jueves, 25 de julio de 2019

BENDICIÓN DEL DÍA DE SAN SANTIAGO

En el antiguo Ritual de la Diócesis de Verdún, tomo II, págs. 646 y 647 (año 1787) se encuentra la siguiente bendición para las manzanas, que para estas fechas empiezan a cosecharse:

LATÍN
BENEDÍCTIO POMÓRUM IN DIE SANCTI JACÓBI APÓSTOLI

℣. Adjutórium nostrum in nómine Dómini.
℟. Qui fecit cœlum et terram.
℣. Dóminus vobíscum.
℟. Et cum spíritu tuo.
Orémus.

ORATIO
Benedic, Dómine, hos novos fructus pomórum, et præsta: ut, qui ex eis in tuo sancto nómine vescéntur, córporis et ánimæ salúte potiántur. Per Dóminum nostrum Jesum Christum Fílium tuum, qui tecum vivit et regnat in unitáte Spíritus Sancte, Deus, per ómnia sǽcula sæculórum. ℞. Amen.

Orémus.
  
Te deprecámur, omnípotens Deus, ut hos novos fructus benedícas: et qui, post manducátum vétitæ arbóris fructum, in protoparénte justa mortis senténtia mulctáti sumus; per Spíritus tui benedictiónem sanctificáti: depúlsa primi facinóris malignitáte, fructus salúbres e terra germinánte sumámus. Per Dóminum nostrum Jesum Christum Fílium tuum, qui tecum vivit et regnat in unitáte ejúsdem Spíritus Sancte, Deus, per ómnia sǽcula sæculórum. ℞. Amen.
     
TRADUCCIÓN

BENDICIÓN DE LAS MANZANAS EN EL DÍA DE SAN SANTIAGO APÓSTOL
  
℣. Nuestro auxilio está en el Nombre del Señor.
℟. Que hizo el cielo y la tierra.
℣. El Señor esté con vosotros.
℟. Y con tu espíritu.
Oremos.

ORACIÓN
Bendice, oh Señor, estos nuevos frutos de manzanas, y concede que, quienes coman de ellos en tu santo Nombre, alcanzen salud de alma y cuerpo. Por nuestro Señor Jesucristo tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del mismo Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
  
Te suplicamos, Dios omnipotente, que bendigas estos nuevos frutos, y que, después de que hemos sido multados con una justa sentencia de muerte en de nuestro primer padre que había comido el fruto del árbol vedado, sean santificados por la bendición de tu Espíritu; y expulsado el primer hacedor de maldad, podamos comer los frutos saludables que germinan de la tierra. Por nuestro Señor Jesucristo tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del mismo Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

Luego el Sacerdote las asperja con agua bendita y las distribuye a los asistentes.

Una versión más antigua de esta bendición la podemos encontrar el Manual del Uso de la percelebre iglesia de Sarum (año 1555), fols. 64b-65, como también en el Misal Lausanense de 1493, pág. 191 (y recopilado por Dom Edmundo Marténe OSB en su obra De Antíquis Ecclésiæ rítibus, tomo IV, cap. XXXIII, núm. 8, pág. 198).

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