Noticia tomada de GLORIA NEWS.
En las Vísperas que cierran la semana de oración por la unidad de los cristianos, Francisco Bergoglio pidió “dejar atrás ciertas cosas”.
Pidió a Dios por “la única manera de llegar a adorar a Dios en la misma casa, alrededor del mismo altar”. Y: “oh Señor, concédenos el valor de cambiar de rumbo”. Normalmente, el grupo del Concilio –porque no cree en el sacrificio de la Misa– evita el término “altar” y habla en cambio de “mensa” (= mesa).
Dado que ni los protestantes ni la Iglesia conciliar de Francisco Bergoglio creen en el sacrificio eucarístico y lo reemplazan con un púlpito parlanchín en el centro de sus liturgias, el deseo de Bergoglio podría hacerse realidad. A ello contribuye también el hecho de que la base del ecumenismo es la indiferencia y la tibieza religiosas.
Al final de las Vísperas, Francisco Bergoglio, el metropólita ortodoxo de origen griego Policarpo Stavropoulos de Italia y el arzobispón Gerard Ian Ernest del centro anglicano romano –que según la Apostólicæ Curæ (1896) de León XIII es un laico– “bendijeron” a los congregados.
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