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lunes, 18 de enero de 2016

OCTAVARIO DE LA CÁTEDRA DE LA UNIDAD DE LA IGLESIA

La fiesta de la Cátedra de San Pedro en Roma se celebra el 18 de Enero. Esta importante Festividad fue restaurada, en parte, como contestación al rumor ridículo difundido por los ignorantes herejes protestantes de que San Pedro nunca estuvo en Roma (rumor que luego repetirán los jansenistas galicanos y ultrayectinos para justificar su rebelión contra el Papado). Pero la realidad es que, luego de reinar durante siete años en Antioquía de Siria, San Pedro hizo su viaje a Roma para establecer su Sede en el año 44, y allí derramó su sangre por nuestro Salvador Crucificado el 29 de Junio del año 67. Esta Fiesta también se vincula al solemne dogma de la Infalibilidad Papal cuando se pronuncia EX CÁTHEDRA sobre Fe y Costumbres, y la Suprema Autoridad Apóstolica conferida a San Pedro por Nuestro Señor. San Pablo Apóstol también llegó a Roma después de predicar en la Hispania Tarraconense, hacia el final de su carrera apostólica, y también fue martirizado por Cristo en esa urbe. La fiesta de su Conversión es el 25 de Enero. La Santa Madre Iglesia siempre ha unido sus alabanzas al Príncipe de los Apóstoles, San Pedro, con su veneración al celo y santidad de San Pablo, un “vaso de elección” para la expansión de la Iglesia naciente en todas las naciones. Por esto, Ella ha reservado ocho días de solemne oración -desde la Fiesta de la Cátedra de San Pedro en Roma hasta la Fiesta de la Conversión de San Pablo- para la observancia del “Octavario de la Cátedra de la Unidad”; ocho días de oración solemne por la Iglesia Católica y Apostólica.
 
Esos ocho días de solemne oración por la Unidad poseen una relevancia doctrinal que es de crítica importancia. Como Católicos, sabemos que una de las “Notas” (o cualidades visibles) para reconocer la verdadera Iglesia establecida por Jesucristo es esa Unidad por la cual oró el Jueves Santo. Como Jesús, en cuanto Hombre, pidió al Padre Eterno “que todos sean uno...”, Su oración fue otorgada inmediatamente por Dios Padre omnipotente, porque procedía de su Hijo unigénito, a quien nada le es negado. De ahí que, Su Iglesia ha tenido, y siempre tendrá, esa Unidad (o unicidad) de enseñanza, culto y gobierno que evidentemente es un signo de verdad, “el mismo ayer, hoy y siempre”. Es  por esta razón que Nuestro Señor estableció a San Pedro como “la Piedra”, o Fundamento de su única Iglesia, contra la cual las Puertas del Infierno no prevalecerán (aún si llegase a reducirse a un pequeño número de fieles militantes, como hoy vemos), a la vez que le otorgó a él y sus sucesores la Primacía visible sobre los fieles mientras conserven la Fe Verdadera.
  
Siguiendo las palabras de Cristo, y consecuencia de lo anterior, la única unidad por la cual la Iglesia y sus hijos fieles pueden orar, es aquella que resulta de la conversión de aquellos que, por no conocer o por haberse apartado de la Verdad, están fuera del Único y Verdadero Rebaño de la Iglesia. Por eso, cada uno de los días de este Octavario está dedicado a rogar por la conversión de un grupo de entre los pobres sectores de la humanidad que aún están “caminando en las tinieblas”, implorando que ellos puedan abrir sus corazones a la Gracia de Dios, y volver al verdadero Pastor de las almas. Este es el ejercicio de la verdadera caridad cristiana, que no tiene parte con la filantropía secular, judeo-masónica y deuterovaticana. Imaginar, como lo hacen los ecumenistas y liberales de nuestros tiempos, que podemos alcanzar “unidad” pretendiendo que los que están fuera de la Iglesia no están en desesperada necesidad de conversión (o dicho de otra manera, rechazar o dudar del dogma “Fuera de la Iglesia Católica NO HAY SALVACIÓN”), es negar la fundación de la verdadera Iglesia de Cristo, y renunciar a la misma razón por la cual los Santos Apóstoles Pedro y Pablo realizaron sus heroicas labores apostólicas y enfrentaron el martirio, además de pecar contra el Espíritu Santo impugnando la Verdad conocida.
   
La Iglesia también ora por esa unidad que debe permanecer entre sus hijos fieles en un espíritu de humildad y de caridad en la Verdad, con vivos sentimientos y actos de Fe, Esperanza y Caridad, siguiendo el mandato de Jesucristo Nuestro Señor. Finalmente, exhortamos a orar y actuar para que el Remanente Católico persevere firme en el Dogma de la Fe y la Sana Doctrina, manteniendo intacta la Oración y Creencia tradicional, para que en el Día del Señor (que no sabemos cuándo será, pero sí que está próximo) seamos hallados dignos de reinar eternamente en la Jerusalén Celestial; y mientras llega ese día glorioso, permanezca con nosotros todos los días, hasta la consumación de los siglos.
  
OCTAVARIO DE LA CÁTEDRA DE LA UNIDAD DE LA IGLESIA
  
 
En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
  
ORACIONES INICIALES
ORACIÓN A LA SANTÍSIMA TRINIDAD
Padre eterno, por tu infinita misericordia, y por los méritos infinitos de tu divinísimo Hijo Jesús, haz que seas conocido y amado por todas las almas, porque es tu divina Voluntad que todas ellas se salven y lleguen al conocimiento de la Verdad. Glória Patri...
 
Por los sagrados misterios de la Redención, envía, oh Señor, obreros a tu Mies, y libera a tu pueblo. Verbo eterno encarnado, Redentor del género humano, convierte hacia Ti a todas las almas, ya que por ellas te hiciste obediente hasta la muerte, y muerte de Cruz. Glória Patri...
 
