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martes, 16 de abril de 2024

MES DE LA PASIÓN DE CRISTO – DÍA DECIMOSEXTO

Traducción a partir del libro L’Année Pieuse, del padre Francisco de Ligny, publicado en Amiens por la imprenta de Alfredo Caron en 1851.
   

DÍA DECIMOSEXTO: A las nueve horas, Jesús es coronado de espinas.
  
PENSAMIENTOS PRÁCTICOS
Considera, alma mía, que estos bárbaros, después de las crueldades de la flagelación, hacen sufrir al Salvador una nueva clase de tortura. Le echan sobre los hombros, a modo de manto real, una vieja clámide de tela escarlata; Le clavaron, a grandes golpes, en la cabeza una corona de espinas, en forma de corona real; una caña colocada en su mano Le sirve de cetro. Sentado en este estado en un trono de ignominia, doblan sus rodillas ante Él y Lo saludan con burla, diciéndole: «Salve, oh rey de los judíos». Luego Le escupen en la cara, Le abofetean y lanzan feroces gritos de alegría y risas insultantes. Así quiso Jesús expiar tu orgullo y tu ambición.
            
ORACIÓN
¡Oh mi dulcísimo Jesús! ¡Oh mi amado Salvador! Del Rey del cielo que sois, Os habéis convertido en Rey del dolor y de la ignominia, fábula de toda la ciudad de Jerusalén. Una corona de espinas ciñe vuestra frente, tenéis en vuestra mano un cetro de infamia, un jirón de púrpura cubre vuestros hombros; y, para avergonzaros de lo más honorable de los hombres, sentado sobre una piedra que Os sirve de trono, sois tratado como a un rey de teatro con las más amargas burlas. Cubrieron Vuestro adorable Rostro con salivas y golpes; Os arrebatan la caña que tenéis en la mano para golpear vuestra Cabeza ensangrentada. Si considero vuestro Cuerpo, oh Jesús, sólo veo Llagas, sólo Sangre; si penetro en vuestro Corazón, sólo encuentro angustias y amarguras que Os hacen sufrir la agonía de la muerte. No hay insultos ni ultrajes que el populacho desenfrenado no Os acumule. Y queréis volver a sufrir; pero ¿qué, Señor, hay algún castigo, alguna humillación que Vos no hayáis sufrido? Sin embargo, vuestro Amor no queda satisfecho: vuestra venerable Cabeza debe ser traspasada de crueles espinas, y debe derramar tantos chorros de Sangre como heridas recibe. ¿Quién sino un Dios de bondad infinita podría haberse humillado hasta el punto de sufrir dolores e ignominias tan asombrosos, y atropellos tan sangrientos? ¡Traspasad, oh Jesús mío!, Traspasad mi corazón con vuestras espinas: que sean como tantas flechas afiladas que lo desgarren y lo atraviesen de dolor, como tantas flechas ardientes que lo incendian y lo consumen con el Fuego Sagrado de vuestro Amor.
      
PRÁCTICA: De vez en cuando durante el día, fija tu mirada en la imagen de Jesús crucificado y bésala con tierno amor. Haz con devoción el Vía crucis (Indulgencia plenaria). 

ASPIRACIÓN: Señor Jesús, me amasteis hasta morir por mí; hacedme amaros al menos hasta el punto de vivir para Vos.

LETANÍA DE LA PASIÓN DE CRISTO
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
    
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
   
Dios Padre Celestial, ten piedad de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del mundo, ten piedad de nosotros.
Dios Espíritu Santo, ten piedad de nosotros.
Santísima Trinidad, que eres un solo Dios, ten piedad de nosotros.
  
