Novena
dispuesta por un sacerdote devoto del santo, e impresa con licencia en
Ciudad de México por José Bernardo de Hogal en 1735. El Acto de
Contrición y los Gozos provienen de la Novena publicada por Pablo Nadal en Barcelona en 1753.
PRÓLOGO DEL AUTOR
El
Angélico Doctor Santo Tomás, en un sermón que escribió del Melifluo
Doctor San Bernardo, le alaba angélicamente diciendo “que San Bernardo
tuvo todos los oficios y las virtudes de todos los Ángeles”. Encomio que
a mi ver explica que San Bernardo en su heroica vida no sólo ejercitó
los oficios todos de aquellos soberanos Espíritus, superiores en su ser a
nuestra humana naturaleza, sino también la suficiencia y proporción de
la gracia divina, para que con la imitación de todas las virtudes
angélicas, ejecutara todos sus oficios: y así, empezando desde la última
Jerarquía, San Bernardo fue Ángel en la humildad, Arcángel en la
obediencia, Virtud en lo magnánimo de su Fe, Potestad en el celo de la
honra de Dios, Principado en la altísima pureza de sus consejos,
Dominación en la eficacia de su oración, Trono en lo admirable de su
castidad, Querubín en lo profundo de su ciencia, y Serafin en lo
abrasado de su caridad.
Con este mismo orden te exhorto a que
celebres y pidas las mismas virtudes, repartidos los nueve Coros de los
Ángeles, cuyos Órdenes han de llenar y suplir los predestinados, del
menoscabo que causó la ruina de Lucifer, y así es congruente que aspire
tu imitación a sus virtudes; y si aquellos Espíritus gloriosos son el
ejemplar más perfecto de enuestras Novenas, pues nueve Coros, repartidos
en tres Jerarquías, alaban incesantemente a Dios nuestro Señor con otro
ternario en que le celebran Santo: celebremos a nuestro Patrón
gloriosísimo en el mismo número, con la misma significación, que no es
otra sino que la alabanza de las criaturas no excede de nueve, pues se
reserva el décimo para lo infinito de Nuestro Dios, a quien con tan
santo ejemplar será bien que invoquemos como principio y fin de todo lo
bueno, diciendo la siguiente oración a la Santísima Trinidad, que puede
ser preparatoria para todos los días de nuestra Novena.
Puédese,
para dar principio, confesar y comulgar (si diere licencia el
Confesor), hacer alguna limosna, o algunas obras de caridad, de
mortificación o las que buenamente pudiere cada uno, según la
posibilidad de su estado.
NOVENA A HONRA DEL GLORIOSO PATRIARCA Y DOCTOR MELIFLUO SAN BERNARDO
Puesto
de rodillas ante alguna imagen del Glorioso Patriarca San Bernardo, se
hará la Señal de la Cruz y el Acto de Contrición con todas las veras y
dolor posible.
Por
la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos, líbranos Señor ✠
Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu
Santo. Amén.
ACTO DE CONTRICIÓN
Señor
mío Jesucristo, Amantísimo Padre у Redentor de mi Alma, con todo mi
corazón te adoro, te alabo, у te bendigo; у me pesa haber ofendido a tu
Divina Majestad. Propongo la enmienda de mi vida; y espero firmemente el
perdón de todas mis culpas en tu infinita clemencia. Yo, Señor, te
ofrezco para siempre mi Cuerpo, mis Sentidos, у mi Alma con sus
Potencias, Memoria, Entendimiento, у Voluntad. Propongo emplearme, con
todas mis fuerzas, en el servicio у gloria vuestra. Os doy infinitas
gracias por vuestros beneficios. A Vos, Señor, Bondad infinita, os amo,
por Vos mismo, con todo el afecto de mi Alma: у quisiera saberos amar,
como os han amado y aman todos los Ángeles у Santos del Cielo. Ofrezco a
vuestra Majestad, con Sus méritos, con los de la Purísima Reina de los
Ángeles, у con los del Dulcísimo Bernardo, todas mis obras, palabras y
pensamientos, bañándolas con la Sangre de Jesús mi Redentor у Señor, en
cuya Fe y amor deseo vivir y morir. Amén.
