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miércoles, 11 de julio de 2012

LA GRACIA Y LA PREDESTINACIÓN, SEGÚN SAN AGUSTÍN

A raíz de un comentario en nuestro artículo "LA SANGRE DE CRISTO, ¿"PRO MULTIS" O "PRO OMNES"?" (sobre las palabras del Canon de la Misa), comentario donde afirman que NO ESTAMOS EN EL MAGISTERIO DE LA IGLESIA (tildándonos indirectamente de Jansenistas), publicamos este artículo de nuestro aliado SURSUM CORDA sobre la definición que San Agustín (PADRE Y DOCTOR DE LA IGLESIA) presenta sobre la Predestinación, y de cómo esta es parte de la Doctrina Católica.

San Agustín, Doctor de la Gracia y la Predestinación
Recientemente estaba leyendo mucho material producido por teólogos de la Compañía de Jesús, no la actual modernista, sino la pre-conciliar, que también era modernista y antes de que se inventara el modernismo era laxista, algo de lo que jamás se desprendieron.

Si algo me ha sorprendido de los jesuitas es su constante ínsistencia en que todos los hombres pueden salvarse. En este blog hemos hablado ya del universalismo, es decir la creencia de que todos los hombres se salvarán. Esto los jesuitas de hoy lo dicen abiertamente, más los pre-conciliares habían elaborado un sistema muy cercano al semipelagianismo por el cual bastaba la voluntad del hombre para conseguir su salvación, siendo el gran arquitecto de ese sistema teológico el jesuita Molina que rechazaba la eseñanza católica de la predestinación y la gracia eficaz. Los jesuitas, herejes y calumniadores, cuando se les hechaba en cara su error tan cercano a la herejía respondían con ataques y acusaban a quienes exponían la verdad de calvinistas. Así, por ejemplo llegaron al extremo de hacer poner en duda nombres tan notables como los del Cardenal de Noris, famoso agustino italiano del Siglo XVIII.

El principal de los argumentos de los jesuitas (pre y post-conciliares) es el versículo de I Timoteo 2:4 "Dios quiere que todos los hombres se salven".

Sin embargo, muy pocas veces vemos que incluso entre los tradicionalistas más inteligentes haya un análisis de este versículo apelando a la enseñanza del gran Doctor de la Gracia San Agustín de Hipona.

¿Que nos dice el Maximo Doctor de la Iglesia? Para él las palabras del Apostol de los gentiles debe entenderse en el sentido de los elegidos, es decir de los predestinados. El principal argumento de San Agustín es la omnipotencia de Dios, es decir, Dios hace lo que él quiere y lo que él quiere debe cumplirse efectivamente. En efecto, en las Confesiones San Agustín, retomando a Platón señala que Dios está fuera de la Historia, es decir, al margen del tiempo, porque el tiempo fue creado por Dios y por lo tanto el devenir histórico no puede afectarlo, porque en caso contrario Dios no sería inmutable... los jesuitas con su teoría de la concausalidad niegan este dogma de fe.

Continuemos. Si Dios ha decidido que alguien debe salvarse, entonces esa persona no puede quebrar la voluntad de Dios, porque la misma existe efectivamente desde antes del nacimiento de esa persona y además porque lo que Dios quiere efectivamente se cumple. En caso contrario Dios no sería omnipotente. Para reforzar su argumento, San Agustín cita varios pasajes de las Sagradas Escrituras donde se muestra que los milagros no siempre convertían a todos, sino a unos pocos y además, en algunas oportunidades el Espíritu evitaba que los Apostoles visitaran y predicaran en determinados lugares, y mucho más Nuestro Señor como ocurre en Mt XI donde Cristo predica contra las ciudades incrédulas. Eso demuestra, según el Doctor que el sentido de "Dios quiere que todos los hombres se salven" se refiere a aquellos que Dios quiso "guardar" y no a todos los hombres en absoluto. EN efecto, aquellos que se salvan son guardados, preservados, ese es el sentido del "Don de perseverancia":
"Esta es la predestinación de los santos, - nada más, a saber, el conocimiento previo y la preparación de los dones de Dios, por el que se entrega con toda seguridad, sean quienes sean, que se entregan . Pero ¿dónde están el resto dejado por el justo juicio divino, excepto en la masa de la ruina, donde los tirios y sidonios quedaron? que, por otra parte, hubiera podido creer si habían visto maravillosos milagros de Cristo. Pero como no se les dio para pensar, de creer los medios también se les negó. [...] Pero, ¿Lo que dijo el Señor de los tirios y sidonios no puede acaso ser entendida de otra manera: que nadie, sin embargo viene a Cristo a menos que se le ha dado, y que es dado a aquellos que se escogió en él antes de la fundación el mundo, confiesa sin lugar a dudas el que oye la palabra divina. [...] "Para ti", dijo, «es dado saber el misterio del reino de los cielos, pero a ellos no les es dado.'' (El don de la perseverancia 35)
 
