Relato inédito de Isabella Spanò, tomado de RADIO SPADA. Traducción nuestra.
Al lector: las páginas que siguen fueron encontradas por casualidad por
un periodista australiano entre los escombros de un edificio bombardeado
en el barrio de X, zona norte de Y, cercano al lugar donde el 18 de
marzo próximo pasado Rafik ben Salah Muftar se hizo lanzar en el aire,
causando la muerte de veinticuatro personas, entre ellos seis niños. Son
los únicos restos de lo que a todas luces pareció ser un verdadero y
propio “diario de kamikaze”.
15 de Noviembre
Alá es grande. Cinco días en el campo de adiestramiento. Son las ocho de la mañana.
Ayer estuvimos cuatro horas ejercitándonos en el tiro con los fusiles
automáticos. Estoy mejorando egregiamente. Es importante que sepamos
disparar bien: si somos identificados debemos responder con prontitud y
precisión.
Tuvimos después la lección de planificación. Nos han enseñado los
criterios en base a los cuales escoger los objetivos. Muy exigente.
Ya he estudiado tanto en la vida que me he sonreído pensando: otras
lecciones teóricas también aquí. No habría creído deber hacerlo aún;
luego de la licenciatura en Cambridge pensaba haber acabado. Pero la
Yihad es todo, sea alabado Alá y su profeta Mahoma.
20 de Diciembre
Alá es grande. Por un mes y diez días en el campo de adiestramiento.
Estoy estanco, pero debo estar duro.
También hoy el despertar es a las 6:30. Tendremos muchos ejercicios militares.
Después de la plegaria del mediodía, nos harán hacer un nuevo juramento sobre el Corán vueltos hacia La Meca.
¿De qué cosa tienen miedo? Hemos jurado ya tres veces. Desde cuando
conocí en el campus a Naftah, también él magrebí, que me convenció de la
importancia de la guerra santa y me puso en contacto con nuestros
instructores. Alá le bendiga, he deseado unirme a él.
Aquí se come muy bien y se duerme también bien. Somos tratados bien por
el gran compromiso que nos atiende. Debemos destruir todos los satanases
del occidente. Solamente Alá debe vencer, Alá es grande.
2 de Marzo
Alá es grande. Por tres meses y veintiún días en el campo de adiestramiento.
Son las ocho de la mañana.
Ayer el primer instructor me ha tratado de un modo pésimo. He quedado
afectado. De algún tiempo su comportamiento ha cambiado. Parece que se
divierte provocándome. No lo hace solamente conmigo, sino también con
mis compañeros.
No hablamos más entre nosotros como antes. Parece casi que sospechamos el uno del otro.
Busco hacer lo mejor que puedo, pero mientras más hago, menos sale bien. El primer instructor me humilla continuamente.
Hoy debo buscar comprometerme aún más. Cuando uno de nosotros hace las
cosas como deben ser hechas, es premiado con una ración doble de
menestra. Esta tarde deben dármela. Debo arriesgarme a merecerla.
Cuánto tiempo ha pasado desde cuando estaba en Cambridge. No, tal vez no tanto. Pero me parece hoy como una época muy lejana.
Tuve también una muchacha, Vian. La quería bien. ¿Por qué se fue luego
con Pierre? No me lo esperaba. Ese hijo de prostituta de Pierre; y
prostituta ella. Conocía el Corán: ¿por qué lo ha hecho? Yo era de su
raza, no como aquel cerdo con el cual se ha puesto.
Estaba lleno de dinero. He aquí por qué lo hizo.
Me gustaba mucho estudiar biología. Los seres animados y los mecanismos
que los hacen vivir. Habría podido llegar al doctorado con las becas de
estudio: tuve buenas votaciones.
A un mes de la discusión, el profesor de tesis me había asegurado que me
habría hecho conocer un docente amigo suyo para dirigirme en el
proseguimiento de los estudios.
Pero una semana antes de encontrarme con el amigo del profesor, me encontré por primera vez con Naftah.
14 de Marzo
Alá es grande. Por cuatro meses y cuatro días en el campo de adiestramiento.
Ayer supe que Naftah ha muerto. Lo han puesto en el avión antes que yo,
porque había llegado antes al campo. Cuando nos saludamos, nos abrazamos
diciendo: “Adiós. Nos encontraremos en el paraíso. Inshalá (Queriendo Dios)”. Estoy
preparado.
Pero Naftah me hace muchísima falta. Era la única persona que me quedaba
para intercambiar alguna palabra. De él me fiaba: era un amiho. También
si hablábamos poco, con una mirada nos entendíamos.
Tres días ha me parecía muy triste. No ha dicho nada, pero lo he
intuido. Le he dirigido una mirada de entendimiento. Creo exacramente
que había comprendido el significado, porque se volvió enseguida para
esconder la cara.
Querría llorar. No puedo hacerlo. Debo resistir. Si lloro me tratan de cachorrito y de indigno.
Quiero ganarme también esta tarde la doble ración de menestra.
17 de Marzo
Alá es grande. Por cuatro meses y una semana en el campo.
Son las diez de la mañana.
Ayer estuve muy mal. He tenido escalofríos fortísimos, casi
convulsiones, la fiebre particularmente alta. Me han dado una medicina,
he estado mejor. Pero he vomitado muchas veces. Después me han cuidado
aún. Hoy aquellos disturbios han pasado.
Para nosotros cinco ha llegado el gran día. Esta tarde nos embarcamos. Parecía un sueño.
Deben haber puesto alguna otra cosa en el gabinete de la medicina esta
mañana. Me parece estar suspendido en el aire. Me siento como desligado
de la realidad.
Mañana ya debemos hacer nuestro sacrificio por Alá. Tengo la impresión
de que todo ha sucedido demasiado rápido. Aún no me siento preparado,
pero no lo puedo decir a nadie. Tengo miedo.
18 de Marzo
Hemos llegado y hemos elegido el objetivo. Ahora todo está decidido.
Tengo entre las manos este mi diario, y me digo que tal vez lo he
escrito no sólo para mí, para darme coraje, sino también para alguno que
pueda encontrarlo. Espero que sea encontrado.
Esta es una confesión. Tal vez he olvidado todo. Necesitaba que fuese
donde Vian y le hablase. Yo la amaba. Podíamos casarnos y tener hijos.
No quiero morir. No quiero hacer morir. Haced acabar esta historia.
Tú que encuentres este cuaderno, dile a todos que no quería, pero que no
pude más volver atrás: he jurado sobre el nombre de Alá.
Mas no sé si Alá desea verdaderamente lo que estoy por hacer.
Tú, al menos tú, dame tu perdón.
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