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sábado, 2 de marzo de 2024

LOS FALSOS POSTULADOS DE LA GUERRA DE UCRANIA

Traducción del artículo publicado por Éric Denécé para el Centro Francés de Investigación sobre Inteligencia.
   
LOS FALSOS POSTULADOS DE LA GUERRA DE UCRANIA
   
Al considerar la guerra de Ucrania, la mayoría de los analistas [1] parten, me parece, de suposiciones erróneas –deliberadamente o por ignorancia– que creo fueron inculcadas por Estados Unidos y Ucrania, y que conviene señalar, porque están en el origen de una visión cada vez más falsa de los orígenes y de las realidades de este conflicto y, por tanto, de su probable desenlace.
   
No se trata, repito una vez más, de defender las posiciones de Rusia, sino de recordar ciertos hechos y dar a conocer el discurso desarrollado por los estadounidenses para justificar los méritos de esta guerra tan horrible como inútil, y la gran desinformación de de la que somos víctimas en Europa, y en particular en Francia, desde hace dos años.

CUATRO POSTULADOS (DELIBERADAMENTE) FALSOS
    
1. RUSIA QUERÍA INVADIR UCRANIA.
Hoy sabemos que la fuerza de combate rusa concentrada en la frontera con Ucrania a principios de 2022 contaba con entre 120.000 y 150.000 hombres, según las fuentes, y que la primera oleada de asalto solo incluía alrededor de 60.000 hombres. El simple sentido común dictaría que los analistas serios tuvieron la objetividad de reconocer que se trataba efectivamente de una operación militar “especial” –que tenían derecho a denunciar– en lugar de estar de acuerdo con la propaganda difundida por Kiev, Londres, Washington y Varsovia destinada a hacer la gente cree en una invasión que amenaza a toda Europa occidental. Las tropas rusas involucradas eran claramente las de una acción limitada y, por tanto, notoriamente insuficientes para una operación a gran escala contra un Estado de 603.000 km² y 43 millones de habitantes. Recordemos que durante su invasión de Irak –438.000 km², 27 millones de habitantes y fuerzas armadas no apoyadas– en 2003 [2], los estadounidenses emplearon un ejército de 150.000 hombres ayudados por 45.000 británicos y 70.000 kurdos [3]. Este primer postulado no resiste, por tanto, un análisis militar elemental.
   
2. RUSIA DISPONÍA DE UN EJÉRCITO PODEROSO QUE DEBÍA HABER ELIMINADO A LOS UCRANIANOS EN POCAS SEMANAS. ESTO NO HA TENIDO LUGAR, LO QUE REVELA SU MEDIOCRIDAD Y LAS DE SUS DIRIGENTES.
Las fuerzas rusas que atacaron Ucrania lo hicieron con una proporción de poder muy desfavorable de 1 a 3. Por lo tanto, no pudieron abrumar ni aplastar al ejército ucraniano, muy superior. Su objetivo era paralizarlo y obligar a Kiev a negociar.
   
Además, olvidamos lo que muchos expertos militares ya observaron durante la Guerra Fría y hasta principios de la década de 2000: las fuerzas soviéticas (a pesar de su importancia), eran principalmente fuerzas preparadas para la defensa y no para operaciones externas, a diferencia de las fuerzas occidentales. Por lo tanto, sabemos desde hace mucho tiempo que la logística, especialmente para la proyección de fuerzas, no es su punto fuerte, lo que ha sido confirmado por las observaciones de numerosos oficiales que fueron a Rusia después de la disolución de la URSS… y por las primeras semanas de la “Operación Militar Especial”.
   
Estos defectos no mejoraron tras la caída del Muro de Berlín, ya que el ejército ruso experimentó severos recortes, tanto en términos de presupuesto como de recursos humanos y de unidades. Tuvimos que esperar hasta principios de la década de 2000 para ver el comienzo de una recuperación. Sin embargo, el ejército ruso de hoy no es el Ejército Rojo de ayer, aunque sí es su heredero.
    
Además, nos permitimos pensar que esta sobreestimación de la fuerza rusa, ampliamente difundida por los medios de comunicación occidentales, sólo tenía como objetivo glorificar la resistencia ucraniana y humillar a Moscú, con el posible objetivo de provocar una rebelión contra Putin y su Estado mayor.

