Páginas

lunes, 20 de febrero de 2017

ORACIÓN DE SAN ISIDORO CONTRA LA INSIDIA DEL DIABLO

Tu, Dómine, verus doctor et præstítor, qui Creátor es et Redémptor, largítor et múnitor, Advocátus ac Judex terríbilis et clemens, qui cæcis méntibus donas aspéctum, qui infírmis possíbile esse facis quod præcípis; qui sic pius es, ut assídue rogári velis; sic muníficus, ut néminem desperáre permíttas; indúlge mihi peccáta ómnia, ac univérsos erróres, et tua gratuíta bonitáte, bone Jesu, perduc me ad illam contemplatiónem desiderábilem, ubi jam erráre non possim. Per quanta enim vítia corrui, tu scis, qui occultórum es cógnitor. Quam mísera et prona est mea fragílitas, tu nosti, quali hoste incessánter afflígar et premar agnóscis. Te, Christe Deus, bellátor fortíssime et triumphátor semper victoriosíssime, quaerit impar certámen, te expétit mortális infírmitas, majestátis enim tuae glória est, si leo rúgiens ab infírma ove superétur, si spíritus violentíssimus a debilíssima carne vincátur, et si saltem íllius dominatiónem, permitténte tuo justo judício, ad tempus pátimur, nequáquam íllius insatiabílibus fáucibus sorbeámur. Fac illum, amátor hóminum, tristem de humána lætítia, qui de nostra offensióne exsúltat.

TRADUCCIÓN
Tú, Señor, verdadero doctor y dador, que eres Creador y Redentor, concesor y defensor, abogado y Juez terrible y clemente, que das vista a la mente de los ciegos, que posibilitas a los débiles para hacer lo que ordenas; que tan piadoso eres para quienes te dirigen asiduamente sus peticiones, y tan liberal que no permites que nadie desespere, perdona todos mis pecados y todos los errores, y que tu bondad gratuita, buen Jesús, me conduzca a esa contemplación deseable donde ya no pueda errar. Tú que eres conocedor de lo que está oculto, bien conoces en cuántas faltas he caído. Tú conoces cuán mísera y proclive es mi debilidad, y cuán incesantemente la aflige y presiona el enemigo. Tú, oh Cristo Dios, batallador fortísimo y campeón siempre victoriosísimo, mira este combate desigual, donde clama a la gloria de Tu divina majestad la debilidad de los mortales. Si el león rugiente superara a la débil oveja, si el espíritu violentísimo venciera a la débil carne, y si al menos la domina, permitiéndolo tu justo juicio, en el tiempo de padecer, no permitas que seamos devorados por sus insaciables fauces. Haz, ¡oh amador del género humano!, que se entristezca por la alegría humana aquel que se exulta por atacarnos. Amén.

Migne, Patrología Latina 83, col. 1273-1276

6 comentarios:

  1. Poderia traduzir para o português? Não estou conseguindo, dá erro no meu tradutor. Obrigado.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No es fácil, incluso nos costó mucho trabajo el traducirlo al español.

      Eliminar
  2. Tenho um dúvida pessoal, Jorge. O padre Rahner acreditava e ensinava que os anjos e os demônios tem um corpo sútil, ao invés de serem apenas espíritos puros. Concorda com esta hipótese sobre a natureza dos anjos e dos demônios?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es un tema complejo, pero según entendemos, la opinión generalizada y el Magisterio de la Iglesia consideran que unos y otros son espíritus puros, esto es, no tienen ni requieren cuerpos fisicos para sus operaciones (aunque pueden asumir apariencia corpórea o manifestarse en el plano material).

      Eliminar
  3. O Céu é um lugar físico, e é a morada de Deus e de seus anjos. Não sei ao certo, mas é provável que Deus, assim como o seus anjos, ministros celestiais, um corpo sútil.

    ResponderEliminar

Preferiblemente, los comentarios (y sus respuestas) deben guardar relación al contenido del artículo. De otro modo, su publicación dependerá de la pertinencia del contenido. La blasfemia está estrictamente prohibida. La administración del blog se reserva el derecho de publicación (sin que necesariamente signifique adhesión a su contenido), y renuncia expresa e irrevocablemente a TODA responsabilidad (civil, penal, administrativa, canónica, etc.) por comentarios que no sean de su autoría.