Traducción de los comentarios de los Padres de TRADITIO.
En las aulas del Anticoncilio Vaticano II, Ratzinger (que NUNCA fue “tradicionalista”) fue líder en el Anticoncilio y escribió algunos de sus textos más heréticos.
Ahora Ratzinger a sus 95 años, ¿es un ex-antipapa desacreditado que ha sido innegablemente atrapado en escándalos de pedofilia durante la duración de su mandato en la Iglesia Conciliar?
Uno se pregunta por qué Josef Ratzinger llegó a ser sacerdote. Parecía muy feliz enseñando filosofía en las universidades de Bonn y Tubinga en Alemania. Pero aparentemente tenía ambiciones de convertirse en un “gran hombre” en lo que se convirtió en la Nueva Iglesia del Nuevo Orden, fundada jurídicamente en 1964 en el Anticoncilio Vaticano II, fuertemente influenciada por la filosofía modernista herética de Ratzinger, para reemplazar a la Iglesia Católica como la “iglesia institucional”. Al igual que con muchos otros clérigos, su ambición se apoderó de él.
Se convirtió durante cinco años (1977-1982) en el arzobispón de Múnich antes de ser llevado a la Roma Modernista por el non sancto antipapa Juan Pablo II Wojtyła. Ahora está quedando claro por qué eso pudo haber sucedido. El arzobispón Ratzinger se involucró en escándalos sexuales en su nuevo arzobispado, encubriendo los crímenes de pedofilia de sus presbíteros y permitiendo que criminales notorios fueran nombrados párrocos en Múnich, siendo Peter Hullermann uno de ellos.
Según el adagio latino Promoveátur ut removeátur, Ratzinger no fue destituido por Wojtyła, sino ascendido a Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe [del Nuevo Orden] en 1981. Wojtyła, el 1.º Antipapa Pedófilo, fue un notorio mal juez de personaje. Dio su imprimátur a todo pulmón al “padre” Marcial Maciel, fundador de la Legión de Cristo, quien fue expuesto como un maníaco criminal sexual, que violaba y sodomizaba a niños y niñas, hombres y mujeres, con igual abandono.
Finalmente, Wojtyła delegó la responsabilidad principal de manejar los delitos sexuales contra menores por parte de los presbíteros, obispones y cardenales conciliares a Ratzinger, quien dejó libres a decenas de miles de clérigos criminales de la Iglesia Conciliar y encubrió sus delitos. Cuando Ratzinger se convirtió en Antipapa en 2005, continuó el Gran Holocausto Sexual y de Malversación conciliar como el 2.º Antipapa Pedófilo [Parte de la información para este Comentario proviene de The Tablet del Reino Unido].
Católicos tradicionales, Ratzinger tiene ahora casi 95 años cuando los crímenes y su encubrimiento en su arzobispado han salido a la luz en un informe devastador publicado el 20 de Enero de 2022. Los cargos fueron admitidos esencialmente por Ratzinger el 6 de Febrero de 2022 en una carta:
Ciudad del Vaticano, 6 de febrero de 2022
Queridas hermanas y queridos hermanos:
Tras la presentación del informe sobre los abusos en la archidiócesis de Múnich y Frisinga el 20 de Enero de 2022, quisiera dirigiros a todos vosotros unas palabras personales. En efecto, aunque fui arzobispo de Múnich y Frisinga menos de cinco años, sigo teniendo un profundo sentimiento de pertenencia a la arquidiócesis de Múnich como mi patria.
En primer lugar, me gustaría expresar unas palabras de sincero agradecimiento. En estos días de examen de conciencia y reflexión he experimentado tanto apoyo, tanta amistad y tantas muestras de confianza como no hubiera imaginado. Quisiera agradecer especialmente al pequeño grupo de amigos que redactó, con abnegación, mi memorial de 82 páginas para el bufete de abogados de Múnich, que no podría haber escrito solo. Además de las respuestas a las preguntas que me planteó el bufete, también se añadían la lectura y el análisis de casi 8.000 páginas de documentos en formato digital. Estos colaboradores me ayudaron después a estudiar y analizar el informe pericial de casi 2.000 páginas. El resultado se publicará más adelante, como suplemento a esta carta.
En la gigantesca tarea de aquellos días ―la redacción del pronunciamiento― se produjo un error en cuanto a mi participación a la reunión del Ordinariato del 15 de Enero de 1980. Este error, que lamentablemente se produjo, no fue intencionado y espero que sea disculpado. Decidí, en su momento, que el arzobispo Gänswein lo hiciera presente en el comunicado de prensa del 24 de Enero de 2022. Esto no disminuye en absoluto el cuidado y la dedicación que era y sigue siendo un imperativo evidente para esos amigos. Me afectó profundamente que el descuido se utilizara para dudar de mi veracidad, y presentarme incluso como mentiroso. Pero me han conmovido aún más las numerosas expresiones de confianza, los cordiales testimonios y las conmovedoras cartas de aliento que he recibido de tantas personas. Estoy especialmente agradecido alPapaFrancisco por la confianza, el apoyo y las oraciones que me ha manifestado personalmente. Por último, quisiera agradecer a la pequeña familia del Monasterio “Mater Ecclesiae”, cuya co unión de vida en los momentos felices y en los difíciles me da esa solidez interior que me sostiene.
