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sábado, 5 de octubre de 2019

UBICACIÓN DEL JARDÍN DEL EDÉN

Traducción del artículo publicado en RADIO SPADA. El texto bíblico es tomado de la traducción de Mons. Félix Torres Amat.

El Jardín de Eden con la Caída de Adán y Eva (Peter Paul Rubens y Jan Brueghel el Viejo). Mauritshuis, La Haya
  
«Había plantado el Señor Dios desde el principio un jardín delicioso, en que colocó al hombre que había formado, y en donde el Señor Dios había hecho nacer de la tierra misma toda suerte de árboles hermosos a la vista, y de frutos suaves al paladar; y también el árbol de la vida en medio del paraíso, y el árbol de la ciencia del bien y del mal. De este lugar de delicias salía un río para regar el paraíso, río que desde allí se dividía en cuatro brazos. Uno se llama Fisón, y es el que circula por todo el país de Hevilat, en donde se halla el oro: Y el oro de aquella tierra es finísimo: allí se encuentra el bedelio, y la piedra cornerina. El nombre del segundo río es Gehón: éste es el que rodea toda la tierra de Etiopía [1]. El tercer río tiene por nombre Tigris: éste va corriendo hacia los asirios. Y el cuarto río es el Éufrates» (Gén. II, 8-14)
  
Comentando estos versículos, el padre Marco María Sales OP (1877-1936), Profesore de Sagrada Escritura en el Angélicum y Maestro de los Sacros Palacios bajo Pío XI, dice:
«Se debate entre los eruditos sobre el lugar donde se hallase el paraíso terrestre. No obstante los datos, que nos proporcionan los versículos 10-14, se debe confesar que las discusionies acaecidas en todos los tiempos han aportado muy poca luz sobre tal punto, y la misma variedad y multiplicidad de opiniones emitidas en todos los tiempos, muestra claramente que el problema no puede recibir de nosotros una solución precisa. La mayor parte de los modernos considera que el Paraíso terrestre se había situado en la Armenia, donde a poca distancia uno del otro tienen su nacimiento el Tigris y el Éufrates. Aquí nacen también otros dos ríos: el Kurá y el Aras (llamados Cyrus y Araxes por los antiguos), los cuales, luego de un cierto recorrido, se unen y desembocan en el Mar Caspio. El Kurá podría en este caso identificarse con el Pisón (v. 11), y el país de Hevilat con la Cólquida, tierra ya famosa por sus riquezas, y donde de hecho los Argonautas fueron a buscar el toisón de oro (Plinio XXIII, 3). El Aras (llamado también hoy Geihun er-Ras) sería el Gehón (v. 13), y la tierra de Cush (Etiopía) podría ser identificada con aquella parte de la Armenia llamada por los antiguos Cassiotis o Cussaia o regio Cossæórum. Si se admite esta sentencia, se debe sin embargo concluir que la topografía de la región luego del diluvio y a otras revoluciones terrestres ha debido ser profundamente cambiada. Otros, siguiendo a Franz Delitzsch, piensan que el Paraíso terrestre fuese situado en la llanura (asirio Edin, 𒉌𒋾𒈝) bañada del Tigris y del Éufrates, donde los dos ríos corren a poca distancia uno del otro. El Éufrates sería el río que saliendo del Edén entraba a regar el Paraíso y luego se dividía en cuatro ramos, un de los cuales es el mismo Éufrates, el otro, o sea el Fisón, sería el canal del Éufrates que costea la Arabia (llamada Hevilat, Gén. X, 7), dicho Palacopas, y el tercero, o sea el Gehón, sería identificado con el canal llamado Shatt en-Nil, que baña la Mesopotamia inferior (tierra asiática de Cush). Así como después el Tigris corre a un nivel más bajo, y recibía el agua del Éufrates por medio de muchos canales, podría ser considerado como un ramo del Éufrates. Otros afirman que el lugar del Paraíso terrestre se encontraba en el Golfo pérsico, luego del punto en el cual el Tigris y el Éufrates se unen; otros en cambio lo buscan en la ciudad caldea de nombre Eridu (𒉣𒆠); y otros lo ponen en la India en la llanura de Pamir; otros en  la Arabia; y otros finalmente en Babilonia. Como se ve, los datos que se poseen son en todo insuficientes para poder resolver la cuestión» [2].
  
