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domingo, 7 de octubre de 2018

NOVENA EN HONOR A SANTA EDUVIGES

Novena compuesta por el padre Antonio de Paredes SJ y publicada por primera vez en México en 1761, y reimpresa en Puerto Rico por la librería de don Bernardino Sanjurjo Vidal en 1906.
   
PRÓLOGO
El amor del prójimo corresponde siempre al amor perfecto de Dios. Desde sus tiernos años colocó en Dios todos sus afectos la gloriosa Santa Eduviges, y conservó toda la vida su inocencia del bautismo. No habiendo jamás mancillado su alma con culpa grave, toda su vida fue adornada con heroicas virtudes. Le mereció cuna la grandeza; la lisonjeaban los aplausos y delicias de la corte de Bertoldo su padre, marqués de la Moravia.
 
Puesta en estado de matrimonio con Enrique, Duque de Polonia, igual suyo así en la soberanía como en la piedad, movió a éste con sus ejemplos a cultivar las virtudes propias de un príncipe cristiano. Educó seis hijos, que como preciosas margaritas dio al mundo, el temor divino, y logró que todos vivieran arreglados a la ley del Señor.
 
Alcanzó de su esposo licencia para vivir en castidad y el buen Enrique, a imitación de su esposa, se obligó también a guardarla. Casi treinta años vivieron estos consortes como ángeles, admirando a todos sus ejemplos, especialmente los de la princesaque agregada a un monasterio, fundación suya, procedía en el claustro con la más observante religiosa.
 
Oraba sin intermisión, logrando en el trato del divino Esposo, grandes favores de su dignación. Derramando su corazón cierta vez ante un crucifijo, vio que desclavando de la cruz la imagen la mano diestra, con ella le echaba la bendición y al mismo tiempo, oyó que sensiblemente le decía estas palabras; “He oído tu oración; alcanzaras lo que me pidas”. Mortificaba su cuerpo con sangrientas disciplinas, ásperos cilicios, ayunos, vigilias, y otras asperezas imitables que le sugerían su fervor.
 
Amó tiernísimamente a María Santísima, de quien traía siempre consigo una pequeña imagen que le cabía en el puño, y fue caso prodigioso que habiendo muerto con ella en la mano, no fue posible abrírsela para quitarle la presea. Lo más admirable fue que, trasladándose el cadáver después de muchos años, se le halló con la imagen empuñada, y los dedos con los que la tenía, incorruptos, estando en lo demás, desnuda osamenta.

De esta divina hoguera salieron aquellas llamas buscando a Dios; de allí volvían a los prójimos cuyo bien de alma y cuerpo solicitaba ansiosa la Santa Princesa. Aseguró doncellas, dotó monjas, amparó religiosas y vagando por el siglo su caritativa compasión se constituyó en deudora de todos los desvalidos. Ninguno se eximía de su calor participando de su beneficencia, los huérfanos, las viudas, los enfermos y los atribulados. A todos socorría Eduviges; pero especialmente se esmeró con trece pobres que en honra de su divino Jesús y sus doce apóstoles, agregó a su familia; a los cuales llevaba siempre consigo en todas las jornadas para servirles, regalarlos y componerles los lechos en que dormían. Llevóle a la Santa, gran parte de su misericordia la tribulación de aquellos miserables que hallándose cargados de deudas no podían por su pobreza satisfacer a sus acreedores que los oprimían. Luego que la Santa sabía que alguno padecía de congoja como fiadora suya, pagaba sus deudas, y los libertaba de la angustia que lo amenazaba.
  
En atención a esta voluntad con que Eduviges en vida patrocinaba a los deudores insolventes, ha parecido cuerdo proponérsela para que acudan a su amparo los que teniendo obligaciones de mantener, se empeñan en los tratos y por su infortunio, cuando se cumplen, se halla sin felicidad para la correspondencia; teniendo embargos, perdidas y descréditos. Para estos, pues se ha dispuesto esta novena, que de prevención convendrá nueve días antes del día de la Santa que es a diez y seis de Octubre. Podrá también hacerse cuando amenazare el aprieto comulgando al principio y fin oyendo misa cada día, y haciendo en el intermedio alguna obra de piedad; esperando confiadamente el afligido que oirá la Santa sus ruegos y dará el consuelo que necesita, a gloria del Señor.

