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miércoles, 25 de mayo de 2022

¿UNA GUERRA CIVIL BENEPAPISTA?

Traducción del artículo publicado por Steven O’Reilly para ROMA LOCUTA EST.
   
22 de Mayo de 2022 (Steven O’Reilly) – Ha habido un desarrollo interesante y reciente en el mundo de los que arguyen “Benedicto (aún) es papa” o BeP [1]. Llegaré a este desarrollo en un momento. Los lectores de este blog son bien conscientes que nosotros aquí en Roma Locuta Est rechazamos el Benepapismo, y hemos compilado varios artículos argumentando contra esto, incluyendo la Summa Contra BeP y la serie recientemente actualizada El caso contra los que afirman que Benedicto (aún) es papa.
   
Ahora, con respecto al desarrollo interesante, los que siguen la controversia benepapista son, ciertamente, sabedores que hay dos ramas generales del benepapismo.
   
La primera es la que podemos llamar aquí “Benepapismo barnhardtiano”, el cual afirma que la renuncia de Benedicto XVI fue inválida debido al hecho que él sostenía opiniones erróneas del oficio papal, por ejemplo, que puede ser bifurcado, etc. Los “Barnhardtianos” arguyen que las posturas erróneas de Benedicto llevaron a un “error substancial” (cf. Canon 188) en su acto de renuncia en la Declaratio, invalidándola. Los “barnhardtianos” incluyen a los fundadores de este movimiento, la Sra. Ann Barnhardt, el Sr. Mark Docherty (www.NonVeniPacem.com), y el recién llegado a la fiesta Dr. Edmund Mazza (NB: Roma Locuta Est ha publicado recientes refutacione de las distintas y siempre evolucionantes vistas del doctor Mazza sobbre el benepapismo. Ver: Una mirada más de cerca a la evidencia del Sr. Coffin: La tesis 3.0 del Dr. Mazza; y para una versión previa de la teoría del Dr. Mazza: La Summa Contra Dr. Mazza).
   
La segunda rana del benepapismo es la que llamaremos aquí “Benepapismo cionciano”, por el periodista italiano Andrea Cionci. Los “cioncianos” arguyen que Benedicto esencialmente saboteó intencionalmente su renuncia a fin de hacerla inválida —todo para luchar contra la Iglesia modernista, etc. Los líderes ‘cioncianos incluyen al Sr. Andrea Cionci, la Sra. Estefanía Acosta, y Fray Alexis Bugnolo… y ahora aparece, recién llegado al partido, el Sr. Patrick Coffin.
   
Si bien cada uno de los grupos benepapistas han llegado a la misma, aunque errónea, conclusión que “Benedicto aún es papa”, las dos teorías son mutuamente excluyentes sobre la cuestión clave de la intención de Benedicto con respecto a la renuncia. Por algún tiempo, los dos lados habían coexistido pacíficamente uno al lado del otro. Este ha sido el caso aun cuando las posiciones de las lumbreras de cada lado desarrollaron más sus respectivas teorías en los últimos años. Todavía, mientras las posturas de los “líderes pensantes” de cada bando se han endurecido, el creyente benepapista raso parece ser menos dogmático frente a las teorías competidoras que las personalidades benepapistas cuyos blogs, libros, videos y podcasts siguen. De hecho, los creyentes benepapistas parecen abiertos a cualquier argumento, y pueden incluso arguir uno o ambas en la misma ocasión. como si cubrieran sus apuestas.
   
Sin embargo, parece que este período de coexistencia pacífica entre los ‘banhardtianos’ y los ‘cioncianos’ puede estar cerca a su final, hay signos de estar emergiendo una Guerra civil benepapista. La primera salva fue disparada por Andrea Cionci quien en una carta abierta a la Sra. Barnhardt y al Dr. Mazza –publicada en el sitio de Patrick Coffin– presentó el caso de su teoría contra el benepapismo barnhardtiano (ver la carta de Cionci, titulada en el sitio de Coffin como “Andrea Cionci responde a Ann Barnhardt y el Dr. Ed Mazza sobre Error substancial vs. El Código Ratzinger”).
   
El pistoletazo de apertura del Sr. Cionci recibió un contrafuego del Sr. Mark Docherty del sitio NonVeniPacem en un artículo titulado “Cuatro preguntas para la multitud BeP que sostiene que Benedicto sabía lo que estaba haciendo, lo hizo a propósito y sigue siendo el único verdadero papa con pleno conocimiento”. Aunque discrepo totalmente con las creencias benepapistas del Sr. Docherty, puedo concordar con varios puntos que hizo contra la teoría del Sr. Cionci que son paralelos a algunos de los puntos que señalé antes.
   
Por ejemplo, previamente yo sostuve que la teoría de Cionci haría efectivamente a Benedicto en un monstruo que creó una situación en la cual millones de católicos han seguido un antipapa por años, algunos a la perdición. La teoría del Sr. Cionci carece de sentido común y lógica. ¿Cómo puede pretendiendo no ser papa ser un curso de acción más sabio y más preferible que quedarse actualmente como el papa visible y activo? ¿Cómo puede uno hacer más bien por la grey del Señor pretendiendo no ser su pastor en vez de ser ese pastor y hacer precisamente lo que el Señor mandó, ‘apacentar’ y ‘alimentar’ el rebaño (cf. Juan 21, 15-17)? Ver mis argumentos completos contra la tesis del “Plan B” de Cionci (ver El Plan “B” de Benedicto del espacio exterior y El plan B de Benedicto del espacio exterior – La secuela). También, había señalado previamente el aparente gnosticismo del “Código Ratzinger” de Cionci (ver Respecto al “Código Ratzinger”).
    
