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lunes, 21 de noviembre de 2016

LOS FRANCISCANOS DE LA INMACULADA, APLASTADOS POR LA BOTA BERGOGLIANA

Traducción hecha por NON POSSUMUS del artículo publicado en inglés por THE EPONYMOUS FLOWER
 
15 claustros disueltos: ¿Qué queda de la Orden de los Franciscanos de la Inmaculada?
  
  
(Roma) ¿Qué tan lejos ha llegado la destrucción de la Orden de los Frailes Franciscanos de la Inmaculada? Esta es una actualización de un capítulo que es como una negra sombra en el pontificado del papa Francisco.
 
En 1969, dos Frailes Menores, Stefano María Manelli y Gabriele María Pellettieri, le pidieron al Padre General de la Orden, luego de un estudio a fondo de Fontes Franciscani, de permitirles empezar una “nueva experiencia de vida Franciscana” volviendo a su rigor original. En 1970, un monasterio abandonado de la orden se puso a su disposición donde se reunieron más hombres con el paso del tiempo, y con el establecimiento de la rama femenina, las mujeres también se unieron. En 1990, la comunidad fue reconocida canónicamente como una orden separada.
 
Stefano María Manelli y Gabriele María Pellettieri, fundadores de los Frailes Franciscanos de la Inmaculada
 
La Peculiaridad de la Joven Orden
La Orden representó una anomalía entre las órdenes católicas hasta Julio de 2013. Mientras las órdenes religiosas antiguas nacidas en la tradición sufrieron un declive y se consumieron, la joven Orden Franciscana vio un verdadero florecimiento de vocaciones.
  
Su peculiaridad fue que los fundadores no se volvieron a las aperturas liberales después del concilio, sino que regresaron al rigor del ideal Franciscano. La sensibilidad que se desplegó los llevó a un retorno al rito tradicional bajo el papa Benedicto XVI. Los Frailes Franciscanos de la Inmaculada fue entonces la única orden del nuevo rito que se trasladó al rito Tradicional y el rigor de su vida atrajo muchos jóvenes, mientras otras ordenes pasaban hambre.
 
La particularidad que definió esta Orden como comunidad del rito antiguo, es que no perteneció a la Comisión Pontifical Ecclésia Dei, sino a la Congregación para los Religiosos, que por lo demás sólo se ocupa del nuevo rito.
 
Otra peculiaridad distinguía esta joven y floreciente orden de las comunidades Ecclésia Dei. Además del carisma de la orden, el ideal Franciscano de la devoción a María, el amor por la tradición y el rito tradicional, estaba su celo misionero.
 
Mientras que las comunidades Ecclésia Dei están encerradas en reservas, donde en algunas diócesis son tolerados más que aceptados, los Frailes Franciscanos de la Inmaculada tuvieron la libertad de las comunidades del nuevo rito para desarrollar abiertamente sus apostolados y para ser especialmente activos en misiones.
 
Con su vuelta al antiguo rito, empezaron las primeras dificultades con los obispos diocesanos. De los tres monasterios conocidos que se establecieron en países de habla alemana, solo Kitzbühel (Archidiócesis de Salzburgo) establecido en 2002, fue exitoso. Los otros dos intentos más recientes (Diócesis de Bolzano-Brixen, y la Diócesis de Linz) fueron rechazados.
 
El retroceso tras la elección del papa Francisco
La joven orden religiosa disfrutó de la benevolencia papal bajo Benedicto XVI, lo cual cambió repentinamente bajo Francisco. En julio de 2013, apenas cuatro meses después de su elección, la Congregación para los Religiosos derrocó completamente a los superiores la orden con la aprobación papal. La Orden fue puesta bajo administración provisional. El Comisario, Padre Capuchino Fidencio Volpi, quien no era amigo del rito tradicional, comenzó una verdadera destrucción. El P. Volpi, que murió en junio de 2015, fue reemplazado por el Salesiano y abogado canonista Sabino Ardito. La destrucción de la Orden continuó sin amainar.
 
Fidenzio Volpi y su señor Bergoglio
 
Las razones para la intervención radical en los religiosos florecientes aún no se conocen. Tras puertas cerradas, el Comisionado y cabeza de la congregación religiosa, confirmó lo que muchos observadores sospecharon desde el principio: La razón fue la mencionada característica de la Orden. Una Orden del rito nuevo, que se desplazó al rito tradicional, atraía a numerosas vocaciones jóvenes y atraía la atención de otras órdenes del nuevo rito, que empezaron a interesarse en esta “historia de éxito”, lo que no podía ser.
 
