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domingo, 20 de noviembre de 2016

TEÓLOGOS DEL VATICANO ESTUDIAN QUÉ HACER CON UN PAPA HEREJE

Traducción hecha por Antonio Moiño Muniz para AMOR DE LA VERDAD del artículo publicado en NOVUS ORDO WATCH.
  
Nos informan que los teólogos del Vaticano estudian qué hay que hacer ante un papa hereje
Bueno, al menos hacen el intento...
   
Continúan noticias de la que se armado. Como informa hoy el vaticanista Giuseppe Nardi, digno de toda credibilidad, corre por el Vaticano un estudio teológico de 1975 hecho por el laico brasileño Arnaldo Vidigal Xavier da Silveira. No se trata de un estudio cualquiera: Se trata de un estudio sobre si es posible que un Papa pueda llegar a ser hereje, y si es así, qué consecuencias se podrían derivar.

Portada de la traducción italiana del estudio “Hipótesis teológica de un papa herético”
  
¿Qué es posiblemente lo que podría haber dado ocasión para que los teólogos del Vaticano presten atención a una hipótesis en principio tan incomprensible? ¿Es que ellos se dedican a estudiar hipótesis abstractas para ejercitar su intelecto?
 
Para decirlo claramente, la apostasía de Francisco en nuestros días se ha vuelto tan patente y ha llegado a tales cotas que incluso los conocidos modernistas romanos del Vaticano están empezando a caer en la cuenta de que existe un problema aunque los conocidos lacayos de Francisco como Jimmy Akin y Dave Armstrong no dejan de dar rebuscadas explicaciones.

He aquí una traducción del informe de Nardi sobre el asunto:
[El] estudio “Hipótesis teológica de un papa herético” del jurista brasileño Arnaldo Xavier da Silveira corre de mano en mano por el Vaticano en la traducción italiana de Marco Solfanelli publicada el pasado mes de junio, la cual está siendo estudiada con atención por los teólogos y prelados de Roma.
 
Los dubia de los cuatro cardenales son parte de una resistencia que se está expandiendo cada vez más y empieza a pasar de su fase preliminar a una nueva fase. En caso de que Francisco no ponga fin a la paradoja de negarse a confesar claramente la doctrina inmutable de la Iglesia, de la que es la cabeza, entonces los próximos meses prometen ser espectaculares.
 
Tres años y medio después del inicio de su pontificado, Francisco está llegando a sus propios límites. La impresión, dada por medio de sus gestos y palabras, de albergar una intención latente de cambiar la doctrina de la Iglesia debe en algún momento, o bien tomar ya una forma definitiva o por el contrario debe ser definitivamente descartada. Francisco se encuentra acorralado en medio de la misma atmósfera de cuya creación él mismo es el responsable. Ya no se trata de expresiones espontáneas aquí y allá que por ser improvisadas no son vinculantes. Su trabajo pastoral y su capacidad de liderazgo, que exigen un gran sentido de responsabilidad y un carácter ejemplar, están llegando a sus límites. Esto podría hacer que el [pontificado] de Francisco termine siendo un fracaso (Giuseppe Nardi, Stößt Papst Franziskus an seine Grenzen – Amoris Laetitia und die der Dubia Kardinäle? [¿El Papa Francisco está embistiendo contra los límites? Amóris Laetítia y las Dúbia de los cardenales], Katholisches.info 17 de noviembre, de 2016; la traducción de la traducción inglesa es nuestra).
 
Echemos una rápida ojeada al estudio en cuestión.
 
La traducción italiana de la monografía de Da Silveira se titula ‘Ipotesi Teologica di un Papa Eretico’ (“Hipótesis teológica de un papa herético”). El trabajo fue publicado originalmente en portugués en 1975 y reeditado en una nueva edición italiana en junio de este año (obviamente, alguien previó que habría una alta demanda de la misma en el idioma hablado en el Vaticano).

