección, de Santa Teresa de Jesús.

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