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domingo, 19 de diciembre de 2010

"Le Retour des Princes Français à Paris" HIMNO NACIONAL DE FRANCIA


"Le Retour des Princes Français à Paris" (El Retorno de los Príncipes a París) fue el Himno Nacional de Francia durante la Restauración Borbónica (Retorno de la Casa de Borbón al Trono, desde 1814 a 1830), y es una insignia de la Resistencia Católica Monarquista de Francia.

Letra en Francés

La paix ramène
tous les princes français
chantons l'antienne,
aujourd'hui désormais
que ce bonheur tienne
Vive le roi! Vive la paix!

Vive la France
et les sages Bourbons
plein de clémence,
dont tous les coeurs sont bons!
la paix, l'abondance
viendront dans nos cantons.

Quelle joie extrême
Vive, vive d'Artois!
duc d'Angoulême!
chantons tous à la fois
Louis dix-huitième,
descendant de nos rois!

Le diadème
de France est pour un Roi,
notre voeu même
est la raison pourquoi,
oui, Louis nous aime,
Vive, vive le Roi!

Plus de tristesse,Vive, vive Louis!
princes, princesses,
nous sommes réjouis,
que les allégressesrègnent dans tous pays!

Traudcción al Español

La paz vuelve
los príncipes franceses
cantan el himno
hoy y en el futuro
que sean así de felices
¡Viva el rey! ¡Viva la paz!

Viva Francia
y los Borbones,
llenos de clemencia
¡y todos de buen corazón!
La paz, la abundancia
vendrán a nuestros cantones.

Que gran alegría
¡Viva, viva el Conde de Artois!
¡Duque de Angulema!
Cantemos todos a la vez
Luis dieciocho
¡descendiente de nuestros reyes!

La corona
de Francia es para un rey
nuestro mismo voto
es la razón por la que
Luis nos ama.

No más tristeza
¡Viva, viva Luis!
príncipes, princesas
nosotros nos regocijamos
¡Que la alegría
reine en todo el país!

EL TRABAJO MÁS HONESTO: LA AGRICULTURA (ARISTÓTELES)

Desde Núcleo de la Lealtad

La agricultura, la más honesta de las ocupaciones (Calendario Agrícola de Pedro Crescenzi, 1306)

ARISTÓTELES, Economía doméstica, Libro I. [1343 b] Capítulo 2. Partes que componen la entidad familiar y problemas que suscitan las relaciones entre ellas

Las partes componentes de una familia [1] son las existencias humanas y los bienes y efectos móviles o inmuebles. Y así como la familia no es una excepción a la regla de que la naturaleza de una cosa debe primeramente ser estudiada en su más escueta y simple forma, seguiremos a Hesíodo y comenzaremos por sentar este postulado:

Se necesita primero la casa y la finca, y una mujer; un robusto buey de labranza, para la tierra.

Porque el lugar tiene la precedencia entre nuestras necesidades físicas, y la mujer la tiene entre nuestros compañeros libres. Por esta razón uno de los cometidos del arte de la administración doméstica es el de establecer un orden en las relaciones mutuas entre el hombre y la mujer; en otras palabras: procurar que ello sea lo que debe ser.

De entre las ocupaciones que se dirigen a atender nuestras posesiones y bienes muebles, vienen en primer lugar las que son naturales. Entre esas ocupaciones, la precedencia corresponde a cualquiera que vaya dirigida al cultivo de la tierra; aquellas que, como la minería, van dirigidas a extraer la riqueza de su seno, ocupan el segundo lugar. La agricultura es la más honesta de todas estas ocupaciones; supuesto que la riqueza que ella produce no deriva de otros hombres. En esto se distingue del comercio y de los empleos asalariados, que adquieren la riqueza de otros por medio de su consentimiento; y de la guerra, que la saca por la fuerza y sujeción. Eso es también una ocupación natural, porque, por convenio de la naturaleza, todas las criaturas reciben el sostenimiento de sus madres, y el género humano, como los demás, lo recibe de su madre común, la tierra.

