Traducción del artículo publicado en PAIX LITURGIQUE.
UN OBISPO FRANCÉS “DEJA SALIR” SOBRE LOS FIELES TRADICIONALES: «EL OBJETIVO DE TRADITIÓNIS CUSTÓDES ES ERRADICAR LO TRADICIONAL», Y COMIENZA EN LA IGNORANCIA Y LA MALA FE
Durante las reuniones bianuales de la Conferencia Episcopal Francesa en Lourdes, el servicio de prensa de la CEF hace todo lo posible para que los periodistas hablen lo menos posible con los obispos y, si es posible, controlen las preguntas formuladas. Quizás no se equivoquen: los fieles no tienen por qué saberlo todo, sobre todo si se trata de ellos, y si el objetivo es reprimirlos mientras les regalan grandes sonrisas y solicitan sus donaciones.
He aquí una conversación informal con un obispo –este será nuestro Mons. Y– destinado en un hermoso obispado que no se encuentra en la ciudad más poblada de su diócesis. Garantizamos que las declaraciones de este obispo francés se transcriben aquí escrupulosamente. Los reconocerá sin dificultad y podrá enfrentarse a ellos si lo desea.
Nuestra pregunta: Jesús no habría expulsado a esta o aquella oveja.
Mons. Y: No tenemos que ser como Jesús.
Nuestra pregunta: Entonces, Monseñor, ¿cómo va a aplicar Traditiónis Custódes?
Mons. Y: Voy a mantener las Misas –algunos de mis colegas las han abolido, es una estupidez, fueron criticados por los medios de comunicación y por sus feligreses, y como resultado tuvieron que dar marcha atrás–, pero voy a exigir ciertas cosas, como el hecho de que los sacramentos se lleven en el libro parroquial, la concelebración, etc.
Nuestra pregunta: ¿qué pasa con los sacerdotes que serán ordenados?
Mons. Y: Ya no podrán celebrar el rito tridentino.
Nuestra pregunta: ¿El objetivo es erradicar el tradicionalismo, impidiendo que los jóvenes celebren este rito?
Mons. Y: Sí, claramente. En la Iglesia sólo existe un rito, excepto entre los orientales. En la Iglesia Católica Romana sólo hay un rito, y no corresponde a los fieles elegirlo, es la Iglesia quien se lo da.
Nuestra pregunta: ¿Es esto lo que les dijo a sus fieles en la Misa Tridentina?
Mons. Y: Al contrario, intenté conocerlos. Fui a sus misas, hice una encuesta diocesana, animé a sus sacerdotes para que sus fieles respondieran. En particular, les pregunté si asistían a la misa tradicional, con qué frecuencia, si practicaban el rito ordinario en otra parroquia y qué les aportaba esta misa tradicional. Recibí muchas respuestas. Hay una pequeña parte de ellos que provienen de una diócesis vecina [que tiene un solo lugar de misa Ecclesia Dei], lo cual no es muy normal.
Nuestra pregunta: ¿qué pasa con la FSSPX?
Mons. Y: Ah no, no quiero conocerlos, están en cisma.
Nuestra pregunta: El Papa Francisco no debe ser de esta opinión, ya que les confirió la facultad de casar, en particular, en 2017.
Mons. Y (tartamudeando): Sí, pero algunos de sus sacerdotes mencionan al obispo y al Papa en el canon, otros no.
Nuestra pregunta: ¿No teme, al limitar o eliminar las misas tradicionales diocesanas, empujar a sus fieles a los brazos de la FSSPX, a la que califica de cismática?
Mons. Y: ¡Pero ellos hacen lo que quieren! No voy a arrodillarme para que me sigan. Los tradicionales son quizás el 5% de mis fieles, y algo más.
Nuestra pregunta: ¿Y Jesús? Él era el Buen Pastor, y no habría ahuyentado a esta o aquella oveja…
Mons. Y: Pero en aquella época no había Iglesia. Y no tenemos que ser como Jesús, estas comparaciones no tienen sentido.
Nuestra pregunta: ¿No es éste el objetivo de todo cristiano?
Mons. Y: No. Y luego los tradicionalistas, tienen gente porque recolectan de todas partes. Hoy si pongo un sacerdote en cada campanario [con la misa ordinaria] tiene cinco o diez fieles. Entre los tradis, sus sacerdotes sólo tienen eso que hacer: cuidar de sus feligreses. Hay sacerdotes diocesanos que tienen 2000 fieles en cuarenta comunas…
Nuestra pregunta: Debemos reconocer que muchas personas, incluso las que no son practicantes, están sinceramente conmocionadas por esta caza de tradicionalistas que se desarrolla actualmente en la Iglesia… cazando también a los últimos fieles y a los más jóvenes.
Mons. Y: Es decir, no entienden el problema.
Nuestra pregunta: ¿Y cuál es el problema, Monseñor?
Mons. Y: El problema no son los fieles. Tres cuartas partes de ellos también van a misas diocesanas, será fácil presionarlos para que solo asistan a éstas. El problema son los sacerdotes, y las actividades que organizan, paralelamente a las diocesanas: catequesis, escuelas, actividades. No concelebran y algunos de ellos no reconocen al Papa.
