Una vez, preguntaron a Padre Pío: «¿Cuál es el problema de aplaudir en la Misa?». Padre Pío respondió: «Es verdad que en el Calvario también había quien aplaudía la muerte de Cristo: los soldados y los demonios».
COMBATIENDO SIN TREGUA EN TODOS LOS FRENTES PARA QUE CRISTO REINE. «VIVAT JESU, AMOR NOSTER, ET MARÍA, SPES NOSTRA!»
Preferiblemente, los comentarios (y sus respuestas) deben guardar relación al contenido del artículo. De otro modo, su publicación dependerá de la pertinencia del contenido. La blasfemia está estrictamente prohibida. La administración del blog se reserva el derecho de publicación (sin que necesariamente signifique adhesión a su contenido), y renuncia expresa e irrevocablemente a TODA responsabilidad (civil, penal, administrativa, canónica, etc.) por comentarios que no sean de su autoría.
Hoy por cualquier cosa se aplaude en las misas catolicas, igual que en las Asambleas protestantes. Un relajo.
ResponderEliminarPero se aplaude a Jesús resucitado ,no en el momento de la conmemoración
ResponderEliminar«La Religión Católica está basada en la Cruz, a saber, en la voluntad de Jesucristo de obedecer al Padre y sufrir y morir en la Cruz para ofrecernos la Redención. Su Resurrección, no obstante, no fue el resultado de un acto de Su voluntad, ¡sino un acto debido a Su Naturaleza Divina!» (Ing. FRANCO ADESSA, “¿Quién era realmente Don Luigi Villa?”. Brescia, Editrice Civiltà, pág. 58).
ResponderEliminarÍtem, el acto central y principal en el que se resume la obra de Cristo y que recapitula toda la creación, es la muerte de Nuestro Señor en la Cruz, sacrificio renovado incruentamente en el Santo Sacrificio de la Misa. La Resurrección, en cambio, es su epílogo. Que los modernistas y la secta del Vaticano II la consideren el centro culminante de la fe, es porque a ellos les escandaliza la Cruz, hasta el punto que en muchos templos y eventos hacen ostensión del “resurrexifijo” (condenado anticipadamente por Pío XII en su encíclica Mediátor Dei: «Se sale del recto camino quien desea devolver al altar su forma antigua de mesa; quien desea excluir de los ornamentos litúrgicos el color negro; quien quiere eliminar de los templos las imágenes y estatuas sagradas; quien quiere hacer desaparecer en las imágenes del Redentor Crucificado los dolores acerbísimos que El ha sufrido»).
Aparte, y para finalizar, en ninguna parte de la Biblia ni de la Tradición Apostólica se menciona que los discípulos aplaudieron la resurrección del Señor. Más todavía, los aplausos NUNCA han sido parte de la Adoración verdadera.