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domingo, 15 de enero de 2023

DEL HALLAZGO DE LAS RELIQUIAS DE LOS SANTOS APÓSTOLES FELIPE Y SANTIAGO EL MENOR

Traducción del artículo publicado en RADIO SPADA.
  

Algunos documentos sobre el descubrimiento de las reliquias de los Santos Apóstoles Felipe y Santiago ocurrido en Roma en la Basílica de los Santos Apóstoles en 1873.

DESCUBRIMIENTO DE LOS CUERPOS DE LOS
 SANTOS APÓSTOLES FELIPE Y SANTIAGO

1.º Carta del Rvmo. P. Fray Juan Antonio Bonelli de los Frailes Menores Conventuales, Párroco de la Basílica de los Santos XII Apóstoles, dirigida a varios periódicos católicos.
Sr. Director,
  
He aquí una noticia felicísima, la cual ciertamente alegrará grandemente al mundo cristiano. La Basílica de los Santos XII Apóstoles de Roma está dedicada en modo especial a los dos Apóstoles Felipe y Santiago el Menor, porque en ella reposan, tal vez desde el siglo V, sus sagrados Cuerpos, como se recita en el Breviario Romano. Pero no se sabía dónde estaban estos precisamente: incluso era tradición que fueron escondidos en forma que nadie los pudiese encontrar. Pero un manuscrito antiguo encontrado hace pocos meses en el Archivo de nuestro Convento indicaba que bajo el altar mayor existía el sepulcro de estos dos Santos Apóstoles. Ahora en la restauración general de la Basílica, debiendo ser puesto más elevado el altar mayor, se le ha debido remover pieza por pieza; y así sin tanto rumor, hacer la búsqueda de los sagrados Cuerpos. De hecho, removido enteramente el altar con sus largas gradas y predela, ayer en la mañana (15 del corriente) se demolió el fuerte y largo muro interior cuando hacia las 10 horas antemeridianas se descubrió precisamente en línea recta bajo la mesa y la predela, en la profundidad de la superficie del pavimento del presbiterio, dos grandes lápidas juntas conexas de bellísimo mármol frigio, con una cruz equilátera sobre ellas que las abraza hasta sus cuatro extremos, bellamente esculpida en relieve. Removida de ellas la que estaba bajo la predela, se encontró un vano rodeado de gruesos muros grises pero vacío. Removida después la piedra divisoria precisamente bajo la mesa del altar, apareció otro vano rodeado rodeado por todas partes de bellas piedras de mármol frigio y allí una caja de madera (haya) en gran parte fragmentada dentro de la cual se encerraban los huesos junto con las cenizas de los dos Santos Apóstoles Felipe y Santiago el menor. Pero al remover aquellos santos huesos, hacia las 4 horas posmeridianas, para reponerlos en una nueva caja, la Comisión de Arqueología Sacra se da cuenta que precisamente en medio del plano del nicho existe un foro circular el cual conduce a un segundo nicho circunstante revestido del mismo mármol frigio dentro del cual hay fragmentos de huesos, cenizas y esponjas impregnadas de sangre. Y esta segunda operación fue hecha esta mañana (16 corr.) por la misma Comisión de Arqueología Sacra. Hecho legalmente el registro de todas las cosas y suscrito por muchos presentes, las nuevas cápsulas fueron cerradas y selladas, algunas ayer por la tarde después del Ave María, otras hoy con grande piedad y conmoción de los presentes, fueron repuestas en la custodia de las sagradas reliquias de la Basílica. Entre la tarde y noche de ayer, inmediatamente el Rvmo. P. General y yo fuimos a dar la fausta noticia al Santo Padre, el cual al oír la detallada narrración, no hay palabras para decir cómo se alegró y bendijo al Señor. Y en su inagotable caridad y munificencia nos puso en mano (no solicitado) un tercer ofrecimiento de cien napoleones de oro [dos mil liras italianas, 15.000 reales de vellón españoles, N. del T.], diciendo graciosamente que era algo de encalado para reconstruir la sagrada urna a los Santos Apóstoles. Para colocar más dignamente las sagradas cenizas de estos dos glorioros Apóstoles ya se ha edificado un Sacro Hipogeo en cuya construcción se descubrieron los vestigios del pavimento, de las bases y de las construcciones de la antiquísima basílica primitiva, cuyos restos permanecerán siempre visibles. Pero la crudeza de los tiempos corrientes han obligado a los Padres Conventuales de los Santos XII Apóstoles, a quienes confiando solo en el Señor han emprendido tan gigantesca restauración, a aplazar más que seis meses a tal labor como si convendría a dar cumplimiento a este insigne monumento sagrado de la Roma cristiana, por deficiencia absoluta de medios pecuniaros. Sería por eso una obra no solo cristiana y piadosa, sino también provechosa para el arte, si algún alma gentil se moviese a concurrir con su liberalidad para proseguir la actual restauración en curso.
   
