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viernes, 4 de enero de 2019

NOVEDADES EN LA CUESTIÓN UCRANIANA

  
  
(Asia News/InfoCatólica) El patriarca de Moscú, Cirilo (Gundiáyev), ha lanzado un verdadero ultimátum dirigido al patriarca de Constantinopla, Bartolomé (Archontonis), en respuesta a la comunicación de este último referida al reconocimiento de la nueva Iglesia ucraniana autocéfala: en caso de no retractarse de la decisión tomada en Ucrania, ya no podrá considerarse «patriarca ecuménico» de toda la Ortodoxia universal. Las duras palabras están contenidas en una carta que Cirilo envió a Constantinopla el 30 de diciembre.
 
«Ustedes –dice el primado de los ortodoxos rusos a su homólogo griego- perderán para siempre la posibilidad de servir a la unidad de las santas Iglesias de Dios y dejarán de tener el Primado del mundo ortodoxo». En la carta, el patriarca ruso recorre las distintas «etapas forzadas» que han llevado a la decisión de avalar el «pseudoconcilio» de Kiev del 15 de diciembre pasado. Por trágica coincidencia, esta expresión recuerda la del «pseudoconcilio de Leópolis» de 1946, cuanto el Patriarcado de Moscú, guiado por Alejo I, bajo el mando de Stalin y Kruchov, anexó la Iglesia greco-católica ucraniana, que luego permaneció en las catacumbas hasta 1990.
 
Según Cirilo, la prisa para concluir «la unión de los cismáticos» ucranianos se debe a la presión de un «proceso de politización, lejos de las normas y del espíritu de los santos cánones», que si se hubieran respetado, se habría obtenido el resultado esperado «con plena satisfacción, tanto para los ortodoxos ucranianos como para todos los demás ortodoxos del mundo». Pero ahora, en cambio, habrá que afrontar la contrariedad de la «mayoría del pueblo ucraniano», que, a su modo de ver, apoya a la única Iglesia canónica del patriarcado de Moscú.
 
En la carta se recuerdan las sugerencias dadas a Bartolomé en lo que respecta a «estudiar juntos los documentos de los siglos anteriores, en compañía de autorizados historiadores, teólogos y especialistas del derecho canónico eclesiástico», que fueron recibidas con una negativa debido «a la falta de tiempo».
 
Cabe destacar que resulta comprensible que Constantinopla no haya dado lugar a dicha confrontación: en 1000 años de historia, las Iglesias ortodoxas jamás han logrado ponerse de acuerdo sobre las normas canónicas, y esto difícilmente iba a ser factible tras la negativa de los rusos de participar en el concilio pan-ortodoxo de Creta, celebrado en 2016.
 
El patriarca de Moscú cuestiona la autoridad de Bartolomé respecto a la concesión de la autocefalia a las Iglesias ortodoxas locales, la cual derivaría de los cánones 9 y 17 del Concilio de Calcedonia del año 451, basándose en «una serie de objeciones planteadas por comentaristas del derecho canónico de autoridad», entre los cuales se cita al canonista bizantino Juan Zonara, un historiador del siglo XII. En cada disputa entre los ortodoxos se repite la «carrera de las citas» de los distintos sínodos y teólogos antiguos, donde se puede hallar todo tipo de argumentaciones, ya sea a favor o en contra de las propias tesis.
 
El tema más sensible para Cirilo –por motivos eclesiásticos y personales- es la readmisión del «patriarca cismático» Filareto de Kiev, ahora «emérito», que en la carta es recordado con el nombre laico de «Miguel Denisenko». En 1976, el antiguo jerarca fue uno de los co-consagrantes de la ordenación episcopal del mismo Cirilo, quien entonces, con sus 29 años era el «astro emergente» del episcopado ruso de la escuela soviética. De las lamentaciones tampoco se salva el otro obispo «cismático» readmitido, Macario Maletič, responsable de una Iglesia que Cirilo define como «de aventureros» (en ruso Самозванцы -samozvantsy-, es decir los «auto-electos»), y no deja de subrayar las dudas con respecto a la moralidad de los obispos y sacerdotes bendecidos por Constantinopla (y, por otro lado, no carece de razón: las dos Iglesias reunidas hace tiempo que estaban fuera de control).
 
La carta sanciona una situación que difícilmente podrá ser subsanada a corto plazo, y que incluso podría empeorar. En una entrevista televisiva del 28 de diciembre, el metropolita Hilarión (Alféyev) declaró que el patriarcado de Moscú procederá a la institución de sus diócesis y parroquias en todos los territorios donde existan estructuras del patriarcado «cismático» de Constantinopla; la lucha se extiende prácticamente al mundo entero, y la Ortodoxia ya no será la misma.
     
2º NOVEL METROPÓLITA DE LA IGLESIA ORTODOXA DE UCRANIA CAE EN BROMA TELEFÓNICA Y REVELA QUE SE ABRIRÁN A LOS HOMOSEXUALES (Artículo enviado por un colaborador)
 
El día 22 de Diciembre, un bromista ruso, haciéndose pasar por el eurodiputado alemán David James McAllister (UDC-EuroPP), presidente de la comisión de asuntos exteriores del Parlamento Europeo, mantuvo conversación con el metropólita Epifanio I Dumenko, líder de la nueva Iglesia Ortodoxa de Ucrania.
  