Aunque los artículos de Cionci y Docherty tienen un tono respetuoso hacia el otro, las diferencias fundamentales entre las dos teorías competidoras no pueden ser ignoradas. Probablemente uno esperaría una serie de artículos para ser lanzados entre cada bando [NB: Actualizado el 5/23/2022. Ann Barnhardt republicó el artículo del Sr. Docherty, introduciéndolo con algunos comentarios de su autoría (ver aquí). En este punto, es probablemente garantizada la respuesta del Sr. Cionci]. Mientras esto una vez parecía suficiente entre los benepapistas coincidir en que “Benedicto (aún) es papa”, parece que este ya no sea más el caso. Las mecánicas de por qué “Benedicto (aún) es papa” parecen estar tomando una mayor importancia, al menos entre algunos de los líderes del movimiento.
   
Por qué esta cuestión surgiría ahora es algo interesante. Parte de la explicación puede yacer en la revelación del Sr. Cionci en su artículo que pronto estará publicando un “libro investigativo de 340 páginas titulado el “Código Ratzinger””. Sin embargo, que ese desacuerdo pueda emerger ahora puede también deberse al hecho que Benedicto se ha hecho cada vez más frágil, y que hay rumores que Francisco tiene mala salud.
   
Así, puede haber una conclusión naciente entre los benepapistas que su mensaje debe pronto hacerse más inteligible y más fino de lo que es para tener éxito con una audiencia católica más grande si su causa quiere sobrevivir, y prevalecer siguiendo la previsiblemente partida relativamente inminente de Benedicto o de Francisco.
    
Esto es, los benepapistas no pueden esperar ser tomados en serio si el argumento público es “Benedicto aún es papa porque, o es un genio estratégico, o un tonto teológico”. Así, quizá sea inevitable que pueda llegar una guerra civil benepapista para decidir la cuestión de una vez por todas, y si es así, los ‘cioncianos’ abrieron fuego.
   
Pensamientos finales 
Aunque pueda ser divertido preparar las palomitas de maíz [crispetas, cotufas, pororós, rosetas, etc., N. del T.] y ver a los benepapistas ir ahora uno contra el otro, los líderes benepapistas pueden haber mejor servido a sus seguidores si hubieran puesto más esfuerzo en tratar de resolver algunas de las cuestiones que los dejan perplejos. Como sostuve en Una sugerencia para los beneplenistas antes que sea demasiado tarde, los principales benepapistas pudieron haber acordado conjuntamente una lista de 5-10 preguntas simples para enviarle a Benedicto que pudiera resolver sus dudas, de una forma o de otra. Habían formas de llevárselas a él.
   
En cambio, como mencioné antes, estas lumbreras de la teoría BeP están haciendo declaraciones absolutas como ‘definitivamente Benedicto aún es papa’, y que ‘definitivamente Francisco es un antipapa’. Algunos han lanzado una petición para que los católicos la firmaran (ver aquí), en la cual los peticionantes declaran que ellos “permanecen fieles al Papa Benedicto XVI”. Increíblemente, su petición, entre otras cosas, ¡declara que cualquier futuro cónclave realizado bajo ciertas condiciones contrarias a las especificadas por ellos sería inválido! Las condiciones invalidantes especificadas son dichas para incluir cualquer cónclave realizado mientras Benedicto siga vivo, cualquer cónclave con la participación de cardenales nombrados por Jorge Bergoglio, o cualquier cónclave realizado bajo las provisiones creadas por Jorge Bergoglio.
   
Decir que esto es imprudente sería una grosera hipérbole. Es una gran necedad. Uno puede fácilmente ver que el potencial para el cisma es muy real. Uno solo puede esperar que alguno entre las luminarias en el movimiento BeP pueda arrastrar a alguno de sus colegas del borde del abismo que se abre ante ellos, y al cual ellos, como tantos flautistas de Hamelin, están conduciendo a otros. Algunos benepapistas prominentes están arrinconándose o mejor, emparedándose en un rincón; uno de donde ellos y sus seguidores pueden hallar difícil salir.
   
Como un recurso para los interesados en argumentos contra los benepapistas, por favor mirar en El Caso contra los que afirman que Benedicto (aún) es papa. Esta serie de artículos revisa los argumentos de los distintos benepapistas mencionados en este artículo.
  
Steven O’Reilly es graduado de la Universidad de Dallas y del Instituto Tecnológico de Georgia. Ex-funcionario de inteligencia, él y su esposa Margaret viven cerca de Atlanta con su familia. Él ha escrito artículos de apologética y es autor del Libro I de la trilogía Pia Fidélis, Los dos Reinos (Seguirlo en Twitter en @fidelispia para actualizaciones). Él pide vuestras oraciones por sus intenciones. Puede ser contactado en StevenOReilly@AOL.com  o StevenOReilly@ProtonMail.com (o seguirlo en Twitter: @S_OReilly_USA o en Parler o Gab: @StevenOReilly). 
   
NOTA
[1] Aunque yo acuñé el acrónimo “BeP” en 2017 (ver https://romalocutaest.com/2017/09/14/benedict-is-still-not-pope/), al menos un prominente benepapista pensó que había planeado el término como un peyorativo, incluso cuando es literalmente un acrónimo para la teoría “Benedicto es papa”. Si bien uso ocasionalmente BeP, he optado crecientemente en los últimos meses por el término “Benepapista” o “Benepapismo”, que me parecen ser ambos más adecuados y descriptivos que otros términos en uso, tales como “Beneplenista” o “Benevacantista”.

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