NOVENA A LA GLORIOSA SANTA EDUVIGES, PRINCESA DE POLONIA, PATRONA DE LOS ADEUDADOS INSOLVENTES Y DESVALIDOS
    
   
Por la señal ✠ de la santa Cruz; de nuestros ✠ enemigos líbranos, Señor ✠ Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
   
ACTO DE CONTRICIÓN
Señor mío Jesucristo, Hijo verdadero del eterno Padre, que haciéndote cargo de las deudas del mundo a que ninguna criatura era capaz de de satisfacer, determinaste hecho hombre, pagar a la divina justicia por todas ellas, dando en la Cruz el precio de tu vida, y con ella todo el caudal de tu Sangre santísima. Conozco que como ingrato a tantos beneficios, me he adeudado con nuevas culpas, agraviando a tu inmensa bondad. Pero ya, mi Jesús, Redentor mío, recurro arrepentido al tribunal de tu gran misericordia. Protesto que me pesa en el alma de todos mis pecados, y considerando que han sido ofensas con que he menospreciado tu bondad, soberanía y amor, las detesto con todo mi corazón; y fiado en este mismo amor, con que aún desmereciendo deseas mi bien, te pido perdón de todas ellas, prometiendo firmemente enmendar mi vida, y esperando que me has de recibir en tu gracia en la que deseo perseverar hasta la muerte. Pequé, Señor; ten misericordia de mí. Amén.
     
ORACIÓN INICIAL
Clementísimo Dios, caridad infinita que amasteis tanto al mundo como lo prueba la dádiva graciosa de vuestro unigénito Hijo que fue el precio de nuestra Redención, y cuyos infinitos méritos son montes de piedad, destinados para que los pecadores arrepentidos que acudan a vuestra misericordia sean libres de las espirituales deudas por las que la justicia vuestra las ejecuta. Agradezco, Señor, tanta fineza, y juntamente os bendigo por la providencia que tuvisteis aún de nuestras temporales deudas, enviando al mundo a vuestra amada sierva Santa Eduviges que llena de caridad se constituyó protectora de los deudores insolventes, satisfaciendo por ellos a los acreedores que los oprimían. Ruegoos, Señor Dios mío, Padre de las misericordias, que atendiendo a los méritos y súplicas que continuará presentando la Santa en el Cielo, como nos perdonéis nuestras deudas, así mismo libraréis de las deudas que por su necesidad han contraído con los hombres tantos pobres, y oprimiéndoles el corazón, los tienen en perpetuas agonías. Por estos miserables os pido, y como a Padre de nuestro Señor Jesucristo, que es el consuelo de los atribulados, os requiero, para que proveyéndoles de los medios que necesitan, busquen ya consolados el bien de sus almas y logren con vuestra gracia gozaros eternamente en la gloria. Amén.

DÍA PRIMERO – 7 DE OCTUBRE
ORACIÓN
Gloriosa Princesa Santa Eduviges, que prevenida de Dios con bendiciones de dulzura entraste en el mundo, y en medio de la grandeza que te ofrecía el palacio, de las delicias que correspondían a tu estado, y de las lisonjas en que los cortesanos te aplaudían, supiste desde tus tiernos años cultivar en tu alma heroicas virtudes, las que con la divina gracia practicaste en el estado de tu matrimonio, estudiando humildad, paciencia y oración; educando santamente a tus hijos y unida en verdadera caridad con tu esposo, socorriendo con limosnas liberalmente a los necesitados y desvalidos. Suplícote, santa mía, que te dignes a matricularme entre tus pobres, alcanzándome de Dios los socorros espirituales que necesito para el cumplimiento de mis obligaciones, y el favor que por tu medio solicito a mayor gloria suya. Amén.
 
Rezar tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias.
  
