jueves, 20 de junio de 2019

PREFACIO DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO

   
A diferencia del Rito Romano (que asigna para el Corpus Christi y su octava el prefacio de la Natividad), la liturgia neogalicana (en particular el Rito de Lyon y los usos de Poitiers y Beauvais) tiene un Prefacio propio para el Corpus Christi (y su Octava) y la Misa de Desagravio al Santísimo Sacramento, el cual es una rescensión del antiguo Sacramentario Gelasiano. En este prefacio, se expresa y reafirma la doctrina sobre el Sacrificio de Cristo en la Cruz, Oblación pura y perfecta que abolió para siempre las innumerables víctimas prescritas en la Ley mosaica, Sacrificio que es renovado de modo incruento en la Santa Misa:
  
PRÆFÁTIO DE SANCTÍSSIMO SACRAMÉNTO: Vere dignum et justum est, ǽquum et salutáre, nos tibi semper et ubíque grátias ágere: Dómine sancte, Pater omnípotens, ætérne Deus, per Christum Dóminum nostrum. Qui, remótis carnálium victimárum inánibus umbris, Corpus et Sánguinem suum nobis in Sacrifícium commendávit: ut in omni loco offerátur nómini tuo, quæ tibi sola complácuit, Oblátio munda. In hoc ígitur inscrutábilis sapiéntiæ, et imménsæ caritátis mystério, idípsum quod semel in Cruce perfécit, non cessat mirabíliter operári, ipse Ófferens, ipse et Oblátio. Et nos, unam secum hóstiam efféctos, ad sacrum invítat convívium, in quo ipse cibus noster súmitur, recólitur memória Passiónis ejus, mens implétur grátia, et futúræ glóriæ nobis pignus datur. Et ídeo cum Ángelis et Archángelis, cum Thronis et Dominatiónibus, cumque omni milítia cœléstis exércitus, hymnum glóriæ tuæ cánimus, sine fine dicéntes. [Verdaderamente es digno y justo, equitativo y saludable, que te demos gracias en todo tiempo y lugar, oh Señor Santo, Padre todopoderoso y eterno Dios, por Cristo, Señor nuestro. Que habiendo removido la sombra de las inútiles víctimas, nos encomendó como Sacrificio su Cuerpo y su Sangre, para que en todo lugar se ofrezca en tu Nombre la única Ofrenda pura que Te complace. Pues en este misterio de su inescrutable Sabiduría e inmensa Caridad, no cesa de operarse maravillosamente el Sacrificio realizado en la Cruz, donde Él se mismo se ofreció como Oblación. Y a nosotros, hechos con Él una misma hostia, nos invita a este sagrado banquete en el cual se nos da por alimento, renovando la memoria de su Pasión, para llenar nuestras almas de su Gracia y darnos la prenda de la Gloria futura. Por eso, unidos a los Ángeles y los Arcángeles, con los Tronos y las Dominaciones, junto con toda la celestial milicia, cantamos un himno a tu Gloria diciendo sin cesar].

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