Oh
Virgen bendita, Madre de Dios, volved benigna vuestra mirada desde el
Cielo, donde reináis, sobre este miserable pecador, vuestro siervo. Él,
aunque consciente de su indignidad, en resarcimiento de las ofensas a
Vos hechas por las lenguas impías y blasfemas, desde lo íntimo de su
corazón os bendice y exalta como la más pura, la más bella y la más
santa de todas las
creaturas. Él bendice vuestro santo nombre, bendice vuestra sublime
prerrogativa
de verdadera Madre de Dios, siempre Virgen, concebida sin mancha
de pecado, de corredentora del género humano. Él bendice al eterno
Padre, que os escogió en modo particular por Hija, bendice al Verbo
encarnado, que vistiéndose de la humana natura en vuestro purísimo seno
os hizo su
Madre; bendice al divino Espíritu Santo que os quiso como su Esposa.
Bendice,
exalta y agradece a la Trinidad augusta que os preescogió y amó tanto
que os elevó sobre todas las creaturas a la más sublime alteza.
Oh Virgen santa y misericordiosa, impetrad la conversión de vuestros
ofensores y recibid este pequeño obsequio de vuestro siervo, obteniendo
también para él, de vuestro divino Hijo, el perdón de los pecados
propios. Amén. (100 días de Indulgencia cada vez, aplicables para los difuntos. Papa San Pío X, 22 de Enero de 1914).
don jorge, siempre es agradable encontrar la palabra del señor con tanta oratoria, dejeme decirle que tanto yo como mis compañeros de la gran hermandad blanca le enviamos prosperidad y muchaz, personalmente lo sigo vale?
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