Dios, si quisiera podría salvar efectivamente a todos los hombres, podría convertir a todos con solo desearlo desaparecería el pecado, la herejía, la apostasía y todos iríamos a Cristo. Todos si él lo deseara. Pero Dios no quiere eso... porque ha decidido salvar a unos para mostrar su misericordia, mientras que a otros, como enseñó San Agustín, los deja perder para mostrar su justicia.

Y nadie puede objetar la acción de Dios, porque nadie puede ser más justo ni más misiericordioso que el Señor.

26 comentarios:

  1. Hermano de la soberanía de Dios nadie tiene ninguna duda, pero la predestinación según san agustín católico y Calvino, pone en tela de juicio su misericordia, con unos y con otros no, Dios no hace acepción de personas, el principio de ser el hombre forjador de su propio destino; no tiene su origen con Adán, sino en el cielo donde el diablo eligió revelarse contra Dios, y este principio se mantendría a lo largo y ancho de las escrituras, el hombre tiene que aprender por si mismo a elegir entre el bien y el mal, entre el infierno o el cielo, ese fue el deseo de Dios con Adán. si la biblia dice que nos creo a su imagen y semejanza, es porque también nos dio voluntad propia como Él.
    Y no ponga sus pensamientos irracionales, en los pensamientos de Dios.

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    1. Entonces la Escritura es irracional para Vd., porque la Predestinación halla su fundamento en Romanos 9, 6 y ss. Porque en Dios, el querer y hacer son uno solo.

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    2. Dios no hace acepción de personas, en tanto que el evangelio es para todos, pero no todos lo aceptan, los que no lo aceptan son aquellos incrédulos que rechazan la gracia de Dios, ellos serán juzgados, de hecho ese pasaje que usted cita, realmente, no sirve como argumento contra la predestinación, y digo esto no porque crea en ella, porque aún no la comprendo en su totalidad, sino porque no puede argumentar con un versículo cuyo contexto, es precisamente el juicio justo que Agustín y Calvino tratan de comprender a través de la predestinación.

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    3. El pasaje citado (Romanos 9, 6 y ss) va a favor de la predestinación.

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  2. Querido hermano: Romanos 9 fue sacado de contexto y aplicado a la predestinación y salvación en particular de los hombres, si usted lee paralelamente desde un principio texto por texto notara que el sentir del apóstol en este caso fue; que los judíos entendieran que de la misma manera que Dios endureció el corazón de Faraón, para salvar a su pueblo, así fue endurecido el corazón de ellos para salvar a los gentiles, no cabe ninguna duda que Jacob como todos aquellos que participaron en el plan de Dios para salvarnos a nosotros, fueron predestinados, pero en este caso lo que había era una salvación predestinada a los gentiles como masa, e Israel con su ley no lo podía evitar, y así como en un tiempo la misericordia de Dios fue con Israel, ahora seria con los gentiles. La respuesta esta en Romanos 9: 30-31.

