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viernes, 21 de abril de 2017

REMOLCADOS AL LAICISMO HEGEMÓNICO, A INSTANCIAS DEL CLERICALISTA FRANCISCO BERGOGLIO

REVOLUCIÓN BERGOGLIANA EN LA ORDEN FRANCISCANA: UN LAICO SERÁ EL SUPERIOR GENERAL
Por Francesca de Villasmundo para Medias-presse.info
  
  
La Orden franciscana está dividida, desde algunos siglos ha, en diversas ramas u Órdenes, que comforman la gran familia franciscana. En la primera Orden, la de los religiosos, se encuentran los Frailes Menores Capuchinos, los Frailes Menores Conventuales y los Frailes Menores.
 
En el tiempo de San Francisco existía solo una Orden; después de su muerte vinieron a adquirir mayor importancia algunas dificultades sobre la observancia de la Regla (la segunda Regla de los Frailes Menores aprobada por el Papa en 1223) que ya habían surgido todavía en vida de San Francisco, sobre todo en cuanto a la pobreza. Al final, en el curso de los siglos, estas dificultades dieron vida a tres órdenes franciscanas masculinas distintas, con reglas y espiritualidad propia, comportando de hecho un enriquecimiento para la Iglesia: la Orden de los Frailes Menores (OFM), los Frailes Menores Conventuales (OFM Conv.) y los Frailes Menores Capuchinos (OFM Cap.); a estos se agrega la Tercera Orden Regular de San Francisco.
 
Hoy, exceptuados los Frailes Menores Capuchinos dependientes de la fundación del Padre Eugène de Villeurbanne, en Morgon (región de Beaujolais, Francia), los cuales han permanecido fieles a la Tradición de la Iglesia Católica, casi todos los frailes de las distintas obediencias han seguido la revolución conciliar en todos sus excesos.
  
Hoy se puede decir que las distintas órdenes franciscanas están particularmente tocadas y pervertidas por el espíritu del concilio Vaticano II y por las innovaciones doctrinales derivadas de éste. ¡Una de las pruebas es dada por el hecho de que las escandalosas reuniones ecuménicas de Asís se desarrollan en la casa de ellos!
  
Ayer [10 de Abril de 2017], el Papa Francisco ha recibido en audiencia, en el Vaticano, a los diversos ministros generales de las cuatro órdenes franciscanas masculinas, para ratificar otra revolución interna, consecuencia lógica de la conciliar revolución.
 
Luego de haber tratado los temas de actualidad, el Papa ha querido informarse de primera mano sobre los pasos que están cumpliendo las cuatro órdenes franciscanas masculinas para «crear una comunión» en nombre de un «ecumenismo franciscano». El objetivo sería, no tanto retornar a la disciplina original puesta en olvido por 50 años, ma ad una parvenza di unión franciscana. La cosa no debería ser muy difícil, puesto que están todos animados con la misma mentalidad ecuménica e interreligiosa y cada obediencia ha hecho su “aggiornamento” sobre la base del Vaticano II según las nuevas normas laxistas conciliares impregnadas del espíritu del mundo. Las diferencias disciplinarias, que han generado las pasadas divisiones, hoy están grandemente atenuadas.
 
El Padre Michael Perry, ministro general de la OFM, ha precisado en Radio Vaticana que este camino hacia la unión está «en la línea de lo que pide el Papa, y he aquí que nosotros nos encaminamos a la unificación, el diálogo y la comunión».
 
A su vez, el Padre Nicholas Edward Polichnowski, ministro general de la Tercera Orden regular de San Francisco, afirmó: «Antes los Frailes Menores, los Frailes Conventuales, los Frailes Capuchinos y la Tercera Orden eran independientes unos de otros. Mas con el Papa Francisco se vive una visión, un sentido de unificación, bajo la acción de la misericordia».
 
Mas el gran cambio al que aspiran los Franciscanos con la bendición del Papa va más lejos; casi una mutación genética por suceder en el mundo franciscano: «Nosotros los generales estábamos hablando muchas veces el año pasado de poder fortificar y resaltar la dimensión de comunión entre nosotros. Además, habíamos hablado de la importancia de la posibilidad de permitirle a los hermanos legos servir, con el rol de ordinario, en las respectivas órdenes», ha expresado el Padre Michael Perry.

Sustancialmente los franciscanos consideran que un laico «Podría ser guardián de las confraternidades locales [equivalente a prior], provinciales [esto es, jefe de una región territorial que abarca más conventos] y también ministro general o vicario general [es decir, jefe de la Orden]». «El Papa Francisco está buscando con nosotros la posibilidad de llevar adelante este proyecto [revolucionario]».
  
¡La Iglesia se pone en el remolque de un laicismo hegemónico que quiere dirigir todo, también los conventos! Una reforma semejante, inédita hasta hoy, si se realizara, podrá solo reforzar las ideologías igualitaristas y laicistas que dominan el mundo actual. Esta reforma trastornará profundamente las relaciones entre laicos y religiosos, acabando con destruir toda forma de jerarquía y anulando totalmente las diferencias entre las diferentes vocaciones humanas.
 
Estamos ante una verdadera adulteración del papel espiritual y a una falsificación del rol del laico; un disorden que no respecta solo a la sociedad religiosa, sino también a la sociedad entera: ¡laicos o religiosos, todos iguales! Kif-kif! Como decían los soldados franceses estacionados en el norte de África.
 
Este nuevo «aggiornamento», que es solo el fruto de un modernismo y de un progresismo agresivos, si tiene lugar, conducirá solo a una contraffazione del servicio… que se acordará perfectamente con aquella «contra-Iglesia» de la cual hablaba Mons. Lefebvre en 1978: «que ha nacido sobre todo con el protestantismo, que se ha desarrollado con el protestantismo y que es el origen de todos los errores modernos» y que continúa su ocupación de la Iglesia Católica.
  
¿Qué estais combinando en Roma? ¡Vosotros quereis cambiar la regla de San Francisco! ¡No debemos desnaturalizarnos a nosotros mismos. ¡En el juicio final San Francisco no nos reconocerá como hijos suyos!” (Profecía del Padre Pío).

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