La tesis Armenia es por decir poco, fascinante, considerando que el Reino de Armenia fue el primero en someterse al Imperio de Jesucristo. Corría el año 301 cuando Tiridates III, bautizado de San Gregorio Iluminador, proclamó como religión del reino Armenio la Fe Apostólica que habían introducido San Bartolomé y San Judas Tadeo, comenzando a recorrer sus dominios para destruir la idolatría. Casi como si la Providencia quisiese que allá donde el hombre se rebeló a su Creador y Rei iniciase la actuación de la Realeza Social de Nuestro Señor Jesucristo.
  
NOTAS
[1] «En hebreo se tiene Cush (כּוּשׁ). Este nombre, tierra de Cush, indica aquella parte del Asia, que antes de la dispersión de los pueblos era habitada por los hijos de Cush descendiente de Cam, los cuales más tarde se establecieron después en África en la región llamada Etiopía. Así se explica por qué los LXX y la Vulgata habían traducido Etiopía» (La Sacra Bibbia commentata dal padre Marco M. Sales O.P, Antiguo Testamento, Vol. 1, Turín, 1918, pág. 78).
[2] Íbid, pág. 79.

3 comentarios:

  1. Tengo una pregunta, según el evangelio de san san Lucas 23, 39-43

    Uno de los malhechores colgados en la cruz le insultaba: «¿No eres tú el Cristo? Pues ¡sálvate a ti y a nosotros!». Pero el otro le respondió diciendo: «¿Es que no temes a Dios, tú que sufres la misma condena? Y nosotros con razón, porque nos lo hemos merecido con nuestros hechos; en cambio, éste nada malo ha hecho». Y decía: «Jesús, acuérdate de mí cuando entres en tu Reino». Jesús le dijo: «Yo te aseguro: hoy estarás conmigo en el Paraíso».

    Ahora bien, si Jesús murió ese día y su cuerpo estuvo al menos dos días en el sepulcro, y el buen ladrón evidentemente no resucitó ese día, ¿entonces con que cuerpo físico estuvieron juntos en el Paraíso? Esto implica que al el paraíso existía al momento de Jesús decir esto, ademas me hace dudar de que el paraíso sea un lugar físico, mas bien parece un lugar en el plano espiritual

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  2. Hermano Jorge, en el contexto de la Pasión según San Lucas, la palabra “Paraíso” debe entenderse, en primera instancia, como el Limbo de los Padres, el cual era el lugar de espera de las almas de los Justos veterotestamentarios, y es una de las cuatro regiones en que se divide el Infierno (por eso dice el Credo Apostólico que Jesús “Descendió a los infiernos” con el alma unida a la Divinidad, y “Al tercer día resucitó de entre los muertos”). Por otro lado, siendo como es Jesús el Verbo consustancial a su Padre, para Él no existe pasado ni futuro, sino un eterno presente (un día son mil años y mil años son un día, como en 2 Pedro 3), la promesa al Buen Ladrón era que estaría en el Cielo DESPUÉS de la Ascensión del Señor, pues como se infiere de San Juan 14, 2-3, Jesús debía ascender primero al Cielo para preparar lugar a los Bienaventurados de uno y otro Testamento.

    Y sobre el Paraíso en cuanto lugar físico en la tierra, tenemos la opinión de que éste desapareció indudablemente con el Diluvio. Quizá, y siguiendo a varios intérpretes (Teodoreto, Jansenio de Gante y Agustín Steuco de Gubbio) y al Concilio de Trento, se le ha de entender ahora como un lugar espiritual Dios sabe dónde.

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