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sábado, 28 de julio de 2018

OTRAS PLUMAS: “EXPULSADO DEL CAMINO NEOCATECUMENAL POR DEFENDER LA FE”

Tomado de ADELANTE LA FE. El firmante de la carta identifica como la Iglesia Católica a la iglesia conciliar del Vaticano II porque reconoce a Wojtyla como Papa, la cremación, la nulidad matrimonial, la PNF y el propio Camino Neocatecumenal como instituciones válidas, pero igual es un testimonio que reseñar porque confirma las conclusiones a las que ha llegado el sacerdote italiano Enrico Zoffoli CSP al señalar que el Camino Neocatecumenal es una secta herética.

“EXPULSADO DEL CAMINO NEOCATECUMENAL POR DEFENDER LA FE”
Soy un padre de familia, de 59 años, que junto con mi esposa, hemos sido “expulsados” del camino neocatecumenal, después de unos 20 años en el mismo, por discutir al catequista los errores que estaba predicando a mazo y martillo, en contraposición a lo que se dice claramente en el catecismo católico.
  
Lo que me parece más lamentable aún, es que no se nos ha dado la oportunidad de abrir la boca, pues el estilo neocatecumenal es que el catequista habla (es la voz de Dios) y los demás, pobres pecadores incapaces de cambiar su triste condición, callan y obedecen. Pues bien sin mediar ni una visita, ni nada, ante mi postura de corregir lo que pensaba que era erróneo, se me expulsó, sin otra explicación. Pero no sólo eso, sino que desde entonces se han roto todos los lazos con la que era mi comunidad, en la que están padrinos de mis hijos por ejemplo, y no nos han llamado, ni siquiera cuando falleció una hermana de esta comunidad. Signos que denotan claramente el estilo del camino, que para nada se basa en los principios evngélicos sino en una obediencia ciega.
  
En primer lugar, quiero dejar bien claro que no estoy en contra de las personas que están en el camino, nosotros estuvimos unos 20 años firmemente convencidos, pensando hacer lo que agrada a Dios, obedeciendo en todo, según nos permitía la Gracia Divina y en ese tiempo hemos sido catequistas nosotros mismos, responsable y corresponsable y mi esposa lectora. Pero en cuanto hemos manifestado nuestra discrepancia con lo que pienso que son herejías dentro del camino, se nos expulsó. Por eso, quiero sobre todo con esta carta, advertir a las personas, que estén pensando entrar en el camino, o actualmente dentro de él y a los sacerdotes que piensen admitir el camino en su parroquia.
  
Continuando con mi experiencia, al principio me creía a pie juntillas lo que me decían mis catequistas, entre otras cosas por que se presentan como un grupo aprobado por la Iglesia y nuestra formación teológica era bastante escasa. Pero con el paso de los años, a medida que he ido profundizando en las enseñanzas de la Santa Iglesia Católica, se me hacía más evidente los errores que nuestros catequistas repetían sin cesar, y además me irritaba el hecho de que mis hermanos de comunidad vieran al resto de la iglesia con desprecio y un cierto aire de superioridad, todo lo que no sea camino, no vale.
  
De las primeras cosas que me chocaban era la consabida frase: hay que crucificar la razón. Esto me movió a estudiar las distintas encíclicas y enseñanzas de la iglesia, y efectivamente en la encíclica FIDES ET RATIO, lo que nos enseña el Santo Padre es que la razón y la fe son las dos alas que llevan al hombre a Dios. Por lo tanto pedía que los catequistas nos iluminaran y no que se limitaran a dar la perorata y exigir obediencia ciega, porque ellos dicen que el que obedece no se equivoca. ¿Acaso no obraron por obediencia los que crucificaron a Nuestro Señor Jesucristo? ¿O los que cometieron horribles crímenes en la segunda guerra mundial? Lo que más me maravillaba es que mis hermanos de comunidad no se planteaban ninguna duda, porque para ellos el catequista es el Profeta, y como él mismo dice, la voz de Dios. Siempre le he recordado a los catequistas que sólo el Papa, cuando habla ex cátedra, es infalible, y ellos no podían pretender ser la voz de Dios y ser infalibes, uno de los pilares en que se fundamenta el Camino.
  
A partir de ahí, fui poco a poco convenciéndome de que nos estaban adoctrinando paulativamente y convirtiéndonos en una secta. Sí, efectivamente una secta, pues se crea un sentido de identidad diferente dentro de la parroquia y de desprecio a las demás realidades, todos están equivocados menos nosotros, y todos están en contra nuestra.
  
