Páginas

sábado, 16 de mayo de 2020

CONSAGRACIÓN PERSONAL A LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA

Santísima Virgen María, Madre de Dios, vida nuestra, consuelo nuestro, y después de Dios toda nuestra esperanza. Yo N. N., aunque indigno de ser vuestro siervo, confiado en vuestra misericordia y movido de un gran deseo de serviros, os elijo y tomo en el día de hoy en presencia de toda la corte celestial por mi soberana Señora, por mi amada Madre y por mi abogada, y hago firme propósito de honraros, amaros y serviros fielmente en todo lo restante de mi vida, y de no decir ni hacer jamás cosa alguna que sea contra el respeto y honra que se os debe, y de no permitir tampoco jamás que ninguno de mis dependientes diga o haga cosa alguna que pueda disgustaros: y como individuo que soy de vuestra noble sociedad contra la blasfemia, me esmeraré en cumplir fielmente todas las condiciones de dicha sociedad; y no solo procuraré arrancar de la tierra ese monstruo de la blasfemia; sino que tambien me esforzaré en apartar, corregir y enmendar este modo vil y grosero de hablar y cantar deshonestamente; pues que siendo Vos Virgen y Madre purísima, no puede menos de seros muy odioso este lenguaje tan sucio, vil y brutal enseñado por el demonio. Os ruego, Madre de misericordia, y os suplico por la preciosísima Sangre que vuestro amado Hijo derramó por mí, que me recibáis en el número de vuestros hijos y de vuestros más humildes devotos; asistidme en todas mis necesidades; alcanzadme todas las gracias y auxilios necesarios, y sobre todo no me desamparéis en la hora de la muerte; antes bien socorredme entonces, Madre mía, de un modo particular, como acostumbrais hacerlo con vuestros devotos; libradme de las tentaciones; alejad de mí a satanás, enviad a mi socorro los santos Ángeles, inspiradme las virtudes teologales y concededme auxilios para hacer muchos y fervorosos actos de fe, esperanza y caridad; concededme una paciencia humilde y una santa resignación a la voluutad de vuestro Hijo. Acepto desde ahora todos los dolores y trabajos de mi última enfermedad, hasta la misma muerte en pena de los pecados que he cometido. Entrego mi cuerpo a la tierra para ser corrompido y comido de los gusanos, en castigo de haber ofendido a vuestro amado Hijo y a Vos: muera este cuerpo de pecado; sea consumido y convertido en polvo; viva eternamente mi alma; por esto la entrego en vuestras manos y en las de vuestro dignísimo Esposo el glorioso patriarca San José, a quien invoco desde ahora para entonces, y digo con todo el afecto de mi corazón:
 
Jesús, José y María, os doy el corazón y el alma mía.
Jesús, José y María, amparad el alma mia en mi última agonía.
Jesús, José y María, haced que descanse en paz el alma mía. Amén.
 
Día DD. del mes MM. del año AA.
 
N. N.
      
SAN ANTONIO MARÍA CLARET CMF. La Escala de Jacob y Puerta del Cielo, o sea, Súplicas a María Santísima. Barcelona, Imprenta de la viuda Pla, 1852, págs. 37-39.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Preferiblemente, los comentarios (y sus respuestas) deben guardar relación al contenido del artículo. De otro modo, su publicación dependerá de la pertinencia del contenido. La blasfemia está estrictamente prohibida. La administración del blog se reserva el derecho de publicación (sin que necesariamente signifique adhesión a su contenido), y renuncia expresa e irrevocablemente a TODA responsabilidad (civil, penal, administrativa, canónica, etc.) por comentarios que no sean de su autoría.