Jesús, que has instituido el santísimo Sacramento del altar en memoria de tu pasión, ten piedad de nosotros.
Jesús, que saliste del cenáculo para morir, ten piedad de nosotros.
Jesús, orando en el Olivete, ten piedad de nosotros.
Jesús, consolado por un ángel, ten piedad de nosotros.
Jesús, sudando sangre y agua, ten piedad de nosotros.
Jesús, vendido y traicionado por Judas, ten piedad de nosotros.
Jesús, apresado y atado por los soldados, ten piedad de nosotros.
Jesús, abandonado por tus discípulos, ten piedad de nosotros.
Jesús, presentado a Anás y Caifás, ten piedad de nosotros.
Jesús, golpeado por un criado, ten piedad de nosotros.
Jesús, acusado por falsos testigos, ten piedad de nosotros.
Jesús, juzgado digno de muerte, ten piedad de nosotros.
Jesús, ultrajado, golpeado durante la noche, ten piedad de nosotros.
Jesús, negado tres veces por San Pedro, ten piedad de nosotros.
Jesús, despreciado por Herodes, ten piedad de nosotros.
Jesús, vestido con una túnica blanca, ten piedad de nosotros.
Jesús, a quien Barrabás fue preferido, ten piedad de nosotros.
Jesús, azotado, ten piedad de nosotros.
Jesús, magullado por nuestros crímenes, ten piedad de nosotros.
Jesús, vestido con púrpura, ten piedad de nosotros.
Jesús, coronado de espinas, ten piedad de nosotros.
Jesús, golpeado con una caña, ten piedad de nosotros.
Jesús, presentado al pueblo, ten piedad de nosotros.
Jesús, condenado a muerte por Pilato, ten piedad de nosotros.
Jesús, entregado a la voluntad de los judíos, ten piedad de nosotros.
Jesús, cargado con la Cruz, ten piedad de nosotros.
Jesús, conducido al Calvario, ten piedad de nosotros.
Jesús, despojado de tus ropas, ten piedad de nosotros.
Jesús, atado a la Cruz, ten piedad de nosotros.
Jesús, levantado en la Cruz, ten piedad de nosotros.
Jesús, que oraste por tus enemigos, ten piedad de nosotros.
Jesús, puesto en el rango de malhechores, ten piedad de nosotros.
Jesús, blasfemado en la Cruz, ten piedad de nosotros.
Jesús, que prometiste paraíso al buen ladrón, ten piedad de nosotros.
Jesús, que recomendaste a tu Madre a San Juan, ten piedad de nosotros.
Jesús, abandonado por tu Padre, ten piedad de nosotros.
Jesús, ebrio de vinagre en tu sed, ten piedad de nosotros.
Jesús, que dijiste: Todo está consumado, ten piedad de nosotros.
Jesús, que has encomendado tu alma a tu Padre, ten piedad de nosotros.
Jesús, obediente hasta la muerte en la Cruz, ten piedad de nosotros.
Jesús, muerto en la Cruz, ten piedad de nosotros.
Jesús, traspasado con una lanza, ten piedad de nosotros.
Jesús, que manifestaste tu poder después de tu muerte, ten piedad de nosotros.
Jesús, descendido de la Cruz, ten piedad de nosotros.
Jesús, sepultado, ten piedad de nosotros.
   
Sednos propicio, perdónanos Señor.
Sednos propicio, escúchanos Señor.
    
De todo mal, líbranos, Señor.
De todo pecado, líbranos, Señor.
De la pestilencia, del hambre y de la guerra, líbranos, Señor.
De todo peligro del alma y del cuerpo, líbranos, Señor.
De la muerte eterna, líbranos, Señor.
Por tus trabajos y tus vigilias, líbranos, Señor.
Por tus dolorosos azotes, líbranos, Señor.
Por tu coronación de espinas, líbranos, Señor.
Por tu sed, tus lágrimas y tu desnudez, líbranos, Señor.
Por tu preciosa muerte y tu Cruz, líbranos, Señor.
Por tu Preciosísima Sangre, líbranos, Señor.
Por tus santísimas llagas, líbranos, Señor.
   
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros, Señor.
    
℣. Adorámoste, oh Cristo, y bendecímoste.
℟. Porque redimiste al mundo por tu Cruz.
   
ORACIÓN
Adorable Jesús, sufriendo y muriendo por Amor por nosotros, concédenos la gracia de sufrir contigo y por Ti; para que, viviendo, sufriendo y muriendo en Tu Amor, seamos eternamente felices Contigo y en Ti. Amén.

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