3. LAS FUERZAS RUSAS QUERÍAN INVADIR KIEV, PERO HAN FRACASADO.
Otra tontería. Sólo una fracción de las fuerzas de la Operación Militar Especial fue asignada a la ofensiva contra la capital ucraniana, no con el objetivo de conquistarla, sino de fijar las fuerzas de Kiev (maniobra operativa). Es totalmente loco creer que los rusos planearan conquistar un área urbana de 12.300 km² –en el corazón de un área urbana de 28.900 km²–, reuniendo un total de 4,6 millones de almas [4], y enfrentando una vez más a fuerzas superiores en número e instaladas en un territorio que conocían perfectamente. Quienes conocen las dificultades extremas de la guerra urbana han seguido denunciando que esta afirmación de los ucranianos y sus mentores occidentales es totalmente fantasiosa.
    
A modo de comparación, cabe recordar que para su operación de limpieza de la Franja de Gaza (360 km², 2,6 millones de habitantes), el ejército israelí desplegó más de 180.000 hombres, tiene un control total del espacio aéreo y ayuda estadounidense y británica en la recopilación de información y suministro de municiones. Sin embargo, cuatro meses después del inicio de su ofensiva, las FDI todavía no han logrado tomar el control total, aunque los combatientes de Hamás (20.000 hombres) no son adversarios comparables al ejército ucraniano formado por la OTAN.
   
4. LA RESISTENCIA HEROICA DE LAS FUERZAS UCRANIANAS HA SORPRENDIDO AL MUNDO Y A RUSIA, Y MUESTRA LA SOLIDEZ Y LA DETERMINACIÓN DE ESTA NACIÓN.
Esta afirmación nos parece una subestimación deliberada del ejército ucraniano para lograr el objetivo psicológico mencionado en el punto 2 anterior. De nuevo, volvamos a los números. A principios de 2022, las fuerzas armadas ucranianas contaban con 250.000 hombres, el segundo mayor volumen de Europa del Este, después del ejército ruso. Además, se complementaron con guardias fronterizos (53.000 hombres), la nueva Guardia Nacional de Ucrania (60.000) y los diversos servicios de seguridad interior. Sobre todo, estas fuerzas se habían beneficiado, desde 2014, de una importante ayuda de varios países de la OTAN (Estados Unidos, Reino Unido, Canadá), en términos de entrenamiento y entrega de armas, y también recibieron gran cantidad de información sobre Rusia que estos países habían proporcionado [5]. Se trataba, por tanto, de fuerzas profesionales, bien equipadas y con (algunos de ellos) experiencia de combate, habiendo participado desde 2014 en operaciones militares contra las regiones autónomas de Dombás. Nada que ver con el “pequeño ejército” ucraniano que nos venden la OTAN y los medios de comunicación.
     
Añadamos a esto que el ejército ucraniano había establecido, principalmente alrededor de Dombás, posiciones defensivas muy sólidas, que luchaba en un terreno que conocía, que era tres veces más numeroso que las fuerzas de ataque rusas y que, si tuvieran la iniciativa, su ofensiva era ampliamente esperada.
  
***
     
Estos cuatro postulados, cuyo análisis rápido permite comprobar que no se ajustan a los hechos, constituyen, por tanto, mala fe, si no desinformación deliberada, con el fin de distorsionar la percepción del conflicto y desacreditar al adversario, una maniobra en sí misma de buena guerra.
   
Junto a estas falsas afirmaciones, también conviene examinar otros hechos, que si no distorsionados por el relato OTAN-Ucrania, sí han sido pasados ​​por alto, porque también ayudan a arrojar luz sobre las realidades de este conflicto de un nuevo día.
   
LA NECESARIA RELECTURA DE LOS PRIMEROS MESES DEL CONFLICTO
   
5. Desde 2014, los estadounidenses han seguido apoyando a Ucrania y presionándola para que reconquiste Dombás y Crimea –que son tierras rusas– alentando su nacionalismo y armándola, empujando así a los rusos a sus atrincheramientos. Tanto Washington como Kiev, sin embargo, eran conscientes de las múltiples advertencias que Vladimir Putin había emitido a partir de 2007 y de sus reacciones ante el avance agresivo de la OTAN en los márgenes de Rusia (Georgia 2008, Ucrania 2014). Los estadounidenses y los ucranianos eran muy conscientes de que los rusos no se quedarían sin reaccionar –quizás esperando lo contrario…– y que entonces tendrían que caer en una trampa: colocarlos en la posición de agresores y violadores del derecho internacional. Por ello, han seguido, desde mediados de 2021, alertando a la opinión internacional sobre la amenaza rusa y el riesgo de guerra (que estaban provocando) en cuanto observaron que Moscú estaba concentrando sus tropas en la frontera con Ucrania y realizando ejercicios militares allá.
    