Por los méritos e intercesión de tu Santísima Madre, y de todos los Ángeles y Santos, envía, oh Señor, obreros a tu Mies, y libera a tu pueblo. Oh Divino Espíritu Santo, por los méritos infinitos de la Pasión y Muerte de Jesucristo, infunde tu ardentísima y poderosa caridad en todos los corazones, para que pueda haber un solo Rebaño y un solo Pastor en todo el mundo, y que todos puedan exaltar eternamente tus misericordias en el Cielo. Glória Patri...
 
Oh María, Reina de los Apóstoles, y todos los Ángeles y Santos, rogad al Señor de la Mies que envíe dignos obreros a su Mies y libere a su pueblo, para que todos podamos regocijarnos eternamente con Él y el Padre y el Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.
  
ORACIÓN A LA REINA DE LOS APÓSTOLES
Inmaculada Madre de Dios, Reina de los Apóstoles, yo sé que el Divino precepto, por el cual estoy obligado a amar al prójimo como a mí mismo, me obliga a procurar por todos los medios posibles, no sólo mi salvación eterna, sino también la de mis prójimos. Pero confieso que, por causa de mis culpas, no soy digno de la gracia de trabajar eficazmente y con toda constancia por la eternal salvación de mi alma y las de mis parientes y conocidos; mucho menos soy acreedor de la gracia de promover buenas obras y de incrementar los medios, tanto espirituales como temporales, de restaurar la fe y reavivar la caridad entre los Católicos, y propagar la Verdad por todo el Mundo. Oh Madre, obtén para mí esta gracia por la misericordia de Dios y los méritos infinitos de Jesucristo; y en unión con la Corte celestial y de todos los justos que están o estarán en la Iglesia de Dios, que en adelante me proponga ofrecer esos mismos méritos de Jesús como una acción de gracias, en anticipación de esta gracia obtenida por Ti para nosotros, como también la obtuviste para los Santos Apóstoles.
  
Y también, confiando en tu poderosa intercesión, me resuelvo en adelante a emplear todo cuanto Dios me ha dado en poder, talentos, lecturas, riquezas, posición, salud, enfermedades o dolores, para la mayor Gloria de Dios y la salvación de mi alma y la de mis prójimos, muy especialmente trabajando por la propagación de la piedad y de la Verdadera Fe Católica en todo el mundo. Y cuando los otros medios me fallen, nunca cesaré de orar para que pueda haber un solo Rebaño y un único Pastor. Procediendo así, aspiro llegar al Paraíso, donde gozaré del fruto del Apostolado de Jesucristo por toda la eternidad. Amén. (Tres Avemarías y un Gloria Patri)
 
(El Papa León XIII otorgó para esta oración Indulgencia plenaria una vez al mes, 200 días de indulgencia durante cada día del Octavario, y la plenaria al finalizar el Octavario)
 
ORACIÓN POR LA UNIDAD DE LA IGLESIA
(Oración oficial del Octavario)
 
Antífona: “Que todos sean uno, como Tú, Padre, en Mí y Yo en Ti; que ellos sean uno en Nosotros; para que el mundo crea que Tú me enviaste”. (San Juan 17: 21)
 
V. Yo te digo que tú eres Pedro.
R. Y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia.
  
Oremos: Oh Señor Jesucristo, que dijiste a tus Apóstoles: Mi paz os dejo, mi paz os doy; no te fijes en mis pecados, sino en la fe de tu Iglesia, a la cual dígnate pacificarla y unirla conforme a tu voluntad. Tú que vives y reinas por todos los siglos de los siglos. Amen.
 
300 días de Indulgencia durante el octavario por rezar esta sola oración, desde la fiesta de la Cátedra de San Pedro en Roma hasta la Conversión de San Pablo – Plenaria, con las condiciones de rigor, al final de este ejercicio devoto. (Breve Apostólico del 25 de Febrero de 1916; Sagrada Penitenciaría Apostólica, Decretos del 15 de Noviembre de 1927 y del 10 de Diciembre de 1946).
 
ORACIÓN A NUESTRA SEÑORA, AUXILIO DE LOS CRISTIANOS
Inmaculada Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra, Tú ves los ataques que en todos lados realiza el diablo y el mundo contra la Fe Católica, en la cual, con el auxilio de Dios, resolvemos vivir y morir para poder ser dignos de la Gloria eterna. Oh María, Auxilio de los Cristianos, renueva tus antiguas victorias y salva a Tus hijos. Ellos te han confiado su firme propósito de jamás enlistarse en sociedades hostiles a nuestra santa Religión; preséntale a tu Divino Hijo, oh Virgen Santísima, nuestras buenas resoluciones, y concédenos el no decaer en su observancia, aún al final de nuestra vida. Consuela a la Iglesia, sostén al verdadero y legítimo Episcopado Católico, protege al clero y a los fieles que te proclaman como Reina; y por el poder de tu intercesión llegue pronto el día cuando todas las naciones se reunan a los pies del Divino Pastor. Amén.
  
¡María, Auxilio de los Cristianos, ruega por nosotros! (500 días de Indulgencia)
 
ORACIÓN A SAN PEDRO APÓSTOL
Oh glorioso San Pedro, que, en retorno de tu fe viva y generosa, tu profunda y sincera humildad, y tu ardiente caridad, fuiste honrado por Jesucristo con singulares privilegios, y en particular, con el liderazgo de los otros Apóstoles y el Primado sobre toda la Iglesia, de la cual eres su fundamento, obtén para nosotros la gracia de una fe viva, que no tema ser profesada abiertamente, en toda su integridad y en todas sus manifestaciones, aún hasta el derramamiento de nuestra sangre, si la ocasión lo demanda, y a preferir renunciar a la vida presente antes que rendirnos. Concédenos también una sincera lealtad a nuestra Santa Madre la Iglesia; que podamos siempre permanecer profunda y sinceramente unidos en la fe y en la Autoridad de Jesucristo, Cabeza y Señor de la Iglesia Católica, el Arca mística fuera de la cual no hay salvación. Concédenos además, que podamos seguir con toda humildad y mansedumbre, Sus enseñanzas y consejos, y que seamos obedientes a todos Sus preceptos, a fin de poder disfrutar aquí en la tierra de la segura e indestructible Paz, y que podamos obtenerla en el Cielo para ser eternamente dichosos. Amén.
 
