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lunes, 8 de marzo de 2021

NOVENA EN HONOR A NUESTRO SEÑOR DE LA COLUMNA

Novena publicada en Zaragoza por la imprenta de Francisco Magallón en 1801, con licencia eclesiástica.
   
MODO DE HACER LA NOVENA
El que quisiere hacer esta novena, debe ponerse en la presencia de la Imagen del Señor a la Columna con aquella humildad con que estaría un Reo convicto delante del Juez que le puede condenar en justicia, y con aquella confianza que un hijo tiene en la bondad de su Padre y espera el perdón de sus delitos, como lo  esperó y consiguió el Hijo prodigo. Todo lo es este Señor: es Juez que nos ha de juzgar, y es Redentor y Padre que quiere salvamos a costa de sus azotes y penas, si nosotros llegamos arrepentidos y le pedimos Misericordia contemplando su Pasión, y  ponemos en ella toda nuestra esperanza. Con esta disposición, mírese bien aquella divina Imagen y cómo le pusieron nuestros pecados, que con solo mirarla con devota atención, ha de quedar compungido aunque sea piedra su corazón, y así comenzará en el nombre del Señor.
   
DEVOTO NOVENARIO AL SANTISIMO CRISTO ATADO A LA COLUMNA, QUE SE VENERA EN LA IGLESIA DE SANTA FE DE RELIGIOSAS DOMINICAS DE ZARAGOZA, Y PARA IMPLORAR EL AUXILIO DIVINO EN LAS PRESENTES NECESIDADES A LUZ SUS DEVOTOS.
    
   
Por la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos, líbranos Señor ✠ Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
    
ACTO DE CONTRICIÓN
Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.
    
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
Dulcísimo Jesús Redentor mío: postrado humildemente ante vuestra divina presencia, me reconozco indigno de levantar mis  ojos a mirar vuestra divina Imagen tan desfigurada, atormentada y abatida por  mis culpas; pero considerando que ellas os hicieron bajar del Cielo a la tierra y padecer tales tormentos por libertarme de la esclavitud del pecado y del demonio, me atrevo a llegar a Vos con firme esperanza de que no desecharéis mis suplicas, pues Vos dijisteis: «Venid a mí todos los que trabajáis y estáis cargados, que yo os aliviaré». Y pues me veis, Señor, tan cargado de pecados y de peligros de caer en ellos, muévaos a compasión ver mi miseria, y socorredme con los auxilios de vuestra gracia, para que pueda resistir a mis apetitos y pasiones. Dadme, Señor mío, verdadera contrición de mis pecados, amor y compasión de vuestras penas y un entrañable deseo de agradaros. Socorredme, Señor, en las tentaciones, y trabajos de alma y cuerpo, pues son tantas las necesidades y calamidades temporales, que de solo Vos puede venir el remedio, especialmente en la que os pido en esta Novena, si ha de ser para gloria vuestra y bien de mi alma. Así os lo suplico, Salvador mío, que con el Padre y el Espíritu Santo vives y reinas Dios por todos los siglos. Amén. 
     
DÍA PRIMERO
Oh Amantísimo Salvador mío: Rey de Cielos y Tierra, Juez de vivos y muertos, que os quisisteis poner en manos de Pilatos y que este inicuo Juez os mandara azotar y entregar a los Verdugos más crueles que rabiosamente querían beber vuestra Sangre. ¡Oh espejo de hermosura! ¡Oh criador de todo lo que tiene ser! ¡Quién abatió vuestra soberanía y Majestad a ser juzgado en la tierra como el más facineroso y vil esclavo! ¡Qué es esto, Dios mío! ¡No bastaba haberos anonadado haciéndoos hombre, que aun queréis ser reputado por el más vil esclavo de los hombres! ¡Oh vanidad y soberbia del mundo, cómo no tiemblas de presentarte ante este Juez que te condena! ¡Oh humildad de Dios, que a tal precio paga la soberbia del hombre! Dadme a conocer, Salvador mío, mi vileza y miseria para que, humillándome delante de Vos y de los hombres, consiga después la verdadera gloria con Vos. Amén. 
   