ORACIÓN PREPARATORIA PARA TODOS LOS DÍAS
Oh
Santísima, Gloriosísima y Beatísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu
Santo, tres Personas en una esencia, a quien confieso por mi soberano e
inmenso Dios, yo os adoro, alabo y bendigo. Yo te adoro, Padre
todopoderoso, de infinita majestad, Creador del Cielo y de la tierra, y
de todo cuanto hay visible e invisible. Yo te adoro, Hijo unigénito,
tesoro de sabiduría, Verbo del Padre, perfectísima Imagen de su
substancia, piadosísimo Redentor del mundo. Yo te adoro, Espíritu Santo,
compendio de toda la bondad, que procedes del Padre y del Hijo, y eres
vínculo de purísimo y ardentísimo amor de ambos, dulcísimo Consolador y
maravilloso santificador de las almas. Yo te adoro, oh Altísimo y
Clementísimo Dios, bien infinito y perdurable, que beatificas a todos
los Santos y Espíritus Angélicos, a ti, Padre ingénito, Hijo unigénito, y
Espíritu Santo, que de ambos procede, invoco para que con fruto de mi
alma ejecute estos ejercicios que hago en honra de vuestro querido
siervo y Abogado mío San Bernardo y de los Santos Ángeles, que no cesan
de daros alabanzas, gloria y honra por todos los siglos de los siglos.
Amén.
DÍA PRIMERO – 11 DE AGOSTO
Aplícase
la humildad del primer Coro de los Santos Ángeles, mirados de nosotros
para Dios Nuestro Señor, y se les aplica, porque aquellos Soberanos
Espíritus, siendo de la Corte Celestial, su ocupación es ser enviados a
las Embajadas de cosas pequeñas. Esta virtud ejercitó San Bernardo con
tal singularidad que, metido todo y sumergido en el abismo de su nada,
cosa ninguna le pudo desvanecer y levantar: ofreciéronle seis Obispados y
otras grandes dignidades, y ninguna quiso aceptar, teniéndose por
indigno para ellas. Teníase por indigno de que Dios Nuestro Señor se
sirviese de él para la salvación de las almas. En los mayores agravios
no pensaba que se le hacía injuria, y así decía, “que no quería ser
humilde sino vil”; y de aquí nacía hacer fervorosa oración por sus
contrarios y perseguidores (que tuvo muchos), procurando con humildad y
sumisión ablandarlos y dar bien por mal, beneficio por injurias, y honra
y reverencia por desprecios y afrentas.
Celebremos
esta humildad y animémonos a su imitación, y pidámosla con todas veras,
diciendo tres Padre nuestros y tres Ave Marías gloriados al primer Coro
de los Santos Ángeles, y esta oración:
Oh
Dios y Señor mío, ejemplar y premio de la verdadera humildad, que te
dignaste de concederla tan profunda a tu querido siervo San Bernardo,
humildemente te suplicamos que por tu intercesión te dignes de
concedernos gracia para despreciar al Mundo y sus vanidades, y para
vencer nuestras inclinaciones a honra y estimación, para que por el
camino del desprecio sigamos tu Cruz, y consigamos gozarte en la Gloria.
Amén.
OFRECIMIENTO Y SÚPLICA A SAN BERNARDO PARA TODOS LOS DÍAS
Admite,
Dulcísimo Bernardo, Padre у Abogado mío, este corto obsequio que en
estos nueve días te rinde mi afectuosa devoción, у suple los defectos de
mi fragilidad, interponiéndote compasivo con mi Dios, para que no
atendiendo a mis culpas, ni a quien yo soy, me conceda, por tu
intercesión, el feliz despacho de mi suplica en mi necesidad. No quede
sin fruto la confianza que tengo en tan Glorioso Patrón. En ti, Dulce
Padre, confío; de ti espero la intercesión; у por ti la gracia de mi
Dios para que yo le sirva en esta vida, y le ame por toda la eternidad.
Amén.
GOZOS
Dulce miel de los Doctores,
De María tierno amante,
Bernardo, Sol rutilante,
Amparad los pecadores.
A este mundo habéis venido
Por Privado de Jesús,
En cuyos clavos y Cruz,
Tenéis la morada y nido:
Pues con afecto constante
Vos cargáis con sus dolores:
Bernardo, Sol rutilante,
Amparad los pecadores.
