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martes, 31 de agosto de 2021

LA VIRGEN DEL SOCORRO, O UNA ADVERTENCIA CONTRA EL BAUTISMO TARDÍO


En el museo de la iglesia San Francisco en Montefalco (Italia), se encuentra este cuadro pintado por Tiberio Diotallevi de Asís en 1510, en el cual se ve la Virgen con el brazo derecho levantado sosteniendo un bastón. Con la mano izquierda tiene de la mano a un niño que intenta asustado escapar de las garras del diablo, y subirse al vestido de la Virgen.
  
En el lado derecho de la obre se puede ver al diablo de horribles facciones con cuernos, patas de cabra, alas de murciélago, boca ancha y la culebra alrededor de la cintura, que intenta llevarse el niño agarrándolo por su vestimenta.
   
Del otro lado se ve a una mujer de rodillas, rogándole a María, es la madre del niño que pide ayuda desesperadamente.
   
La tradición cuenta que la madre, cansada por las tantas travesuras de su hijo, en un momento de exasperación pidió al diablo que se lo llevara y el diablo se presentó inmediatamente para ejecutar la petición. Viendo del gran error cometido y a su hijo estremecido del miedo, sabiendo que su alma estaba en grave peligro porque su niño aún no había sido bautizado, la desesperada madre rogó a la Virgen, que enseguida vino a “socorrerla” y corrió literalmente a palos al horroroso diablo.
  
La advocación, sin embargo, nació en Palermo, en 1306, luego de la aparición al sacerdote agustino Nicolás La Bruna, que estaba para morir de una enfermedad incurable. La Virgen le obtuvo la curación al monje, y le pidió difundir la noticia del milagro y hacerla invocar con el nombre de Madre del Socorro. Los padres agustinos difundieron esta advocación en Italia y otros países. 
  
Durante el Renacimiento, esta iconografía servía no sólo para enseñar la prontitud con que la Virgen socorre a los niños, sino también para desalentar la práctica del bautismo tardío. Incluso, durante la veintena fascista, la denominada “Madonna del Manganello” era difundida entre los círculos de fascistas.

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