V. Ruega por nosotros, bienaventurado San Pedro Apóstol.
R. Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.
 
Oremos: Oh Dios, que acordaste a tu bienaventurado Apóstol San Pedro el poder de atar y desatar, concédenos, por su intercesión, ser libertados de las cadenas de nuestras culpas. Por J. C. N. S. Amén. (500 días de Indulgencia – Plenaria, con las condiciones acostumbradas, si se reza diariamente durante un mes. Breve Apostólico del 27 de Abril de 1916; Sagrada Penitenciaría Apostólica, Decreto del 24 de Enero de 1931).
 
“Oh Dios mío, haz que tengamos una sola mente en la Verdad y un solo corazón en la Caridad”. (300 días de Indulgencia - San Pío X
  
DÍA PRIMERO - 18 DE ENERO
ORACIÓN POR LA CONVERSIÓN DE LOS PAGANOS E INFIELES
Oremos: Ten piedad de nosotros, Señor de los Cielos y de la tierra. Dirige tu Mirada sobre nosotros y envía el terror sobre las naciones que no te buscan, o, aún peor, han perseguido a tu Divino Hijo en la persona de sus Apóstoles y misioneros. Concédeles que puedan saber que fuera de Ti no hay otro Dios, y que finalmente se conviertan a tu Santa Iglesia Católica y proclamen tus grandezas. Acorta los tiempos y ten presente el fin, para que ellos extiendan tus maravillosas hazañas y todos los confines de la tierra tengan el Santo Temor.
 
V. Exulte toda la tierra.
R. Y sirva al Señor con júbilo.
 
Oremos: Omnipotente y sempiterno Dios, que no deseas la muerte del pecador, sino que se arrepienta y viva, recibe benignamente nuestra súplica y libera a los paganos de la adoración a los ídolos y condúcelos al rebaño de la única y verdadera Iglesia, para honra y gloria de tu Nombre. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén. (3 años de Indulgencia – Plenaria, con las condiciones acostumbradas, si se reza diariamente durante un mes. Sagrada Penitenciaría Apostólica, Decretos del 9 de Noviembre de 1920 y del 12 de Julio de 1933).
 
Oremos: Oh Dios, eterno Creador de todas las cosas, recuerda que las almas de los infieles fueron hechas por Ti y creadas a tu Imagen y Semejanza. Recuerda que Tu Hijo Jesús padeció amarguísima Muerte por la salvación eterna de ellos. No permitas, oh Señor, que Tu Hijo sea más despreciado por los infieles, antes por el contrario, te rogamos aceptes benigno las oraciones de tus hijos fieles y de tu única y verdadera Iglesia, la Inmaculada Esposa de tu santísimo Hijo, atendiendo a tu Misericordia. Concédenos que los infieles renuncien a la perniciosa idolatría y a sus malvadas infidelidades, para que también algún día conozcan a Aquel que has enviado, Jesucristo Nuestro Señor, que es nuestra Salvación, nuestra Vida y Resurrección, por el cual hemos sido redimidos, a Él sea la gloria por los siglos eternos. Amén. (San Francisco Javier. 500 días de Indulgencia – Plenaria, con las condiciones de rigor, si se reza devotamente durante un mes. Papa Pío IX, rescripto del 24 de Mayo de 1847, exhibido el 30 de Septiembre de 1862; Sagrada Penitenciaría Apostólica, Decretos del 6 de Diciembre de 1918 y del 23 de Octubre de 1935).
 
Oremos: Oh María, Virgen clementísima, Refugio de los pecadores, escucha nuestras súplicas, y obtén de tu Hijo que Dios todopoderoso aparte la iniquidad de los corazones de los paganos; para que abandonando sus ídolos puedan convertirse al Dios vivo y verdadero, y a Cristo, su único Hijo, Nuestro Señor.
 
V. Sean confundidos todos los que adoran imágenes talladas.
R. Y quienes se glorían en los ídolos.
 
Oremos: Oh Dios, es tu Voluntad que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la Verdad. Te rogamos envíes obreros a tu Mies, y concédeles anunciar fielmente tu Palabra; para que tu Palabra sea propagada y glorificada, y todos los pueblos te conozcan a Ti, el único y verdadero Dios, y Aquel que has enviado, Jesucristo, tu Hijo, Nuestro Señor, que vive y reina contigo por los siglos de los siglos. Amén. (3 años de Indulgencia – Plenaria, con las condiciones acostumbradas, si se reza diariamente durante un mes. Sagrada Penitenciaría Apostólica, Decretos del 9 de Noviembre de 1920 y 5 de Junio de 1932).
  
