Traducción del Comentario de los Padres de TRADITIO.
Las donaciones están disminuyendo mientras la popularidad de Bergoglio periclita, y se supone que el segundo asalto empiece en 2024.
Los edificios vaticanos están ardiendo y cayéndose, y el personal ha sido tan recortado que las obras básicas del Vaticano no se han hecho.
La Iglesia Conciliar de Francisco Bergoglio está en problemas. Parece que su “Gran Sínodo de la Sinodalidad”, alias Anticoncilio Vaticano III (4 a 28 de Octubre de 2023), para remplazar la apóstata Iglesia Novusordita con una organización seglar abiertamente marxista, está costando tanto que el Vaticano no puede apoyar al personal que hace sus tareas diarias. Los edificios no están recibiendo mantenimiento y arden en llamas, los tesoros artísiticos están siendo vandalizados y despilfarrados, la división jurídica no tiene suficiente personal para publicar los cambios a su derecho canónico, y muchos documentos han permanecido no oficiales porque el personal de traducción al latín es demasiado pequeño para producir las versiones latinas oficiales.
El propio Auditor general del Vaticano Alessandro Cassinis Righini declaró públicamente que la bancarrota está cerca. Las donaciones están cayendo en picado bajo Bergoglio, que está siendo altamente odiado por su programa político seglar marxista/modernista impuesto sobre la Iglesia Conciliar. Para 2025, Bergoglio declaró una “crisis económica particularmente grave” e implementó otro régimen de austeridad de importantes recortes de personal por encima del ya implementado en 2023, el cual recortó los salarios del personal en un 8%, y los estipemdios de los cardenales en un 10%. Ya con una deuda de más de 300’000.000 de dólares en 2021, el Vaticano anunció que estará hundiéndose más en los años venideros [Parte de la información para este Comentario proviene de Catholic Citizens].
Católicos tradicionales, el “Gran Sínodo de la Sinodalidad” se volverá a reunir en octubre de 2024 para finalizar su trabajo. Sin embargo, Bergoglio no revela cuánto le está costando todo esto a su secta. El Vaticano tiene que pagar unos 400 miembros por un mes, además de 100 empleados, tecnólogos, observadores y expertos en la materia. Un Vaticano en apuros está reclamando a las Diócesis de todo el mundo que paguen algunos de los costes, pero muchas de ellas están quebrando y sus iglesias están siendo cerradas.
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