Comentarios de los Padres de TRADITIO, ampliados en algunos lugares.
El antipapa está acusado con testimonios jurados ante el tribunal de ser el determinador detrás de la malversación de 400’000.000 USD de fondos conciliares al perpetrar el fraude de bienes raíces de Londres en 2014.
Hasta el 12 de Noviembre de 2023, el destino de Francisco Bergoglio como el determinador detrás del fraude de bienes raíces de Londres en 2014, involucrando 400’000.000 dólares (300’000.000 libras esterlinas, 350’000.000 euros) de fondos conciliares, está en manos del tribunal del Vaticano para un veredicto a mediados de Diciembre. Aunque testigos juramentados en la administración de Bergoglio han señalado a Bergoglio por el pleno conocimiento y aprobación de lo que sucedía, el tribunal está comprometido, ¡como si le respondiera al mismo Bergoglio!
Aunque Bergoglio afirmó que no interferirá en el juicio, los testimonios en el tribunal muestran otra cosa. Él tenía su dedo sobre la balanza de la “justicia” durante el “Juicio del siglo” por dos años y medio. El tema está arreglado, como siempre sucede con los apóstatas antipapas de la Iglesia Conciliar [Parte de la información para este Comentario proviene del Servicio de Noticias Crux].
Católicos tradicionales, los fiscales en el juicio están argumentando que el antipapa no está por encima de la ley cuando se trata de los crímenes que comete. Testimonio tras testimonio expuso a Bergoglio y sus secuaces (entre ellos su fiscal escogido a dedazo Alessandro Diddi, que además trabaja como apoderado de Concetta Ferrari, secretaria general del Ministerio de Trabajo y Políticas Sociales de Italia, acusada de corrupción ante el tribunal de Nápoles en torno a la escisión del patronato –programa de asistencia pensional para los italianos residentes en el extranjero– Encal-Inpal en patronato Encal-Cisal y patronato Inpal) ignorando el mandato de la ley, a fin de lograr una conclusión predeterminada exonerando al antipapa malveersador. Cualquiera que sea el veredicto, la reputación de Bergoglio ha sido ennegrecida irreparablemente.
Un juez halló ser “demasiado atroz” la “no divulgación y tergiversación” de Bergoglio.
El 18 de Noviembre de 2023, el Tribunal Superior de Justicia de Inglaterra y Gales ordenó a Francisco Bergoglio, dentro de la acción civil presentada por el inversionista británico Raffaele Mincione (uno de los acusados en el proceso vaticano) contra la Secretaría de Estado del Vaticano, presentar los “documentos secretos” que lo señalan como el determinador detrás del Fraude de bienes raíces de Londres de 2014, como ha sido declarado en varios testimonios jurados, y pagar las costas procesales del sr. Mincione. El fraude involucra 400’000.000 dólares (300’000.000 libras esterlinas, 350’000.000 euros) de fondos conciliares, incluyendo donaciones de los fieles conciliares. Un juicio sobre esta materia está en curso en un tribunal del Vaticano, y allí también Bergoglio ha sido señalado allí en varias declaraciones juradas.
Bergoglio ha estado trabajando desesperadamente detrás de la escena para mantener oculto su accionar criminal negándose a entregar los documentos incriminatorios que él afirma están bajo “secreto pontificio”. Irónicamente, el propio Bergoglio es el criminal acusado que busca mantener secretos los documentos para proteger así su propio pellejo. El alto tribunal británico no compró el encubrimiento de Bergoglio y su atentado de usar a otros chivos expiatorios para su propia mala conducta. Bergoglio afirmó por medio del ex diplomático, presbítero y canonista costarricense Carlos Fernando Díaz Paniagua (quien trabaja para la Secretaría de Estado vaticana) al alto tribunal que revelar los contenidos de sus comunicaciones entre él y sus cómplices Pietro Parolin Miotti y Édgar Franklin Peña Parra sería un “pecado mortal”. Lejos de eso, es la crasa malversación, fraude y abuso del cargo por parte de Bergoglio la que es un “pecado mortal” contra el Séptimo Mandamiento de la Ley de Dios: «No robarás» [Parte de la información para este Comentario proviene del Telegraph de Londres].
Católicos tradicionales, Bergoglio y su régimen caen en la misma denuncia que hizo Jesucristo contra la Iglesia de Su Tiempo, la Sinagoga, de que no eran más que «una cueva de ladrones» (San Mateo XXI, 13, San Marcos XI, 17, San Lucas XIX, 46, San Juan II, 15/Versión de Mons. Félix Torres Amat). Bergoglio ha quedado tan avergonzado ante el mundo que el juez sir David Foxton del Tribunal Superior de Justicia de Inglaterra y Gales le ordenó presentar los documentos incriminatorios, y en Marzo del 2021, el juez de la Corona de Southwark Tony Baumgartner, al reversar el congelamiento de las cuentas bancarias de Gianluigi Torzi (otro de los acusados en el proceso vaticano) que había sido ordenado a instancias del Vaticano, encontró que las “no revelaciones y tergiversaciones” del Vaticano eran “demasiado atroces”. Una vez más, Bergoglio quedó expuesto no como un verdadero Papa (que nunca lo ha sido ni será jamás, igual que sus antecesores desde Roncalli y sus sucesores), sino como un delincuente común.
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