El decreto según el cual el gobierno provisional fue establecido, sólo contenía una determinación detallada. Pero reveló lo que impulsaba la acción: A pesar de que lo contrarió había sido emitido por Benedicto XVI con el Motu Proprio Summórum Pontíficum, se determinó que a ningún sacerdote de los Frailes Franciscanos de la Inmaculada se le permitiera celebrar el rito tradicional. Cualquiera que desee celebrarlo, tenía que realizar una aplicación privada, que tenía que ser aprobada por el Comisionado. No se pudo demostrar más desprecio por el rito tradicional.
 
Bajo el papa Benedicto XVI, no había sido posible para las fuerzas hostiles tomar acción contra la orden. Con la elección del papa Francisco, quien comentó de manera despectiva sobre los círculos tradicionales en junio de 2013, la situación cambió repentinamente.
 
Por su poder, el papa Francisco evitó que los superiores de la orden pudieran acudir a la Signatura Apostólica en contra de las acciones de la Congregación para los Religiosos. La orden no tenía recurso legal alguno. Tuvieron que aguantarse.
 
No Padre Benevolente
Desde el comienzo del acto de desmembramiento, 14 monasterios fueron disueltos por los comisionados. Actualmente, incluso la disolución del monasterio de Florencia se está preparando, el cual fue el centro de la orden antes de la administración provisional. Será el 15° cierre desde el principio de la administración provisional. Los comisionados han probado haber sido empleados contra la orden, no como padres benevolentes, como fue el Cardenal De Paolis, el cual fue puesto por Benedicto XVI a la cabeza de los Legionarios de Cristo en 2010 cuando la orden cayó en espiral al descubrirse la doble vida de su fundador.
 
Los comisionados de los Franciscanos de la Inmaculada fueron empleados más bien como liquidadores. Tres años y medio después de su establecimiento en la Legión de Cristo, el Cardenal De Paolis terminó su administración con la elección de un nuevo liderazgo para la orden. No hay final para la administración apostólica para los Franciscanos de la Inmaculada. Ahora se plantea la conmovedora pregunta: ¿qué quedará de la antigua orden?
 
Alfonso Bruno y su campaña
Con la muerte del primer Comisionado, por lo menos, la influencia del P. Alfonso Bruno parece haber declinado. Alfonso Bruno fue el representante para los medios de comunicación del anterior liderazgo de la orden. Él es considerado el verdadero cerebro tras la rebelión contra los fundadores y el carisma de la orden. Oficialmente, él no parece estar entre los cinco hermanos que se volvieron a la Congregación para los Religiosos con una carta de queja contra el uso exclusivo del rito tradicional en la orden. Respecto a lo pastoral, la orden realmente había permanecido birritualista. Entonces la carta fue el incentivo para la intervención de la Congregación de Religiosos.
 
El Comisionado Volpi señaló a Alfonso Bruno como Secretario General y fue influenciado por él. El Comisionado hizo falsas afirmaciones en contra del fundador Stefano María Manelli, por lo que fue condenado por difamación en una corte del Estado. Eludió la ejecución del castigo solamente debido a su inesperada muerte. El nuevo Comisionado Ardito no cometió el mismo error, obviamente.
 
Alfonso María Bruno
  
Mientras que Volpi era el único Comisionado, el P. Ardito empleó a un Jesuita y un Capuchino como asistentes. Sin embargo, él ha prescindido de un Secretario General y envió a Alfonso Bruno en septiembre de 2015 para ser el jefe de la casa religiosa en Messina (Sicilia). Aunque continuará su campaña en contra del antiguo Superior General, el P. Manelli, quien fue depuesto en 2013, él está, de acuerdo a los rumores, detrás de un blog llamado “La Verdad acerca de la Administración Provisional de los Frailes Franciscanos de la Inmaculada” y está repleto de artículos maliciosos.
 
