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martes, 20 de diciembre de 2016

EL JUS PUNIÉNDI DE JAVIER ECHEVARRÍA EN LA OBRA

Javier Echevarría Rodríguez será recordado entre muchas razones porque maquinó con Álvaro del Portillo la erección como Prelatura personal por parte de Juan Pablo II del hasta entonces Instituto secular Opus Dei. El cardenal español Fernando Sebastián Aguilar relató en el libro ‘Memorias con esperanza’ (editorial Encuentro. 1916), que dicho premio causó “el disgusto” entre los obispos españoles “primero, por no haber sido consultados, y segundo, por considerar que el Opus Dei no reunía las cualidades que el Derecho canónico atribuye a las prelaturas personales”.
 
A fines de expresar su rechazo ante esa decisión pontifica, fueron a Roma Gabino Díaz Merchán, arzobispo de Oviedo y presidente de la Conferencia Episcopal Española, y el propio Fernando Sebastián, secretario general de la misma. Wojtyla los dejó esperando cuatro días, hasta que se convenció de que los emisarios españoles no se irían hasta ser atendidos. Al salir de la visita a un Juan Pablo II simpatizante del Opus frente al jesuitismo modernista post-V2, don Gabino le dijo a Sebastián: “Con estas aventuras no vamos a ganar muchos amigos en Roma”. Y eso exactamente fue lo que sucedió: Díaz Merchán nunca fue creado cardenal, y Sebastián lo ha sido a los 84 años (y por ende, sin derecho al sufragio en un cónclave), por decisión de Francisco Bergoglio. Ello se puede considerar un castigo del Opus, que manda mucho en el Vaticano porque ellos fueron los que le dieron un “donativo” de un millón de dólares para salvarlo de la quiebra producida por el escándalo del Banco Ambrosiano, y como contraprestación solicitaron la Prelatura y la “santificación” del fundador de la Obra, José María Escriba y Albás (nombre real de Josemaría Escrivá de Balaguer).
  
Se cree que Echevarría manejó con mayor discreción y prudencia que sus antecesores Escriba y Del Portillo ese jus puniéndi, aunque en 1994 se quejó de que el Opus ha sido objeto de campañas e insidias, y ante el diario El País se jactó de afirmar que “Las polémicas, promovidas en España por una minoría, están superadas”, y de que ni siquiera tenían obispos en España. Quizá sea cierto entonces que no tengan obispos, pero La Obra nunca ha dejado de tener ministros u otros altos cargos en el Estado español (que desplazaron a la Falange de los puestos clave en la España nacional, y pudieron incluso frenar una investigación del Tribunal para la Represión de la Masonería y el Comunismo), siendo el último y más señalado entre ellos el hasta hace un mes ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz. De ahí que las noticias sobre el poder del Opus han desaparecido, o casi, de la vida pública española.

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