Se rezarán tres Padrenuestros, Ave Marías y Gloria Patri en reverencia de los tormentos del Señor al desnudarlo, al atarlo y azotarlo.

GOZOS
    
Señor: pues con mi maldad
Confieso que os ofendí:
Tened por Vuestra Piedad
Misericordia de mí.
    
A Vos, Autor de la vida,
Como a esclavo delincuente
Os trata la infame gente
Siendo de Vos deicida:
Y pues la chusma atrevida
Con mofa burla de Ti:
Tened por Vuestra Piedad
Misericordia de mí.
    
A esa Columna os ató
Mas el amor que el cordel,
Porque mi culpa cruel
A tanto a un Dios obligó:
Pues tu inocencia pagó
Por lo que yo merecí:
Tened por Vuestra Piedad
Misericordia de mí.
    
La rabia de los Judíos
Pilatos pensó aplacar
Con mandaros azotar
A verdugos tan impíos:
Pues de los azotes ríos
Corrían de sangre allí:
Tened por Vuestra Piedad
Misericordia de mí.
    
Con diabólico furor
Vuestras espaldas herían,
Y Vuestra Sangre vertían
Por el suelo, ¡Qué dolor!
Si a tanto exceso el amor
Movió el ver que perecí:
Tened por Vuestra Piedad
Misericordia de mí.
    
¡Quién al ver Vuestra hermosura
Por mi amor tan afeada,
Con azotes lastimada,
No llora con amargura!
¡Oh ceguedad y locura
Del hombre! ¡Qué frenesí!
Tened por Vuestra Piedad
Misericordia de mí.
    
Con blasfemias insolentes,
Los Sayones atrevidos
Herían Vuestros oídos
Con sus lenguas maldicientes:
¡Dulce Jesús!, pues consientes
Ser por mí tratado así:
Tened por Vuestra Piedad
Misericordia de mí.
    
Que vuestra Imagen habló
Y reprendió a un Caballero,
Se tiene por verdadero
Y que su vida enmendó:
Si tanta gracia debió
Quien iba huyendo de Ti:
Tened por Vuestra Piedad
Misericordia de mí.
    
Hablad, pues, al corazón
De Vuestros finos devotos,
Que ofreciendo aquí sus votos
Contemplan Vuestra Pasión:
Dadles el precioso Don
De perseverar así:
Tened por Vuestra Piedad
Misericordia de mí.
    
Con muy especial ternura
Mirad a estas Religiosas,
Que como amantes Esposas
Os adoran con FE pura:
Pues su anhelo en Ia clausura
Es de unirse más a Ti:
Tened por Vuestra Piedad
Misericordia de mí.
    
Y todo el Pueblo Cristiano
Que en este Templo os venera,
Reciba en la hora postrera
Bendición de Vuestra mano:
Pues como a Juez Soberano
Se postra rendido aquí:
Tened por Vuestra Piedad
Misericordia de mí.
         
Antífona: El castigo de nuestra paz sobre él; y por su llaga fuimos nosotros curados.
℣. Cristo Hijo de Dios vivo.
℟. Ten piedad de nosotros.
    
ORACIÓN
Señor Jesucristo, que descendiste del cielo a la tierra del seno del Padre, y derramaste tu preciosa Sangre en remisión de nuestros pecados, te suplicamos humildemente que en el día del juicio podamos escuchar a tu diestra: «Venid, benditos». Tú que eres Dios, y vives y reinas con Dios Padre, en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos.
    
En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
    
DÍA SEGUNDO
Por la señal…
Acto de contrición y Oración para todos los días.
   
Oh Criador y Redentor mío amabilísimo, ¡cómo pueden mis ojos mirar el furor y desacato con que arrebatan violentamente vuestras sagradas vestiduras para azotaros más a su salvo; y os dejan desnudo a vista de aquella chusma infernal, para ser el blanco de sus mofas y escarnios! ¡Oh Salvador mío! Vos que vestís el Cielo de estrellas, la tierra de luz, los árboles y campos de hojas y flores, estáis desnudo y al frío en el atrio de Pilatos. Oh Corazón  enamorado de los hombres, ¡qué ingratamente sois correspondido de ellos! Volved, oh Redentor mío, vuestra amorosa vista sobre mí, encended mi corazón en vuestro amor y compasión de vuestras penas, para que mirándoos desnudo, me desnude yo de toda la vanidad y afectos terrenos, y ponga en solo Vos todo mi amor y agradecimiento, para que así logre el copioso fruto de vuestra redención en el Cielo, donde con el Padre y Espíritu Santo vives y reinas Dios por todos los siglos. Amén.
   