Bajo la defensa de LA NUEVA ESTÉTICA se le da más importancia a los signos externos, que al sacramento en sí. Todos los cantos, la decoración de la asamblea (siempre repetida en todos los detalles, como si se tratara de una franquicia), de forma que nos hace sentirnos incómodos en otros sitios, con otra decoración. Y es que las iglesias son muy diferentes unas de otras, pero los salones celebrativos del camino, son todos una copia que parecen prefabricadas al estilo dictado por Kiko, según su nueva estética, pues de Kiko para abajo, nadie tiene capacidad para elegir unos cuadros o unas sillas distintas, todo tiene que ser como lo ha dicho Kiko, la corona mistérica de estilo ortodoxo, y las sillas de metacrilato a 70 € como nos obligaron a comprar, la alfombra azul como el cielo (se ve que Kiko ya ha estado en el cielo y ha vuelto), la cruz del camino, etc. Todo esto deja bien claro la reprogramación que se intenta con sus miembros y la nula libertad que tienen ni para elegir los adornos de sus iglesias. Evidentemente esto lleva a sentirse incómodo en otro sitio que no esté adornado como es norma en el camino, y a separarnos de todo lo demás de nuestra Parroquia.
  
Si no hay eucaristía según el rito neocatecumenal, pues entonces no se va a la de la parroquia, llamada misa en tono despectivo. Por tanto se suele decir: “esta semana no hay eucaristía sino sólo misa”. En este caso, lo normal es no ir a misa, pues nadie nos ha hablado de los mandamientos de la Santa Madre Iglesia, o todo lo más ir a otra parroquia donde haya Eucaristía del camino, con lo que se pone de manifiesto la nula comunión con el resto de la parroquia, pues se prefiere ir a otra parroquia, en la que sí haya Eucaristía neocatecumenal.
  
Por otra parte se va creando una dependencia de los catequistas, a los que se pide consejo antes de casarse, y por supuesto deben ser los dos del camino, o si no, el que esté fuera, que empiece el camino. A una hija mía le pusieron trabas para continuar el noviazgo, por que el chico católico practicante, no estaba en el camino.
  
En cambio la obediencia al sacerdote no tiene ninguna importancia, y si se busca consejo de alguno, insisten los catequistas que no vayamos a cualquier cura sino a un cura de fe, que quiere decir “un cura proclive al camino”.
  
Esta separación del resto de la parroquia también queda patente por ejemplo en la celebración del triduo pascual, que se hace en la comunidad y no en la parroquia, pues es del todo absurdo prentender el apaño que se le ha ocurrido a los iniciadores, de ir a la Parroquia y luego al de la Comunidad. Yo estuve caminando con dos comunidades, y por lo tanto tenía que ir (y además tonto de mí, obedecía), durante el triduo a tres celebraciones el mismo día, que era el de mi comunidad, el de la otra comunidad, de la que era el reponsable y por último al de la parroquia.
  
Igual podríamos decir de lo que es válido en la Iglesia, pero no es aceptado en el camino, por ejemplo, la incineración de los difuntos, la declaración de matrimonio nulo, la paternidad responsable, etc. En este último punto vemos cómo se mira con desprecio la enseñanza de la Humánæ vitæ, diciendo que la utilización de los tiempos fértiles para el distanciamiento del nacimiento de los hijos, cuando los padres lo ven necesario, por motivos graves, viene a ser el preservativo de la iglesia, y se les anima a mujeres que ya han tenido cuatro hijos por cesárea, a que se abran a la vida para tener más hijos, cuando el consejo médico ha sido todo lo contrario.
  