Oremos: Oh Señor Jesucristo, único y verdadero Salvador de los hombres, sobre quien está escrito: “Reinará de mar a mar, desde el río hasta los confines de la tierra”, abre piadoso los tesoros de tu Sacratísimo Corazón a aquellos desdichados habitantes de China, Mongolia, Japón, India y los demás países de Asia, que aún permanecen en oscuridad y sombra de muerte, para que por la intercesión de la Bienaventurada Virgen María, tu Inmaculada Madre, y de San Francisco Javier, puedan abandonar sus ídolos, y prostrados ante tu Presencia, sean admitidos en tu Santa Iglesia. Tú que vives y reinas con el Padre y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
 
Oremos: Oh Señor Jesucristo, único y verdadero Salvador de los hombres, sobre quien está escrito: “Reinará de mar a mar, desde el río hasta los confines de la tierra”, abre piadoso tu Sacratísimo Corazón a aquellas almas desdichadas en África, y su descendencia alrededor del mundo, que aún permanecen en oscuridad y sombra de muerte, para que por la intercesión de la Bienaventurada Virgen María, tu Inmaculada Madre, y de su gloriosísimo Esposo San José, puedan abandonar la innúmera variedad de sus ídolos, y prostrados ante tu Presencia, sean admitidos en tu Santa Iglesia. Tú que vives y reinas con el Padre y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén. (Tres Avemarías)
 
ORACIÓN A LOS SANTOS APÓSTOLES PEDRO Y PABLO PARA TODOS LOS DÍAS
Oh Gloriosos Apóstoles Pedro y Pablo, os rogamos fervientemente que intercedáis ante nuestro Señor y Salvador Jesucristo, que fundó la única, verdadera y santa Iglesia Católica para llevarnos a la salvación, en favor del Remanente en el Clero, los Religiosos y los seglares.
 
Oh glorioso San Pedro, Príncipe de los Apóstoles, implora al Sagrado Corazón de nuestro Divino Redentor que guíe y sostenga a los legítimos Obispos que dirigen y gobiernan al Remanente Católico; que le conceda a todos los fieles miembros de la Iglesia el precioso don de la perseverancia; y además, que todos los miembros de la Iglesia crezcan diariamente en su amor y ferviente práctica de la Santa Fe Católica.
 
Oh glorioso San Pablo, que fuiste convertido mientras perseguías a la Santa Iglesia de Dios, ruega ante los misericordiosos Corazones de Jesús y de María convertir y traer de vuelta a la Verdadera Iglesia Católica a todos los que se hallan dispersos por el mundo.
 
Finalmente, ¡oh gloriosos Santos Pedro y Pablo!, rogadle a Santa María, la Inmaculada Reina de los Apóstoles, que haga de todos los miembros del Remanente de la Iglesia de Cristo apóstoles fervientes en difundir celosamente la verdadera Fe Católica, y que apoyen y defiendan lealmente a la Santa Iglesia Católica contra todos sus enemigos y detractores. Por Jesucristo Nuestro Señor, que con el Padre vive y reina en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
 
ORACIÓN DIARIA A SAN JOSÉ
Oh glorioso San José, Patrono de la Iglesia Católica, te imploramos durante este Octavario por la Unidad en la Cátedra, que nos alcances de los Corazones de Jesús y de María, preservar a todo el Remanente Católico de toda división, disensión y discordia. Concédenos, fiel custodio de la Sagrada Familia, que nuestra familia espiritual siempre esté unida por vínculos de fe y caridad, y que siempre sea un solo corazón, mente y alma en los Sagrados Corazones de Jesús y de María. San José, especial protector nuestro, guíanos, bendícenos y protégenos contra los ataques de nuestros enemigos y detractores; por Jesucristo Nuestro Señor, que vive y reina con el Padre y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
  
En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
  
DÍA SEGUNDO - 19 DE ENERO
En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
Las Oraciones Iniciales se rezarán todos los días
 
ORACIÓN POR LA CONVERSIÓN DE LOS PÉRFIDOS JUDÍOS
Oremos también por los pérfidos judíos, para que Dios Nuestro Señor quite el velo de sus corazones, a fin de que ellos también reconozcan a Jesucristo Nuestro Señor.
  
Oremos: Oh Dios, que constantemente manifiestas tu Omnipotencia mediante la misericordia y la compasión, atiende las oraciones que te ofrecemos para que los pérfidos judíos puedan conocer y acoger en su seno la luz de tu Verdad, que es Jesucristo, y de este modo puedan ser salvados de su ceguera. Concédenos, te suplicamos, oh Dios omnipotente, que el remanente del pueblo judío pueda transitar en el Camino de salvación; y siguiendo la prédica del bienaventurado San Juan Bautista, puedan llegar fielmente a Aquél que por él fue anunciado, Jesucristo, tu Hijo, Nuestro Señor. Amén. (300 días de indulgencia).
 
Oremos: Dulcísimo Jesús, Redentor del género humano, mira con ojos de misericordia a los hijos de aquel pueblo que en otro tiempo fue tu predilecto: descienda también sobre ellos, como bautismo de redención y de vida, la Sangre que un día reclamaron contra sí. Amén. (200 días de indulgencia).
 
Oremos: Dios de bondad y Padre de Misericordia, te suplicamos por el Inmaculado Corazón de María, y por la intercesión de los Patriarcas y de los Santos Apóstoles, mires compasivo al remanente de Israel, para que lleguen al conocimiento de nuestro único Salvador, Jesucristo, y participen también de la gracia de la Redención. Amén. (Tres Avemarías).
   
La Oración a los Santos Apóstoles Pedro y Pablo y la Oración a San José se rezarán todos los días
 
DÍA TERCERO - 20 DE ENERO
En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
Las Oraciones Iniciales se rezarán todos los días
  
ORACIÓN POR LA CONVERSIÓN DE LOS MUSULMANES
Oremos por los diabólicos musulmanes, para que Dios todopoderoso remueva la maldad de sus corazones, inspirándoles abandonar de una vez y para siempre a su falso profeta y su adoración al diablo, y se conviertan finalmente al único y verdadero Dios y a su único Hijo, Jesucristo Nuestro Señor.
 