De ilustre noble hidalguía
Vuestro ser habéis tomado,
Y estás muy ilustrado
Con la leche de María:
En cuyo candor flamante
Inflaman vuestros candores:
Bernardo, Sol rutilante,
Amparad los pecadores.
Vuestro noble corazón
De amor le partió la aljaba,
Porque siempre meditaba
De Jesús en la Pasión:
Sin cesar nunca un instante
De meditar sus rigores:
Bernardo, Sol rutilante,
Amparad los pecadores.
A Dios sí miráis sangriento
En su amor os abrasáis,
Y al corazón trasladáis
De su pasión el tormento:
Y con Fe perseverante
Sois fénix de sus ardores:
Bernardo, Sol rutilante,
Amparad los pecadores.
Con santo у divino celo
Instruís a los mortales,
Y desarraigáis los males,
Siendo de virtud modelo:
Pues a Luzbel arrogante
Vencéis desterrando errores:
Bernardo, Sol rutilante,
Amparad los pecadores.
Vuestra celestial doctrina
Pasto de la Iglesia fue,
Y es el néctar de la Fe,
Y de sus dulzuras mina:
Cuyo caudal abundante
Se lleva inmensos loores:
Bernardo, Sol rutilante,
Amparad los pecadores.
Císter Religión Sagrada
Su Fundador os venera,
Y como sois su lumbrera
Está por vos ilustrada:
Ella os tiene por Atlante
Del Cielo, de sus fulgores;
Bernardo, Sol rutilante,
Amparad los pecadores.
Doctor, Virgen у Prelado
El mundo todo os blasona,
Y tres lauros por corona
A vos Dios os ha alargado:
Y en la Iglesia militante
Lográis supremos honores:
Bernardo, Sol rutilante,
Amparad los pecadores.
Dulce miel de los Doctores,
De María tierno amante,
Bernardo, Sol rutilante,
Amparad los pecadores.
Antífona:
Como estrella matutina, y cual refulgente Sol, así resplandece Bernardo
en la casa de Dios, y como vaso de oro sólido adornado con toda piedra
preciosa. Todo en él es disciplina, toda insigne virtud, e imagen de
perfección.
℣. Ruega por nosotros, bienaventurado Padre San Bernardo.
℟. Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.
ORACIÓN
Te
rogamos, Señor, que traigas a perfección en nosotros el amor a la santa
religión, y para obtener la generosidad de tu gracia, interceda siempre
ante ti por nosotros los méritos y oraciones de tu egregio Abad y
Doctor el bienaventurado Padre San Bernardo. Por Jesucristo Nuestro
Señor. Amén.
Rezar un Ave María por los devotos que iniciaron esta Novena.
En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
DÍA SEGUNDO – 12 DE AGOSTO
Por la señal...
Acto de Contrición y Oración Preparatoria
La
virtud de la obediencia resplandece en los Santos Espíritus que
llamamos Arcángeles, no por singularidad, pues todos los Ángeles son
obedientísimos, sino por excelencia: porque tienen los Arcángeles como
oficio el ser Mensajeros en los más graves negocios de la celestial
curia. Fue Nuestro Glorioso Padre San Bernardo fidelísimo ejecutor de
esta virtud, no solo dentro de la Religión en donde, para estímulo de la
guarda puntual de los tres votos principales, tenía siempre en su
corazón, y muy de ordinario en sus labios estas palabras, dignas de que
todos los Religiosos las repitamos continuamente para recuerdo de
nuestras obligaciones: “Bernardo, Bernardo, ¿A qué viniste a la
Religión?”, sino también en los negocios que por el bien de la Iglesia
hizo fuera de la Religión: Porque no era San Bernardo de los que con
pretexto de darse a la contemplación huyen el trabajo, o por su gusto
particular dejan el bien común, antes juntaba la acción con la
contemplación, y anteponía las cosas públicas y de obediencia a las
suyas propias, y aun a su misma vida: pues siendo así que los médicos se
maravillaban cómo estando tan flaco y exhausto a rigores de la
penitencia, podía atender a ocupación alguna: por obediencia caminó a la
villa de Étampes al Concilio, que todo se puso en su determinación,
como lo hizo, declarando por sumo y verdadero Papa y Pastor de la
Iglesia a Inocencio II contra el Antipapa Anacleto II; por obediencia
caminó dos veces a Roma, a Milán, a la Gascuña; y otras muchas y
sagradas correrías que ejecutó por la obediencia en provecho de la
Iglesia.