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    1. Lleva razón en lo dicho, que en primera instancia el texto refiere a la conversión de los judíos. Pero Santo Tomás de Aquino emplea en la cuestión 23 de la Suma Teológica el citado capítulo 9 para explicar la predestinación:
      "En la misma bondad divina puede encontrarse la razón de la predestinación de algunos y de la condenación de otros. Pues se dice que Dios hizo todas las cosas debido a su bondad, para que la bondad divina estuviera representada en todas las cosas. Por lo tanto, es necesario que la bondad divina, una y simple, en las cosas esté representada de múltiples formas, debido a que las cosas creadas no pueden alcanzar la simplicidad divina. De aquí que para la plenitud del universo se precisen diversos grados en las cosas, ocupando unas el lugar más alto y otras el más bajo. Y para que se mantenga la multiformidad de grados en las cosas Dios permite que haya algunos males a fin de que no se impidan muchos bienes, como ya se dijo anteriormente (q.2 a.3 ad 1; q.22 a.2).
      Por lo tanto, tomaremos todo el género humano como la totalidad de las cosas. Y así, Dios quiso representar su bondad en algunos hombres, los que predestina, a través de su misericordia, con el perdón; y a otros, los que condena, a través de su justicia, con el castigo. Y ésta es la razón por la que Dios a unos predestina y a otros condena. A esta misma causa se refiere el Apóstol en Rom 9,22s. cuando dice: Queriendo Dios mostrar su ira (esto es, su justicia vindicativa), y queriendo dar a conocer su poder, contuvo (esto es, permitió) con mucha paciencia los vasos de la ira preparados para la condena a fin de dar a conocer la riqueza de su gloria contenida en los vasos de la misericordia preparados para la bienaventuranza. Y en 2 Tim 2,20, dice: En una casa de altura no sólo hay vasos de oro y de plata, sino también de madera y de barro; unos, para servicios honrosos; otros, para servicios más bajos.
      ¿Por qué elige a unos para la gloria y a otros los condena? La razón de esto está en la voluntad divina. Por eso, en Super Ioannem dice Agustín: ¿Por qué a éste? ¿Por qué no a aquél? No quieras juzgarlo si no quieres equivocarte.
      También en los seres naturales sucede algo semejante, ya que en la materia prima, que es toda uniforme, se puede determinar por qué una de sus partes ha recibido forma de fuego y otra forma de tierra desde que Dios la creó: es decir, para qué hubiera diversidad de especies en las cosas naturales. Pero por qué esta parte tiene una forma y aquella parte otra, depende de la simple voluntad divina. Lo mismo que de la voluntad del arquitecto depende que esta piedra esté en esta parte de la pared y aquélla en la otra, aun cuando la razón de arte estime que unas tengan que estar aquí y otras allí.
      Sin embargo, aun cuando Dios no trate igual a quienes son iguales, no por eso hay iniquidad en El. De ser así, se opondría a la razón de justicia si el efecto de la predestinación fuera pago de la deuda y no don de la gracia. En lo que se da por gracia, alguien puede dar libremente lo que quiera, o más o menos, mientras no deje de dar lo debido a quien le toque y no haya detrimento de la justicia. Esto es lo que dice el padre de familia en Mt 20,14s.: Toma lo tuyo y márchate. ¿Acaso no puedo hacer lo que quiero?" (Suma Teológica, Parte I, Cuestión 23, art. 5).

      La predestinación como tal nunca fue condenada por la Iglesia, porque de ello se derivaría su errabilidad. Sí se condenó algo fue el separar el libre albedrío y los auxilios espirituales, error en el que tristemente han incurrido muchos incluso en nuestros días.

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    2. También se condenó eclesiásticamente la teoría de la doble predestinación de Calvino, y su uso de las riquezas o adversidades terrenas como señal para identificar respectivamente a los bienaventurados y los réprobos.

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  3. Irmão, e sobre Jansênio? Ele era agostiniano rígido.

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  4. Irmão, sabe onde posso encontrar obras do Cardeal Noris?

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    1. Hermano, creemos que hay varias obras digitalizadas en Google Books. Todas en latín.

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  5. E sabe porque o acusavam de jansenismo?

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    1. Porque Noris reivindicó la doctrina de San Agustín sobre el pecado original, la gracia y la predestinación, creando un sistema, aunque contrapuesto al jansenista, opuesto frente al sistema laxista jesuítico.

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  6. Mas Agostinho ensinava que, sem a graça, o livre-arbítrio não faz nada além de pecar, o que foi condenado pela Igreja em Baio.

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    1. Si mal no recordamos en la historia, y aun a pesar de nuestra insipiencia teológica, lo que se condenó en Miguel Bayo (y posteriormente en Cornelio Jansenio, que lo aprendió de Jacques Janson en la Universidad de Lovaina) fue que (1) la naturaleza y la gracia en Adán y Eva eran conexos necesariamente -pelagianismo-; (2) el pecado original es la concupiscencia arraigada en la naturaleza, que hace que sin la Redención las buenas obras sean pecado y las virtudes vicios -calvinismo-; y (3) tras la redención, las buenas obras justifican sin los méritos de Cristo, quedando la gracia reducida a un freno a la concupiscencia -socinianismo-. Opiniones distantes a San Agustín, y claramente contrarias a los decretos tridentinos sobre el Pecado original y la Justificación (sesiones V y VI), que definen (1) La justicia original del hombre como un don sobrenatural; (2) el pecado original como la pérdida de privilegios puramente gratuitos; (3) la Justificación como renovación interior del alma por la gracia santificante.