Roma, en el Convento de los Ss. XII Apóstoles, el 16 de Enero de 1873.
  
2.º Decreto del Emmo. Cardenal Constantino Patrizi-Naro, Vicario del Sumo Pontífice.
CONSTANTINO, por la divina misericordia Obsipo de Ostia y Velletri, de la S. R. I. Cardenal Patrizi, Decano del Sagrado Colegio, etc.

La Sacrosanta Basílica de los Santos XII Apóstoles, fundada en el medio de Roma, como se considera, desde el tiempo de Constantino el Grande; comenzada desde sus cimientos por Pelagio I en más amplia forma, y terminada por el Papa Juan III, y por él consagrada a Dios y en honor de sus doce Apóstoles, principalmente sin embargo, a Felipe y Santiago el Menor, el primer día de Mayo hacia el año del Señor 560; además de muchísimas insignes Reliquias de Santos, se gloriaba de poseer asimismo los sagrados cuerpos de los mencionados Apóstoles Felipe y Santiago el Menor puestos bajo el altar mayor. Y en verdad, cuantas veces esta basílica viniese restaurdada por muchos Sumos Pontífices después de los incendios, daños y ruinas acaecidos, y finalmente, bajo el Papa Clemente XI, y Benedicto XIII, el cual la consagró, reconstruida desde sus cimientos con arte y majestad del todo admirable por los Hermanos Menores Conventuales de San Francisco; permanecía aun así perenne y constante la tradición, confirmada por el consenso de los escritores, como también por una antigua inscripción en mármol existente hasta ahora en el pórtico de la misma Basílica, que los sagrados despojos de los Apóstoles Felipe y Santiago el Menor reposan bajo el altar mayor de la laudada Basílica.
  
En estos días pues, no sin consejo de la Divina Providencia, sucedió que en la restauración, la cual por obra y piedad de los mencionados Frailes Menores Conventuales se están haciendo en la Basílica, decorándola con nuevas pinturas y dorados tanto en las paredes como en la amplia bóveda, y de mármol por todo el pavimento, como también por un nuevo sagrado Hipogeo, a fin de conservar con mayor decoro las Reliquias de los Santos; salió a la luz aquel sagrado tesoro de los Cuerpos de los Santos Apóstoles Felipe y Santiago el Menor.
  
Sucedió que el día 15 de Enero del año corriente, removido el altar mayor para reponerlo más alto y con mayor esplendor, roto el solidísimo muro, este fue descubierto directamente bajo la Mesa del Altar en el interior de los nichos, todo revestido de losas bellísimas de mármol frigio, obra de construcción datada del siglo VI, en el cual, según la tradición antigua y recibida, reposaban los sagrados restos de los dos Apóstoles.
  
Vino después ejecutada una larga y precisa inspección, como requería tal acontecimiento, por peritos en medicina, y al mismo tiempo examinadas por ellos las sagradas Reliquias, las cuales se consideraba perteneciesen a San Santiago el Menor, con la sagrada Cabeza del mismo Apóstol, que escustodiada y venerada en la iglesia Catedral de Ancona: como ahora, hecho muchas veces en nuestra presencia serio y maduro examen por aquellos que son miembros de la Comisión de Arqueología Sacra, presentes los señores Cardinales de la S. R. I. Antonio Maria Panebianco, sacerdote del título de la Basílica, y Antonino Deluca Protector de la Orden de los Menores Conventuales;  y oído nuestro Promotor fiscal; nada de más dichoso podía sucedernos como pronunciar y declarar, tanto para gloria de Dios Omnipotente, y para veneración de sus Santos, con nuestra autoridad ordinaria pronunciamos y declaramos:
  
Consta en verdad que los Cuerpos descubiertos bajo el Altar Mayor de la Basílica de los Santos Doce Apóstoles de Roma; y estos, bajo la constante tradición, deben considerarse como los Cuerpos de los Santos Apóstoles Felipe y Santiago el Menor, Primo hermano del Señor: y como tal deben venerarse por todos los fieles, como es justo.