Oremos: Oh Jesús, verdadero Dios y verdadero Hombre, Redentor del mundo entero, te suplicamos por el Inmaculado Corazón de María, vuelvas clemente tus ojos sobre los pueblos que desde muchos siglos atrás están esclavizados bajo el cruel yugo del Islam. Haz que no desdeñen más tu santísimo Nombre, ni persigan ni esclavicen insolentemente las naciones Cristianas. Con un rayo de Tu luz disipa las tinieblas en que ellos yacen, para que renuncien a las perversas enseñanzas de Mahoma, que puedan recibir el Bautismo de regeneración, que en la confesión de la única Fe verdadera puedan adorarte y glorificarte a Ti, el Verbo eterno hecho hombre por nuestra salvación, junto con el Padre y el Espíritu Santo. Amen.
 
Oración a Santa María, Auxilio de los Cristianos
Virgen poderosísima, amante auxiliadora del pueblo Cristiano, ¡cuántas acciones de gracias no te debemos por la asistencia que le brindaste a nuestros padres, quienes, cuando se vieron amenazados por los infieles Turcos, invocaron tu maternal auxilio mediante la devota recitación de tu Rosario! Desde los Cielos viste el peligro mortal que afrontaron; escuchaste sus voces implorando tu Compasión; y sus humildes súplicas, junto al gran Papa, San Pío V, fueron aceptables ante ti, y acudiste presurosa a socorrerlos. Concédenos, oh Madre querida, que de idéntica forma los prolongados suspiros de la santa Novia de Cristo en estos nuestros tiempos puedan llegar hasta tu trono y atraigan tu piedad; dígnate, movida de compasión por Ella, levantarte una vez más para liberarla de los muchos enemigos que La cercan por todos lados.
  
Ea, pues, ¡oh María!, inclínate a escuchar las oraciones de todo el mundo Católico, y abate hasta el suelo el orgullo de esos hombres malvados, que en su insolencia blasfeman de Dios todopoderoso y quieren destruir a su Iglesia, contra la cual, de acuerdo a las palabras infalibles de Cristo, las puertas del Infierno no prevalecerán. Que una vez más se vea que cuando tú te levantas a proteger a la Iglesia, su Victoria es segura. Amén. (Tres Avemarías)
  
La Oración a los Santos Apóstoles Pedro y Pablo y la Oración a San José se rezarán todos los días
 
DÍA CUARTO - 21 DE ENERO
En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
Las Oraciones Iniciales se rezarán todos los días
  
ORACIÓN POR LA CONVERSIÓN DE LOS CISMÁTICOS “ORTODOXOS”
Oremos: Oh Señor, que has unido a todas las naciones en la confesión de Tu Nombre, te rogamos por nuestros otrora hermanos Católicos en el Este. Recordando el lugar eminente que una vez tuvieron en tu Iglesia, te pedimos les inspires el deseo de ocuparlo nuevamente, para que formen con nosotros un único Rebaño, bajo la guía de un mismo Pastor. Concédenos que ellos, junto con nosotros mismos, puedan ser penetrados con las enseñanzas de los santos Doctores de la Iglesia Oriental, quienes también son nuestros Padres en la Fe, y se sometan con toda humildad a la voz de San Pedro, el Príncipe de los Apóstoles, que tan benignamente anhela alimentar a las ovejas perdidas y los corderos que han escapado del Rebaño. Concédeles el espíritu de paz y Caridad, que es la divisa de Tu presencia con los Fieles, y que llegue pronto el día en que nuestras oraciones se unan con las de ellos, para que todo pueblo y toda lengua puedan reconocer y glorificar a tu Hijo, Jesucristo, Nuestro Señor. Amén. (500 días de IndulgenciaPlenaria, con las condiciones acostumbradas, si se reza diariamente durante un mes. Breve Apostólico del 15 de Abril de 1916; Sagrada Penitenciaría Apostólica, Decreto del 22 de Mayo de 1937).
 
Oremos: Oh María, Madre de Misericordia y Refugio de los pecadores arrepentidos, te suplicamos mires con ojos de piedad a los miserables herejes y cismáticos, especialmente aquellas almas piadosas que una vez estuvieron unidas a nosotros en nuestra antigua comunión y congregación y que ahora se han separado de la Verdadera Iglesia. Tú, que eres la Sede de la Sabiduría, ilumina las mentes de aquellos que están miserablemente envueltos en las tinieblas de la ignorancia y del pecado, para que ellos sepan que LA IGLESIA, QUE ES UNA, SANTA, CATÓLICA Y APOSTÓLICA ES LA ÚNICA IGLESIA QUE JESUCRISTO FUNDÓ, FUERA DE LA CUAL NO HAY ABSOLUTAMENTE NINGUNA SANTIDAD NI ESPERANZA DE SALVACIÓN PARA NADIE. Culmina en ellos la obra de su conversión obteniéndoles la gracia de aceptar las verdades de nuestra Santa Fe y someterse a los verdaderos Obispos de la Iglesia, los sucesores de los Apóstoles de tu Hijo; para que así, unidos a nosotros con las dulces cadenas de la Divina caridad, pueda haber pronto un mismo Rebaño bajo el mismo Pastor; y todos podamos, oh Virgen Santísima, exaltarte eternamente diciendo: “Regocíjate, oh Virgen María, porque tú sola has dado muerte a todas las herejías en el mundo entero”. Amén. (Tres Avemarías). (500 días de Indulgencia. Sagrada Congregación de Propaganda Fide, 30 de Diciembre de 1868; Sagrada Penitencia Apostólica, Decretos del 18 de Marzo de 1936 y del 10 de Junio de 1949).
  