En última instancia, es posible considerar que los dos adversarios “engañaron”: los estadounidenses y los ucranianos al pensar que los rusos no reaccionarían; Y Moscú indudablemente cree que al concentrar sus fuerzas en la frontera, Washington y Kiev se rendirían. Pero ninguna de estas dos maniobras funcionó y condujeron inevitablemente a la guerra.
    
6. Ucranianos y estadounidenses sabían perfectamente que al lanzar la operación para reconquistar Dombás el 17 de febrero de 2022, Moscú intervendría en apoyo de las poblaciones rusohablantes amenazadas. Su objetivo era entonces enfrentar al ejército ruso contra las numerosas fortificaciones erigidas durante los últimos siete años en el sureste del país y sus numerosos medios antitanques, para infligir una derrota. Pero los rusos no cayeron en esta trampa.
    
7. Es inimaginable que Washington y Kiev hubieran decidido esta provocación contra Rusia sin que el ejército ucraniano estuviera dispuesto a resistir y hubiera adoptado sólidas disposiciones defensivas. Una vez más, la resistencia –legítima– ucraniana no sorprende y, por lo tanto, paradójicamente resultó menos eficaz de lo esperado, ya que los rusos lograron fijar parte de las fuerzas alrededor de Kiev y ocupar muy rápidamente más del 30% del territorio.
    
8. La retirada de las fuerzas rusas de la región de Kiev a finales de marzo de 2022 no está ligada a un fracaso militar –aunque allí encontraron una feroz resistencia que frustró sus avances– sino a una concesión de Moscú en el marco de las negociaciones de Estambul [6], como confirmó Putin durante su entrevista con Tucker Carlson. Algunos siguen negando este hecho, pero sin ningún argumento, porque las fuerzas rusas se retiraron en orden… ¡antes de que los ucranianos, bajo la influencia de Boris Johnson, decidieran poner fin a unas negociaciones que estaban a punto de tener éxito!
   
9. Todo esto no quiere decir que los rusos no hayan cometido errores. Sin duda, las estimaciones iniciales de adversidad fueron deficientes, debido a las rivalidades entre los servicios de inteligencia. En un artículo reciente [7], Andréi Kozovoi, profesor de la Universidad de Lille, menciona que sólo tres personas, además del propio Putin, habrían tenido conocimiento del plan de invasión decidido en el Consejo de Seguridad el 21 de febrero: el Ministro de Defensa, Serguéi Shoigú; el secretario del Consejo, Nikolai Patrushev; y el director del FSB, Alexander Bortnikov. Los demás miembros de este organismo –entre ellos Serguéi Lavrov, ministro de Asuntos Exteriores, Mijaíl Mishustin, primer ministro y Serguéi Naryshkin, jefe del SVR– habrían estado a favor de continuar el proceso diplomático.
   
Además, Andrei Kozovoi recuerda con razón que desde la llegada de Putin a la presidencia en 2022, el FSB ha seguido ganando terreno sobre otros servicios de inteligencia, el SVR, pero también el GRU (Dirección de Inteligencia Militar). El primero quedó desacreditado a los ojos de Putin tras la detención, en 2010 en Estados Unidos, de una decena de inmigrantes ilegales por parte del FBI; el segundo por el fiasco del envenenamiento de Serguéi Skripal, en Londres, en 2018. El FSB se habría encontrado de facto en una posición de fuerza en el desarrollo del proceso de toma de decisiones, arrojando todo su peso a favor de una intervención militar en Ucrania.
       
La decisión de lanzar la operación militar especial – ciertamente considerada durante mucho tiempo, pero no planificada con tanto detalle como debería haber sido– parece haber sido tomada con prisas. Una vez iniciado, como todos los soldados saben, un plan de operación nunca resiste más de tres días de guerra y las fuerzas rusas se enfrentaron a adversidades mayores de las que esperaban, lo que les costó muy caro.
   
