Noticia tomada de GLORIA NEWS.
Ya ha pseudobendecido a dos homosexuales, según declaró el obispón de Rímini, Nicolò Anselmi Pallavicini, a Il resto del Carlino el 22 de diciembre: «Me lo pidieron y lo hice».
Anselmi nunca ha ocultado su especial “amor” por los homosexuales, que debe haber sido la razón principal por la que Bergoglio le nombró obispón de Rímini.
Su pseudobendición ha tocado lo que es “bueno”: «este amor» y «esta amistad», cree.
El código de vestimenta es muy importante para Anselmi: «A diferencia del matrimonio, [la pseudo-bendición] no tiene lugar con el sacerdote vestido con el traje litúrgico».
Anselmi cree que parte de la “realidad” [= ilusión], que, explica, son dos chicos que se “aman”. Y: «Dios vive en esa realidad». Nadie sabe en qué “Dios” cree Anselmi.
Según él, «la Iglesia [¿de satanás?] está convencida de que hay algo absolutamente bueno en este amor entre dos personas del mismo sexo».
De origen aristocrático, se hizo conocido por jugar al fútbol en topless (y sin sujetador…) con jóvenes cuando era obispón auxiliar de Génova y por por dirigir “liturgias del Novus Ordo” con una estola sobre una camiseta roja. Además, fue enemigo del Rito Romano tradicional y prohibió en 2019 –a instancia de su superior de entonces, el cardenal Angelo Bagnasco– una vigilia de reparación por un evento de propaganda homosexual en esa ciudad (y Anselmi presidió una vigilia homosexualista en San Pedro en Banchi en 2017). “Méritos” por los cuales Bergoglio lo promovió, no obstante su incompetencia administrativa desde que era párroco en la basílica genovesa de Santa María de las Viñas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Preferiblemente, los comentarios (y sus respuestas) deben guardar relación al contenido del artículo. De otro modo, su publicación dependerá de la pertinencia del contenido. La blasfemia está estrictamente prohibida. La administración del blog se reserva el derecho de publicación (sin que necesariamente signifique adhesión a su contenido), y renuncia expresa e irrevocablemente a TODA responsabilidad (civil, penal, administrativa, canónica, etc.) por comentarios que no sean de su autoría.