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lunes, 16 de mayo de 2011

CONSIDERACIONES SOBRE LOS JUDÍOS

Desde Crónica del Fin de los Tiempos



EL PUEBLO JUDÍO ES DEICIDA. Todos los judíos que participaron en la muerte de Nuestro Señor Jesucristo, los que Lo rechazaron y los que callaron obedeciendo a sus a sus jefes son culpables de DEICIDIO, así como todos sus descendientes, hasta el fin de los tiempos, que no hayan aceptado Su doctrina.

NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO ES EL VERBO DE DIOS ENCARNADO, ES POR TANTO, VERDADERO DIOS Y VERDADERO HOMBRE.

HECHOS 3, 1-26: Curación del tullido. Discurso de San Pedro al pueblo judío. 
Hechos 4, 1-22. Pedro y Juan ante el Sanedrín.

HECHOS, 14: “Mas vosotros ……disteis la muerte al autor de la vida, pero Dios lo ha resucitado de entre los muertos, y nosotros hemos sido testigos de su resurrección”.
San Pablo, I Tesalonisences, 15: “Que han dado muerte al Señor Jesús”. 
San Pablo, I Corintios, 2,15 “si lo hubieran conocido, nunca hubieran crucificado al Señor de la Gloria”

Es necesario interrogar a la Sagrada Escritura según la mentalidad bíblica y a la luz de la Tradición y no según la mentalidad moderna. Toda la historia de Israel corre sobre el principio de la polaridad: de un lado Dios con sus favores y sus castigos colectivos; y de otro, el “pueblo elegido” con su aceptación o rechazo a los mandatos de Dios por medio de Sus profetas. El pueblo judío entero, siempre ha sido considerado como responsable de las faltas cometidas por sus dirigentes, incluso cuando una gran parte de ese pueblo haya sido ajeno. HAY POR LO TANTO, UNA RESPONSABILIDAD COLECTIVA.

La razón de las parábolas. 

San Mateo, 13, 10 a 17. “En ellos se cumple la profecía de Isaías, que dice: Oiréis, pero no entenderéis, miraréis pero no veréis. 15 Porque el corazón de este pueblo se ha endurecido, y han cerrado sus ojos para no ver con los ojos ni oír con los oídos, ni entender en su corazón, ni convertirse, ni que yo los sane”.

HECHOS 7, 52.San Esteban acusa en bloque a los judíos de su época, aunque no todos lo hubiesen merecido personalmente: “Cabezas duras, incircuncisos de corazón y de oídos. Os resistís perpetuamente al Espíritu Santo. Vuestros padres lo hacían, y también vosotros ahora”

San Juan 1, 11 escribe: “Ha venido a los suyos y los suyos no le han recibido”
San Juan 11, 49 a 52. Caifás dijo a los sacerdotes en el Sanedrín: “Vosotros no entendéis nada, ni comprendéis que os conviene que muera un solo hombre por el pueblo, y no toda la nación perezca….”
Por tanto, el propio sumo sacerdote de los judíos interpreta la acción del Sanedrín en nombre e interés de toda la nación. 

San Mateo escribe en el capítulo 27, vs. 24 a 26: “SU SANGRE SOBRE NOSOTROS Y SOBRE NUESTROS HIJOS”


RESPONSABILIDAD COLECTIVA:

San Mateo 23, 29-36: Soberbia de los escribas y fariseos, Daños que hacen los fariseos, Su hipocresía: “ y decís: Si nosotros hubiéramos vivido en los días de nuestros padres, no hubiéramos participado con ellos en la muerte de los profetas”. “Así, pues, dais testimonio contra vosotros que sois hijos de aquellos que mataron a los profetas. Colmad, pues, la medida de vuestros padres”

El castigo de los fariseos: “¡Serpientes, raza de víboras!, ¿Cómo podéis escapar de la condenación del infierno? , por esto, mirad: os voy a enviar profetas, sabios y escribas. A unos los mataréis y los crucificaréis, a otros los azotaréis en vuestras sinagogas y los perseguiréis de ciudad en ciudad, para que caiga sobre vosotros toda la sangre inocente derramada en la tierra, desde la sangre del justo Abel hasta la sangre de Zacarías, hijo de Baraquías, a quien matasteis entre el santuario y el altar. En verdad os digo: todo esto vendrá sobre la presente generación”

Quejas contra Jerusalén: “Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que a ti son enviados”

En las siguientes parábolas, Nuestro Señor Jesucristo anuncia a los jefes de los judíos que por la dureza de su corazón, les será quitado el Reino del Espíritu y dado a otros pueblos, (los gentiles que acepten Su doctrina), para que éstos sean Su nuevo pueblo elegido. No elegido por la carne, sino por la Fe.

Por lo cual, todos los judíos que siguieron a sus jefes y se echaron sobre sus cabezas y las de sus hijos, la sangre del Justo, cayeron en desgracia. Y habiendo sido los primeros en la predilección divina; serán los últimos, un puñado, en entrar al Reino hasta que reconozcan a Jesucristo como Dios en unión del Padre y del Espíritu Santo.

En el capítulo 7 del Apocalipsis, San Juan, con su lenguaje enigmático, nos da el número, simbólico si se quiere, de los elegidos. Indicando con esto, que no se convertirá la totalidad de los judíos, sino, solamente una pequeña parte.