La traducción al inglés del estudio de Da Silveira (por John Russell Spann) ha sido publicada on line: The teological Hypotesis of a Heretic Pope, Arnaldo da Silveira (PDF) -El original portugués, A Hipótese teológica de um Papa Herege, también.
 
Da Silveira no es sedevacantista, aunque simpatiza con nuestra posición. Aunque no condenamos su estudio, tampoco lo respaldamos sin reservas. Escrito en la década de 1970, mientras el infernal Pablo VI daba vueltas por el Vaticano enfundado en su sotana blanca, este libro fue un intento motivado por su buena fe para ver si el “pontificado” de Giovanni Battista Montini pudiera “salvarse” reduciendo sus acciones y enseñanzas a los límites de la ortodoxia que un verdadero Papa debería guardar, reproduciendo para este intento opiniones de teólogos de escasa importancia e hipótesis menos probables. Pero lo que quizás, usando opiniones poco probables (si no condenadas), resultó efectivo en el caso de Pablo VI en 1975, claramente no tiene fuerza convincente en los casos de Juan Pablo II, Benedicto XVI, y sobre todo de Francisco, todos los cuales han superado a Pablo VI de una forma u otra.
 
Un breve video ayudará a entender lo que queremos decir:
 
   
Uno de los errores fundamentales que muchas personas cometen al enfrentarse a la cuestión de un “Papa hereje” (lo que es una contradicción en los términos, si alguna vez ha habido uno así) es que confunden la capacidad de errar con la profesión de la herejía. El hecho de que, en sentido estricto, un Papa pudiera errar cuando no ejerce su infalibilidad, no quiere decir que puede enseñar o profesar la herejía. No todos los errores son herejías, después de todo, ya que para ser la cabeza de la Iglesia, el Papa debe ser miembro de la Iglesia, condicion para lo cual es profesar de la fe verdadera (no la incapacidad de errar en todo momento):
Pero entre los miembros de la Iglesia sólo se han de contar de hecho los que recibieron las aguas regeneradoras del Bautismo, y, profesando la verdadera fe, no se hayan separado, miserablemente, ellos mismos, de la contextura del Cuerpo, ni hayan sido apartados de él por la legítima autoridad a causa de gravísimas culpas. (Pío XII, Encíclica Mystici Córporis, n 22. El subrayado es nuestro.)
 
La profesión de una fe falsa (que es lo que llama herejía) hace automáticamente que el hereje deje de ser miembro de la Iglesia: 
“Puesto que no todos los pecados, aunque graves, separan por su misma naturaleza al hombre del Cuerpo de la Iglesia, como lo hacen el cisma, la herejía o la apostasía. (Pío XII, Mystici Córporis, n. 23).
 
Aquí la infalibilidad ni siquiera se contempla.
 