Oración a Santa Teresita por la Conversión de Rusia
Oh amable y compasiva santa, dígnate consolar a nuestros antiguos hermanos en Rusia, víctimas de una larga y cruel persecución a la verdadera Iglesia de Cristo; alcánzales la gracia de la conversión a la Fe Católica y Apostólica y la perseverancia en ella, y progresar en el amor de Dios y el verdadero amor a los prójimos. Infúndeles una tierna confianza en la Santísima Madre de Dios; prepárales algún día sacerdotes santos que ofrezcan reparación por las blasfemias y sacrilegios cometidos contra la Sagrada Eucaristía; obtenles el amor a la castidad, especialmente entre los jóvenes, y que una vez más, florezcan en ellos todas las virtudes Cristianas, y que al final su nación, siendo liberada de toda esclavitud y represión, pueda libremente retornar al único Rebaño confiado por el amantísimo Corazón de Cristo resucitado a San Pedro y sus legítimos Sucesores, y gusten el gozo de glorificar al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo en el seno de nuestra Santa Madre, la Iglesia Católica. Amen. (300 días de Indulgencia. Indulgencia Plenaria, con las condiciones acostumbradas, si se reza diariamente durante un mes. Sagrada Penitenciaría Apostólica, Decreto del 19 de Agosto de 1929).
   
La Oración a los Santos Apóstoles Pedro y Pablo y la Oración a San José se rezarán todos los días
 
DÍA QUINTO - 22 DE ENERO
En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
Las Oraciones Iniciales se rezarán todos los días
 
ORACIÓN POR LA CONVERSIÓN DE LAS SECTAS PROTESTANTES
Oremos: Oh Señor, que te has entristecido por la rebelión de estos hijos que, habiendo estado en el Arca de Salvación, se aventuraron en los abismos haciéndose de oídos sordos, sucumbiendo a las falsas doctrinas de los ministros protestantes que escucharon más los llamamientos soberbios del diablo para abandonar el seno de la Santa Madre Iglesia y multiplicarse peor que los primeros mil veces más. Te suplicamos por nuestros otrora hermanos en la Fe Católica para que les concedas la gracia de reconocer que han errado el camino y retornen a la Barca de San Pedro. Que tu santísima Madre interceda y ablande los corazones de aquellos que no reconocen que los principios que ellos han enseñado no son las verdades que Tú encargaste a tus Apóstoles esparcieran en todo el mundo para que todos puedan ser uno solo. Muéstrales a través de proezas que solo en la Barca que Tú fundaste pueden ellos encontrar verdaderamente las marcas de la Fe verdadera: Una, Santa, Católica y verdaderamente Apostólica. Condúcelos para reconocer y venerar a tu Madre bienaventurada, y que se realice el rol que Tú le asignaste a Ella, la segunda Eva, como Corredentora de las almas. Concédele a tus verdaderos sacerdotes el coraje de alimentar a tus fieles con el maná de tu Espíritu para que todo pueblo y toda lengua puedan reconocer y glorificarte como Nuestro Señor y Salvador Jesucristo en unión con Dios Trino y Uno, por siempre jamás. Amen.
 
Oración a San Fidel de Sigmaringa, Protomártir de la Congregación de Propaganda Fide
Oh glorioso San Fidel de Sigmaringa, que valerosamente soportaste la perversa oposición de los enfurecidos protestantes que dignamente refutaste, mientras ganabas a miles de antiguos católicos de vuelta al único y verdadero Rebaño de Jesucristo; obtennos abundantemente el ardiente amor a la Santa Fe Católica y el santo celo por las almas, que te movieron a abrazar gozoso el cruel martirio a manos de los viciosos soldados protestantes al mando de un ministro calvinista. Por la santa indignación por la cual rechazaste sus amenazas y súplicas para apostatar de la Fe, concédele a los fieles del Remanente Católico un espíritu de sincero celo en nuestra oración por aquellos que han abrazado los errores de las demoníacas sectas del Protestantismo. Ruega a los Sagrados Corazones de Jesús y de María que disipen los errores que los herejes mantienen acerca del Inmaculado Corazón de la Medianera de todas las Gracias, para que puedan experimentar las abundantes gracias de la conversión a la única y verdadera Iglesia Católica de su Divino Hijo, y la perseverancia final en la gracia, por Jesucristo Nuestro Señor. Amen. (Tres Avemarías)
 
La Oración a los Santos Apóstoles Pedro y Pablo y la Oración a San José se rezarán todos los días
 
DÍA SEXTO - 23 DE ENERO
En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén. 
Las Oraciones Iniciales se rezarán todos los días
 
ORACIÓN POR LA CONVERSIÓN DE LA PERNICIOSA SECTA DE LOS FRANCMASONES, OCULTISTAS Y “NEW AGE” 
Oremos: Oh Señor Jesucristo, nosotros imploramos la clemencia de tu Sagrado Corazón en favor de esas almas, hechas a imagen y semejanza de Dios, pero que muy miserablemente engañadas por las seducciones de la Francmasonería y otras sectas satánicas, van precipitándose más y más por la senda de la perdición eterna. Que la Iglesia, tu Esposa, no sea más oprimida por la dominación de este culto luciferino; antes bien, aplacado por las oraciones de la Bienaventurada Virgen María, tu Madre, y por las oraciones de los justos, tengas presente tu infinita Misericordia; y, a pesar de su perversidad, ellos retornen a Ti, para que brinden consuelo a tu Iglesia con una profunda humildad y abundante penitencia, haciendo penitencia por su malvada persecución contra el Reino de Dios en la tierra, la Santa Iglesia Católica, y puedan obtener así la gloria eterna. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén. (100 días de Indulgencia, una vez al día).
 