HEREJIAS DEL CAMINO NEOCATECUMENAL
Bueno, y dicho todo esto, voy a hablar de lo más grave, lo que creo que son HEREJÍAS que se enseñan en el Camino, por lo que más que Católicos, creo que se asemejan a los Protestantes:
  • La razón está irremisiblemente perdida. Se desprecia a la razón, puesto que la naturaleza humana, “totalmente destruida”, no puede encaminarse hacia lo bueno, sólo el Catequista con su discernimiento, es la voz de Dios, y nos dirá qué debemos hacer, aunque no lo entendamos. Nos dicen en tono de burla que somos los hermanos topitos, cuando decimos “que una cosa no la vemos así”, que somos topitos, que basta con que el catequista lo vea y tenemos que obedecer, porque el que obedece no se equivoca. 
  • Desprecio a las obras y a la ley. Nuevamente de estilo protestante es su manera de pensar, estamos predestinados para la salvación siempre que permanezcamos en la comunidad, porque es sólo la Gracia la que salva, sin necesidad de las obras, puesto que la naturaleza humana destruida (que no dañada), como dice el catecismo, no puede hacer lo bueno. 
  • Pierde importancia el pecado. El pecado es imposible de evitar. A lo largo del Camino, se enseña que la conversión es reconocer nuestros pecados, iluminados por la enseñanza de las Escrituras, pero no podemos cambiar hasta quince minutos después de muertos. Es decir, no tenemos que esforzarnos en la Santidad, no podemos ser buenos, somos pecadores, con ello se forja un sentido de baja autoestima, que pondera más el poder del catequista sobre los demás, como si no fuera él también un pecador. A mí personalmente, esto me ha horrorizado, pues el acumular pecados es estupendo pues significa que tu vida ha sido iluminada, y lo contrario significa que aún no te has convertido. 
  • No se anima a la confesión. En la eucaristía comulga todo el mundo, y se ve como una cosa normal, y solamente se organiza una Celebración Penitencial, dos o tres veces al año, en la que asiste toda la Comunidad, y debido a la escasez de sacerdotes, se insiste en que sea una cosita rápida y sin entretenerse. 
  • No es necesaria la expiación por los pecados. Los pecados ya han sido per-donados por Jesucristo, por lo que no hay un sentimiento de culpa, solamente reconocerlos y ya está. Muchas veces se ha dicho que el camino es necesario porque nuestra fe de primera comunión es como un traje que se nos ha quedado pequeño, y necesitamos aumentarla. Pues bien, a mí para la primera comunión se me enseñó mucho más que en los veinte años de camino. Nunca escuché decir que antes de confesar, había que hacer examen de conciencia, dolor de los pecados, propósito de enmienda, decir los pecados al confesor y cumplir la penitencia, por ejemplo, o cuales son las virtudes cardinales, o las obras de misericordia, o la diferencia entre pecado venial o pecado mortal, o los mandamientos de la Santa Madre Iglesia, y así se votan a los catequistas, porque “sienten a Dios”, pues lo importante es tener un conocimiento existencial de Dios, y se desprecia toda formación intelectual.
 
EXPULSION FULMINANTE DEL CAMINO, POR CUESTIONAR AL CATEQUISTA
El punto clave ha sido cuando el catequista, llegados al paso del Padre Nuestro, nos ha dicho a toda la comunidad en pleno que somos hijos del diablo, citando el versículo de Juan 8, 44. Porque continuó diciendo: “o somos hijos del diablo o somos intrínsecamente malos; si somos intrínsecamente malos, no tenemos solución, pero si somos hijos del diablo el Señor podrá salvarnos”. Esto nos la ha repetido por dos años, textualmente, hasta en tres veces. La primera vez, me quedé estupefacto, pero luego me puse a estudiar los Evangelios y el catecismo, y para nada veía que nos podía llamar “hijos del diablo”, pues esto estaba dirigido a los dirigentes judíos que lo buscaban para matarlo y nosotros como cristianos bautizados, somos hijos adoptivos de Dios, y por lo tanto no solo nos ofendía a nosotros sino a la Iglesia y al Espíritu Santo. Y para mi asombro, sin más respuesta, se me expulsó de forma fulminante, durante un año ¿o querría decir para siempre?
  
A esto le pregunté que por qué pecado me expulsaba, pues he sido testigo de adulterios mantenidos y públicamente sabidos, o incluso insultar al presbítero mientras oficiaba la misa, y en estos casos no hubo expulsión, pero por qué nos expulsó a nosotros, no quiso responderme.
   
El problema es que todo esto se va conociendo con el paso de los años, cuando se hacen los distintos pasos, pues todo lo que se dice en ellos es secreto. Son los MAMOTRETOS u orientaciones para las catequesis que sólo conocen los catequistas, y no enseñan ni siquiera a los párrocos.
   
CONSEJOS PARA LOS PÁRROCOS
A los presbíteros que de buena fe estén contemplando solicitar el camino para sus parroquias, le quiero hacer unas consideraciones a reflexionar.
  
1) “El Camino es un itinerario válido de iniciación Cristiana”. Esta frase es uno de los máximos logros conseguidos por los iniciadores del camino, para conseguir introducirse como un virus dentro de las parroquias, haciendo ver que gozan en todo del beneplácito del Papa.
  
Un virus engaña al sistema inmune para que no lo reconozca como extraño, y una vez dentro de la célula, utiliza parasitariamente todos los sistemas celulares para una única función, replicarse a sí mismo, hasta que acaba por matar a la célula infectada.
  