EL QUINTO (NUEVO) FALSO POSTULADO
   
10. EXISTE UN VERDADERO RIESGO DE GUERRA CON RUSIA DENTRO DE CINCO A OCHO AÑOS, Y LOS OCCIDENTALES DEBEN PREPARARSE.
Desde finales de 2023, debido al fracaso de la contraofensiva ucraniana y a las dificultades de suministro de armas, la OTAN ha producido una nueva narrativa: la del riesgo de guerra con Rusia en los próximos 5 a 8 años. Así se suceden las declaraciones alarmistas de los principales dirigentes políticos y militares de los países de la OTAN, en una campaña hábilmente orquestada.
  • En diciembre de 2023, los principales asesores del presidente Joe Biden dicen al Congreso que si los legisladores no votan rápidamente sobre ayuda militar adicional a Ucrania, Rusia podría ganar la guerra en meses o incluso semanas. Pero los republicanos siguen oponiéndose hasta el día de hoy a una nueva ayuda a Kiev por valor de 61 millardos de dólares.
  • Luego, el 7 de enero, en su seminario anual de defensa, miembros del gobierno sueco y altos funcionarios militares declararon que el país debe prepararse para la guerra con Rusia.
  • El 16 de enero, el periódico alemán Bild publicó un documento “confidencial” del Estado Mayor alemán que mostraba que estaba considerando seriamente un ataque ruso y describía cómo se preparaba para afrontarlo.
  • El 21 de enero, el almirante holandés Rob Bauer, presidente del Comité Militar de la OTAN, declaró que la Alianza no descartaba una guerra con Rusia: «Nos estamos preparando para un conflicto», anunció.
  • También el 21 de enero, el ministro alemán de Defensa, Boris Pistorius, advirtió contra el riesgo de guerra en una entrevista difundida por el canal de televisión ZDF, afirmando que «aunque un ataque ruso no parece probable por el momento, nuestros expertos esperan un período de entre cinco y ocho años en el que esto podría ser posible».
  • El 24 de enero, el general Sir Patrick Sanders, jefe del ejército británico, cree, en una entrevista con The Guardian, que la sociedad británica debe prepararse para la posibilidad de una guerra.
  • El 5 de febrero, en una entrevista publicada en el tabloide Super Express, el Ministro de Defensa polaco, Wladyslaw Kosiniak-Kamysz, afirmó que no descartaba una guerra inminente con Rusia.
  • Finalmente, el 9 de febrero, el ministro danés de Defensa, Troels Lund Poulsen, afirma, en una entrevista al diario Jyllands-Posten, que Rusia es capaz de pasar rápidamente a la ofensiva y que Dinamarca debe estar preparada para este escenario.
Todos declaran que, ante la amenaza, es necesario aumentar sin demora los presupuestos de defensa y las compras de armas [8]. Evidentemente, no hay duda de quién se beneficia de esta maniobra político-mediática [9].

Ahora, independientemente del hecho que Vladimir Putin haya sido muy claro sobre este punto luego de su entrevista con Tucker Carlson [10], las realidades demográficas muestran que esta hipótesis es totalmente irrealista y toma nota, una vez más, de la propaganda, con el fin de mantener a todo coste la cohesión de la OTAN, que comienza a agrietarse, y sobre todo, de hacer temer a la opinión pública que veían bien cuál iba a ser el problema de la guerra y las deplorables consecuencias económica que ella engendraría para ellas.
  
Población
Rusia145 millones de habitantes [11]
Unión Europea449 millones (3 veces Rusia)
Europa con Reino Unido y Noruega521 millones (3,5 veces Rusia)
Estados Unidos333 millones (2,2 veces Rusia)
OTAN
956 millones (6,6 veces Rusia) 

Presupuesto de defensa [12]
Rusia86,4 millardos de dólares
Estados Unidos877 millardos (10 veces Rusia)
Francia + Alemania + Reino Unido53,6+55,8+68,5 = 177,9 millardos (2 veces Rusia)
OTAN
1.200 millardos de euros (14 veces Rusia) 
   
Efectivos militares [13]
Rusia1’150.000 hombres [14]
Ucrania650.000 hombres
Países de Europa del Este miembros de la OTAN [15]1’200.000 hombres (el equivalente a Rusia)
Estados Unidos1’390.000 hombres
Unión Europea1’800.000 hombres (1,5 veces Rusia)
OTAN
3’370.000 hombres (3 veces Rusia) 

   
*
      
Las cifras y los hechos son testarudos y hablan por sí solos. Y la brecha entre la realidad sobre el terreno y el discurso de los occidentales y ucranianos sigue creciendo. Estamos, por tanto, en pleno delirio político y tenemos derecho a preguntarnos si quienes nos gobiernan –como quienes comentan este conflicto– son estúpidos, incompetentes, comprados o irremediablemente conquistados por la ideología neoconservadora estadounidense, ¡porque defienden más los intereses de Washington que los de su propio país [16]! La pregunta sigue abierta
  
