Una encuesta realizada por la revista italiana Il Timone en colaboración con Euromedia Research, reveló que el 37% de los italianos se declara «no creyente», mientras que los que se declaran «creyentes» y católicos y acuden a misa a la iglesia son sólo el 13,8%.
De entre ellos, mayormente jóvenes y de la tercera edad, sólo el 33% de los fieles se confiesa al menos una vez al año, mientras que el 32% no conoce el significado de la Sagrada Eucaristía, refiere el estudio. Menos de 6 de cada 10 practicantes, de hecho, saben lo que es la confesión (a la cual solo acude el 33,3%) mientras que el 66% de los practicantes se equivoca o ignora la definición de «resurrección de la carne»; y el 20% piensa que el pecado es un «simple mal hecho a los demás».
Agrégase a esto que en cuestiones éticas (desde el aborto hasta las ), los practicantes tienen de facto una visión «secularizada», pero crece la oposición a los vientres de alquiler y a la legalización de las drogas.
En cuanto a la oración, uno de cada cinco creyentes dice rezar todos los días (y el 96% lo hace al menos de vez en cuando), mientras que 7 de cada 10 de los que van a misa creen en la existencia del Diablo.
Consecuencia todo esto es de la secularización iniciada en ocasión del Vaticano II, y potenciada en tiempos bergoglianos, donde se ha visto desde el nombramiento del pro-abortista Vincenzo Paglia Cinelli en la Pontificia Academia para la Vida hasta la Pachamama en la Basílica Vaticana, desde la presencia de laicos en el Sínodo hasta la sustitución del agua bendita por gel desinfectante, y tantos episodios. Cosas de las cuales ni Francisco José “Kiko” Gómez de Argüello y Wirtz (fundador del Camino Neocatecumenal), Davide Prosperi (presidente de la Fraternidad de Comunión y Liberación) o Giulio Maspero (“sacerdote del Opus Dei” y miembro de la Pontificia Academia de Teología), ni ninguno de los que invitaron para analizar la encuesta.
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