Abolición del Cuarto Voto Mariano
Mientras tanto, los primeros votos fueron conducidos sin la típica consagración al Inmaculado Corazón de María en Brasil y Filipinas. Fue reemplazado por una simple expresión de disposición para ir en misión. La Consagración a María es un cuarto voto característico de la orden. Además de los tres consejos evangélicos de pobreza, castidad y obediencia, que son comunes a las comunidades religiosas, los Frailes Franciscanos de la Inmaculado hacen un cuarto voto Mariano que precede a los otros.
 
La abolición de la Consagración a María es la segunda imposición concreta sobre el carisma de la orden. “Se plantea la pregunta: ¿Era esta consagración el problema? Y si no: ¿Por qué forzar a la orden a tal cambio de su carisma original?” escribió Libertá e Persona.
 
El abogado canónico continúa debatiendo si el Decreto de la Congregación de Religiosos de julio de 2013 es legítimo o no. Las opiniones varían. Lo mismo aplica a intervenciones específicas como la abolición de la Consagración a María. Algunos canonistas piensa que tal intervención puede ser resuelta legalmente sólo por el Capítulo General de la orden. Las opiniones varían. Ya que el papa Francisco prohibió a las cortes oír las discusiones de los canonistas, cualesquiera conclusiones a las que lleguen, por ahora, no tienen un impacto real.
 
Reestablecimiento prohibido
Desde la administración provisional, numerosos hermanos han querido dejar la Orden. Ellos quieren mantener la vida a la que se comprometieron por sus votos. La planeada puesta en marcha de una orden del antiguo rito fue prohibida por la Congregación de Religiosos. Este es otro indicativo que está opuesta a la Tradición y al rito tradicional. El Comisionado Volpi amenazó a los obispos para que no permitieran a los Frailes Franciscanos de la Inmaculada dejar su orden. Al mismo tiempo presentó acusación contra los “encomendados” a él, de querer derrocar al papa Francisco.
  
Los hermanos quieren permanecer fieles a su consagración a María, la completa devoción a la Inmaculada. Su abolición representa una verdadera intrusión en la identidad de la orden. Es una causa de incertidumbre y enojo que no exista una conexión reconocible entre la abolición y la introducción de la administración provisional.
 
  
De acuerdo a fuentes creíbles, esta intervención será extendida a la rama femenina, lo que también pondrá a las Hermanas Franciscanas de la Inmaculada en un dilema moral, pues han hecho voto de fidelidad a un carisma particular que fue aceptado y confirmado por el papa Juan Pablo II en 1998. Los medios de comunicación siempre encuentran nuevos cuentos de terror que publicar en contra de la Orden.
 
Con el claustro de Florencia, 15 conventos han sido cerrados. La administración provisional está dejando un verdadero rastro de destrucción.
 
60 hermanos han pedido oficialmente ser liberados de sus votos para dejar la orden. Ya que Roma teme el establecimiento de una nueva orden, las solicitudes no han sido aceptadas. La mayoría de ellos han sido bloqueados por casi tres años. Como se ha comprobado que esta vía es un callejón sin salida, más hermanos han renunciado a una solicitud.
 
Centralismo papal
Con el Rescriptum ex audiéntia del 4 de abril de 2016, hecho público hasta el pasado 11 de mayo, el papa Francisco ha revocado el anteriormente evidente derecho de los obispos diocesanos a reconocer nuevas comunidades religiosas. El 1 de junio entró en vigor. Con este decreto, Francisco anotó que el establecimiento de una orden por un obispo diocesano sin el consentimiento de Roma es nulo y sin efecto.
 
La centralización ordenada por Francisco es exactamente lo opuesto a la “descentralización” representada por él para la Iglesia cuando implica la nulidad del matrimonio, donde un obispo diocesano solo puede decidir al respecto, o cuando se trata de la admisión de los divorciados vueltos a “casar” para recibir la Comunión.
 
Los obispos cercanos a Francisco confirman, como lo reporta la revista progresista Il Regno, que mucha de la colegialidad y sinodalidad son solo palabras, que la concentración de poder en manos del papa nunca había sido tan grande en la Historia de la Iglesia.
 
Libertá e Persona presentaron la cuestión en este contexto: “¿Está la Congregación para los Religiosos preparando una formación común para todas las órdenes religiosas con sus diferentes carismas? ¿Es un retiro de todos los carismas en una especie de sincretismo de vida religiosa lo que se desea?
 
Texto: Giuseppe Nardi
Imagen: catholicafides (Screenshot)
Fuente primaria: Katholisches

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