NOTAS
[1] Incluido el excelente Emmanuel Todd –cuyo último trabajo (La Défaite de l’Ouest, Gallimard, París, 2024) es notable en todos los sentidos– que a veces se pierde cuando aborda cuestiones militares.
[2] Operación lanzada a pesar de la oposición muy clara de la ONU y ilegal según el derecho internacional.
[3] https://fr.wikipedia.org/wiki/Invasion_de_l%27Irak_par_les_%C3%89tats-Unis_en_2003
[4] Véase https://www.populationdata.net/pays/ukraine/aires-urbaines. La ciudad de Kiev en sentido estricto tiene una superficie de 827 km² y 3 millones de habitantes, una superficie y una población aún mayores que las de Gaza.
[5] Eric Schmitt, Julian Barnes y Helen Cooper, “Commando Network Coordinates Flow of Weapons in Ukraine, Officials Say”, New York Times, 25 de junio de 2022. Greg Miller e Isabelle Khushudyan, “Ukrainian spies with deep ties to CIA wage shadow war against Russia”, The Washington Post, 23 de octubre de 2023.
[6] Véase sobre este tema mi editorial n°62, “Cuando la niebla de la guerra comienza a disiparse”, febrero de 2023 (https://cf2r.org/editorial/quand-le-brouillard-de-la-guerre-starts-disipar/).
[7] Andrei Kozovoi, “Poutine ou l’intoxiqueur intoxiqué”, Politique internationale, n°178, invierno de 2023. Este artículo, que aporta elementos interesantes, lamentablemente está desacreditado por su cruda orientación anti-Putin. El autor llega incluso a atribuir la responsabilidad del asesinato de Daria Duguina al FSB… ¡aunque el SBU ucraniano reivindicó claramente la responsabilidad!
[8] La única voz disidente, el Jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas francesas (CEMA), general Thierry Burkhard, declaró, el 22 de enero, durante una conferencia en la Sorbona, que «cualquiera que sea el resultado de la guerra en Ucrania, Rusia ha sufrido una derrota estratégica. (…) El ejército ruso se encuentra en un estado crítico. Ya no constituye una amenaza para la OTAN» (https://www.opex360.com/2024/01/24/pour-le-chef-de-la-british-army-la-societe-britannique-doit-se-preparer-a-leventualite-dune-guerre/).
[9] En 2023, las exportaciones de armas estadounidenses aumentaron un 56% en comparación con 2022, según el Departamento de Estado de Estados Unidos. Es esencialmente la guerra en Ucrania la que explica este aumento récord.
[10] Cuando Tucker Carlson le preguntó si podía «imaginar un escenario en el que se enviaran tropas rusas a Polonia», Vladimir Putin respondió: «Sólo en un escenario, si Polonia ataca a Rusia. No tenemos intereses en Polonia, Letonia ni en ningún otro lugar. ¿Por qué haríamos esto? Simplemente no tenemos ningún interés (…). No hay duda de ello», añadió.
[11] https://fr.statista.com/statistiques/565077/population-totale-de-la-russie-2024
[12] Y con un debilitamiento demográfico a partir de 2030 (cf. E. Todd, op. cit., pág. 64).
[13]  https://atlasocio.com/classements/defense/effectif/classement-etats-par-effectif-militaire-total-monde.php
[14] Cabe recordar que Rusia no puede concentrar todas sus fuerzas en Europa porque debe garantizar la seguridad de sus fronteras y de su inmenso territorio.
[15] https://www.cairn.info/revue-defense-nationale-2023-HS13-page-342.htm
[16] Para los dos últimos, ofrecemos dos respuestas que tomamos prestadas de Emmanuel Todd en su último libro:
  • «Si los ciudadanos de Europa, y particularmente de Francia, no saben dónde está el dinero de sus líderes, la Agencia de Seguridad Nacional lo sabe y sabe que estos líderes lo saben. Sinceramente, no puedo decir hasta qué punto los datos recopilados por la NSA ayudan a mantener a raya a las elites occidentales; tampoco sé hasta qué punto esta institución puede realmente realizar una contabilidad privada, ni cuáles son sus capacidades de almacenamiento. Pero basta que las elites europeas crean en su poder para ser muy cautelosas en sus relaciones con el amo estadounidense» (op. cit., pág. 189);
  • «Nuestro problema intelectual, en el fondo, es que amamos a Estados Unidos. Estados Unidos fue uno de los que tumbaron al nazismo; nos mostraron el camino para lograr prosperidad y descontracción. Para aceptar plenamente la idea que hoy trazan la que conduce a la pobreza y la atomización social, es imprescindible el concepto de nihilismo» (op. cit., pág. 244).

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