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martes, 9 de marzo de 2021

SÓLO EL CRISTIANISMO SUPO CONCILIAR LA MISERICORDIA Y LA SEVERIDAD

«Constantemente aseguran, especialmente las tendencias tolstoyanas, que cuando el león reposa junto al cordero, se vuelve medio cordero. Pero tal cosa seria brutal anexión e imperialismo de parte del cordero. Es el cordero absorbiendo al león en vez de ser el león comiéndose al cordero. El verdadero problema es: ¿puede el león descansar junto al cordero y conservar no obstante su real ferocidad? Éste es el problema que afrontó el Cristianismo; éste es el milagro que realizó la Iglesia.
  
Es lo que yo llamo presentir las excentricidades ocultas de la vida. Esto es saber que el corazón del hombre está a la izquierda y no al centro. Esto es saber no solamente que la tierra es redonda sino saber en qué puntos es achatada. La doctrina cristiana se anticipó a las rarezas de la vida. No sólo descubrió la ley sino también previó las excepciones. Los que dicen que el Cristianismo descubrió la misericordia, menosprecian al Cristianismo; cualquiera podría descubrir la misericordia. 
    
De hecho, todos la descubrieron. Pero descubrir un procedimiento que permitiera ser misericordioso y al mismo tiempo severo, era anticiparse a una extraña necesidad de la naturaleza humana. 
   
Porque todos queremos que se nos perdone un pecado grande como si fuera pequeño. Cualquiera dirá que no somos tan completamente miserables ni tan completamente felices. Pero realizar hasta qué punto es posible ser muy miserable sin que al mismo tiempo fuera imposible ser muy feliz, eso ya era un descubrimiento en psicología. Cualquiera aconsejaría: “No te magnifiques ni te empequeñezcas”, y sería una limitación. Pero decir: “Aquí te puedes magnificar y aquí te puedes empequeñecer”, era una emancipación».
  
GILBERT KEITH CHESTERTON. Ortodoxia, cap. VI: “Las paradojas del Cristianismo”.

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