Dispuesta por el Dr. Don José Manuel Ruiz y Cervantes a instancias del Ilmo. Obispo de Antequera Dr. Don José Gregorio Alonso de Ortigosa; y publicada en las Memorias de la Portentosa Imagen de Nuestra Señora de Juquila, impresa en Méjico por Felipe Zúñiga y Ontiveros en 1791; reimpresa en esa misma ciudad por Mariano Zúñiga y Ontiveros en 1796. Licencia por el Lic. Don Juan de Cienfuegos, Juez Provisorio y Vicario General del Arzobispado de Méjico el 9 de Julio de 1791.
AL DEVOTO.
La verdadera devoción demanda nuestros actos interiores: no pide el Cielo otra cosa de nosotros sino es el corazón; y cuando este se contradice con las obras, detesta el Señor como los de los Judíos, todos nuestros sacrificios; por tanto estas devociones se introducen con el Acto de Contrición, que no has de leer, como se hace, de carrera, sino procurar tener con la mayor seriedad. Será por esto la más oportuna preparación para comenzar la Novena, el convertirse a Dios de todo corazón. No te persuadas a que María Señora nuestra, en quien el Señor ordenó la caridad, te mire clementísima si permaneces obstinado en tus delitos y enemigo de su Hijo sacrosanto; quiere más a su Majestad que a ti; y si es refugio de los miserables pecadores, lo es de aquellos que intentan dejar de serlo, y arrepentidos interponen sus piedades.
NOVENA A LA SACRATÍSIMA VIRGEN DE JUQUILA
Por la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos, líbranos Señor ✠ Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
ACTO DE CONTRICIÓN
Crucificado Dueño de mi vida, cotejando a vista de ese estrago lo inmenso de tu amor con mis ingratitudes, me lleno de confusión y sentimiento. ¡Ah, si a impulsos de mi dolor quedara por trofeo de tu ardiente caridad muerto a tus sagradas plantas! ¡Oh amor mío, hasta ahora mal empleado en las cosas de la tierra! Abre, difunta vida mía, abre, cadáver soberano, esos tiernísimos ojos, y mira cual me pusieron mis culpas: sé que mis propias dolencias en vez de excitar tu enojo han de mover tus piedades, porque si me acerco arrepentido, es porque Tú me llamas generoso; que si yo he dejado el ser de hijo que me diste, Tú no puedes olvidar, dulce JESÚS de mi alma, que eres mi amante Padre. Por tanto, animado como el Pródigo de ese tu mismo amor, vengo a borrar mis delitos con mi penitente llanto: deja que como la Magdalena humedezca con mis lágrimas tus plantas sacratísimas: con ellas abrazado, felizmente detestaré mis errores, que propongo limpiar con la confesión y verdadera penitencia, y servirte como debí hacerlo por todos los instantes de mi vida. No dudo de tus auxilios cuando para alcanzarlos interpongo medianera a tu Madre Purísima, y juntamente mía. Tú, Reina Soberana, o alcánzame de tu Hijo preciosísimo el mejorar la vida que me resta, o perderla muchas veces antes que repita mis errores y delitos. Así lo espero de tu maternal amor, y a sus expensas servir de veras a mi Dios como deseo, agradarte en esto como de mí solicitas, y gozar de entrambos en la Bienaventuranza. Amén.
ORACIÓN DE SAN EFRÉN PARA TODOS LOS DÍAS (De su Vida).
Dígnate, Virgen Santa, de que tu Siervo te alabe y diga: Ave MARÍA, Ave cándida Paloma, Ave fulgentísima Estrella, Ave Luz sobremanera hermosa, Ave Cántico de los Serafines, Ave Himno de los Querubines, Ave Gloria de los hombres: pues tan poderosa eres, Señora, consíguenos el perdón de nuestras culpas. Amén.
Aquí rezarás cinco veces la Salutación Angélica, en reverencia de la Concepción Purísima, y las ofrecerás variando las Oraciones en la manera siguiente:
DÍA PRIMERO – 29 DE NOVIEMBRE
Dios te salve María, llena de gracia desde el primer instante de tu Concepción Purísima, y como tal jurada Reina de los Ángeles: a Ti antes que a estos Espíritus Soberanos destinó Dios para amparo y custodia de los hombres; no dudamos con tan poderoso patrocinio alcanzar todas las felicidades. Interpón, piadosísima Señora, tus altos merecimientos, por los que fuimos a Ti felizmente encomendados con tu Hijo sacratísimo, que con el Padre y el Espíritu Santo vive y reina Dios por todos los siglos de los siglos. Amén.
