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martes, 16 de noviembre de 2021

DÍA DIECISÉIS, EN HONOR A SANTA GERTRUDIS LA MAGNA

Compuesto por el Rev. P. Fr. José Francisco Valdés, e impreso en México por Mariano de Zúñiga y Ontiveros en 1801.
    
DÍA DIEZ Y SEIS CONSAGRADO AL CULTO Y VENERACIÓN DE LA GLORIOSA VIRGEN SANTA GERTRUDIS LA MAGNA
    
   
Por la señal ✠ de la Santa Cruz; de nuestros ✠ enemigos líbranos, Señor ✠ Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
   
ACTO DE CONTRICIÓN
Amorosísimo y misericordioso Dios Trino y Uno, Criador y Señor mío: por ser vos quien sois, y por los méritos de vuestra querida Hija, Madre y Esposa María santísima, en gracia concebida, y por los de vuestra escogida sierva Santa Gertrudis, os pido me deis un dolor verdadero de todos mis pecados, los que aborrezco solo por ser quien sois, y propongo no volver a cometerlos, para lo cual imploro vuestra divina gracia, y para vencer mis desordenadas pasiones, que con este auxilio, espero amaros perfectamente en esta vida, y gozaros eternamente en la otra. Amén.
     
ORACIÓN
Esclarecida virgen Santa Gertrudis, fina amante de Jesús, abogada especialísima de los que se hallaren el artículo de la muerte. Yo te escojo desde este día por mi singular patrona, para lograr por tu intercesión, una feliz y dichosa muerte: y prometo de todo, mi corazón no olvidarte en adelante: recíbeme bajo tu protección por uno de tus esclavos: introdúceme en la de tu más querida procuradora María santísima, y en el corazón deífico de Jesús: asísteme en todos mis pensamientos, palabras y obras: alcánzame un eficaz auxilio, para que así en este día como en todos los que me restan de vida, me emplee en servir a mi Dios, Trino y Uno, y a María santísima mi Madre y tuya, guardando los mandamientos de Dios y de la Santa iglesia, las obligaciones de mi estado y ejercicio, para que mediante tu patrocinio, merezca conseguir las promesas que te concedió tu santísimo Esposo, y después acompañarte en la eterna bienaventuranza. Amén. Cinco Padre nuestros y Ave Marías.
    
ORACIÓN
Gloriosísima, amantísima y benignísima patrona mía Santa Gertrudis, que mereciste de Jesús que eligiera tu corazón para morada y centro dichoso de sus amores, hermoseándote con aquella santidad y pureza que imitaste de los ángeles y santos: por todos ellos, por el amor de tu dulcísimo Jesús, y por la Concepción Inmaculada de María Virgen Purísima, imploro tu patrocinio, para que el Señor adorne mi alma con aquellas virtudes que son propias de mi estado: quiero con todas veras, corran de tu cuenta todas las obras de mi vida, dirigiéndolas al mayor agrado  de Dios, hasta lograr la feliz unión de mi voluntad con la suya, Asísteme a la hora de mi muerte, y defiéndeme del enemigo, para que merezca oír del supremo juez aquellas dulces palabras: Venid, benditos de mi Padre. Extiéndase el poder de tu intercesión al alivio de las almas del Purgatorio, al remedio de los que están en pecado mortal, al socorro de las necesidades de la Santa Iglesia, al amparo de mis prójimos, y de los fieles cristianos constituidos bajo la potestad de los sarracenos, los que te celebran en este día, a mis encomendados, y todos los que se acogen a tu patrocinio: experimente yo, piadosísima abogada mía, aquellas especiales gracias con que te prometió el Señor premiar él cordial afecto de tus devotos. Entraña en nuestros corazones un ardiente amor Dios, una singular devoción a María santísima, y tal horror a la culpa, que aun su sombra nos espante. Haz que considerando lo que vale la gracia, y lo que importa el salvarnos, merezcamos por tu medio conseguir el favor que te pido en este día,  si es para honra y gloria do Dios,  de su santísima Madre, y bien de  mi alma. Amén. Aquí se hace la petición.
   
CARTA DE ESCLAVITUD
Amabilísima, agraciada esposa de Jesucristo, una de las más unidas (después de su santísima Madre) a su Majestad, en cuyo corazón hallaba descanso contra las fatigas que le causaban los pecados de los hombres, pues le tuviste tan continuadamente dentro de él, y ahora le tienes más presente en la bienaventuranza. Ruego a su Majestad divina, que sea yo uno de tus dichosos esclavos: y con deseo de obligarte, digo, declaro y protesto, quo me doy, rindo y entrego voluntariamente por esclavo tuyo, para emplearme en tu servicio, como escogida. Señora mía, te prometo por jornal cotidiano, de rezar todos los días cinco Ave Marías en acción de gracias por los cinco beneficios que te concedió tu santísimo Esposo: por paga de mes, los ejercicios del día diez y seis, por censo del año, tu novena, y por los tres días de carnestolendas que tu celestial Esposo te entregó. Suplícote, amorosísima Santa mía, quieras admitirme en tu dichosa esclavitud, por la cual goce de Jesús, María, José, Joaquín y Ana, mis muy amados Señores, y me reciba la santísima Trinidad, después de una vida en gracia en su gloria. Amén.
     
Hecha en lo íntimo de mi corazón, a mayor gloria de Dios.
    
DEVOCIÓN COTIDIANA
Gracias hago, y alabanzas espendo de todo mi corazón todas mis fuerzas, a tu amantísimo Esposo, ¡oh bienaventurada esposa de Cristo, Gertrudis! Lo primero, porque su graciosa piedad te eligió ab ætérno, saludablemente ætérno. Lo segundo porque saludablemente a Sí te trajo. Lo tercero, porque familiarmente a Sí te unió. Lo cuarto, porque se dignó habitar alegremente, y tener en tu alma sus deleites. Lo quinto, porque quiso que felizmente acabases, y con eterna gloria premiarte. ¡Oh bienaventurada esposa de Cristo Santa Gertrudis! Por el suavísimo Corazón de tu Esposo y su sacratísima muerte, alcánzame un corazón humilde y divino amor, encendido, constante, casto, fiel, perseverante, y finalmente, una sosegada y santa muerte, para alabanza y gloria de tu amantísimo Esposo. Amén.
    
A quien rezare esta oración con cinco Padre nuestros y cinco Ave Marías gloriados, prometió Dios oírle, y ayudarle en la hora de la muerte.
   
En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.

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