Traducción del Comentario de los Padres de TRADITIO.
El “culto” idolátrico de la galleta novusordiana, la cual muy ciertamente no es Corpus Christi (el Cuerpo de Cristo).
Las corrupciones fueron deliberadamente introducidas en la Misa Latina Tradicional en los años 1950s bajo Pío XII y su designado litúrgico, el presbítero francmasón Aníbal Bugnini.
Incluso los conciliares saben que su galleta es falsa: notar arriba la ausencia de cualquier signo de adoración, solamente una galleta apuntalada en una mesa desnuda.
«Queridos Padres de TRADITIO: Después de asistir a la Misa Latina Tradicional por 20 años, uno pensaría que yo podría leer y seguir las rúbricas de la Misa, pero estoy confundido sobre el Domingo después de Corpus Christi: ¿Es el 2.º domingo después de Pentecostés o el Domingo infraoctava de Corpus Christi? ¿Qué hay sobre la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús la próxima semana?». (Rob).
RESPUESTA DE LOS PADRES DE TRADITIO.
En la Misa Latina Tradicional, el segundo domingo después de Pentecostés fue remplazado por el Domingo infraoctava de Corpus Christi, como quiera que el 11 de Agosto de 1264, el Papa Urbano IV extendió la fiesta del Corpus Christi a toda la Iglesia mediante la bula “Transitúrus de hoc mundo”. Al Corpus Christi también le fue dada una Octava, un período de ocho días después de la fiesta en sí durante la cual la mayor festividad es celebrada, tal como otras grandes fiestas como la Navidad, la Epifanía, la Pascua, Pentecostés, el Sagrado Corazón de Jesús, etc. Tradicionalmente, la Iglesia celebra sus grandes festividades no solamente un único día, sino por toda la semana siguiente. Estas Octavas son antiguas en la Iglesia, naciendo de la devoción del pueblo Católico a sus grandes festividades –devoción que falta enteramente en los feligreses de la Iglesia Conciliar–.
Luego la niveladora litúrgica que comenzó en 1951 bajo Pío XII y su designado para mutilar la Liturgia Latina Tradicional, el presbítero francmasón Aníbal Bugnini, enintró en acción. En 1956, en aplicación de la Constitución “Cum hac nostra ætáte” (expedida el 23 de Marzo de 1955), las Octavas del Corpus Christi y el Sagrado Corazón de Jesús fueron abolidas, como prácticamente lo fue cualquier otra octava, pero a sus Domingos infraoctavas se les permitió seguir en pie por cuatro años. Con todo, en 1960, Juan XXIII bis promulgó con el Motu Próprio “Rubricárum instrúctum” y el Decreto “Novum rubricárum” el tramo final de las mutilaciones de Bugnini/Pío XII que crearon el marco para la Nueva Misa, y el Domingo infraoctava del Corpus Christi fue remplazado por el 2.º Domingo después de Pentecostés. Esta fue la denominada Nueva Misa Latina de 1962, erróneamente denominada por algunos como “Extraordinaria”, una noción nueva y anticatólica, que era el hijo bastardo de estas mutilaciones.
Es irónico que tantos tradicionalistas detesten a Juan XXIII bis, pero no tienen compunción en aceptar su seminovusordiana Misa Deuterovaticana de 1962. Tanto la Misa de 1956 como la de 1962 son producto de corrupciones de la Misa Latina Tradicional que deliberadamente cedieron menos de una década después a la enteramente protestante-masónico-pagana “Nueva Misa” de 1969 de la Iglesia Conciliar del Nuevo Orden, la cual no es ni siquiera una Misa, sino que, según Aníbal Bugnini, el hombre que fue el primer responsable en escribirla, fue planeada desde el comienzo para ser un herético (e inválido) servicio protestante.
Por supuesto, los Católicos Tradicionales no tendrán nada que ver con las corrupciones de la Misa Latina Tradicional ni de 1956 o la de 1960/1962, o los no ordenados presbíteros novusordianos que simulan esas Misas corruptas.
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