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  7. Agostinho, assim como Jansênio, negava que Deus quer a salvação de todos.

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    1. San Agustín no pensaba de esa manera. De hecho, luego de su conversión combatió a maniqueos, pelagianos y donatistas por igual, al sostener que Dios, quien creó al hombre sin él, no lo puede salvar sin su concurso, siguiendo el principio escritural de que Dios quiere que todos los hombres sean salvos por Jesucristo. Jansenio, quien malinterpreta a San Agustín y excluye la escolástica, en cambio, es más afín al calvinismo por la teoría de la doble predestinación, y de él se deriva la poca frecuencia a los Sacramentos enseñada por los hermanos Antonio y Angélica Arnaud, el rigorismo en la dirección espiritual del abad de Saint Cyran y la extremada ascética de las monjas cistercienses y los solitarios de Port Royal des Champs, y finalmente la fusión con el programa político galicanista por Pascasio Quesnel.

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  8. 42. Citas también un texto del Apóstol que deja la puerta abierta a todo el que llama, porque Dios quiere se salven todos los hombres y lleguen al conocimiento de la verdad 62; y quieres entendamos, bajo tu magisterio, que, si no se salvan todos los hombres ni llegan al conocimiento de la verdad, es porque no quieren pedir lo que Dios quiere darles; no quieren buscar, cuando Dios se hace el encontradizo, y no quieren llamar, cuando Dios les quiere abrir. Pero esta tu exégesis queda invalidada por el silencio de los niños, que ni piden, ni buscan, ni llaman; y, cuando son bautizados, se resisten, lloran y, a su manera, protestan; sin embargo, reciben, encuentran, se les abre, y entran en el reino, donde encuentran la salvación eterna y el conocimiento de la verdad; pero hay muchos que no reciben esta gracia de adopción de aquel que quiere se salven todos los hombres y lleguen al conocimiento de la verdad. De ellos ciertamente no se puede decir: Quise, y no habéis querido 63; porque, si él quiere, ¿quién de estos niños, que carecen del libre albedrío de la voluntad, puede resistir a su voluntad omnipotente? ¿Por qué no entender esta sentencia: Quiere se salven todos los hombres y lleguen al conocimiento de la verdad 64, en el mismo sentido que entendemos el pasaje de Pablo a los romanos: Por la justificación de uno solo, la justificación de vida para todos los hombres? 65

    Dios quiere se salven y lleguen al conocimiento de la verdad todos aquellos que por la justificación de uno solo obtienen la gracia de una justificación que da vida. Y no se nos replique "Si Dios quiere se salven todos los hombres y lleguen al conocimiento de la verdad y no llegan, es porque no quieren"; y entonces, ¿por qué tantos millones de niños que mueren sin el bautismo no llegan al reino de Dios, donde existe conocimiento pleno de la verdad? ¿Acaso no son hombres y no deben contarse entre aquellos de quienes está escrito: Todos los hombres? ¿O es que hay alguien que diga: "Dios sí quiere salvarlos, pero ellos no quieren?" ¡Como si los niños tuvieran conocimiento para querer o no querer! ¿No es evidente que los niños que mueren recibido el bautismo y, por la gracia sacramental llegan al conocimiento de la verdad, que en el reino de Dios es plenitud, no llegan porque hayan querido ser regenerados por el bautismo de Cristo? Luego, si ni unos no son bautizados porque no quieran ni otros son bautizados porque quieren, ¿por qué Dios, queriendo se salven todos los hombres y lleguen al conocimiento de la verdad, permite que una muchedumbre de niños no lleguen a su reino, en el que existe un perfecto conocimiento de la verdad, si en ellos no encuentra resistencia alguna por parte de su libre albedrío?