Oremos. Omnipotente y Eterno Dios, que deseas que nadie perezca, mira aquellas almas engañadas por las seducciones del diablo, para que los corazones de aquellos que han sido precipitados al error puedan ser restaurados y sanados. Atiende las súplicas que te ofrecemos por la ceguedad de esos infieles, para que reconociendo la luz de tu Verdad, que es Cristo, puedan ser liberados de las tinieblas. Extiende tu Mano sobre esta nación, que ha abrazado los horribles errores de la Francmasonería, que nuestros compatriotas reconozcan tu Poder sobre ellos; para que ellos puedan conocerte como nosotros Te conocemos, porque no hay otro Dios sino Tú, ¡oh Señor!, y ninguna otra religión verdadera sino la Santa Fe Católica y Apostólica, a la cual nos sometemos con todo nuestro ser, implorando la conversión de nuestra nación. Escucha las súplicas de tus fieles siervos, que todos los que habitan nuestro país puedan reconocer que Tú solo eres Dios, que permaneces de edad en edad. Amén.
 
V. Oh Dios, que todos los pueblos confiesen tu Nombre.
R. Que todas las naciones te conozcan.
  
Oremos: Omnipotente y sempiterno Dios, que quieres que todos los hombres sean salvos y que ninguno perezca, dirige tu Mirada sobre las almas que malignamente se han arrogado la divinidad, por medio de la repugnante abominación del pensamiento y la filosofía de la Francmasonería, y humilla sus corazones soberbios, a fin de que ellos puedan alejarse de todas las perversiones de la herejía y, con verdadera contrición, puedan retornar a la unidad de Tu verdad. Por Jesucristo Nuestro Señor, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén. (Tres Avemarías).
  
La Oración a los Santos Apóstoles Pedro y Pablo y la Oración a San José se rezarán todos los días
 
DÍA SÉPTIMO - 24 DE ENERO
En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
Las Oraciones Iniciales se rezarán todos los días
 
ORACIÓN POR LA CONVERSIÓN DE LOS MODERNISTAS, DE LA APÓSTATA SECTA DEL VATICANO II Y DE LOS FALSOS “TRADICIONALISTAS”
Oremos: Oh María, Madre de Misericordia y Refugio de los pecadores arrepentidos, te suplicamos que mires con ojos de piedad a los miserables herejes y apóstatas de la secta del Vaticano II y a todos los falsos “tradicionalistas”, que rechazan los verdaderos Sacramentos y los Dogmas que tu Hijo ha instituido. Tú, que eres la Sede de la Sabiduría, ilumina sus mentes, tristemente envueltas en las tinieblas de la ignorancia y del pecado, para que ellos sepan que LA IGLESIA, QUE ES UNA, SANTA, CATÓLICA Y APOSTÓLICA ES LA ÚNICA IGLESIA QUE JESUCRISTO FUNDÓ, FUERA DE LA CUAL NO HAY ABSOLUTAMENTE NINGUNA SANTIDAD NI ESPERANZA DE SALVACIÓN PARA NADIE. Abate sus mentes y corazones henchidos de soberbia para que puedan recibir la Gracia, porque Dios resiste a los soberbios y solo concede sus favores a los humildes y sencillos. Alcánzales la gracia de aceptar con fe humilde y filial todas las verdades de la Santa Fe Católica. No permitas que sus mentes sean confundidas eternamente, para que puedan salvar sus almas, porque el Magisterio infalible de la Iglesia enseña que “FUERA DE LA IGLESIA CATÓLICA NO HAY SALVACIÓN”. No les abandones: Acude a rescatarlos, a fin de que no sean tragados por las mentiras urdidas por el Misterio de la Iniquidad. Que ellos se sometan de buen grado a la verdadera Jerarquía Católica, unidos a nosotros con los vínculos de la Divina caridad. Que todos podamos, oh Virgen Santísima, exaltarte eternamente diciendo: “Regocíjate, oh Virgen María, porque tú sola has dado muerte a todas las herejías en el mundo entero”. Amén. (Tres Avemarías)
  
Oremos: Oh Madre Dolorosa, que permaneciste al pie de la Cruz, con un corazón fiel nos dirigimos a Ti, en estos tiempos hostiles e increíblemente tumultuosos, implorando tu intercesión en favor de aquellos que se han separado de la Verdadera Iglesia de tu divino Hijo, Jesucristo Nuestro Señor, especialmente de aquellos que han sido conducidos por el diablo a las heréticas sectas del modernismo, el Vaticano II y todos los falsos “tradicionalistas”. Por el preclaro conocimiento que tuviste de los amargos sufrimientos del Redentor crucificado y de la efusión de su Preciosísima Sangre, el Precio de nuestra salvación, te ofrecemos nuestras súplicas para que obtengas la gracia de la Verdadera Fe Católica para aquellos que están fuera del único y verdadero Rebaño, para que esas ovejas descarriadas puedan regresar bajo la guía del Buen Pastor, y ayúdanos a reconocer humildemente que frente a esta situación de Apostasía no hay más esperanza que la Santa Parusía Apocalíptica de Nuestro Señor Jesucristo. Amén. (Tres Avemarías)
  
La Oración a los Santos Apóstoles Pedro y Pablo y la Oración a San José se rezarán todos los días
 
DÍA OCTAVO - 25 DE ENERO
ORACIÓN PARA ALCANZAR UN MAYOR GRADO DE LA GRACIA DE LA HUMILDAD, OBEDIENCIA, CARIDAD Y VERDADERA UNIDAD ENTRE LOS FIELES, A FIN DE GANAR MÁS ALMAS PARA CRISTO Y SU VERDADERA IGLESIA.
En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
Las Oraciones Iniciales se rezarán todos los días
 
Oración para la Fiesta de la Conversión de San Pablo
Oh glorioso San Pablo, que de ser un perseguidor del nombre Cristiano, te convertiste en su más celoso Apóstol, y que, por llevar el conocimiento de Jesús, nuestro Divino Salvador, a las más lejanas partes del mundo, gozosamente sufriste prisión, flagelaciones, lapidaciones, naufragio y todo género de persecuciones, y finalizaste tu carrera derramando la última gota de tu sangre: obtennos la gracia de aceptar, como favores provenientes de la misericordia de Dios, las enfermedades, sufrimientos y reveses de esta vida, que no descaezcamos por estas vicisitudes propias del exilio de nuestro servicio a Dios, sino que lo asumamos con mayor devoción, por Jesucristo Nuestro Señor. Amen.
  
