Traducción del Comentario de los Padres de TRADITIO.
Los neoiglesianos han dejado de dar sus donaciones por el continuado Gran Holocausto Sexual y Malversación Conciliar, y el atentado de Bergoglio de imponer una “Iglesia Sinodal” protestante-pagana.
Expertos en finanzas dicen que el Vaticano está a menos de cinco años de la bancarrota total.
El Óbolo de San Pedro, al cual se contribuye por la charola de colectas conculiar y es publicitado por la Iglesia Conciliar como si fuera a los pobres más necesitados, en realidad va a los burócratas del Vaticano, como se anunció el 1 de Julio de 2024. Ahora el 90% de la colecta va al agujero negro del presupuesto operativo de un Vaticano en bancarrota porque incluso los neoiglesianos detestan el continuado Gran Holocausto Sexual y Malversación de Bergoglio y su atentado de remplazar la Iglesia aconciliar por una “Iglesia Sinodal” protestante-pagana.
Las ganancias en la ahora expuesta estafa se han caído significativamente a la mitad entre 2022 y 2023. El ingreso en 2022 sumó 43’200.000 de euros (casi 45’000.000 de dólares estadounidenses). Los gastos sumaron más de 109’000.000 (casi 120’000.000 de dólares estadounidenses). La colecta toma lugar en la Iglesia Conciliar el domingo más cercano a la fiesta de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, el 29 de Junio (este año, fue el 30 de Junio).
En los Estados Unidos, todos los 300 obispones han sido demandados ante el tribunal federal por mentir a sus congregaciones, diciendo que sus donaciones a la colecta del Óbolo de San Pedro van a ayudar a los pobres más necesitados, mientras en realidad el 90% de esta es robado para la marcha de la imaginaria “Iglesia Sinodal” de Bergoglio. Tan desesperado está Bergoglio ahora que ha estado vendiendo propiedades eclesiásticas en un atentado para reunir el presupuesto y evitar la bancarrota total. A fin de ocultar la desesperada situación neoiglesiana, Bergoglio no ha publicado un estado financiero completo desde 2021 [Parte de la información para este Comentario proviene de Pillar Catholic].
Católicos tradicionales, la mayoría de las donaciones “caritativas” al Óboló de San Pedro van ahora a pagar los salarios de los burócratas vaticanos, y las donaciones neoiglesianas a la colecta del Óbolo de San Pedro se han desplomado. Expertos financieros concluyen que el Vaticano está a menos de cinco años de la bancarrota total y dicen que muy ciertamente el Vaticano no es “demasiado grande para caer”.
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