Tomado de JUDICA ME, DOMINE.
CORRIGIENDO A “Como vara de Almendro” Y DON MINUTELLA SOBRE “Tomemos posiciones antes de que cambien la Misa”
Don Alessandro Minutella
es un sacerdote italiano de la Arquidiócesis de Palermo que empezó a
levantar la voz denunciando la desviación predicada en el nombre de la
Iglesia. “Naturalmente”, ha sido suspendido por su obispo en cuestión de
minutos. Un obispo de los nombrados por Francisco en los últimos años,
al que no le importe que uno de los sacerdotes de su diócesis imparta la
bendición a una pareja del mismo sexo que acaba de proclamar la
legalización de su situación. Lógicamente, Don Alessandro ha sido
castigado por no “estar en la comunión con su obispo”. Es evidente.
¿Pero qué es lo que pretende este, estoy convencido, bien
intencionado sacerdote? Él defiende el “auténtico” Concilio Vaticano II
del que considera que de alguna forma ha sido manipulado, tergiversado,
llevado a otras aguas. Él también (y los de “Como vara de almendro”) defiende el Novus Ordo Missæ (“bien celebrado”, claro está). Citaré algunas frases suyas:
“Estimados amigos, la verdad católica se ha convertido en una herejía.
Así que los pobres católicos, los de Juan Pablo II y Benedicto XVI, los católicos enamorados del Concilio Vaticano II en continuidad con la tradición, los católicos eucarísticos y marianos comienzan inexorablemente a llorar lo que queda del esplendor católico, observando detrás de las ventanas de la Madre Iglesia en su lenta agonía.
¡Cuánta gente perdida, cuántas almas desorientadas...!
Es una iglesia falsa, ya que no se construyó de acuerdo con el plan de su fundador (Cristo) sino de acuerdo con sus caprichos ideológicos.
Quién no se homologa a este registro de la iglesia falsa es un loco, un herético, uno que tiene un corazón duro.
Y que desea poner a silenciar a los que no están de acuerdo.
La herejía, en este caso, se lleva a cabo por el mismo gobierno de la iglesia.”
“Tomemos posiciones antes de que cambien la misa.
Esto dará lugar a una serie de consecuencias.
Ellos dirán: “Estáis fuera de la iglesia, sois cismáticos, os habéis construido vuestra propia Iglesia”.
Y yo digo: ¿Estamos fuera de la iglesia nosotros con nuestra denuncia o lo estáis vosotros construyendo la iglesia mundanizada, adúltera y extravagante que la Beata Ana Catalina Emmerick había vislumbrado?
¡Sois vosotros los que estáis fuera de la iglesia, no nosotros que nos resistimos!”
En definitiva, esta es la clave de su mensaje:
“Sois vosotros los que estáis fuera, no nosotros que permanecemos fieles a la tradición católica y al auténtico espíritu del Vaticano II”.
¿Y a quién denuncia Don Minutella? A estos:
“Detrás de esta agenda progresista nos encontramos con un Sanedrín dirigido por estos sumos pontífices que llevan el nombre de Enzo Bianchi, Antonio Melloni, el padre Antonio Spadaro, Bruno Forte, Vincenzo Paglia, Walter Kasper. Todos los hombres del diálogo, que, sin embargo, ocultan el arma de la condena, la marginación, la sospecha hacia los que no son homólogos a su forma de pensar. Aquí parece que detrás de estos hombres se camufla el manifiesto para la construcción de una superiglesia mundial que ya no tendrá nada de Católica”.
¿Pero dónde está Francisco? ¿Acaso podrían mover un solito dedo estos
sin el General? Venga Don Minuttela… ¡no se da cuenta que eso no puede
ser!
Pues bien, hasta que se de cuenta, le comentaré otra cosa de la que
le da miedo pensar: estos, los que Vd. menciona (sin Francisco, pero
claro que Vd. menciona y piensa directamente a Francisco) no podrían
hacer nada si no es porque ya antes tenían el terreno preparado por Juan
Pablo II y Benedicto XVI. En concreto en cuanto al cambio de la misa. Y
en cuanto al Concilio, nada sin Pablo VI y Juan XXIII.
