El diario Hindu Times informó que el Tribunal especial del Negociado Central de Investigaciones de la India (CBI) sentenció el 23 de Diciembre de 2020 al presbítero conciliar Thomas M. Kottoor (71) y a la religiosa Sor Sephy (57), ambos de la Archieparquía Siro-Malabar de Kottayam, a prisión perpetua y una multa de 500.000 rupias indias (6.835,35 dólares estadounidenses) al ser hallados culpables del asesinato de la novicia Sor Abhaya -nacida Beena Thomas- (19), muerta el 27 de Marzo de 1992 en el convento siro-malabar de la Congregación de San José [congregación fundada el 3 de Julio de 1928 por el padre Thomas Poothathil con el objetivo de asistir a los discapacitados y a los pobres, N. del E.] de la ciudad de Kottayam (estado de Kerala), según las secciones 302 y 301 respectivamente del Código Penal de la India.
Ítem, fueron condenados por destrucción de evidencia a siete años de prisión y una multa de 50.000 rupias (683,55 dólares), a tenor de la sección 201.
Kottoor fue además condenado a prisión perpetua y una multa de 100.000 rupias (1.367,10 dólares) por el delito de allanamiento de morada para cometer asesinato, bajo la sección 449 del mencionado código penal.
Según el ente acusador, Sor Abhaya fue asesinada en la cocina del convento de un hachazo en la cabeza luego de descubrir, mientras buscaba agua en el refrigerador (se había levantado a estudiar a las 4:00h), a los presbíteros Kottoor y Jose Poothrukayil y a la hermana Sephy (superiora del convento en ese entonces) teniendo relaciones sexuales. Sephy, aterrada, empuñó el hacha y asestó contra la humanidad de Sor Abhaya un fuerte golpe mientras Kothoor la estrangulaba. Los tres arrojaron el cuerpo a un pozo.
Inicialmente, la policía local de Kerala consideró la muerte como un suicidio, pero fue apenas hasta el 19 de Noviembre de 2008, debido a la insistencia del activista por los derechos humanos Jomon Puthenpurackal, que se demostró que fue un homicidio y se reabrió la investigación. Kottoor y Sephy fueron acusados el 17 de Julio de 2009 junto a Poothrukayil (este en calidad de cómplice). Poothrukayil fue liberado inicialmente por falta de pruebas, pero en la sentencia condenatoria (obtenida teniendo en cuenta las declaraciones de Adakka Raku -que en el momento de los hechos intentaba robarse el pararrayos del convento, y reconoció a Kottoor en el lugar-, el único testigo que permaneció incólume frente a las amenazas y sobornos de algunos agentes de investigación -en conexión con poderosos intereses políticos y eclesiásticos locales-) se ordenó reabrir la investigación en su contra, como también al ex agente de policía judicial K. T. Michael (quien concluyó inicialmente que Abhaya sufría de depresión y que esto la había inducido a suicidarse) por presunta destrucción de evidencia.
El juez K. Sanilkumar dijo de Abhaya que era “una chica muy inteligente, piadosa, honesta, sencilla, perseverante, formalista y meticulosa en todos los aspectos. Ella llevaba una vida feliz y altruista, y también se prueba que era simplemente imposible que se quitara la vida por su cuenta”.
Kottoor y Sephy, que durante la audiencia pidieron clemencia por presuntamente hallarse demasiado enfermos (él sufriendo de cáncer de próstata, ella de trombosis venosa profunda), apelaron la sentencia ante el Tribunal Superior de Kerala. Por su parte, Biju Thomas, hermano de la víctima, calificó la sentencia como ‘‘intervención divina”, señalando que la dilación del proceso penal se debió a presiones de políticos y de la jerarquía eclesiástica, opinión sostenida por el ex-investigador del CBI Varghese Thomas.
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