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lunes, 24 de julio de 2023

¿CONEXIÓN COLOMBIANA EN EL CASO ORLANDI?


En medio de las investigaciones del Ministerio Público italiano por la desaparición de Emanuela Orlandi en 1983, el fiscal del Vaticano Alessandro Diddi entregó un intercambio de correspondencia entre el Secretario de Estado Agostino Casaroli y un sacerdote en el extranjero que había sido consejero espiritual de los Orlandi, en el que este último confirma que Mario Menegucci, un tío paterno de ella, la acosaba a ella y a su hermana Natalina, un año mayor que Emanuela, desde 1978.
   
En la carta, fechada a Septiembre de 1983, Casaroli le pregunta: «¿Es verdad que en el pasado Natalina, hermana mayor de Emanuela, ha declarado ser molestada sexualmente por suo tío Mario?». La respuesta fue: «Sí, es verdad, Natalina fue objeto de atenciones morbosas por parte del tío, me lo confió aterrorizada: a ella le fue ordenado callar o habría perdido el trabajo en la Cámara de los diputados donde Meneguzzi, que dirigía la cafetería, la había hecho trabajar algún tiempo antes».
   
El diario Corriere della Sera, quien dio cuenta de este hecho, reveló el día 12 que ese sacerdote era José Luis Serna Alzate, misionero consolato nacido en Aránzazu (Caldas, Colombia) el 17 de Febrero de 1936 y ordenado sacerdote el 23 de Diciembre de 1961 en Roma. Serna Alzate fue superior provincial de los Misioneros de la Consolata en Colombia y consejero de la orden en Roma, y en 1978 vicario apostólico de Florencia (Caquetá). Cuando estaba en Roma, él ejercía como confesor y director espiritual de la familia Orlandi. De hecho, la famosa foto de Emanuela tocando la flauta (que encabeza este artículo), fue tomada en el teatro de la Consolata en Roma, donde Serna llevaba al coro juvenil de la parroquia vaticana de Santa Ana.
   
José Luis Serna Alzate IMC

Poco tiempo después, Juan Pablo II Wojtyła lo envió de vuelta a Colombia en 1985, como primer ordinario de la diócesis de Florencia (creada por la bula “Quo expedítius” el 9 de Diciembre de ese año) y en 1989, lo trasladó a la también recién creada diócesis de Líbano-Honda (Tolima), cuya sede ocupó hasta 2002. Poco después de renunciar, fue objeto de investigación penal por presuntos vínculos con grupos al margen de la ley, investigación que luego fue archivada. Serna Alzate murió el 28 de Septiembre de 2014.
  
El que Serna Alzate fuese nombrado para ser el primer obispo de una diócesis creada ad hoc para él (y esto no una, sino ¡dos veces!), solo se puede explicar por la mucha cercanía que él tenía con Wojtyła. Pero no estaba solo: otro compatriota suyo, Darío Castríllon Hoyos (1929-2018) era muy cercano al polaco, quien le creó cardenal y le nombró prefecto de la entonces Congregación para el Clero. Castrillón ha sido famoso por su cercanía con la hoy extinta Comisión Ecclésia Dei, y por su política de encubrimiento de abusos sexuales por presbíteros, como cuando felicitó a Pierre Pican SDB, obispo de Bayeux (Francia) por no entregar a la justicia seglar al presbítero René Bissey, acusado de abusar de una joven (igual, Bissey fue arrestado y sentenciado a 18 años de prisión).
   
Y en Diciembre de 2022 (siempre según el Corriere), Alí Ağca, el presunto atacante de Wojtyła el 13 de Mayo de 1981, habría escrito desde Turquía a Pietro Orlandi diciendo que la desaparición fue ordenada para facilitar su libertad: «Los secuestros de Emanuela Orlandi y Mirella Gregori fueron decididos por el Gobierno vaticano y ejecutados por el Servicio secreto vaticano cercanísimos al Papa. La tratativa pública era obviamente una puesta en escena bien orquestada por pocos altos prelados operantes en el seno de los servicios vaticanos. Emanuela fue entregada a unas monjas desde el principio, entendió la importancia de su papel y lo aceptó serenamente. Sé de ella sobre todo gracias a un sacerdote español que me visitó en Italia y también aquí en Estambul. Un hombre, un religioso, animado por una fe auténtica, que conoce los misterios del mundo y que no miente». Incluso Pietro Orlandi en una entrevista exclusiva concedida para el libro La niña que sabía demasiado - Cómo se encubrió el caso Orlandi en el Vaticano durante 40 años (Solferino) confirmó que hallaba atendible parcialmente cualquier hipótesis: «Ağca me habló de un tal padre Lucien, colombiano del Opus Dei, con quien tenía contactos, con quien se encontró por última vez hace tres años, en Turquía. Ağca me dijo: en Villa Tévere alguien te puede ayudar, pero yo en la época no sabía ni qué era, excepto que se trataba de la sede central del Opus. Tal vez haya un vínculo entre las distintas pistas». Extremo que por La Obra recibío el desmentido de circunstancia, pero que aumenta el misterio.

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