    43. A no ser vayas a decir que en aquellos todos que Dios quiere se salven no se cuentan los niños; porque, si no tienen pecado alguno de herencia, están salvos con la salvación de la que habla el texto. Pero entonces caes en un absurdo mayor porque de esta manera haces a Dios benévolo con los hombres más impíos y criminales que con los que son más inocentes y no tienen mancha de pecado; pues, si quiere se salven todos los hombres, quiere entren en su reino los impíos, con una condición: si se salvan; y, si no quieren salvarse, la culpa es de ellos solos.

    (San Agustín de Hipona en la "Réplica a Juliano", capítulo ocho, parráfos 42 y 43)

    Lea todo el capítulo aqui: https://www.augustinus.it/spagnolo/contro_giuliano/index2.htm

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  9. E além disso, Santo Agostinho defendia que, sem a graça, o livre-arbítrio não serve senão para pecar, tal como Lutero, Calvino, Baio e, por fim, Jansênio, sustentavam - e tal doutrina foi condenada pela Igreja; ou seja, ao condenar essa doutrina fundamental da antropologia agostiniana, condenou-se Santo Agostinho.

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  10. Se condenó en Lutero, Calvino, Bayo y Jansenio las malas interpretaciones de la doctrina de San Agustín, no a San Agustín mismo, porque de ese modo se cerniría un manto de duda en la sucesión apostólica. Si se condenara a San Agustín, también se deberá condenar a Santo Tomás de Aquino, que sigue donde el gran hiponense se detuvo.

    En todo caso, nuestra fe no se funda en escritos de Padres ni Doctores, sino en la Revelación (Escritura y Tradición) y el Magisterio infalible tradicional. A los Padres se les sigue en cuanto estén en conformidad a estos elementos.

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  11. Sim, também penso assim (tanto que não aderi a nenhuma escola, pensando somente conforme o Concílio de Orange), mas reconhece que algumas doutrinas de Santo Agostinho foram condenadas?

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  12. ¿Y cómo lidiar a nivel psicológico y emocional con algo así? Porque a mí ese dogma me causa sentimientos bastante o incluso muy malos.

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    1. Aquelois, los dogmas de fe no deben conformarse a nuestro sentimiento, sino que la razón ilustrada por la gracia los acepta como verdad revelada por Dios. Sujetar la aceptación de los dogmas al sentimiento (que es mudable) es incurrir en el modernismo, condenado por San Pío X en su encíclica “Pascéndi”.

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    2. Esa acción de predestinar a gente a la salvación o a la condenación es vista como algo inmoral a niveles estratosféricos a niveles humanos (hecho al que Dios ha dado lugar, además) y por lo tanto causa sentimientos de repulsión y otros negativos de ese mismo calibre. De este modo, Dios, estaría induciendo a los seres humanos teniendo en cuenta nuestra naturaleza (que además Él ha permitido que tengamos) a un grandísimo sufrimiento sin dar respuesta a este ya que Él ha permitido que haya un principio al que estamos sometidos y que nos afecta muchísimo más que enormemente, que nos da un margen de maniobra nulo y por lo tanto de adaptación para nuestro bien, que se sale a años luz de nuestro sentido de justicia (teniendo en cuenta que estamos sometidos a ella y que Dios ha permitido que tengamos nuestro sentido de justicia); y ya es que no adapte sus reglas a nuestros principios de justicia, ni que adapte nuestro sentido de justicia al menos a ese proceder en concreto, es que ni siquiera nos da el más mínimo consuelo ni la más mínima justificación y de ser lo contrario no llega a amortiguar ni en grado mínimo las reacciones expuestas en este mismo comentario.

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    3. Además, que si prestas atención, la pregunta habla de cómo lidiar, que supone ponerse en el escenario de la asunción (verbo asumir) de que algo es cierto (por lo tanto de no cuestionarlo) y emplear los mejores recursos cognitivos y otros mentales para salir lo mejor parado posible sentirse lo mejor posible, sobre todo en este caso.

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    4. ¿Y cómo sabría uno propio para qué estado está, y en qué le aprovecharía esa inquisición (de investigar) de los divinos decretos, si como advierte Proverbios XXV, 27, «el que se mete a escudriñar la majestad de Dios, será oprimido del peso de su gloria»? ¿No sería esa angustia más bien producto de la escupulosidad nacida de la ignorancia o confusión que existe sobre estas cuestiones? Baste a uno apartarse de las malas obras y proceder conforme a los mandamientos, para ser así santificado y hallado útil para el servicio de Dios, aparejado para toda buena obra (cf. 2.ª Timoteo II, 21).

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