Apocalipsis, 7: 3 - 8: Luego vi a otro Ángel que subía del Oriente, llevando el sello del Dios vivo. Y comenzó a gritar con voz potente a los cuatro Ángeles que habían recibido el poder de dañar a la tierra y al mar: "No dañen a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que marquemos con el sello la frente de los servidores de nuestro Dios". Oí entonces el número de los que habían sido marcados: eran 144.000, pertenecientes a todas las tribus de Israel. Doce mil de la tribu de Judá, doce mil de la tribu de Rubén, doce mil de la tribu de Gad, doce mil de la tribu de Aser, doce mil de la tribu de Neftalí, doce mil de la tribu de Manasés, doce mil de la tribu de Simeón, doce mil de la tribu de Leví, doce mil de la tribu de Isacar, doce mil de la tribu de Zabulón, doce mil de la tribu de José, doce mil de la tribu de Benjamín.

Este pequeño grupo de elegidos al fin de los tiempos, basta para que la promesa que Dios les hizo como pueblo de Su elección quede a salvo, y no se pueda argumentar que Dios ha rechazado para siempre a Su pueblo. Este residuo de los judíos convertidos a Cristo constituye, de hecho, el verdadero Israel de Dios.

Sin templo ni sacrificio y con su ciudad Santa destruida, sin rey ni sacerdotes, en suma sin patria, vagaron por el mundo durante 18 siglos hasta en fin de los tiempos (el año de 1948), perdiendo el Reino espiritual, por su inconmensurable crimen. Solamente les ha quedado el reino material, que el Príncipe de este mundo les ha dado. Desde la Pasión y Muerte de Cristo, los judíos talmúdicos y post cristianos han sido los enemigos más encarnizados de la Cristiandad hasta hoy en día.


Los judíos talmúdicos sólo conservan el reino material (el País de Canaan) porque el diablo se los ha dado. (Proclamación del "estado de Israel" por parte de la ONU. 14-V-1948)

El judaísmo de los tiempos posteriores a Nuestro Señor Jesucristo participa objetivamente de la responsabilidad colectiva de deicidio y de reprobación, ya que este judaísmo es la contiuación libre y voluntaria del judaísmo que habìa rechazado a Cristo.

Por último, es importante constatar firmemente, que para nosotros los católicos, EL ÚNICO HOLOCAUSTO VÁLIDO, ES EL SACRIFICIO Y MUERTE DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO EN LA CRUZ, no habiendo otro.


Este es el único Holocausto que debemos reconocer como válido: la Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo en la Cruz. ¡NO HAY MÁS!


CURACIÓN DEL SIERVO DEL CENTURIÓN. SAN MATEO 8, 5-13: Al entrar en Cafarnaum, se le acercó un centurión, rogándole: "Señor, mi sirviente está en casa enfermo de parálisis y sufre terriblemente". Jesús le dijo: "Yo mismo iré a curarlo". Pero el centurión respondió: "Señor, no soy digno de que entres en mi casa; basta que digas una palabra y mi sirviente se sanará. Porque cuando yo, que no soy más que un oficial subalterno, digo a uno de los soldados que están a mis órdenes: "Ve", él va, y a otro: "Ven", él viene; y cuando digo a mi sirviente: "Tienes que hacer esto", él lo hace". Al oírlo, Jesús quedó admirado y dijo a los que lo seguían: "Les aseguro que no he encontrado a nadie en Israel que tenga tanta fe. Por eso les digo que muchos vendrán de Oriente y de Occidente, y se sentarán a la mesa con Abraham, Isaac y Jacob, en el Reino de los Cielos; en cambio, los herederos del Reino serán arrojados afuera, a las tinieblas, donde habrá llantos y rechinar de dientes". Y Jesús dijo al centurión: "Ve, y que suceda como has creído". Y el sirviente se curó en ese mismo momento.


Jesús, cuando dice: "muchos vendrán de Oriente y de Occidente, y se sentarán a la mesa con Abraham, Isaac y Jacob, en el Reino de los Cielos; en cambio, los herederos del Reino serán arrojados afuera, a las tinieblas, donde habrá llantos y rechinar de dientes", declara que la Iglesia es el Pueblo Elegido del Nuevo y Eterno Testamento


PARÁBOLA DE LOS RENTEROS HOMICIDAS. SAN MATEO 21, 33-46: "Escuchen otra parábola: Un hombre poseía una tierra y allí plantó una viña, la cercó, cavó un lagar y construyó una torre de vigilancia. Después la arrendó a unos viñadores y se fue al extranjero. Cuando llegó el tiempo de la vendimia, envió a sus servidores para percibir los frutos. Pero los viñadores se apoderaron de ellos, y a uno lo golpearon, a otro lo mataron y al tercero lo apedrearon. El propietario volvió a enviar a otros servidores, en mayor número que los primeros, pero los trataron de la misma manera. Finalmente, les envió a su propio hijo, pensando: "Respetarán a mi hijo". Pero, al verlo, los viñadores se dijeron: "Este es el heredero: vamos a matarlo para quedarnos con su herencia". Y apoderándose de él, lo arrojaron fuera de la viña y lo mataron. Cuando vuelva el dueño, ¿qué les parece que hará con aquellos viñadores?" Le respondieron: "Acabará con esos miserables y arrendará la viña a otros, que le entregarán el fruto a su debido tiempo". Jesús agregó: "¿No han leído nunca en las Escrituras: La piedra que los constructores rechazaron ha llegado a ser la piedra angular: esta es la obra del Señor, admirable a nuestros ojos? Por eso les digo que el Reino de Dios les será quitado a ustedes, para ser entregado a un pueblo que le hará producir sus frutos". [El que caiga sobre esta piedra quedará despedazado, y sobre quien ella caiga será aplastado]. Los sumos sacerdotes y los fariseos, al oír estas parábolas, comprendieron que se refería a ellos. Entonces buscaron el modo de detenerlo, pero temían a la multitud, que lo consideraba un profeta"

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