Se rezarán tres Padrenuestros, Ave Marías y Gloria Patri. Los Gozos y la Oración se rezarán todos los días.
    
DÍA TERCERO
Por la señal…
Acto de contrición y Oración para todos los días.
   
Oh Salvador y Redentor mío: ¡cómo no se estremece mi corazón y se quebranta de dolor viéndoos desnudo, y que con tanta crueldad atan con fieros cordeles esas divinas manos de que están pendientes los  Cielos y la tierra! ¡Oh dulce amor mío! No es el cordel el que os ata, sí es el amor con que queréis satisfacer a la divina justicia por mis culpas, estas son, Señor mío, las que os atan a esa Columna para desatarme a mí de la esclavitud del pecado y del demonio. ¡Oh exceso de amor inestimable! Por librar al siervo ingrato y enemigo, toma sobre sí el Señor de la Majestad toda la pena que yo merecía! ¡Oh Piedad y Misericordia infinita! ¡Vos, Señor, atado con tanta crueldad por ganarme a mí la libertad de hijo de Dios! ¡Qué es esto, Dios mío! ¿Y tendrá valor este vil gusano para volver las espaldas y ofenderos? Oh Señor y Redentor mío, nunca tal permitáis: dadme, Señor, un dolor vehementísimo de mis culpas y un amor entrañable con que pueda corresponder al infinito amor vuestro, un amor humilde y agradecido, un amor paciente y perseverante hasta el fin. Amén.
   
Se rezarán tres Padrenuestros, Ave Marías y Gloria Patri. Los Gozos y la Oración se rezarán todos los días.
    
DÍA CUARTO
Por la señal…
Acto de contrición y Oración para todos los días.
   
Oh Criador y Redentor mío: ¡a qué exceso de abatimiento os condujo el amor de vuestras criaturas! ¡Vos desnudo! ¡Vos atado a esa Columna! Pero ¡ay, Señor mío!, que añadiendo a los ultrajes los tormentos, ¡comienzan a descargar con infernal furia los azotes sobre vuestras espaldas, porque sobre ellas fabricaron los pecadores tal cúmulo de iniquidad! ¡Oh Cielos, cómo no caéis sobre los que cometen tal maldad! ¡Oh Columna dura, cómo no te ablandas con el contacto de tu Criador! ¡Oh Redentor mío! Ablandad la dureza de mi corazón y penetradlo de un vivo dolor de vuestras penas, no se aparten jamás de mi memoria y contrición; éstas me fortalezcan para sufrir por amor vuestro todos los trabajos de esta vida con entera resignación en vuestra divina voluntad. Sea así, Salvador mío, que con el Padre y el Espíritu Santo vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
   
Se rezarán tres Padrenuestros, Ave Marías y Gloria Patri. Los Gozos y la Oración se rezarán todos los días.
    
DÍA QUINTO
Por la señal…
Acto de contrición y Oración para todos los días.
   
Oh Salvador y Redentor mío: ¡qué pasmados estarían los Serafines que con temblor os adoraban atado a esa Columna, viendo  que los malvados Sayones arrancaban con los azotes vuestras delicadísimas carnes! Oh dulce amor mío, ¿cómo no tiemblo yo y me estremezco, pues soy la causa, ¡oh Cordero  mansísimo!, que sufrís ser desollado sin abrir la boca, antes bien compadeciéndoos de vuestros enemigos, y rogando al Padre por ellos? Oís sus blasfemias y dicterios insolentes, y calláis con mansedumbre divina! Dadme, Redentor mío, paciencia para sufrir las injurias y malos tratamientos que se me ofrecieren, para que imitándoos consiga por vuestros merecimientos la Gracia, y por ella os acompañe en la Gloria. Amén.
   
Se rezarán tres Padrenuestros, Ave Marías y Gloria Patri. Los Gozos y la Oración se rezarán todos los días.
    
