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domingo, 14 de febrero de 2021

DÍA CATORCE EN HONOR A SAN BONIFACIO DE TARSO

Ejercicio devoto dispuesto por don Pablo Muñoz de Castro, y reimpreso en México por la Imprenta de Doña María Fernández de Jauregui en 1805.
   
DÍA CATORCE DEL MES EN HONRA DEL GLORIOSO MÁRTIR SAN BONIFACIO, PARA ALCANZAR DE DIOS, POR SU INTERCESIÓN, UN VERDADERO ARREPENTIMIENTO DE NUESTRAS CULPAS
   

Por la señal ✠ de la santa Cruz; de nuestros ✠ enemigos líbranos, Señor ✠ Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
     
ACTO DE CONTRICION
Dios mío, pésame de todo corazón de haberte ofendido, no por temor de la muerte, ni por miedo del Infierno, sí porque eres digno de ser amado, y no ofendido, propongo ayudado de tu Divina gracia no volverte a ofender más. Amén.
   
PROTESTACIÓN
YO N. N. delante de la Virgen MARIA Madre de Dios, del Santo Ángel de mi Guarda, de toda la Corte Celestial, y del Glorioso SAN Bonifacio, me presento a Ti, mi Dios de mi corazón, en quien creo, y venero presente en todas partes; y protesto que no quiero cometer jamás pecado mortal: venga sobre mi todas las miserias y tormentos de esta vida, nunca lo cometeré, siempre estará gravada en mi corazón de día y de noche la resolución firme de no pecar; conozco cuan grave sea aquella culpa que desprecia la Majestad Poder y Bondad de Dios; conozco que con ella se pierde la gracia, se incurre en el odio de Dios, se derrama de nuevo la Sangre de Jesús: se merece espantosa muerte, terrible juicio, y eterno Infierno: conozco el concepto que hacen del pecado mortal, Dios, Jesucristo, María Santísima, los Ángeles, los Santos, y aun el mismo Demonio: conozco cuanto han padecido los Siervos de Dios por estorbar en sí y en otros un pecado mortal, por lo cual concluyo, que no hay en el mundo, ni en el Infierno cosa más fatal y dañosa al hombre que el pecado mortal, y con todo mi corazón detesto, aborrezco, abomino el pecado mortal, ábrase la tierra y trágueme antes, que consienta ni por un instante en un pecado mortal: Asistidme, o Madre de pecadores arrepentidos, María Santísima, Ángel de mi Guarda, Glorioso San BONIFACIO, y todos los Bienaventurados: Y Tú, oh buen Jesús, por tu Preciosísima Sangre, confirma y conserva firme para siempre está mi voluntad. Amen.

Se reza un Padre nuestro y Ave María gloriado.
   
ORACIÓN
Glorioso SAN BONIFACIO, perfecto imitador de los Santos Mártires, aquí tienes en tu presencia a la miseria, a la nada, a mí, pobre pecador: por la prontitud con que obedeciste las Divinas inspiraciones de Dios; óyeme, Santo mío, ya tú sabes la necesidad que me aflige, te pido, si es voluntad de Dios, me la remedies (Se hace la petición).
    
También te pido tapes las bocas de tantos escandalosos que en los pleitos continuados y en los cantares indecentes hablan palabras impuras y obscenas: Ábreles la boca para que hagan una confesión verdadera, dales a conocer el pecado del escándalo que cometen: te pido la corrección de los Padres a los Hijos; la obediencia que deben tener los Hijos a los Padres. Te pido, Santo mío, la Paz, la unión, la quietud en los casados; la buena elección en los Estados; la separación de los que se hallen en mal vivir; la salud de los Enfermos; el buen pasaje à los Navegantes; y por último el acierto de los que gobiernan, para que todos sirviendo y amando a Dios en esta vida, le gocemos en tu compañía en la gloria, así sea. Amén.
  
Aquí se rezan tres Ave Marías, y al fin de cada una la Jaculatoria siguiente:
Virgen Madre de dolor,
Por tus tres necesidades,
Verdadera contrición
Te pedimos los mortales.
   
ORACION
Purísima María, Mar amargo de penas, ¿Cómo Señora, siendo tú tan Poderosa y la misma riqueza, te veo en tan extrema necesidad, hecha un mar de Lágrimas al pie de la Cruz? ¡Tú, Señora llorando y yo pecando! ¡Oh desdicha la mía! ¡Oh Pecado y у  lo que has hecho con mi Madre!; pero como te llamaré Madre, cuando yo con mis pecados he sido la causa de tus amarguras: si Señora, Madre de pecadores sois; aquí tienes a tus pies à este pecador arrepentido, detesto, aborrezco y abomino todos mis pecados: te doy, Señora, palabra, ayudado de tu Divina gracia, de no volver a pecar más. Consérvame en estos propósitos: Yo te lo pido, Señora, por aquella honra que recibisteis de los Santos Varones, cuando bajaron con tanta reverencia el Difunto Cuerpo de tu Hijo Santísimo de la Santa Cruz: Por la caridad con que cubrieron sus Virginales Carnes: por la honra con que lo sepultaron te pido, Señora, que le reciba dignamente por Viático en mi última enfermedad, y que me acompañes en la hora terribilísima de mi muerte; por el amor con que te sirvieron estos escogidos de Dios en tu mayor necesidad; te pido, Madre mía, socorras las necesidades de nuestra Santa Madre la Iglesia; por la salud de nuestro Santo Padre el Romano Pontífice; por la salud de nuestro Católico Monarca; por la exaltación de nuestra Santa Fe Católica; por los que están en pecado, los saques de tan miserable estado; por los que este día murieren sin el socorro de los Santos Sacramentos, compadécete, Señora, de sus Almas: por el descanso de las Benditas Almas del Purgatorio, les alivies sus penas; y todos tus Devotos te sirvamos y te amemos y gocemos en la Patria Celestial de la Gloria. Amén.
   
De tu Divina Justicia
Suspende el justo rigor,
Y por tu Sangre Preciosa
Misericordia, Señor.
   
Esta Jaculatoria se encarga se diga diaria.
   
En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
   
El Ilmo. Sr. Dr. D. Francisco Javier de Lizana y Beaumont, del Consejo de S.M. Arzobispo de México, mediante Decreto del 8 de Enero de 1805, se dignó conceder 40 días de Indulgencia a quienes recen un Padre nuestro ante la imagen de San Bonifacio

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