Pidamos
la imitación de esta virtud, rezando tres Padre nuestros y tres Ave
Marías gloriadas a los Santos Arcángeles, y luego dirás la siguiente
oración:
¡Oh
Jesús! ¡Oh Señor! ¡Oh bien nuestro!, que por nosotros te hiciste
obediente desde el principio de tu gloriosa vida hasta la afrentosa
muerte de Cruz: haznos por la intercesión de tu Glorioso Siervo San
Bernardo obedientes a todos tus preceptos, para que con la observancia
puntual de todas las insinuaciones de tu voluntad santísima, acabemos
nuestra peregrinación en tu santo servicio, y después de ella merezcamos
gozar las felicidades que concedes a tus escogidos. Amén.
La Oración y los Gozos los rezarás todos los días.
DÍA TERCERO – 13 DE AGOSTO
Por la señal...
Acto de Contrición y Oración Preparatoria
Es
el oficio de las Virtudes el oponerse a las leyes de la naturaleza, y
obrar continuamente milagros: y como la heroica Fe de San Bernardo, en
confirmación de lo que predicara, hiciese tantos, se aplica este día a
lo magnánimo de su Fe. No es fácil el contarlo, ni aun en común:
Godefrido, Monje de Claraval, Secretario y Compañero del Santo, afirma
que un solo día con la imposición de sus manos alumbró once ciegos, sanó
diez mancos y diez y ocho cojos: en Colonia denro de tres días doce
cojos, dos estropeados, tres mudos y diez sordos cobraron entera salud.
Algunos hombres piadosos quisieron escribir los milagros que el Santo
obraba, y comenzándolo a hacer, después lo dejaron, vencidos de la
muchedumbre de ellos. Bendijo cierto día muchos panes, y al repartirlos,
dijo a los que los tomaban: “la prueba de la verdad que os predico será
el que todos vuestros enfermos que comieren de este pan, quedarán
sanos”. Estaba presente un Obispo, que modificando la proposición del
Santo, dijo: “Habéis de entender, que sanarán, si comieren con Fe de
este pan”, a lo cual replicó el Santo: “No digo yo eso, Señor, sino como
mis palabras suenan, que todos los enfermos que gustaren de este pan
cobrarán salud: porque se entienda que nosotros somos legítimos y
verdaderos Embajadores de Dios”; y como lo dijo sucedió, pues cuantos
comieron de aquel pan bendito, sin excepción alguna sanaron, porque era
tal y tanta la Fe de San Bernardo, que aun aquellos que no tenían Fe, el
mismo pan se la comunicaba, para que no se frustrase el milagro. Aquí
pienso que miraba esta Nobilísima Ciudad de México, cuando le juró
Patrón de las Mieses, con la Fe de que por su intercesión no le podría
faltar pan.
Pidamos,
pues, por sus ruegos la firmeza en tan grande virtud, rezando a las
Virtudes angélicas tres Padre nuestros, y tres Ave Marías gloriados, y
dirás esta oración:
Todopoderoso
y benigno Dios y Señor mío, yo te alabo y doy infinitas gracias porque
me criaste de la nada, porque me redimiste con la preciosa Sangre de tu
Unigénito Hijo, mi Señor Jesucristo, porque me hiciste Cristiano y diste
entera noticia de tu Santa Fe y doctrina de tu Iglesia: a todo esto
correspondí ingrato, de lo que me arrepiento y te pido perdón: suplícote
por la intercesión de tu maravilloso Siervo y Padre mío San Bernardo
abundancia de frutos, así de buenas obras para avivar la Fe, como de
mieses en los campos, para que todos los que estamos encomendados a su
protección, gocemos consuelos en esta vida, y descanso eterno en la
otra. Amén.
La Oración y los Gozos los rezarás todos los días.
DÍA CUARTO – 14 DE AGOSTO
Por la señal...