Vamos a ocuparnos brevemente de la cuestión del cambio de la misa que por lo que se ve realmente se está preparando. Anonimi della Croce lo ha señalado en su día: el cambio recurrirá a la Anáfora de Addai y Mari, Una anáfora asiria –de los nestorianos– que en su día dieron por válida Juan Pablo II y el Cardenal
Ratzinger, en común parecer con el Cardenal Kasper. El documento es del
2001, y el alarma comentada en este foro católico en 2009. Se trata de lo siguiente (copio del foro):
“En las Instrucciones básicas para la admisión a la Eucaristía entre la Iglesia Caldea y la Asiria Oriental del 20 de Julio de 2001, publicadas por el Vaticano Consejo Pontificio para la Unidad de los Cristianos (presidido por el Cardenal Kasper), con la explícita aprobación de la Congregación para la Doctrina de la Fe (Cardenal Ratzinger) y del Santo Padre Juan Pablo II, y que sólo se hizo público, varios meses más tarde, en Octubre de 2001, se admite validez a un “canon” que carece de fórmula consecratoria, es decir, que invalida la Misa. Esta inexplicable aprobación, según rumores rectificada con posterioridad, queda en medio de las brumas de la confusión litúrgica reinante.”
“Esa ha sido siempre la fe segura. Contra los que la negaron, el Concilio de Éfeso clamó que si
alguno no confiesa que el Emmanuel es verdaderamente Dios, y que por
eso la Santísima Virgen es Madre de Dios, puesto que engendró según la
carne el Verbo encarnado, sea anatema.
La historia nos ha conservado testimonios de la alegría de
los cristianos ante estas decisiones claras, netas, que reafirmaban lo
que todos creían: el pueblo entero de la ciudad de Éfeso,
desde las primeras horas de la mañana hasta la noche, permaneció ansioso
en espera de la resolución… Cuando supo que el autor de las blasfemias
había sido depuesto, todos a una voz comenzamos a glorificar a Dios y a
aclamar al Sínodo, porque había caído el enemigo de la fe. Apenas
salidos de la Iglesia, fuimos acompañados con antorchas a nuestras
casas. Era de noche: toda la ciudad estaba alegre e iluminada (San
Cirilo de Alejandría)” [Amigos de Dios, cap. XVII, n. 275)]
El documento (en inglés) está en este enlace, y el argumento (a favor de la validez) es el siguiente:
“3. The Anaphora of Addai and Mari
The principal issue for the Catholic Church in agreeing to this request, related to the question of the validity of the Eucharist celebrated with the Anaphora of Addai and Mari, one of the three Anaphoras traditionally used by the Assyrian Church of the East. The Anaphora of Addai and Mari is notable because, from time immemorial, it has been used without a recitation of the Institution Narrative. As the Catholic Church considers the words of the Eucharistic Institution a constitutive and therefore indispensable part of the Anaphora or Eucharistic Prayer, a long and careful study was undertaken of the Anaphora of Addai and Mari, from a historical, liturgical and theological perspective, at the end of which the Congregation for the Doctrine of Faith on January 17th, 2001 concluded that this Anaphora can be considered valid. H.H. Pope John Paul II has approved this decision. This conclusion rests on three major arguments.
In the first place, the Anaphora of Addai and Mari is one of the most ancient Anaphoras, dating back to the time of the very early Church; it was composed and used with the clear intention of celebrating the Eucharist in full continuity with the Last Supper and according to the intention of the Church; its validity was never officially contested, neither in the Christian East nor in the Christian West.
Secondly, the Catholic Church recognises the Assyrian Church of the East as a true particular Church, built upon orthodox faith and apostolic succession. The Assyrian Church of the East has also preserved full Eucharistic faith in the presence of our Lord under the species of bread and wine and in the sacrificial character of the Eucharist. In the Assyrian Church of the East, though not in full communion with the Catholic Church, are thus to be found “true sacraments, and above all, by apostolic succession, the priesthood and the Eucharist” (U.R., n. 15). Secondly, the Catholic Church recognises the Assyrian Church of the East as a true particular Church, built upon orthodox faith and apostolic succession. The Assyrian Church of the East has also preserved full Eucharistic faith in the presence of our Lord under the species of bread and wine and in the sacrificial character of the Eucharist. In the Assyrian Church of the East, though not in full communion with the Catholic Church, are thus to be found “true sacraments, and above all, by apostolic succession, the priesthood and the Eucharist” (U.R., n. 15).
Finally, the words of Eucharistic Institution are indeed present in the Anaphora of Addai and Mari, not in a coherent narrative way and ad litteram, but rather in a dispersed euchological way, that is, integrated in successive prayers of thanksgiving, praise and intercession.”
Resumiendo, afirma Kasper (y aprueban Juan Pablo II y Ratzinger) que:
- En efecto, la anáfora carece de la “Narrativa de la Institución”.
- Está en la continuidad con la Última Cena.
- Nunca fue oficialmente negada su validez, ni en el Occidente ni en el Este.