Queremos por otra parte que estas preciosas prendas de la Iglesia Católica sean guardadas dentro de una urna de mármol y dispuestos en el Hipogeo recientemente construido directamente bajo el dicho Altar Mayor, en presencia de nuestro Promotor fiscal y Notario actuario, para el culto y veneración siempre mayor de los fieles.
 
Queremos asimismo que hecho un ejemplar en pergamino de este decreto, con la firma del Notario, en cuyas actas es conservado el proceso de reconocimiento de los sagrados cuerpos de Felipe y Santiago el Menor, sea colocado en la mencionada urna marmórea.
  
Así pronuniciamos y mandamos no solo en esto, sino también en cualquie otro modo mejor. En fe de esto, etc.
  
Dado en nuestra Residencia el día 19 de Abril del año del Señor 1873. Indicción Romana I, y año XXVII del Pontificado del Santísimo Padre y Señor Nuestro en Cristo PÍO, por la Divina Providencia Papa IX.
  
3.º Listado de las reliquias y de los objetos hallados en el nicho bajo el Altar mayor de la basílica de los Santos XII Apóstoles, en la cual se guardaban los cuerpos de los dos Apóstoles.

I. En dos grandes vasos de cristal están las cenizas y huesos en fragmentos de los Santos Apóstoles Felipe y Santiago el Menor.
II. En un vaso de cristal está una escápula, un fémur, diversas piezas de cráneo, costillas, y otros huesos más insignes y enteros del mismo San Felipe Apóstol.
III. En otro vaso de cristal hay un velo con muchos fragmentos de hueso, hallado separadamente de los sagrados cuerpos bajo la losa que cubría el nicho inferior.
IV. En otro vaso están los fragmentos de la urna de madera, al cual están adheridas muchas sagradas cenizas, pertenecientes a los sagrados cuerpos.
V. Bajo una campana oval de cristal hay cuatro dientes molares de San Felipe, y uno de San Santiago el menor.
VI. Bajo otra campana circular de cristal hay una fibia, o hebilla de hierro, hallada entre las santas Reliquias, ahderida a un jirón de vestido, reconocido por los arqueólogos ser obra de los tiempos apostólicos. Todos estos objetos están encerrados dentro de una urna toda hecha de finísimos cristales.
VII. En un Tabernáculo de cristal está el Colobio (camisa sin mangas) color púrpura, con la sangre y fragmentos de hueso de los Santos Apóstoles, hallados en una bolsa de plata, obra del siglo VI.
VIII. In un Tabernacolo di cristallo vi sono delle vestimenta , ritrovate frammezzo le sacre ceneri.
IX. Bajo una campana rotonda de cristal hay un vasito de plata (Balsamario) obra del siglo VI, con bálsamo de nardo molido de fuerte fragancia, la cual se siente exhalar también por las santas Reliquias. Hay asimismo diez monedas de aleación metálica, pertenecientes a los siglos XIII y XIV. Todo hallado entre las sagradas reliquias.
X. Dentro de una urneta cuadrangular de metal dorado y finos cristales, está la bolsa de plata en que fue hallado el referido Colobio.
XI. Bajo una campana oval de cristal está el pie derecho de San Felipe Apóstol, conservado intacto con todos los tendones, los nervios y los cartílagos, y la piel, del cual habla Nicolás Signorili, diciendo que fue lavado y besado en la Última Cena por Jesucristo el Redentor.
XII. Bajo otra campana circular de cristal está el fémur de San Santiago el Menor, Apóstol.
XIII. En una urna de madera con cristal están las dos tablas de la tapa de la urna en que fueron encontrados los sagrados restos de los dos Santos Apóstoles.

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