Acto de Contrición y Oración Preparatoria
Las
Potestades son aquellas sagradas inteligencias, que gozan por oficio
ordenar los buenos Ángeles que presiden a los Reinos y potestades, y
resistir a las potestades adversas; uno y otro empleo se vio en la vida
admirable de San Bernardo, celando la honra de Dios Nuestro Señor, y
por eso a este celo dedicamos este día. La resistencia que hizo a las
potestades adversas, dígalo el hereje Pedro de Abelardo, ya avisado por
el Santo, benigna y secretamente, para que revocase las nuevas, falsas y
perniciosas opiniones que había diseminado; ya concluido y convencido
por el Santo, en el Concilio que se celebró en Sens, lugar de Francia;
dígalo Gilberto Porretano, que disputando con el Santo dos días en el
Concilio de Reims, vino a retractar los errores que había enseñado.
Dígalo el perverso Maestro Enrique, entregado por los mismos a quienes
había pervertido, a quienes redujo a Nuestra Santa Fe la predicación de
San Bernardo: el ordenar los Ángeles buenos lo publican sus escritos,
como el insigne libro que llamó de la Consideración con que doctrina su
discípulo el Papa Eugenio III, y declara el hecho en que por ayudar al
Arzobispo de Tréveris, que había ido a Claraval, y echándose a los pies
del Santo Abad, suplicándole que fuese a componer graves discordias que
padecían sus ovejas, le acompañó el Santo, que se hallaba en una cama,
disponiéndose ya para morir, haciendo el costo para aquel viaje la
Omnipotencia de Dios Nuestro Señor, que le dio súbitamente fuerza para
aquella jornada, porque la tomaba para su honra y servicio.
Procuremos
imitar esta virtud, pidiéndola por medio de las Potestades rezarás tres
Padre nuestros, y tres Ave Marías gloriados, y luego esta oración:
Oh
Espejo inmenso de bondad, Sabiduría del Padre Eterno, Jesús mío, por el
ardiente celo de tu honra que fuiste servido conceder a tu querido
siervo San Bernardo, te suplicamos nos comuniques verdadero dolor y
sentimiento de que hayamos correspondido ingratos a tus beneficios, y de
que todo el mundo no te ame con amor correspondiente a los innumerables
beneficios que continuamente recibe de tu liberalísima misericordia;
usa, Señor, de ella con nosotros ahora, y en el tiempo, que esperamos,
de nuestra muerte. Amén.
La Oración y los Gozos los rezarás todos los días.
DÍA QUINTO – 15 DE AGOSTO
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Acto de Contrición y Oración Preparatoria
Son
los Principados aquellos gloriosos Espíritus que disponen lo que han de
ejecutar los súbditos, a quienes presiden, y como se hallen en el
Glorioso Padre San Bernardo divinos documentos para sus súbditos, a
ellos le dedicamos este quinto día. Fue al principio de su gobierno tan
rígido y fervoroso, que cuando recibía a algún novicio, lo primero que
le avisaba era que dejase fuera del Convento el cuerpo con todos sus
resabios, y que solamente entrase con el Espíritu. Cuando confesaba a
sus Monjes, cualquiera falta, por ligera que fuese, le parecía grave; y
pedía a todos la grande perfección, que a muchos le quitaba la esperanza
de alcanzarla, y aún la gana de procurarla; pero después que vio un
Niño, que apareció vestido de una luz celestial, se le infundió una
nueva gracia y singular don de suavidad y dulzura, tanta, que porque
algunos echaron de ver que debajo de sus hábitos viejos y remendados
traía un áspero cilicio le dejó, temiendo que otros, con graves
enfermedades, le quisiesen imitar.
Pidamos
la imitación de tan santa prudencia, rezando a las Potestades nueve
Padre nuestros, y nueve Ave Marías con Gloria Patri, y dirás esta
oración:
¡Oh
Clementísimo! ¡Oh piadosísimo! ¡Oh Benignísimo Redentor mío Jesús,
protección, providencia mía en todos mis aprietos, luz y dirección mía
en todas mis dudas! Por los merecimientos de tu amado hijo San Bernardo,
merezca tener la discreción t providencia verdadera en el principal
negocio de mi alma, que es su salvación, para este fin a ti te invoco,
Jesús mío, que vives y reinas con el Padre y el Espíritu Santo, por los
siglos de los siglos. Amén.
La Oración y los Gozos los rezarás todos los días.
DÍA SEXTO – 16 DE AGOSTO
Por la señal...