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
Bienaventurada Santa Eduviges, Princesa piadosísima, conociendo que en vida fuiste madre amorosa de afligidos y menesterosos, y que en el Cielo se ha perfeccionado tu piedad, a ésta acude mi confianza; y pues tú no ignoras mi desconsuelo, suplícote, Santa admirable, me alcances el remedio que le conviene del Señor, de quien oíste, cuando contemplándole en la Cruz le hacías tus deprecaciones, estas dulces palabras: “He oído tu oración; alcanzarás lo que me pidas”. Pídele pues, Santa mía, para bien de mi alma eficaces auxilios de tu gracia, y la gracia que por tu intercesión solicito: (Aquí se hace la petición). Esto te pido, gloriosa Santa, en cuanto fuere servicio del Señor, dispuesto a padecer trabajos en esta vida, los que quisiere enviarme, para los cuales solamente te ruego me alcances conformidad y resignación en su santísima voluntad. Encomiéndote también el estado de su santa Iglesia, la extirpación de las herejías, la conversión de la gentilidad, la penitencia de los pecadores, la paz de los reinos católicos, la libertad de las almas del Purgatorio, y finalmente el remedio de los huérfanos, viudas, encarcelados, enfermos, adeudados y todo género de pobres, esperando por tu intercesión los bienes espirituales que debemos desear y los temporales subsidios que hemos menester, para servir a nuestro Dios, a quien sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
   
GOZOS EN HONOR DE SANTA EDUVIGES
  
Si de pobres, Eduviges,
Eres Tú la protectora,
Oye la súplica humilde
Del que tu socorro implora.
  
Tú al infeliz desvalido
De deshonra le libraste,
Y su crédito aumentaste
Porque no fuera oprimido:
Tú del huérfano afligido
Fuiste la consoladora.
Oye la súplica humilde
Del que tu socorro implora.
  
Tú religiosas dotaste,
Que a Dios sirvieran fervientes,
Y con limosnas frecuentes
Su existencia aseguraste:
Tú a doncellas amparaste
Cual amante protectora.
Oye la súplica humilde
Del que tu socorro implora.
  
De la viuda desdichada
Compadeciste la pena,
Y con manos siempre llenas,
Era por Ti remediada:
Su aflicción veía trocada
En consuelo sin demora.
Oye la súplica humilde
Del que tu socorro implora.
  
El que se hallaba insolvente
Y poseído de amargura,
Recibía de tu ternura
El remedio prontamente:
Por él, inmediatamente
Te constituías fiadora.
Oye la súplica humilde
Del que tu socorro implora.
  
Toda desgracia y quebranto
Que a cualquiera acontecía,
Tu piedad la socorría
Para mitigar su llanto:
Tal bondad, en grado tanto,
A tu bella alma decora.
Oye la súplica humilde
Del que tu socorro implora.
  
Pide a Dios mande consuelo
A mi gran tribulación,
Por la limpia Concepción
De María Reina del Cielo:
Y pues con dulce anhelo
Gozas su presencia ahora.
Oye la súplica humilde
Del que tu socorro implora.
  
Pues disfrutas plenamente,
La vista de Dios sagrada;
Sea yo, por Ti, despachado
Y escúchame atentamente:
Protege continuamente
A tus devotos, señora.
Oye la súplica humilde
Del que tu socorro implora.
   
Si de pobres, Eduviges,
Eres Tú la protectora,
Oye la súplica humilde
Del que tu socorro implora.
   
℣. Ruega por nosotros, gloriosa Santa Eduviges.
℟. Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.
  
ORACIÓN
Oh Dios, que enseñaste a la bienaventurada Eduviges a renunciar de todo corazón a las pompas del mundo por seguir con humildad el camino de tu cruz; concédenos por sus méritos que aprendamos, a ejemplo suyo a menospreciar las perecederas delicias de este siglo y a vencer por tu amor todas las adversidades de esta vida. Por Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.
  
En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
    
DÍA SEGUNDO – 8 DE OCTUBRE
Por la señal...
Acto de contrición y Oración Inicial.
    
ORACIÓN
Gloriosa Princesa Santa Eduviges, que enamorada de la virtud de la castidad, y deseosa de hacer este obsequio a la Madre de la pureza María Santísima. Con consentimiento de tu esposo te obligaste a ella con voto, que observaste por tiempo de casi treinta años; y viviendo en la tierra como ángel, tenías más continuada tu conversación en los Cielos, donde lograbas las caricias del divino Esposo, que sustituiste al terreno, y teniéndolo de tu mano te valías de su dignación para el alivio de los miserables. Pues eres tan favorecida, alcánzarme de su Majestad pureza de alma y cuerpo, y con ella los subsidios que necesito, así para conservarla como para no quebrantar por mis trabajos sus santos mandamientos. Todo lo espero de tu compasión, y por tu medio, el favor que ahora solicito a mayor gloria de Dios. Amén.