En pocas palabras: ¿Puede un verdadero Papa volverse hereje? No parece que fuera posible:
  • La Santa Iglesia [está] edificada sobre la piedra, esto es, sobre Cristo, y sobre Pedro o Cefas, el hijo de Jonás, que antes se llamaba Simón, porque en modo alguno había de ser vencida por las puertas del infierno, es decir, por las disputas de los herejes, que seducen a los vanos para su ruina. Así lo promete la verdad misma, por la que son verdaderas cuantas cosas son verdaderas: Las Puertas del infierno no prevalecerán contra ella (Mt 16,18), y el mismo Hijo atestigua que por sus oraciones impetró del Padre el efecto de esta promesa, cuando le dice a Pedro: Simón, Simón, he aquí que Satanás... (Lc 22,31). ¿Habrá, pues, nadie de tamaña demencia que se atreva a tener por vacua en algo la oración de Aquel cuyo querer es poder? ¿Acaso no han sido reprobadas y convictas y expugnadas las invenciones de todos los herejes por la Sede del príncipe de los Apóstoles, es decir, por la Iglesia Romana, ora por medio del mismo Pedro, ora por sus sucesores, y han sido confirmados los corazones de los hermanos en la fe de Pedro, que hasta ahora no ha desfallecido [en la Fe] ni hasta el fin desfallecerá? (Papa San León IX, Carta Apostólica In Terra Pax Homínibus, Cap. VII. Denz 351. Añadido subrayado).
  • [...] pues no fué prometido a los sucesores de Pedro el Espíritu Santo para que por revelación suya manifestaran una nueva doctrina, sino para que, con su asistencia, santamente custodiaran y fielmente expusieran la revelación trasmitida por los Apóstoles, es decir el depósito de la fe. Y, ciertamente, la apostólica doctrina de ellos, todos los venerables Padres la han abrazado y los Santos Doctores ortodoxos venerado y seguido, sabiendo plenísimamente que esta Sede de San Pedro permanece siempre intacta de todo error, según la promesa de nuestro divino Salvador hecha al príncipe de sus discípulos: Yo he rogado por ti, a fin de que no desfallezca tu fe y tu, una vez convertido, confirma a tus hermanos (Lc 22,32). Así, pues, este carisma de la verdad y de la fe nunca deficiente, fué divinamente conferido a Pedro y a sus sucesores en esta cátedra, para que desempeñaran su excelso cargo para la salvación de todos; para que toda la grey de Cristo, apartada por ellos del pasto venenoso del error, se alimentara con el de la doctrina celeste; para que, quitada la ocasión del cisma, la Iglesia entera se conserve una, y, apoyada en su fundamento, se mantenga firme contra las puertas del infierno. (Concilio Vaticano I, Constitución dogmática Pastor Ætérnus, Cap. IIII. Denz 1836-1837; el subrayado es nuestro).
 
Aunque la Iglesia nunca ha solucionado definitivamente el asunto directamente, la abundancia de pruebas sugiere fuertemente que es no posible que un verdadero Papa pueda llegar a ser hereje (lo que significa que los “papas” del Vaticano II, que de hecho fueron herejes, nunca fueron verdaderos Papas, incluso ni uno solo de ellos, y esto no es tan evidente como lo es en el caso del “Papa” Francisco). Pero en cualquier caso, incluso si fuese posible que un verdadero Papa pudiera llegar a ser hereje, como enseña San Roberto Belarmino, él inmediatamente por ese mismo hecho, solo y sin una declaración, dejaría de ser Papa.
  
Para todos los que buscan de un poco de claridad en profundidad sobre el tema, recomendamos los siguientes enlaces:
 
Sean cuales sean las conclusiones de los teólogos del Vaticano modernista después de haber ponderado el estudio de la cuestión sobre el Papa herético, están casi fuera de lugar, al menos por ahora. Lo importante de esta historia en este momento es que las autoridades del Novus Ordo dentro del Vaticano están planteando seriamente la cuestión de si el Papado es compatible con la idea de herejía pública (por la razón obvia de que el hombre al que consideran el Papa es un hereje flagrante), lo cual ya no se puede negar.
 
El descontento y malestar sobre Francisco se ha dejado sentir en el Vaticano desde hace cierto tiempo. Hay que recordar que hace más de un año, después de que el aspirante papal dio el visto bueno para la anulación exprés de matrimonios, se informó de que no existía ningún expediente anti-Francisco que circulara por la curia vaticana, la cual lo había acusado de introducir el “divorcio católico”. Por lo tanto, vamos a ver cómo funciona todo esto. Recuerden, también, que ellos todavía tienen una “copia de seguridad” dentro de las dependencias vaticanas, el llamado “Papa emérito” Benedicto XVI. No se le debe descartar todavía (no parece que todo este asunto de la renuncia ya haya “terminado”).
  
Ahora sólo hay que esperar hasta que alguien en el Vaticano se dé cuenta de que la Guardia Suiza puede expulsar a Francisco de las dependencias vaticanas y lo ponga en un vuelo de regreso a Buenos Aires…

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