Acto de Contrición y Oración Preparatoria
Tiene
la Dominación dos aspectos en sus oficios, pues se emplea en que no
seamos tiranizados, y en mandar sobre otros Espíritus, y como uno y otro
se halle en los efectos de la Oración de Nuestro Padre San Bernardo, a
ella se aplica el oficio de aquellos soberanos espíritus. Véase a un
respecto en la Conversión de San Guillermo, a quien por su Oración libró
de la tiranía del demonio, con tan raro prodigio, que estando el Duque
de Aquitania sin entrar en la iglesia, por estar por cismático incurso
en la excomunión, salió a ella San Bernardo, revestido con ornamentos
sacerdotales, y la hostia sobre la patena, y diciéndole, como Cristo
Señor Nuestro a Saulo, que era perseguidor de Cristo, y que a su
Majestad no volvería las espaldas, y otras razones, que preparado en el
Santo Sacrificio de la Misa había prevenido su espíritu, obró el mismo
efecto, que la voz de Cristo Nuestro Señor en Saulo, que cayó en tierra
obediente, arrepentido, discípulo de San Bernardo y Santo, de quien
nuestra Sagrada Religión reza a los diez de Febrero. No sólo libró de la
tiranía la Oración de San Bernardo, sino que mandó con eficacia a los
espíritus malignos que dejasen los cuerpos de los que poseían, y
saliendo al instante; y aun sirviendo en cierta ocasión de rueda con
cuerpo fantástico a un carro en que iba el Santo a componer cierta
disensión, en castigo de haber roto media rueda, para impedir su malicia
el bien que se seguía de aquietar aquella discordia.
Pidamos
por la intercesión de San Bernardo un perfectísimo hábito de Oración, y
que si fuere voluntad de Dios, nos dé contemplación pasiva fructuosa,
para por su medio tener robustez para no ser siervos del demonio, sino
hijos de Dios Nuestro Señor, y que sea por medio de las Dominaciones,
rezando nueve Padre nuestros con otras tantas Ave Marías gloriados, y
luego esta oración:
Oh
Gozo de los entendimientos, Jesús, y Señor mío, poned los ojos de
vuestra piedad divina en la contemplación que fuisteis servido conceder a
vuestro regalado Siervo y Padre mío San Bernardo, y por su intercesión,
sed servido de concederme el que sepa frecuentar la Oración y ser
instruidos en santos ejercicios, por los cuales suba a lograr la corona
de los escogidos. Amén.
La Oración y los Gozos los rezarás todos los días.
DÍA SÉPTIMO – 17 DE AGOSTO
Por la señal...
Acto de Contrición y Oración Preparatoria
Son
los Tronos aquellos espíritus purísimos que se llenan de la gracia de
la Divinidad, para que en ellos se siente la divina Majestad: y esto
mismo dice del alma pura y casta San Lorenzo Justiniano (De Castitáte,
conción 14) que sirve de asiento en que alegremente se sienta el Esposo
celestial, por esta razón aplicamos a la admirable Castidad de Nuestro
Padre San Bernardo este día. Qué aprecio fuese el del Santo a esta
virtud, se ve ya en aquella modestia y compostura rara con que tenía
cerrados todos los sentidos, pues el de la vista no fue bastante a dar
razón de un lago por donde todo el día había caminado el Santo, el del
gusto no supo distinguir un vaso grande de aceite que el Santo bebió por
agua; así tenía cerradas las ventanas por donde podían robarle el
tesoro de su mayor aprecio, frase que usó el Santo cuando una insolente
mujer quiso manchar el armiño de su pureza, pues comenzó a gritar
“ladrones, ladrones”, y acudiendo gente se libró de aquel peligro.
Cuando por un descuido de los ojos se entró en un estanque en lo rígido
del invierno, de donde le sacaron medio muerto, mereció que Dios Nuestro
Señor con su gracia le mortificase la concupiscencia de la carne, que
reina en nuestros miembros.
Celebremos
esta pureza, y pidámosla por medio de los Tronos; di tres Padre
nuestros y tres Ave Marías con Gloria Patri, y esta oración:
Todopoderoso
Dios y Señor, amante de la santa pureza, por la que le concediste a tu
amado siervo San Bernardo te suplicamos rendidos, el que dedicados a tu
santo servicio, con pureza de conciencia y limpieza de corazón,
guardemos nuestros sentidos, a fin de conservar con tu ayuda la virtud
de la castidad, para que triunfando de la carne, enemigo cruel de
nuestras almas, merezcamos llegar a las felicidades eternas. Amén.