Rezar tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias. La Oración y los Gozos se rezarán todos los días.
 
DÍA TERCERO – 9 DE OCTUBRE
Por la señal...
Acto de contrición y Oración Inicial.
  
ORACIÓN
Gloriosa Princesa Santa Eduviges, que habiendo fundado un monasterio de religiosas, como si fueras una de ellas te agregaste a su número para servirlas, fervorizarlas y asistirlas en sus enfermedades. Ni se contenía en el claustro tu caridad; mas difundiéndose por la ciudad toda, se introdujo en los hospitales, administrándoles por tu mano las medicinas a los dolientes; abrías las cárceles, dando libertad a los que por las deudas estaban presos; y socorrías a los mendigos, dándoles el necesario sustento. Pues tienes, Santa mía, presentes mis cuidados, envíame el socorro que me convenga para mi alivio, y pídele a Dios me otorgue el favor que ahora le suplico por tu medio a mayor gloria suya. Amén.
  
Rezar tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias. La Oración y los Gozos se rezarán todos los días.
  
DÍA CUARTO – 10 DE OCTUBRE
Por la señal...
Acto de contrición y Oración Inicial.
  
ORACIÓN
Gloriosa Princesa Santa Eduviges, que realzando tu misericordia con lo más puro de la caridad, hallaste modo de sustentar al divino Esposo y a su santa familia, señalándote trece pobres que representen a tu amado Jesús y sus doce apóstoles, a los cuales diariamente regalabas sirviéndoles a la mesa, besándoles los pies y llevándolos siempre en tu compañía, donde quiera que te llevaba la piedad. Esta imploro, Santa benignísima, y ya que por mis maldades no merezca hacer número en estos tus dichosos familiares, hazme participante siquiera de las migajas que caen de tu espléndida mesa, pues éstas me bastan para mi remedio, suponiendo que con esta limosna vienen los efectos de tu poderosa intercesión, por la que espero el favor que de presente pido a la divina Majestad a mayor gloria suya. Amén.

Rezar tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias. La Oración y los Gozos se rezarán todos los días.
  
DÍA QUINTO – 11 DE OCTUBRE
Por la señal...
Acto de contrición y Oración Inicial.
  
ORACIÓN
Gloriosa Princesa Santa Eduviges, que habiéndote quitado la muerte la dulce compañía de tu esposo, repitió golpe más doloroso quitándote después trágicamente al hijo primogénito, a quien en la flor de su edad despojaron de la vida sus enemigos en la guerra. Admiro, heroína Santa, tu resignación en la divina voluntad, cuyas disposiciones adorabas, dando gracias al Señor por los trabajos con que ejercitaba tu paciencia, y cuidando de las almas de tan amadas prendas les enviabas espirituales socorros a la cárcel del Purgatorio para su rescate. Espero que ayudado de tus ruegos, haré yo méritos de mis adversidades, y lograré la dicha de ir al Purgatorio cuando muera, donde también experimentaré tus piedades que desde ahora para entonces solicito, y al presente el favor que deseo a mayor honra y gloria de Dios. Amén

Rezar tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias. La Oración y los Gozos se rezarán todos los días.
   
DÍA SEXTO – 12 DE OCTUBRE
Por la señal...
Acto de contrición y Oración Inicial.
  
ORACIÓN
Gloriosa Princesa Santa Eduviges, que, considerándote por tu gran humildad deudora a la justicia de Dios, abrazaste la penitencia para pagar con ayunos, cilicios, vigilias, disciplinas y austeridades continuas, por las culpas que no debías. Mas como no necesitabas para este fin de aquel caudal, habiendo sido tu alma hoguera del divino amor que no permitió en ella bastardo afecto, quedó para que usando de misericordia, socorras con él a los que cargados de culpas, en vez de satisfacer por las pasadas, se adeudan más y más cada día con peligro de su condenación. Conozco que como deudor insolvente debo temer cuando me ejecute la justicia de Dios, mas teniendo en tus méritos mucho con qué pagar, y voluntad en ti para favorecerme con ellos, quiero usar de tu misericordia; y en nombre tuyo comienzo detestando mis culpas, y deseando amar a Dios sobre todas las cosas, espero el cumplimiento de mi petición a mayor gloria suya. Amén.
  
