La exministra holandesa de Comercio, Desarrollo y Cooperación y activista pro-aborto e ideología de género Elisabeth Maria Josepha “Liliane” Ploumen, condecorada por Francisco Bergoglio en Junio de 2017 con la Pontificia Orden Ecuestre de San Gregorio Magno en el grado Dama Comendadora (la cuarta de las cinco órdenes de caballería pontificias, con que se honra a quienes prestan servicios distinguidos a la Santa Sede y a la Iglesia Católica), declaró el 17 de Febrero en entrevista a Peter Winterman del diario Het Parool que ella ve “las consecuencias que cuatro años [de gobierno] de Trump tienen para los Países Bajos”, añadiendo para más ofensa que “las mujeres que van a las clínicas abortistas son intimidadas mucho más a menudo”, aun cuando la evidencia fáctica apunta a lo contrario, que es que los pro-vida son víctimas de agresión y censura.
Ploumen, miembro del Partido Laborista de los Países Bajos y actual líder de dicha colectividad, ganó el premio Maquiavelo por recaudar para la oenegé abortista “She Decides” 400 millones de euros para contrarrestar la decisión del expresidente Trump de eliminar las subvenciones federales a organizaciones estadounidenses que promueven el aborto en el extranjero, y explicó en el Financial Times que “La política regresiva en América sobre el aborto es una calamidad para los derechos de las mujeres y las chicas que el resto del mundo debe contrarrestar”.
Como es obvio, y a juzgar por su amistad cercana con la moribunda Emma Bonino Barge, A BERGOGLIO NO LE IMPORTA QUE SUS HOMENAJEADOS SEAN ASESINOS, ABORTEROS, HOMOSEXUALES, JUDÍOS, MASONES O COMUNISTAS. Y también es obvio que al ambiente conservador conciliar, sólo les va protestar (controladamente), desconociendo que si bien el aborto, la homosexualidad y el adulterio son pecado, LA HEREJÍA, EL ECUMENISMO Y LA BLASFEMIA (QUE SEGUÍAN SUS ANTECESORES RONCALLI, MONTINI, WOJTYŁA Y RATZINGER) LO SON MÁS.
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