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miércoles, 2 de febrero de 2022

NUESTRA SEÑORA DE SAN JUAN DE LOS LAGOS


Llegó a México esta imagen, gracias a los frailes franciscanos (particularmente fray Antonio de Segovia y fray Juan de Bolonia), que evangelizaron lo que entonces se llamaba Nueva Galicia (actuales estados de Jalisco, Nayarit, Colima, Aguascalientes y Zacatecas).
  
Hacia Diciembre de 1623 ocurrió un milagro que sacó del olvido a la imagen: En un acto peligroso que una familia de titiriteros que iban de paso desde San Luis Potosí hasta Guadalajara realizaba en mitad de la plaza de San Juan de los Lagos (anteriormente llamado San Juan Bautista de Mezquititlán​/‘Lugar de mezquites’), la hija menor (de seis o siete años) murió al caer sobre filosas espadas. La consternación de los padres fue enorme y la población también sintió mucha lástima por ellos, y llamaron por el cura de Jolostotitlán Bachiller D. Diego de Camarena, para los oficios fúnebres. Una indígena de 78 años llamada Ana Lucía, esposa del sacristán Pedro Andrés y que tenía honda devoción a la imagen de la Virgen que se hallaba en la sacristía de la capilla del hospital (donde permaneció por 80 años), llevó la estatuilla hasta los brazos de la muerta. Al cabo de unos momentos, en que todos suplicaban el favor de la Santísima Virgen, la joven volvió a la vida, sin más señales que la cicatriz en el lugar donde entró la espada en su cuerpo. Para conmemorar tal suceso, la familia de titiriteros quiso reparar la imagen que se encontraba muy deteriorada. La llevaron a la ciudad de Guadalajara y allí un joven misterioso se les presentó y restauró la imagen y desapareció en seguida.
  
Con tales sucesos, la devoción popular se incrementó. Se edificaron varias capillas con su nombre; pero pronto fueron insuficientes para recibir la corriente de peregrinos que acudía a honrar a la Madre de Dios. El 8 de Diciembre de 1666, en atención a la concurrencia de visitantes, el obispo de Guadalajara Francisco Verdín de Molina instituyó oficialmente la fiesta. Treinta y siete años se tardó en construir el actual santuario (que fue erigido en colegiata en 1923, y basílica menor el 1 de Mayo de 1947), que se bendijo el 30 de Noviembre de 1769 se bendijo y destinó al culto. El rey Carlos IV de Borbón autorizó en 1797 una feria anual de peregrinación para celebrar su instalación en el santuario. Originalmente, el Cura Hidalgo y sus adláteres planearon dar inicio a la Guerra de Independencia el 10 de Octubre de 1810 en San Juan de los Lagos, pero al descubrirse la conspiración el 12 de Septiembre por la denuncia del empleado de Correos José Mariano Galván y la confesión del capitán Joaquín Arias al corregidor, se adelantó al 16 de Septiembre en el pueblo de Dolores, Guanajuato.
  
La imagen, hecha en caña de maíz hacia 1529 por artesanos de la región de Pátzcuaro, Michoacán (por lo que se considera hermana de las imágenes de la Virgen de la Expectación de Zapopan, la Virgen del Espíritu Santo de Juchipila y la Virgen del Rosario de Talpa), tiene 27 centímetros de altura y representa a María en el misterio de su Concepción Inmaculada. La imagen fue coronada canónicamente por el arzobispo de Guadalajara José de Jesús Ortiz y Rodríguez el 14 de Agosto de 1904, en nombre del Papa San Pío IX. La corona, de estilo bizantino y en oro de 18 quilates, fue encargada al Instituto Pontificio de Artes Cristianas de los Hermanos Benzinger en Nueva York, junto con los ángeles portadores de la filacteria en plata dorada con la inscripción «Mater Inmaculáta, Ora pro nobis».
  
San Juan de los Lagos fue la cuna de la Guerra Cristera. El Padre Joaquín Cardoso SJ, en su libro de 1953 “El Martirologio Católico de Nuestros días – Los Mártires Mexicanos”, refiere que el 7 de Noviembre de 1926, un niño de siete años llamado José Natividad Herrera y Delgado, que jugaba canicas en la plaza del pueblo luego de una manifestación contra las medidas antireligiosas del masón y protector de sectas Francisco Plutarco Elías-Calles Campuzano, tenía un sombrero de petate al que le puso una cinta con el lema «¡Viva Cristo Rey!». Al ser requerido por el jefe de una cuadrilla gobiernista (que tenía la espinita de no haber contrarrestado la manifestación, sino que salieron huyendo) para que se quitara el sombrero, el niño se negó, aun cuando cobardemente su padre le insistía en ello, y el militar le asesinó a balazos. La población indignada ajustició al asesino, pasando la manifestación pacífica a un alzamiento militar, que durante tres años puso en jaque al gobierno. La imagen de la Virgen fue escondida durante nueve meses en una casa piadosa.
   
En Estados Unidos, particularmente en San Juan del Valle, Texas, esta advocación es conocida como Nuestra Señora de San Juan del Valle, donde una réplica de la imagen se estableció por el padre José María Azpiazu Guridi OMI en 1949 para su culto por los migrantes mexicanos. En el poblado de Talpa, Nuevo México, existe una capilla en su honor erigida en 1828.

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