Rezar tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias. La Oración y los Gozos se rezarán todos los días.
  
DÍA SÉPTIMO – 13 DE OCTUBRE
Por la señal...
Acto de contrición y Oración Inicial.
  
ORACIÓN
Gloriosa Princesa Santa Eduviges, que dándoles Dios licencia a tres infernales espíritus, para que te atormentaran en el cuerpo, ellos lo ejecutaron conforme a su rabia y al odio que te tenían por tu santidad, sintiendo que tu compasión les estorbase las presas que se aseguraban en los miserables, quienes por remediar sus infortunios, atropellando con la ley divina, vivirían en desgracia de Dios si tú no les socorrieras en sus necesidades. Pero, aunque padecías gustosa por tu amado y deseabas por amor suyo padecer más, por fin los venciste con el santo nombre de Jesús. Te ruego, Santa admirable, que me ayudes a vencer a estos mis enemigos, que combatiéndome con tentaciones me facilitan los alivios del cuerpo a precio de las divinas ofensas, para que compelido de la necesidad, no me precipite en tanto mal; y dame el remedio de ella juntamente con el cumplimiento de mi deseo, a mayor gloria de Dios. Amén.
  
Rezar tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias. La Oración y los Gozos se rezarán todos los días.
  
DÍA OCTAVO – 14 DE OCTUBRE
Por la señal...
Acto de contrición y Oración Inicial.
  
ORACIÓN
Gloriosa Princesa Santa Eduviges, que dando libelo de repudio a las mundanas glorias, pusiste en el divino Esposo todo tu amor, y teniendo en su comunicación tus delicias, gastabas largas horas en la dulce contemplación de sus soberanos misteriosos, especialmente en el de nuestra Redención: piélago en que anegado tu espíritu, no hallaba afectos ni expresiones para admirar tan incomparable beneficio. Aprendiendo caridad en esta escuela, te constituiste redentora de todos los desvalidos a quienes con tus limosnas, que eran el antídoto de sus despechos, los quitabas de los peligros en que se hallaban de ofender a Dios. Suplícote, Santa prodigiosa, me quites los que en mi estado experimento, y quizá me impedirán el cumplimiento de la divina ley; y asimismo me alcances de tu amado la gracia que te pido a mayor gloria suya. Amén.
   
Rezar tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias. La Oración y los Gozos se rezarán todos los días.
      
DÍA NOVENO – 15 DE OCTUBRE
Por la señal...
Acto de contrición y Oración Inicial.
  
ORACIÓN
Gloriosa Princesa Santa Eduviges, que llegado el término de tu destierro, noticiosa del día de tu tránsito a la eternidad, te previniste con los Santos Sacramentos de la Iglesia, y empuñando la imagen de María Santísima, que quisiste que te acompañara en el sepulcro como te acompañó en vida, por la cordial devoción que desde tu niñez profesaste a la gran Señora, esperaste al Esposo, el que con la comitiva de sus cortesanos vino a recibir tu espíritu, y pasando por una preciosísima muerte a lograr el premio de tus virtudes, comenzaste a reinar con tu esposo para siempre en el Cielo. Te doy el parabién de tu gloria, en la que resides, complaciéndote con tu Dios y patrocinando al mundo, que fue teatro de tus piedades. No apartes de él los ojos, pues llevando miserias están éstas clamando a ti por su remedio: sientan, pues los enfermos, los desvalidos, los adeudados y todo género de pobres, los efectos de tus compasivas entrañas, a las que confiado recurro en las circunstancias presentes, esperando al consuelo que pido a mayor gloria de Dios. Amén.
    
Rezar tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias. La Oración y los Gozos se rezarán todos los días.

1 comentario:

  1. Muchas gracias por tan hermosa novena a la santa le voy a pedir con fe para que me ayude a vender mi casa y a comprar un apartamento.

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