ORACIÓN DEL PATRIARCA SAN ATANASIO (Comentario sobre el Éxodo).
Dios te guarde, Reina esclarecida de la salud, Senda del Cielo, Escala y Habitación del mismo Dios. Tú entre todas eres la mujer bendita, a quien ni el Sol pudo ofender con sus llamas ni la Luna con sus sombras. Rogámoste pues, Señora, que siempre nos seas Madre de misericordia, y que jamas ofendamos a Dios nuestro Señor. Amén.
SALVE A NUESTRA SEÑORA
Salve, Reina ilustre
A quien homenaje
Tributa el Demonio,
El Hombre y el Ángel.
Salve Virgen pura,
Reina Virgen, Salve.
Eres entre flores
La Rosa fragrante,
Su Reina los nardos
Y lirios te aplauden.
Salve Virgen pura,
Reina Virgen, Salve.
Vara de Jesé,
De donde nos nace
La misericordia,
De quien eres Madre.
Salve Virgen pura,
Reina Virgen, Salve.
Arbol de la vida
Es justo te llames,
Que a la vida misma
Vida le prestaste.
Salve Virgen pura,
Reina Virgen, Salve.
De otro León la boca
Es cuna admirable,
De donde procedes
Panal el más suave.
Salve Virgen pura,
Reina Virgen, Salve.
Estrella del Norte,
Aura favorable,
Esperanza nuestra
Muchas veces Salve.
Salve Virgen pura,
Reina Virgen, Salve.
Hijos somos de Eva,
Que en nuestros afanes,
Clamamos humildes
A esas tus piedades.
Salve Virgen pura,
Reina Virgen, Salve.
A Ti suspiramos
Pobres miserables,
Gimiendo y llorando
En aqueste Valle.
Salve Virgen pura,
Reina Virgen, Salve.
Ea pues, Señora,
Fuerza es nos ampares,
Pues que de Abogada
Por nosotros haces.
Salve Virgen pura,
Reina Virgen, Salve.
Esos dos luceros,
Estrellas brillantes
De tus tiernos ojos
Nos miren afables.
Salve Virgen pura,
Reina Virgen, Salve.
Muéstranos benigna,
Concluido este viaje,
Al fruto bendito
De tu seno amante.
Salve Virgen pura,
Reina Virgen, Salve.
¡Oh clemente Reina!
¡Oh piadosa Madre!
¡Oh dulce MARÍA!
Salve, Salve, Salve.
Salve Virgen pura,
Reina Virgen, Salve.
℣. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
℟. Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.
ORACIÓN
Oh Dios, que por la Inmaculada Concepción de la Virgen preparaste digna morada para tu Hijo; rogámoste que, así como la preservaste a Ella de toda mancha por la muerte prevista de tu mismo Hijo, así también nos concedas que, mediante su intercesión, lleguemos limpios de toda culpa a tu presencia. Por el mismo Jesucristo Nuestro Señor, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
DÍA SEGUNDO – 30 DE NOVIEMBRE
Por la señal…
Acto de contrición, Oración de San Efrén y las cinco Ave Marías.
Dios te salve María, llena de gracia desde el feliz instante de tu Concepción inmaculada, y por eso Princesa de los Arcángeles: justamente con Gabriel te reconocen Señora estos Espíritus nobilísimos, y a Ti primero que a ellos ha sometido el Cielo interesarse en la felicidad de los Pontífices, Reyes y demás Personas públicas. Sobre que a ello te ejecuta tu soberano destino, así te lo suplicamos por tu Hijo sacrosanto, que con el Padre y el Espíritu Santo vive y reina Dios por todos los siglos de los siglos. Amén.
ORACIÓN DE SAN ILDEFONSO (Sobre el capítulo II de los Corintios).
Inmaculada Princesa, Tú sin la original culpa fuiste concebida para digno hospicio del Todopoderoso. Y pues Tú eres el alivio de los hombres, compadécete de nuestras almas, purificándolas con el gozo de la buena conciencia, para que así limpias, merezcamos después de las borrascas de esta vida llegar al feliz Puerto de la Gloria. Amén.