Epifanio I Dumenko, metropólita de Kiev y toda Ucrania de la nueva iglesia ortodoxa de Ucrania
   
El equipo conformado por los bromistas pro-rusos Alexei Stolyarov y Vladimir Kuznetsov (conocidos en las redes como Leksus y Vovan) publicó en Youtube un vídeo con 14 minutos de audio donde Kuznetsov, personificando al parlamentario hablando en inglés con un acento ruso, dialogaba con el clérigo ucraniano sobre temas tan variados como el conservatismo eclesial, la reconquista de Crimea y Donbás, el apoyo de Estados Unidos a la autocefalia de la iglesia ucraniana y la actitud del país frente a los derechos LGBTI.
 
La persona que pretendía ser McAllister, luego de felicitar a Dumenko por su nombramiento, dijo: «Un día, Vd. bendecirá el ejército para liberar a Crimea y Donbáss de la ocupación y los separatistas, y espero que esto sea pronto», a lo que Epifanio respondió: «Dios está de nuestro lado para que acabe la guerra. Mientras, enviaré capellanes militares y viajaré a la zona del conflicto para apoyar y bendecir a las tropas. Pero si Ucrania se vuelve un Estado fuerte y los fieles ortodoxos se unen en una sola iglesia local, creo que la gente por sí misma querrá volver a Ucrania».
  
Epifanio Dumenko dio a entender que Estados Unidos apoyó el cisma, pues dijo: «Sí, hay un apoyo muy tangible de los Estados Unidos en este respecto, creo que mantendremos contacto en el futuro para asegurar que la Iglesia [autocéfala] ucraniana tenga apoyo en el futuro», al ser preguntado sobre su reunión con el secretario de Estado norteamericano Mike Pompeo, efectuada esa misma semana.
  
Luego de manifestar que la Iglesia Ortodoxa de Ucrania debe permanecer neutral y separada del Estado en vista de las próximas elecciones, declaró: «Naturalmente, estoy a favor de comenzar reformas eclesiales, porque nos estamos moviendo hacia Europa, y deberíamos apartarnos de la tradición conservadora rusa, y la iglesia debería estar abierta [a los homosexuales] y servir de guía para el pueblo ucraniano. Esto es un tema difícil que no deberíamos plantear al comienzo de nuestra travesía, porque la sociedad ucraniana no lo percibiría bien. Justo ahora debemos trabajar sobre esto, así la sociedad ucraniana podría aceptarlo. Pero es un camino largo y trabajaremos en ello, hablando y buscando respuestas a estas cuestiones complicadas».
 
Epifanio I (nacido Sergio Petrovic Dumenko) fue elegido en la segunda votación el pasado 15 de Diciembre por un Sóbor (Sínodo) de Unificación reunido en la iglesia de Santa Sofía en la capital ucraniana como Primado de la recién nacida “Iglesia Ortodoxa de Ucrania” y Metropólita de Kiev y toda Ucrania (Filareto Denisenko, líder de la otrora Iglesia Ortodoxa Ucraniana-Patriarcado de Kiev, fue designado “patriarca honorario”). Su nombramiento fue felicitado tanto por la embajada de Estados Unidos como por el Patriarcado de Constantinopla y la Conferencia de Obispos Católicos Romanos de Ucrania, presidida por mons. Bronislaw Bernatsky, obispo de Odesa.
 
Los 192 delegados del Sóbor (entre ellos dos obispos de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana-Patriarcado de Moscú), reunidos con el apoyo del presidente ucraniano Pedro Poroshenko y presidido por el metropólita Manuel Adamakis de Francia (en representación del Patriarcado Ecuménico), eligieron a Dumenko, derrotando al metropólita Miguel Zinkévich de Lutsk-Volynia (quien ya amenazó con rebelarse contra él) y al metropólita Simeón Shostatsky de Vinnytsia-Bar, favorito de los griegos. Él será quien recibirá de manos del Patriarca Bartolomé el Tomos de Autocefalia el próximo 6 de Enero en el Fanar, el Vaticano ortodoxo.
   
Petro Poroshenko, el metropólita Epifanio de la IOU, y el metropólita griego Manuel de Galia.
 
Epifanio Dumenko (39), nació el 3 de Febrero de 1979 en la aldea de Vovkovo, en la región de Odesa. Graduado de la Preparatoria Starozadov, en 1996, ingresó al Seminario teológico de Kiev, donde se graduó tres años después, pasando a la Academia Teológica de Kiev, donde se graduó en 2003.

Egresado de la Facultad de Filosofía en la Universidad Nacional de Atenas en 2007,el 21 de Diciemnbre de ese año se hizo tonsurar como monje por el arzobispo Demetrio de Pereyaslav-Jmelnytsky en el monasterio de San Miguel de las Cúpulas doradas, recibiendo el nombre de Epifanio. El 6 de Enero de 2008 fue ordenado como hierodiácono, y catorce días más tarde fue ordenado hieromonje por el patriarca cismático Filareto Denisenko, quien lo consideró su mano derecha. Desde allí su carrera fue en ascenso: Secretario patriarcal, archimandrita de la catedral de San Vladímir, gobernador del monasterio kievano de San Miguel de Výdubichi, canciller patriarcal, obispo de Vyshhorod y vicario episcopal de Kiev, rector de la Academia Teológica Ortodoxa, obispo de Pereiaslav-Jmelnytsky y luego Metropólita de Pereiaslav-Bila Tserkva.

En su discurso de posesión ante los fieles congregados en la plaza, Epifanio Dumenko dijo que crearía una iglesia ucraniana autocéfala “sin Putin y sin Cirilo, pero con Dios y con Ucrania”, y que estudiaría la opción de pasarse al neocalendarismo. Y en una entrevista al canal Pryamyy, manifestó que está realizando planes de cooperación con la Iglesia Greco-Católica de Ucrania, dirigida por Sviatoslav Shevchuk Krokis. Por lo que se ve, la situación en Ucrania empeorará.

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