- Se recuerda la validez de las órdenes de los cismáticos (no utilizando esta palabra), recordando el texto conciliar de Unitatis Redintegratio.Las palabras están realmente presentes en la forma eucológica (eucología: conjunto de elementos oracionales de una celebración), “integrada en sucesivas oraciones de acción de gracias e intercesión”.
Comentaremos igual de breve, pero suficientemente, las chorradas de Kasper:
- Naturalmente Kasper utiliza la expresión “Narrativa de la Institución” que fue utilizada en la primera definición de Novus Ordo Missae. Pues no señor, son “Palabras de Consagración”, esa es nomenclatura católica. Por supuesto, tú sabes bien qué utilizar.
- También aciertas aquí. Pero la Misa no es la Última Cena. Es el Sacrificio del Calvario incruentemente actualizado.
- Lo que es lo más probable, y a eso apuntan estudios litúrgicos (ver también comentarios en el foro señalado), es que las palabras de consacración se transmitían oralmente, y esa es la razón de por qué posiblemente no aparecieron. Precisamente esta era la tradición en la misma Iglesia Católica de los primeros tres siglos, con el fin de evitar profanaciones. (Ver la etiqueta liturgia en este blog).
- En efecto, se utiliza el texto conciliar de Unitatis Redintegratio para dar soporte a la argumentación. Eso sí, el texto citado de la validez general de sacramento de orden y de la eucaristía en el Este no viene a cuento en esta consideración específica. Aquí sí que podemos decir de el texto conciliar fue usado para una dirección arbitraria. Ahora bien, no otros, especialmente y además explícitamente mencionado concepto conciliara de “comunión no plena”. Cuando en realidad o estamos en comunión, o no.
- O sea, se explica “por el contexto”. Primero, porque no queda otra “explicación”. Segundo, porque es errónea la aplicación de “contexto”. Este, sin las palabras de Cristo y confirmadas por la Iglesia, simplemente no tiene sentido. “Contexto” es si es referente a “algo” sustancial. Pero si ese “algo” falta, el “contexto” es superfluo y no esencial.
Así que, el toque de trompeta de Minutella llamando a la resistencia, no tiene sentido:
- “Tomemos posiciones antes de que cambien la misa”,
- “Así que los pobres católicos, los de Juan Pablo II y Benedicto XVI, los católicos enamorados del Concilio Vaticano II en continuidad con la tradición,…”,
- “Sois vosotros los que estáis fuera, no nosotros que permanecemos fieles a la tradición católica y al auténtico espíritu del Vaticano II”.
Porque todo estaba ya hecho y preparado. Los montes removidos, la
tierra pisada, a Francisco le tocaba trazar el asfalto. Francisco sí que
está en plena comunión de trayectoria con el CVII y posconcilio.
Faltaba rematar, y por lo visto, está dispuesto a hacerlo.
En cuanto al bien intencionado y pobre Don Alessando Minutella, creo que ni el 1% del clero actual va a seguir el sonido de su iniciativa. Me parece que ni ese porcentaje va a resistir la imposición de esta “santa memoria” de la que se habla que van a pro(im)poner.
Naturalmente, la Iglesia empezó en las catacumbas y terminará en
ellas, hasta que la liberación le venga del Señor. Pero habrá que afinar
bien qué serán efectivamente las catacumbas.
Esto es como ver a los Anglicanos pelearse entre si por no seguir "fielmente" la tradición de el libro de oración común.
ResponderEliminarEstán basándose en el error como fundamento de su "lucha".
Herejes. Kyrie Eleison.
Así es.
ResponderEliminarRidículo que es Minutella, condottiero de papel, que sólo le hace de “idiota útil” para los conciliares, que actualmente aplasta a los neocones y ralliés que con ellos están (acordaos de los Franciscanos de la Inmaculada). Además, él capituló el Miércoles, aceptando la entrega de su parroquia el Viernes Santo.
ResponderEliminarPD. Ese sicofante mendicante también debe percatarse que ese Concilio y esa Misa que él dice defender son en realidad lo que arruinó a la Iglesia, y que Bergoglio no llegó a donde está si no fuera por esos Juan Pablo II y Benedicto XVI que tanto quiere.
Si bien no cabe duda que Don Minutella tiene buea intención debería darse cuenta de que no existe tal cosa como "el Concilio Vaticano II a la luz de la tradición" no veo posible la ceguera a los actos apostáticos de Roncalli, Montini, Luciani, JPII y Ratzinger, Bergoglio no es el origen del problema, además, Don Minutella no es un sacerdote, pues las ordenes Novus Ordo son inválidas
ResponderEliminarTodo ello es cierto y exacto. Bergoglio es por sus antecesores, y las órdenes novusordianas son tan inválidas y nulas como las de los anglicanos.
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