A las palabras de agradecimiento es necesario que siga ahora una confesión. Cada vez me llama más la atención que, día tras día, la Iglesia ponga al principio de la celebración de la Santa Misa ―en la que el Señor nos entrega su palabra y a sí mismo― la confesión de nuestras culpas y la petición de perdón. Rogamos públicamente al Dios vivo que perdone nuestra culpa, nuestra grande, grandísima, culpa. Está claro que la palabra “grandísima” no se aplica de la misma manera a cada día, a cada día en particular. Pero cada día me interpela si también hoy no deba hablar de grandísima culpa. Y me dice de forma consoladora que por muy grande que hoy sea mi culpa, el Señor me perdona, si me dejo examinar sinceramente por él y si estoy realmente dispuesto al cambio de mí mismo.
En todos mis encuentros con víctimas de abusos sexuales por parte de sacerdotes, especialmente durante mis numerosos viajes apostólicos, he percibido en sus ojos las consecuencias de una grandísima culpa y he aprendido a entender que nosotros mismos caemos dentro de esta grandísima culpa cuando la descuidamos o cuando no la afrontamos con la necesaria decisión y responsabilidad, como ha sucedido y sucede demasiadas veces. Como en aquellos encuentros, hoy nuevamente puedo sólo expresar a todas las víctimas de abusos sexuales mi profunda vergüenza, mi gran dolor y mi sincera petición de perdón. Ya que he tenido importantes responsabilidades en la Iglesia Católica, mayor es mi dolor por los abusos y errores que se han producido durante el tiempo de mi misión en los respectivos lugares. Cada caso de abuso sexual es terrible e irreparable. Me siento consternado por cada uno de ellos en particular, y a las víctimas de esos abusos quisiera hacerles llegar mi más profunda compasión. Comprendo cada vez más la repugnacia y el miedo que Cristo experimentó en el Monte de los Olivos cuando vio todas las cosas terribles que debía superar interiormente. El hecho de que los discípulos estuvieran dormidos en ese momento representa, por desgracia, una situación que se repite incluso hoy y por la que también me siento interpelado. Por eso, sólo puedo elevar mis oraciones al Señor y suplicar a todos los ángeles y a los santos, y a vosotros, queridas hermanas y queridos hermanos, que intercedáis por mí ante Dios, nuestro Señor.
Muy pronto me presentaré ante al juez definitivo de mi vida. Aunque pueda tener muchos motivos de temor y miedo cuando miro hacia atrás en mi larga vida, me siento sin embargo feliz porque creo firmemente que el Señor no sólo es el juez justo, sino también el amigo y el hermano que ya padeció Él mismo mis deficiencias y por eso, como juez, es también mi abogado (Paráclito). En vista de la hora del juicio, la gracia de ser cristiano se hace evidente para mí. Ser cristiano me da el conocimiento y, más aún, la amistad con el juez de mi vida y me permite atravesar con confianza la oscura puerta de la muerte. A este respecto, recuerdo constantemente lo que dice Juan al principio del Apocalipsis: ve al Hijo del Hombre en toda su grandeza y cae a sus pies como muerto. Pero el Señor, poniendo su mano derecha sobre él, le dice: «No temas: Soy yo…». (cf. Ap 1,12-17).
Queridos amigos, con estos sentimientos os bendigo a todos.
Benedicto XVI.
Queda para que los investigadores documenten los crímenes y encubrimientos aún mayores que ocurrieron bajo el prefecto Ratzinger y el antipapa Benedicto XVI Ratzinger. Es probable que cuando se haga eso, la reputación de Ratzinger se evaporará, junto con la mendaz propaganda de los conciliares neoconservadores que este hereje siempre modernista fue un “tradicionalista”.
Tanto los tribunales de Italia y el Vaticano están liberando a los chivos expiatorios bergoglianos, y oyendo evidencia contra el mismo Bergoglio como la mente maestra detrás de la gran malversación.
Para decir menos, las cosas no le están saliendo bien a Francisco Bergoglio en sus esfuerzos de desviar de sí la la responsabilidad por la desviación de 500 millones de dólares estadounidenses de fondos de su falsa caridad conciliar del Óbolo de San Pedro. Inclusive sus propios tribunales vaticanos están desestimando las acusaciones contra muchos de los chivos expiatorios de Bergoglio. En una vista previa en un tribunal italiano, los jueces oyeron a uno de los principales chivos expiatorios, el financista Gianluigi Torzi, y del representante de Bergoglio e hicieron un hallazgo que el tribunal le creyera al chivo expiatorio y no a Bergoglio.
El 2 de Febrero de 2022, el Tribunal de Revisión italiano anuló definitivamente la orden de arresto contra Torzi porque Torzi fue privado de su derecho legal a la defensa. Esta decisión es un gran golpe para Bergoglio. Torzi puede permanecer en Londres y no enfrentar al tribunal canguro bergogliano en el Vaticano [Parte de la información para este Comentario proviene de Associated Press].
Católicos tradicionales, los mismos conciliares están investigando lo que ha hecho el Antipapa “malversador” Francisco Bergoglio con los fondos que ellos pensaban iban a contribir a los propósitos caritativos para el fondo bergogliano del Óbolo de San Pedro. Mientras, a corte de 2021 el Vaticano informó que las contribuciones a la “caridad” estafa bajaron en más de un 50%. Bergoglio está crecientemente encajonado, y su propia popularidad personal continúa declinando.
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