La Salve y la Oración se dirán todos los días.
DÍA TERCERO – 1 DE DICIEMBRE
Por la señal…
Acto de contrición, Oración de San Efrén y las cinco Ave Marías.
Dios te salve María, llena de gracia desde el primer momento de tu ser inmaculado, y como tal, Emperatriz de todos los Principados: a Ti antes que estos Espíritus poderosos se sujetan los Coros inferiores, y por ti sobre la tierra se rige, se limita y se transfiere todo Principado, Haz, María poderosísima, que de los Cristianos se extienda sobre todas las Naciones, para que contándose en el gremio de los Fieles, los Herejes y Paganos, unidos contigo bendigan al Padre, Hijo y Espíritu Santo, un Dios por todos los siglos. Amén.
ORACIÓN DE SAN DIONISIO (Teología, libro II sobre los herejes)
Amantísima Reina, Tú la Madre preservada eres, y bendita desde el primero hasta el último instante de tu ser, Paraíso virginal en quien halló el Señor todo lo necesario para tomar nuestra carne. Aumenta pues, Señora, en nosotros el amor a su Majestad, para que mediante la penitencia seamos dignos de las riquezas eternas. Amén.
La Salve y la Oración se dirán todos los días.
DÍA CUARTO – 2 DE DICIEMBRE
Por la señal…
Acto de contrición, Oración de San Efrén y las cinco Ave Marías.
Dios te salve María, llena de gracia desde el instante primero de tu ser, y como tal, Señora de todas las Potestades: a tu imperio mejor que al de estos nobles Espíritus, cobardes se retiran todas las del abismo. Confiados en tan poderoso escudo, esperamos vencer las astucias con que el Infierno intenta apartarnos del camino de nuestra verdadera felicidad. En tan continuada lucha socórrenos, poderosa María, en todas ocasiones defiéndenos; pero especialmente, experimentemos tus auxilios en la hora de nuestra muerte: sea esta feliz por tu patrocinio, para que después de ella te repitamos mil gracias a la vista de Dios nuestro Señor, Padre, Hijo y Espíritu Santo, por toda la eternidad. Amén.
ORACIÓN DE SAN ANTONINO DE FLORENCIA (Opúsculo).
Tú, candidísima Azucena, eres bendita entre todas las mujeres, y la que en pureza te aventajas a los Ángeles, y en piedad al conjunto de los Santos. Mi espíritu se alienta al ver tu benignidad, pero desfallece al golpe de tanta luz. Dispon pues, piadosa, que nuestra alma viva siempre limpia, y llegue a gozar de los resplandores de la Gloria. Amén.
La Salve y la Oración se dirán todos los días.
DÍA QUINTO – 3 DE DICIEMBRE
Por la señal…
Acto de contrición, Oración de San Efrén y las cinco Ave Marías.
Dios te salve María, llena de gracia desde el primer instante de tu animación purísima, y como tal augusta dueña de todas las virtudes. Tú más que estos Espíritus prodigiosos resplandeces con prodigios y señales, obrando el Cielo en tu obsequio tantas y tan estupendas maravillas. Por tan continuados beneficios, humildes te repetimos muchas gracias, esperando por tu favor el más interesante, que es enmendar nuestra vida, buscar el Cielo, y en él alabar contigo al Padre, Hijo y Espíritu Santo por todos los siglos. Amén.
ORACIÓN DE SAN BUENAVENTURA (Opúsculo de la Inmaculada Concepción).
Virgen Soberana, el que te reverencia y ama será bienaventurado y dichoso, pues su espíritu se verá esforzado con tu favor y gracia, como el árbol que se planta a las corrientes de las aguas dará abundante fruto de justicia. ¡Oh la más pura! Pues tu misericordia a todas partes se extiende, no me olvides en el mayor conflicto. Amén.
La Salve y la Oración se dirán todos los días.
DÍA SEXTO – 4 DE DICIEMBRE
Por la señal…
Acto de contrición, Oración de San Efrén y las cinco Ave Marías.