La Oración y los Gozos los rezarás todos los días.
DÍA OCTAVO – 18 DE AGOSTO
Por la señal...
Acto de Contrición.
Plenitud
de ciencia se interpretan los Querubines, y mirando la de Nuestro
glorioso Patrón San Bernardo, se le ajusta este día con propiedad. De la
ciencia de los Santos algo se ha dicho en los demás días; de la ciencia
de las Escrituras y altísimos misterios de la Teología, decía el Santo,
haber sido sus escuelas la soledad, sus maestros los árboles, y su
estudio la Oración y meditación; su aprovechamiento se deja ver en sus
obras, en donde se conoce tener con eminencia penetradas las palabras y
ápices de los Libros sagrados, pues escribe la Sagrada Escritura, no
como quien la cita, sino como quien la tenía rumiada, dirigida y
convertida en sí.
Celebremos
este día esta gran Sabiduría, pidiendo su imitación por medio de los
Querubines. Rezarás nueve Salves a Nuestra Señora, y dirás esta oración:
Oh
dulce Jesús mío, esperanza mía, consuelo verdadero de mi alma,
Sabiduría inmensa, por la que le comunicaste a tu querido Siervo San
Bernardo, haciéndole Doctor Melifluo de la Iglesia nuestra Madre, y
dándole especial dulzura en lo que dijo y escribió de tu Gloriosísima
Madre la Reina de los Ángeles María Santísima, Señora nuestra, te
suplico rendidamente que de tal manera estudie la ciencia de tus
preceptos divinos, que sea de los aprovechados en tu santo servicio, y
de los premiados con la dulzura de entenderte y amarte en las
eternidades de la Gloria. Amén.
La Oración y los Gozos los rezarás todos los días.
DÍA NOVENO – 19 DE AGOSTO
Por la señal...
Acto de Contrición y Oración Preparatoria
Son
los Serafines los que arden en caridad; y fue un Serafín en carne San
Bernardo. Son testigos fieles aquellos compasivos afectos con que,
contemplando un día los dolores y afrentas de Cristo Nuestro Señor
Crucificado, derretido en ansias, hizo tan suyas aquellas penas por el
afecto, que mereció el que desclavando la imagen las dos manos, le
abrazara, y en estrechos lazos se uniera con su amado. Es testigo fiel
aquel éxtasis dulcísimo en que mereció ser regalado con la Sangre del
costado de Cristo Nuestro Señor, y con la leche purísima de lo sagrados
pechos de su Madre Santísima. Son testigos fieles los elementos; no sin
misterio se pone por primera de todas las Epístolas de San Bernardo la
que escribió a su sobrino Roberto, porque estándola dictando el Santo,
comenzó a llover fuertemente, quiso recoger el secretario el papel, y el
Santo le dijo: “Obra es de Dios, escribe y no temas”, y así escribió, y
acabó su Epístola en medio del agua sin mojarse, porque la Caridad, que
movía al Santo Padre a dictar la carta, es la que no pueden apagar las
muchas aguas.
Pretendamos,
por intercesión del Santo, muchos aumentos de caridad. Rezarás tres
Credos a los Serafines, y nueve a los nueve Coros de los Ángeles, y esta
oración:
Oh
Dios mío, Señor mío, haced que ame vuestra infinita Bondad con todo el
afecto de mi alma por amor de Vos mismo, y concededme por intercesión de
mi singular Abogada y Madre vuestra María Santísima, de los nueve Coros
de los Ángeles de vuestro amado Siervo San Bernardo la gracia que os
pido, si conduce a mi salvación. Dad, Señor paz y concordia a los
Príncipes Cristianos; acierto en sus gobiernos a todos los Príncipes
Eclesiásticos; reducid los infieles a vuestra divina Ley, los cismáticos
a Nuestra Santa Madre Iglesia, y los que están en pecado mortal a
verdadera penitencia: compadeceos, Señor, de las Ánimas del Purgatorio,
tened por bien de apararme, defenderme y librarme de las astucias, lazos
y tentaciones de mis enemigos visibles e invisibles, ahora y para
siempre jamás. Amén.
La Oración y los Gozos los rezarás todos los días.
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