REFLEXIONES DE PAIX LITURGIQUE
Después de esta edificante entrevista –sobre todo teniendo en cuenta la ignorancia y la mala fe demostradas por este obispo–, Paix Liturgique añade algunas observaciones:
1/ «En la Iglesia hay un solo rito, excepto entre los orientales. En la Iglesia Católica Romana sólo hay un rito, y no corresponde a los fieles elegirlo, es la Iglesia quien se lo da». El obispo contradice directamente Summórum Pontíficum, que habla de «dos expresiones de la lex orándi» (art. 1), pero traduce correctamente Traditiónis custódes, que afirma que los nuevos libros litúrgicos «son la única expresión de la lex orándi del Rito Romano».
SP no se pronuncia, sino que señala que existen dos expresiones de la Lex orándi. TC sí lo hace. Podemos concluir que uno de los dos papas está equivocado y que la materia es libre. A menos que ambas estén equivocadas y sólo una liturgia tenga pleno derecho al título de lex orándi, la liturgia antigua. Lo que amplía la libertad de la materia considerada, o la restringe… En cualquier caso, es un caos legal.
2/ Y luego podemos ir aún más lejos respecto a esta perentoria afirmación de Mons. Y: «En la Iglesia católica romana sólo hay un rito». Cualquier historiador de la Iglesia, incluso el principiante, sabe que hasta el Concilio de Trento existían un gran número de ritos que coexistieron en la Iglesia Romana y que es por eso que el Papa San Pío V autorizó los ritos antiguos que pudieran justificar más de 200 años de antigüedad después de la promulgación de su bula Quo Primum en 1570. Y sabemos que algunos de ellos siguen vivos hoy en el seno de la Iglesia latina… (los ritos ambrosiano y mozárabe –aunque reformados–, por ejemplo). Pero si miramos a la época contemporánea, ¿cómo explicamos el rito zaireño? ¿Y el de la Amazonía que se está preparando en las oficinas del Culto Divino? Y ¿cómo explicar el rito del Camino Neocatecumenal que constituye una forma distinta del rito romano del novus ordo… Entonces, ¿qué debemos pensar de Mons. Y y sus semejantes? ¿Es ignorancia por parte de Mons. Guy André de Kerimel de Kerveno Prouvot Comm. l’Emm. o del cardenal Arthur Roche? ¿O mala fe? En última instancia, probablemente ambos…
3/ Mons. Y no tiene nada que ver con los miembros tradicionales de su rebaño:
No tiene más que desprecio: «P – ¿El objetivo es erradicar el tradis, impidiendo a los jóvenes celebrar este rito? R – Sí, claro… Los tradis son quizás el 5% de mis fieles, y aun así… El problema no son los fieles. Tres cuartas partes de ellos también van a misas diocesanas, será fácil presionarlos para que solo asistan a éstas».
¿U odio?: «Ah no, no quiero conocerlos [a los fieles de la FSSPX], están en cisma… P – ¿No tiene miedo de que, limitando o eliminando las misas tradicionales diocesanas, empuje a los fieles a los brazos de la FSSPX? R – ¡Pero ellos hacen lo que quieren! No voy a ponerme de rodillas»
4/ A menos que Mons. Y, en el fondo, esté celoso: «Y luego los tradicionalistas tienen gente porque recogen de todas partes. Hoy si pongo un sacerdote en cada campanario [con la misa ordinaria] tiene cinco o diez fieles. Entre los tradis, sus sacerdotes sólo tienen eso que hacer: cuidar de sus feligreses. Hay sacerdotes diocesanos que cuentan con 2.000 fieles en cuarenta comunas». Sin embargo, Mons. Y no piensa ni por un momento en entregar tal o cual campanario a cinco o diez fieles a un sacerdote tradicional, prefiriendo tal vez estos fieles una misa en latín todos los domingos en lugar de una misa ordinaria mensual o semanal.
5/ De estas libres declaraciones se desprende en conjunto que este obispo francés razona en el mismo marco que sus predecesores, y lo ha hecho durante 50 años: la existencia de fieles a la liturgia tradicional es, en el mejor de los casos, un mal que debe tolerarse y que debemos asegurarnos de que desaparezcan gradualmente. Un discurso que sostenemos imperturbablemente frente a la negación no menos imperturbable de los hechos: desde hace cincuenta años, estos fieles tradicionales siempre han estado ahí, siempre jóvenes, siempre progresando; Sin embargo, los fieles comunes y corrientes son siempre menos visibles, siempre más viejos, siempre menos numerosos.
Podemos imaginar que si las cosas continúan su curso conciliar, en veinte como máximo, la diócesis de Mons. Y, de reagrupamiento de parroquias en reagrupamiento de parroquias, no tenga más que una sola parroquia, con 200 campanarios y 300 fieles practicantes, de la cual Mons. Z, sucesor de Mons. Y, será cura-obispo. Y mientras tanto, los tradicionales…
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