Noticia tomada de ABC (España).
Estupor en los controles de seguridad de la plaza de San Pedro. Este domingo, un sacerdote vestido con sotana intentó entrar en el Vaticano con una mochila en la que llevaba una pistola de aire comprimido, un destornillador y un cúter. Se trata de un párroco que viajaba a Roma junto a unos treinta peregrinos de República Checa.
En un primer momento, el cura explicó a los agentes que el arma era de otra persona, y que llevaban la pistola «como defensa personal, es de uso personal». A los agentes no les convencieron las explicaciones del sacerdote pues el arma estaba cargada.
Su nombre es Milan Palkovič (izquierda), tiene 58 años y, efectivamente, iba acompañado de otra persona, de 60 años y cuya identidad no ha trascendido, quien podría haber solicitado al párroco de Velké Losiny (región de Olomuc) que le llevara su bolsa, para superar con facilidad los controles de seguridad. Según la agencia italiana ANSA, en la bolsa llevaban también dos cuchillos.
Además de impedirles la entrada, los agentes de la policía italiana que estaban controlando los accesos a la plaza de San Pedro los denunciaron por llevar armas sin estar autorizados.
Fugitivo arrestando en San Pedro
En las últimas semanas, los agentes que vigilan el Vaticano no están ganando para sustos. El pasado 10 de abril arrestaron a un individuo que llevaba en su mochila tres cuchillos de veinte centímetros y que intentaba acceder a la audiencia general del Papa Francisco. El sospechoso fue entonces denunciado por resistencia a las fuerzas del orden y porte ilegal de armas.
Para sorpresa de los agentes, se trataba de uno de los fugitivos más buscados por la Oficina de Investigaciones Especiales de la policía del Estado de Nueva York. Se llama Moisés Tejada, tiene 53 años y está acusado de varios robos con violencia a agentes inmobiliarios. Tejada explicó que llevaba ya diez días en Italia, y que había estado luchando en el frente de guerra en Ucrania, junto a las tropas de Kiev.
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