Una vez aclarado por qué pienso que es un virus dentro de la Iglesia, continuaré con lo de “itinerario de iniciación cristiana”.
  
¿De verdad se puede pensar que son necesarios más de 20-30 años, para llegar a ser cristianos? ¿Cuánto tiempo tarda un seminarista en ser ordenado sacerdote? ¿Es que acaso los sacerdotes aún no son cristianos?
  
Es evidente que no, ese tiempo es necesario para realizar la reprogramación de sus miembros, convertirlos en una secta, apartarlos de su vida anterior, sus hábitos anteriores, sus amistades, sus familias, su forma de pensar, etc. En ese tiempo no van a adquirir muchos conocimientos, ni van a realizar obras de misericordia, solo van a hacer actividades dentro de sus grupos neocatecumenales, para escuchar siempre las mismas frases, e ir teniendo poco a poco más dependencia psicológico-afectiva de la comunidad y del catequista. A la vez, que pasa a segundo plano los sacerdotes y el resto de la Iglesia.
  
Este itinerario no tiene como finalidad producir cristianos para integrarlos a la parroquia, sino producir neocatecúmenos que llamen a más neocatecúmenos, y permanecerán para siempre recluidos dentro de su comunidad, y obedeciendo a los iniciadores del camino, a través de sus catequistas. Mirarán con desprecio al resto de la iglesia, que son de religiosidad natural, y también a los que pertenecieron al camino y lo dejaron en algún momento, pues aunque estén en la parroquia, hablarán de ellos como que “están en el mundo”.
  
2) Cuando el camino entra en una parroquia, el control absoluto lo tiene el catequista itinerante, pues el párroco no conoce los DIRECTORIOS CATEQUÉTICOS que tiene el catequista (conocido como los MAMOTRETOS), que en los Estatutos del 2002, se ponía al párroco como garante de que se desarrollaría conforme a la Doctrina de la Iglesia, pero esto fue corregido en los Estatutos definitivos del 2008, en los que se pone en esa función al Obispo. Pero el Obispo, evidentemente no va a poder estar presente en los Pasos y demás momentos en los que el catequista enseña la Teología Kikiana, sin que nadie le pueda contradecir.
  
3) Mienten descaradamente cuando dicen en sus estatutos, que una vez terminado el camino, los catecúmenos quedarán a disposición del obispo y el catequista queda liberado, como lo son por ejemplo los catequistas de confirmación, pues podemos ver cómo una vez terminado el camino, los neocatecumenales siguen en su misma situación, encerrados dentro de su comunidad, realizando sus ritos, y a las órdenes del catequista itinerante y de Kiko.
  
CONSEJOS A LOS QUE ESTÁN EN EL CAMINO 
No está en mi intención ofender a las personas que están en el camino, pero les pediría que estudiasen el Catecismo, y se pregunten si:
  
1) El Catequista puede pretender ser la voz de Dios para mandarnos obedecer sin entender las cosas. El Catecismo dice que el Director Espiritual debe llevar al catecúmeno a que tenga un encuentro con Dios, en cambio el catequista nos hace creer que él es Dios.
  
2) El estar en el camino no garantiza la salvación, sino realizar obras de misericordia: Mt. 25, 33-46. No debemos confundir el camino, que es un medio para llegar a ser cristiano, con el fin, pensando que si estamos en el camino, ya tenemos garantizada la salvación. Cuando yo he salido del camino, pero dentro de la Iglesia Católica, los catequistas me han dicho que “estaba en el mundo” y que me iba a condenar.
  
3) El hombre no solo puede mejorar y ser cada vez más bueno, sino que con la ayuda del Espíritu Santo está llamado a la Santidad, y nuestra misión evangelizadora es para con todos y se hace tanto en el trabajo, como en la escuela, en el hospital, en casa, y no sólo cuando el catequista llama a empezar otra remesa de evangelización para hacer otra comunidad.
  
En fin, todo esto está en el catecismo, y también se pueden consultar las encíclicas, sobre todo no os dejéis engañar por la frase de que “el Señor os ha llamado a este camino, y no podéis desertar”, esa es otra de las mentiras que usan para no dejar irse a los que ven que todo esto es un engaño y una tortura psicológica. Ánimo, pues la Iglesia es mucho más que la visión miope que tiene el camino Catecumenal, y fuera de vuestra reducida comunidad, también hay vida.
 
José Manuel García Ortiz

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