Además de todo eso, la agricultura contribuye notablemente a la formación del carácter verdaderamente viril, porque, contrariamente a las artes mecánicas, no estropea ni debilita los cuerpos de los que se dedican a ello, sino que los habitúa a la vida al aire libre y al trabajo y los vigoriza de cara a los peligros de la guerra. Porque las posesiones de los agricultores y granjeros, contrariamente a las de los demás hombres, están fuera de las defensas de la ciudad.

Nota

[1] El término «familia», en la antigüedad, comprende tanto los componentes humanos de la misma en sentido amplio –parientes, trabajadores, esclavos–, como los bienes materiales de cualquier clase que hacen posible y garantizan la vida y prosperidad del conjunto. En la traducción nos atenemos siempre, para la palabra «familia», a esta acepción amplia del término [Francisco de P. Samaranch].

Fuente

Aristóteles, Obras. Aguilar S.A. ediciones (Segunda edición –primera reimpresión– 1973), p. 1378.

domingo, 12 de diciembre de 2010

Mons. MARCEL LEFEBVRE DENUNCIÓ EL VATICANO II

Desde RADIO CRISTIANDAD vía ESPADA CATÓLICA

Mons. Marcel Lefebvre, defensor de la Tradición Católica

Original en francés:
De même que l’Israël de l’Ancien Testament a eu une histoire bien troublée á cause d’infidélités continuelles vis-à-vis de Dieu, bien souvent œuvres de ses chefs et de ses lévites, ainsi l’Eglise militante dans ce monde connait sans cesse des périodes d’épreuves á cause de l’infidélité de ses clercs, par leurs compromissions avec le monde.

Plus les scandales viennent de haut et plus ils provoquent de désastres. Certes, l’Eglise en elle-même garde toute sa sainteté et ses sources de sanctification, mais l’occupation de ses institutions par des papes infidèles, et par des évêques apostats, ruine la foi des clercs et des fidèles, stérilise les Instruments de la grâce, favorise les assauts de toutes les puissances de l’Enfer qui semblent triompher.

Cette apostasie fait de ces membres des adultères, des schismatiques opposés á toute tradition, en rupture avec le passé de l’Eglise et donc avec l’Eglise d’aujourd’hui, dans la mesure où elle demeure fidèle á l’Eglise de Notre-Seigneur. Tout ce qui demeure fidèle á la véritable Eglise est l’objet de persécutions sauvages et continuelles.


Mais nous ne sommes pas les premiers persécutés par de faux frères pour avoir gardé la foi et la tradition; le Martyrologe nous l’enseigne tous les jours. Plus la sainte Eglise est outragée, plus nous devons nous attacher á Elle, corps et âme, plus nous devons nous efforcer de la défendre et lui assurer sa continuité en puisant dans ses trésors de sainteté pour reconstruire la Chrétienté.
 

Traducción al español:

Así como el Israel del Antiguo Testamento tuvo una historia bien turbulenta por causa de sus continuas infidelidades a Dios, muchas veces obras de sus jefes y de sus levitas, así también la Iglesia militante en este mundo conoce sin cesar períodos de pruebas por causa de la infidelidad de sus clérigos, por sus compromisos con el mundo

Cuanto de más arriba vienen los escándalos, tantos más desastres provocan. Cierto es que la Iglesia en sí misma conserva toda su santidad y sus fuentes de santificación, pero la ocupación de sus instituciones por papas infieles, y por obispos apóstatas, arruina la fe de los clérigos y de los fieles, esteriliza los instrumentos de la gracia, favorece los asaltos de todas las potencias del Infierno, que parecen triunfar.

Esta apostasía hace de estos miembros adúlteros, cismáticos opuestos a toda tradición, en ruptura con el pasado de la Iglesia y, por lo tanto, con la Iglesia de hoy, en la medida en que ella permanece fiel a la Iglesia de Nuestro Señor. Todo aquello que permanece fiel a la verdadera Iglesia es objeto de persecuciones salvajes y continuas.

Pero no somos los primeros perseguidos por falsos hermanos por haber conservado la fe y la tradición; el Martirologio nos lo enseña todos los días. Cuanto más ultrajada es la Iglesia, tanto más debemos aferrarnos a Ella, en cuerpo y alma, más debemos esforzarnos por defenderla y asegurarle su continuidad, abrevando en sus tesoros de santidad para reconstruir la Cristiandad.