Dios te salve María, llena de gracia desde el primer instante de tu ser inmaculado, y como tal, Corona de todas las Dominaciones: a Ti como a su cabeza, mejor que a aquellos Espíritus tributan sus respetos el Cielo, la Tierra y el Abismo; a Ti refieren su providencia los Ángeles, sus luces los Arcángeles, su dirección los Principados, su defensa las Potestades, sus portentos las Virtudes, y por Ti esperamos los hombres acreditar con obras nuestra feliz dependencia, sirviéndote en la tierra para alabarte en el Cielo, y alabar al Padre, Hijo y Espíritu Santo por todos los siglos. Amén.
ORACIÓN DE SAN ANSELMO (Opúsculo).
Dios te salve, hermosísima Doncella, Virgen sin mancha y Trono de grandeza; ruega por nosotros al que te concedió tanta gracia, para que fortalecidos con ella en este mundo, hagamos tan grande penitencia, que alegremos a los Ángeles, y después por tu intercesión nos veamos en el descanso del Cielo. Amén.
La Salve y la Oración se dirán todos los días.
DÍA SÉPTIMO – 5 DE DICIEMBRE
Por la señal…
Acto de contrición, Oración de San Efrén y las cinco Ave Marías.
Dios te salve María, llena de gracia desde el primer instante de tu purísimo ser, y como tal , el más eminente Trono en quien descansa el que te hizo para Sí. No dudamos que en virtud de ese destino, mejor que lo hacen aquellos eminentes Espíritus, conduzcas hacia nosotros la eterna Majestad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, Dios por todos los siglos. Amén.
ORACIÓN DE SAN EPIFANIO (En Lorenzo Surio, 6 y 8 de Diciembre)
María Santa, cándida Paloma, Templo y Trono de la Divinidad, Sol clarísimo, Nube hermosa de donde sabe el rayo del mejor Sol de justicia Cristo, alcánzanos un tanto de luces, para que desterrando las tinieblas de nuestras culpas, nos miremos siempre vestidos de tu inmensa claridad. Amén.
La Salve y la Oración se dirán todos los días.
DÍA OCTAVO – 6 DE DICIEMBRE
Por la señal…
Acto de contrición, Oración de San Efrén y las cinco Ave Marías.
Dios te salve María, llena de gracia desde el instante primero de tu ser, y como tal, elevada sobre los Querubines: en Ti más que en estos sapientísimos Espíritus resplandece la Sabiduría como en Madre de la eterna, y por lo mismo Espejo libre de toda mancha, en quien se mira y contempla el mismo Dios. Alcánzanos, Madre de la luz increada, la Sabiduría verdadera, que es amar a tu Hijo sacratísimo hasta el último aliento de nuestra vida, para después gozarle en tu compañía con el Padre y el Espíritu Santo por todos los siglos. Amén.
ORACIÓN DE SAN IRENEO (Sobre el capítulo II de las Crónicas).
Virgen sin mancha, la más hermosa de las mujeres todas, y más que todos los Ángeles graciosa. Coronada estás de estrellas: ilustra pues, Señora, con esa luz nuestros entendimientos para que observemos los preceptos soberanos, y a Dios contigo eternamente alabemos. Amén.
La Salve y la Oración se dirán todos los días.
DÍA NOVENO – 7 DE NOVIEMBRE
Por la señal…
Acto de contrición, Oración de San Efrén y las cinco Ave Marías.
Dios te salve María, llena de gracia desde el instante primero de tu Concepción purísima, y como tal, exaltada sobre todos los Coros de los Ángeles: Tú primero que los más ardientes Serafines, felizmente te transformas en aquel fuego sagrado que te hizo para su Esposa. Comunícanos, Señora, de esa llama sacrosanta en que te abrasas dichosa, para que amándola hasta lo ultimo de nuestra vida, la adoremos después en el Cielo, en donde con el Padre y el Hijo vive y reina Dios por todos los siglos de los siglos. Amén.
ORACIÓN DE SAN METODIO (En la Biblioteca magna de la Vida de los Padres, tomo III).
Inmaculada Virgen, Tú eres el Serafín que del puro altar de tu sagrado pecho tomaste la ascua iluminada y la diste al Justo anciano Simeón. Ordena, pues, que yo reciba tu mucha gracia, y guarde todos los divinos Mandamientos, para que observados que sean, mediante tu intercesión, te dé después las gracias para siempre en la Gloria. Amén.
La Salve y la Oración se dirán todos los días.
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