Ejercicio devoto
dispuesto por fray Agustín de Miqueorena O. de M., y reimpreso en
Puebla de los Ángeles por la Imprenta del Seminario Palafoxiano en 1791.
DÍA VEINTE Y CUATRO DE CADA MES. DEVOCIÓN CONSAGRADA A LA INSTITUCIÓN DEL SACROSANTO Y AUGUSTO SACRAMENTO DE LA EUCARISTÍA
ORACIÓN
Purísima
Emperatriz de los Ángeles, y benigísima Madre de los hombres, creo
firmemente y confieso tu Concepción en Gracia, y tu Sangre, Carne y
Vientre respirando Pureza, para que por obra del Espíritu Santo, a
impulsos de su amor Divino, se efectuase el remedio del Linaje humano,
mediante la Encarnación del Verbo Divino, la que maravillosamente
perpetúa en el Sacramento JESUCRISTO nuestro Señor, a quien Sacramentado
adoro, y rendidamente venero en las sagradas especies de Pan y Vino
consagradas: y a ti, ¡oh piadosísima Madre!, te ofrezco humildemente mi
corazón, para que purificado de toda mancha por tu intercesión piadosa,
lo ofrezcas al Padre Eterno en signo amoroso de mi rendida gratitud, por
el imponderable beneficio que por tan alto Sacramento nos franquea
liberal su siempre Augusta Soberana Majestad.
ORACIÓN
Con
todo rendimiento, dulcísimo JESÚS, amorosísimo JESÚS, benignísimo
JESÚS, adoro tu Purísima Carne y Sangre Sacramentada, y te pido por tus
entrañas piadosas nos concedas a todos los Fieles aquella disposición
correspondiente a tan alto Sacramento, para que recibiendo tu Sacrosanto
Cuerpo en gracia, sea para conseguir la vida eterna, la que liberal nos
franquea tu misericordia infinita; para cuyo efecto, y conseguir la
precisa disposición, detesto y abomino cuantas culpas he cometido, y
cuantas por mis malos ejemplos a mis prójimos hubiere causado: y te
pido, Señor, me des los auxilios de tu gracia, para que pretendiendo la
honra y gloria este Sagrado Manjar, y el bien eterno de mi alma, sea el
dolor de mis culpas tan perfecto, que por él consiga la gracia para
dignamente recibirle, y humildemente adorarle.
Se reza una Estación al Santísimo Sacramento:
℣. En los cielos y en la tierra sea para siempre bendito y alabado.
℞. El Santísimo Sacramento del Altar.
Se rezan seis Padre nuestros, Ave Marías y Glorias. Finalizado esto, la siguiente oración:
Soberano Señor Sacramentado, segura prenda de la eterna gloria, ésta estación recibe con agrado, por ser de tu pasión tierna memoria, haz que destruido el reino del pecado, tu Iglesia Santa cante la victoria, asistiendola siempre con tus dones en sus necesidades y aflicciones. Amén.
℣. En los cielos y en la tierra sea para siempre bendito y alabado.
℞. El Santísimo Sacramento del Altar.
Se rezan seis Padre nuestros, Ave Marías y Glorias. Finalizado esto, la siguiente oración:
Soberano Señor Sacramentado, segura prenda de la eterna gloria, ésta estación recibe con agrado, por ser de tu pasión tierna memoria, haz que destruido el reino del pecado, tu Iglesia Santa cante la victoria, asistiendola siempre con tus dones en sus necesidades y aflicciones. Amén.
OFRECIMIENTO
Eterno
Dios y Señor mío. con la más profunda veneración adoro el Sacramentado
Cuerpo y Sangre de mi Señor JESUCRISTO en todas las Aras y Sagrarios de
todo el Orbe Católico. Creo y confieso la presencia real y verdadera de
mi Señor JESUCRISTO, como está en el Cielo, en todas las especies de Pan
y Vino consagradas, y por tus Ministros en las sagradas Aras a tu
Majestad ofrecidas. Te ofrezco, ¡oh Padre Eterno!, por mis culpas y las
de todo el mundo la preciosísima Sangre de este Inmaculado Cordero.
Mira, ¡oh Padre Eterno!, ensangrentada y herida la humana túnica con que
se cubrió amorosamente tu Divinidad: Mira, ¡oh, amorosísimo Padre!, la
Sangre vertida, y por nuestro amor derramada, del Unigénito de tu Divino
Entendimiento, en cuanto Dios, y de las purísimas Entrañas de MARÍA
Santísima mi Señora, en cuanto hombre, para que a vista de tan agradable
Sacrificio, y de tan digno holocausto, aplacada la justa ira que mis
enormes culpas en tu Majestad han causado, merezca el perdón que con
humildad te pido, y aprovechándome de tus divinos auxilios y santas
inspiraciones, consiga la disposición necesaia para llegar a la mesa del
Altar en gracia, asegurando así vivir eternamente en la Gloria.
Un Padre nuestro y un Ave María a San Felipe Neri.
ORACIÓN
Gloriosísimo
Apostólico Varón, abrasado humano Serafín, mi venerado Protector San
Felipe Neri, rendidamente postrado en tu presencia, te doy repetidas
gracias por el infatigable celo de la mayor honra y gloria de Dios, que
perpetuamente tuviste, y por los fervorosos incendios del amor de Dios y
del prójimo, cuyo eterno bien en días y noches de tu vida solícito
procuraste. Bendito seas eternamente de Dios nuestro Señor, Clarín
sonoro del Santo Evangelio, cuyos Apostólicos ecos resuenan hasta hoy en
los corazones católicos: el mio te ofrezco rendido, para que por tu
intercesión, de toda mancha purificado, alcance la disposición crstiana
para comulgar, la que tanto en tu vida pretendiste, y con sanas y santas
doctrinas enseñaste; siendo el principal empeño de tu intercesión
piadosa nuestra eterna salvación: este imponderable bien espero por tu
poderoso patrocinio, y que para conseguirlo y eternamente gozarlo
merezca el fruto de los Santos Sacramentos, y una penitencia final, para
morir pacíficamente en gracia, y vivir eternamente en la Gloria. Así
sea.
En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
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