DÍA SEXTO
Por la señal…
Acto de contrición y Oración para todos los días.
   
Oh Salvador y Padre mío amabilísimo, y única esperanza de los pecadores que arrepentidos se llegan a Vos. Contemplando vuestras penas en esa Columna, a ella me acojo como a puerto de seguridad y con firme Fe y esperanza de que esas llagas de los azotes han de curar las que el pecado abrió en mi alma, os suplico, Señor mío, me las deis a conocer, y concedáis un verdadero arrepentimiento y eficaz propósito, que me  haga perseverar en vuestro amor y gracia hasta el fin. Yo os adoro, Salvador mío, y de todo mi corazón os doy las más humildes gracias por haberme redimiclo tan a costa vuestra. Aquí me tenéis rendido, no me apartéis ni permitáis que yo me aparte de Vos, sino que eternamente cante vuestras  Misericordias en el Cielo. Amén.
   
Se rezarán tres Padrenuestros, Ave Marías y Gloria Patri. Los Gozos y la Oración se rezarán todos los días.
    
DÍA SÉPTIMO
Por la señal…
Acto de contrición y Oración para todos los días.
   
¡Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo con esa Sangre que corre de vuestro delicadísimo cuerpo! ¡Cómo puedo miraros sin morir de dolor! ¡Azotes, y tales azotes sobre las espaldas de Dios! ¡Oh Paciencia infinita, que sufre sin despegar sus labios tales tormentos! ¡Oh Maestro mío, que así me enseñáis el camino del Cielo, que es padecer sin consuelo y sin quejarme, pues tengo tan merecidas las penas y trabajos! Vengan, Señor, sobre mí todos los que quisiereis, con la paciencia para sufrirlos, castigadme Señor aquí, para que me perdonéis antes del día de vuestra ira, y consiga por vuestros merecimiento veros por eternidades en la Gloria. Amén.
   
Se rezarán tres Padrenuestros, Ave Marías y Gloria Patri. Los Gozos y la Oración se rezarán todos los días.
    
DÍA OCTAVO
Por la señal…
Acto de contrición y Oración para todos los días.
   
Oh Dulcísimo Salvador mío: que estando atado a esa Columna y con tanta crueldad azotado, mofado y escupido, no volvéis la cara a quien os maltrata, mostrando que no os negaréis al pecador que la mira para adorarla; con firme confianza me llego a Vos, y con profunda humildad os adoro con un corazón agradecido al inestimable precio con que me habéis redimido. Yo os amo sobre todas las cosas, y firmemente espero en vuestra amorosa Piedad el remedio de todas mis necesidades espirituales y las temporales que me sean útiles y provechosas y para más serviros, como las que os pido en esta Novena, deseando que todo ceda en gloria vuestra y provecho de mi alma, y las de mis prójimos amigos y enemigos, para que de todos seáis glorificado. Amén.
   
Se rezarán tres Padrenuestros, Ave Marías y Gloria Patri. Los Gozos y la Oración se rezarán todos los días.
    
DÍA NOVENO
Por la señal…
Acto de contrición y Oración para todos los días.
   
Oh Criador y Redentor mío: cuánto sería vuestro dolor, cuando cansados los verdugos de atormentaros, y temiendo que muriérais con los azotes, os desataron y cubriéndoos con vuestra túnica sobre las llagas vivas, apegándose a ellas se renovaron vuestras penas. Este fue el alivio, ¡un tormento tras otro hasta la Cruz! ¡Oh Salvador mío! ¡Cómo puedo yo apetecer los deleites y regalos que me apartan de Vos! No, Dios y Señor mío, no permitáis que de nuevo me precipite con ellos, dadme por vuestra piedad el Don de la perseverancia en el  bien hasta el fin, y por vuestros acerbos dolores y agonías mortales de vuestros azotes, os suplico que en mi última agonía no me desamparéis; para aquella hora os pido especialmente vuestra asistencia, perdón y gracia, y que recibáis mi alma en las moradas eternas. Amén.
   
Se rezarán tres Padrenuestros, Ave Marías y Gloria Patri. Los Gozos y la Oración se rezarán todos los días.

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