V. Ruega por nosotros, bienaventurado San Pablo Apóstol.
R. Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.
  
Oremos. Oh Dios, que has instruido al mundo entero por la predicación del apóstol San Pablo, haz, te lo rogamos, que honrando hoy su memoria, marchemos hacia Ti imitando sus ejemplos. Por Jesucristo Nuestro Señor, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén. (500 días de Indulgencia – Plenaria, con las condiciones acostumbradas, si se reza diariamente durante un mes. Sagrada Congregación de Propaganda Fide, 13 de Enero de 1905, documento exhibido el 18 del mismo mes; Sagrada Penitenciaría Apostólica, Decreto del 8 de Agosto de 1936).
  
ORACIÓN POR LA CONCORDIA Y LA UNIDAD ENTRE LOS FIELES
Dios y Señor nuestro, unidos por la más fuerte y sincera caridad fraternal, queremos ofrecerte nuestros corazones; te pedimos que Jesús Sacramentado sea diariamente alimento para nuestro cuerpo y nuestra alma, que Jesús sea el objeto central de nuestro amor, como lo fue de María y José; y finalmente, te pedimos que el pecado jamás disturbe nuestra unión en tu Cuerpo Místico en la tierra, y que esa unión contigo, con María y José, y todos los Santos, permanezca para siempre en el Cielo. Amen. (300 días de Indulgencia por cada día que se rece)
  
Oración por la perseverancia en nuestra Santa Fe Católica
Señor y Redentor mío Jesucristo, ¿éste es aquel momento terrible tan anunciado donde quedarán tan pocos Cristianos que estén inspirados por el espíritu de la Fe, ese momento cuando Tu indignación será provocada y Tu protección será retirada de nosotros? ¿Nuestros vicios y nuestras vidas pecaminosas han movido irrevocablemente a tu Justicia a tomar venganza, quizá hoy, sobre tus hijos? Oh Autor y Culmen de nuestra Fe, te suplicamos, en la amargura de nuestros contritos y humillados corazones, no permitas que la luz de la Fe se extinga en nosotros. Recuerda tus pasadas Misericordias; vuelve tus Ojos compasivos sobre la viña que tu Mano derecha plantó, y que regaste con el sudor de los Apóstoles, con la preciosa sangre de incontables Mártires y con las lágrimas de tantos penitentes sinceros, y hazla fructífera por las oraciones de muchos Confesores e inocentes Vírgenes.
  
Oh Divino Mediador, mira a aquellas almas celosas que eleven sus corazones hacia Ti y oran sin cesar por el mantenimiento del más precioso de tus Dones, la verdadera Fe Católica. Te suplicamos, Oh Dios justo, cancela el decreto de nuestra reprobación, aparta tu vista de nuestros vicios y vuélvelos hacia la Sangre adorable derramada sobre la Cruz, con la cual adquiriste nuestra salvación y diariamente intercedes por nosotros sobre los Altares. ¡Ah! Consérvanos seguros en la Verdadera y Santa Fe Católica. ¡Que las enfermedades nos aflijan, que las vejaciones se derramen sobre nosotros y que las mudanzas de fortuna nos abrumen! Pero presérvanos en tu santa Fe; porque si nosotros somos ricos con esta preciosa dádiva, gozosamente enfrentaremos cada aflicción, y nada será capaz de mudar nuestra felicidad. De otra forma, sin el gran Tesoro de la Fe, ¡nuestra desdicha sería indecible y sin límite alguno!
  
Oh buen Jesús, Autor de nuestra Fe, presérvala pura en nosotros; mantennos a salvo en la Barca de San Pedro, aunque al presente ésta se halle eclipsada. Pero consérvanos fieles y obedientes al Magisterio legítimo, y unifica tu Rebaño para la libertad y exaltación de la Santa Madre Iglesia. Oh Jesús, Autor de nuestra Fe, humilla y convierte a los enemigos de tu Iglesia; concédele verdadera paz y concordia a todos los fieles del Remanente Católico; fortalécenos y presérvanos en tu santo Servicio hasta el fin, para que en Ti podamos vivir y morir. Oh Jesús, Autor de nuestra Fe, que vivamos para Ti, y muramos por Ti. Amén. (San Clemente María Hofbauer) (500 días de Indulgencia, una vez al día)
 
Oración a San José, por el Papa León XIII
Oh poderosísimo Patriarca San José, Patrono de la Iglesia Universal que siempre te ha invocado en sus ansiedades y tribulaciones; desde el elevado sitial de tu gloria, vuélvete amablemente sobre el mundo Católico. Que tu paternal corazón te mueva a mirar a la Mística Esposa de Cristo, debilitada por el dolor y perseguida por enemigos poderosos. Te suplicamos, por el amarguísimo dolor que afrontaste en la tierra, que misericordiosamente enjugues las lágrimas de los fieles, los defiendas y sostengas, e intercedas con el Dador de la paz y la caridad para que, vencidos todos los enemigos y destruidos los errores, la Iglesia pueda servir a Dios con perfecta libertad: UT DESTRÚCTIS ADVERSITÁTIBUS ET ERRÓRIBUS UNIVÉRSIS, ECCLÉSIA SECÚRA DEO SÉRVIAT LIBERTÁTE. Amén. (100 días de Indulgencia, una vez al día)
  
La Oración a los Santos Apóstoles Pedro y Pablo y la Oración a San José se rezarán todos los días

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